Siempre he dicho que el gran negocio de estos días es la nostalgia. La repetición de varios programas o la compra de los derechos de los mismos en las plataformas en streaming siendo además, los que más vistas tienen es una prueba. Otra es el ‘revival’ de los materiales en formato de vinil que los artistas de la nueva generación y las reediciones de materiales emblemáticos de la era dorada del disco compacto a ese formato, es otro de los grandes éxitos y estrategias más redituables de las compañías disqueras. Y es que justamente es en esta época que todos quienes fuimos integrantes de la generación X, tenemos poder adquisitivo y nos encanta recordar todo aquello que nos hizo felices en nuestra etapa de adolescentes.
Y la semana pasada, uno de los golpes más bajos fue enterarnos del repentino derrame cerebral que sufrió Luke Perry y dos días después, de su deceso. Se fue uno de los galanes más emblemáticos de la generación X y símbolo del estilo, pues él fue uno de los protagonistas de una de las series insignia de aquellos gloriosos años 90: “Beverly Hills 902010”, ese culebrón con una súper producción que contaba la historia de unos adolescentes que vivían de la manera más acomodada y sofisticada en uno de los barrios más exclusivos de California. Así, es. Nos hacían soñar y fantasear con aquellas chicas con vestuarios tan sexys y vanguardistas como Brenda (Shannen Doherty), Valery (Tiffany-Amber Thiessen) o Donna (Tori Spelling), y soñábamos con ser tan populares como Brandon (Jason Priestley) y obviamente como Dylan McKay (Luke Perry). La serie además, trataba temas desde los más triviales, hasta complicados como adicciones, divorcios, sexualidad y violaciones. “Beverly Hills 902010”, se mantuvo a aire por una década, siendo una de las producciones más redituables para la cadena Fox y se transmitió en prácticamente todo el mundo.
Creo que no me equivocó cuando digo que estos actores se convirtieron en ídolos de casi todos los adolescentes noventeros, pues aunque en nuestro país y me atrevo a decir que incluso en nuestro continente, el contexto en el que se desarrollaba la historia era prácticamente inexistente, fue tal el impacto de los personajes y de las historias tan actuales para la época, que no tardaron en apoderarse de la audiencia juvenil y de algunas ya mayores. Fue en 1991, cuando “Beverly Hills 90210” adquirió muchísima popularidad, siendo Priestley y Perry dos de los grandes responsables de ese éxito, pues creo no existía en aquellos años por lo menos un cuaderno forrado de ninguna jovencita que no tuviera algún recorte con la imagen de cualquiera de estos dos actores que aparecía en la revista rosa juvenil de esos años llamada “Eres”. Jason y Luke además, llevaron una amistad que sobrepasó los sets de grabación y que conservaron de manera muy cercana por casi 30 años; por eso, la despedida de Priestley en su cuenta de Instagram a Perry es un texto que le rompe el corazón a cualquiera.
Pero ya sin tanto rollo con los recuentos de lo que pasó, la muerte de Perry nos impactó a todos quienes nos consideramos de aquella generación, porque no solo fue uno de los más grandes ídolos de la época; Perry marcó todo un estilo de vivir la juventud, impuso moda y fue el equivalente de popularidad y personalidad que todo adolescente busca en esa etapa de vida; se convirtió en una especie de ‘héroe de acción’ de carne y hueso, pues incluso los chicos no temían decir que lo admiraban por la fuerza del personaje que interpretaba o por el estilo que el mismo actor manejaba ante los medios, algo así como cuando nos enorgullecía decir que nos gustaba Kurt Cobain o Axl Rose. Fue lo más parecido a lo que cualquier chico quería ser, incluso por la euforia que causaba en las jovencitas; porque representaba el sueño, ideales y quizá algunas metas de muchos muchachos de todo el mundo de esa década. Incluso, muchos actores que comenzaban su carrera en aquellos años como Ryan Phililppe, Mark Wahlberg, Brendan Fraser o el mismísimo DiCaprio no tenían empacho en copiar el estilo único de Perry.
Actualmente, Luke Perry tenía uno de los papeles principales en la serie “Riverdale” de la cadena Warner Bros., misma que ha tenido que suspender su rodaje por su repentina muerte. Esta serie, está basada en los personajes de “Archie Comics”, pero en un contexto mucho más oscuro. La serie ha tenido buenas críticas y aceptación del público. La muerte de Perry sucedió cuando prácticamente habían terminado de filmar la cuarta temporada próxima a estrenarse. En “Riverdale” Luke Perry interpretaba a Fred Andrews, padre de Archie (K. J. Apa), protagonista de la serie, siendo uno de los personajes principales. Así, Perry había atravesado la barrera de ser un ídolo adolescente de la generación X para ahora, conquistar a los extraños ‘millenials” que también aceptaron su personaje de forma inmediata, pues su carisma y calidad histriónica hizo que sufriéramos demasiado el final de la primer temporada donde supuestamente matan al personaje. También seamos honestos, así como Henry Thomas atrajo a un público más maduro a “La maldición de Hill House”, Perry hizo lo propio en “Riverdale”, pues muchos aplaudimos la decisión de que un ídolo adolescente de hace dos décadas, pasara la estafeta a nuevos chicos haciendo actuando a su lado.
Muchos comentarios en redes tanto de compañeros actores como de fanáticos, hablaron de la gran persona que fue Perry en vida. Todos tenían una palabra de aliento a su familia, incluso para su pareja, la actriz Wendy Bauer, que actuó con él en “Beverly Hills 90210”, relación que se mantuvo en secreto, hasta el día de su muerte. Así, queridos lectores, permítanme cerrar este Paréntesis de hoy con una frase que le dedicó su amigo, casi hermano, Jason Priesteley en su despedida, cuatro días después y según el mismo Jason, aún con su corazón destrozado: “Tu luz fue tan brillante, que la vela de tu vida se agotó demasiado pronto”.