Lleva ocho días de ayuno y quiere que fusilen a Calderón

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Al cumplir ocho días en huelga de hambre, el ingeniero civil, Ramón Luis Amdías Medina afirmó que de ser necesario morirá de hambre pero insistirá en pugnar porque el presidente de México Felipe Calderón sea llevado a una corte marcial para ser fusilado por el genocidio que comete en la guerra contra el narcotráfico.

 

Entrevistado en su manifestación invitó a la ciudadanía a participar en una marcha por la libertad para denunciar en una corte marcial al comandante supremo del Ejército mexicano, Felipe Calderón, acusado de genocidio y abuso de autoridad, porque antepone al Ejército como barrera para que los productores de drogas no salgan a vender su producto a los Estados Unidos.

Argumentó que Calderón obliga a estas personas a la producción de droga por el Tratado de Libre Comercio, porque el 80 por ciento de campesinos que vivían del maíz (30 millones de gentes) que por la extrema pobreza no les quedó más remedio que dedicarse al narcotráfico, “y eso es negligencia criminal”.

Además “les declara la guerra aventando al Ejército, y se genera esta muerte brutal”, todo esto aunado a las armas “que mandan los gringos para que nos matemos entre nosotros”.

Indicó que en la guerra de Calderón hay una asociación delictiva, una negligencia criminal y un abuso de autoridad, por lo que “Calderón como comandante general y por utilizar al Ejercito en este delito debe ir a una corte marcial; el delito es grave y tiene pena de muerte, es fusilamiento”.

Hasta ahora son ocho días completos de ayuno, y Ramón Luis está dispuesto a continuar “hasta que me muera, y si la gente no me apoya, yo me muero”.

Ramón Luis es el sexto de ocho hijos de don Joaquín Amdías González, un ex “camisa dorada” que peleó contra los “camisas rojas” que incendiaron iglesias y asesinaron gente. Se casó con Juana María Medina de Amdias, una santa, asegura y recuerda que vivieron miserias graves.

Agencia JM