Desde que tenemos uso de razón la sociedad oaxaqueña hemos padecido la ambición desmedida no sólo de los gobernantes en turno, desde hace 30 años a la fecha, también de quienes dicen luchar por los derechos de los que menos tienen, pero que atropellan, vulneran y violentan esos mismos derechos para saciar sus ansias de riquezas, poder y comodidades. Aquellos que deberían formar hombres y mujeres de bien, siembran la semilla del odio y sed de venganza que tarde o temprano se volcará contra sus semejantes.
Hoy el maestro es visto como una amenaza social, un peligro no por sus ideales, si no por su falta de civilidad, intransigencia, cerrazón y violencia con la que se conducen, al menos los docentes oaxaqueños, pese a que hay profesores comprometidos, responsables, dedicados y preocupados por el futuro de sus alumnos, la mala reputación generada por unos cuantos mercenarios los acompañará el resto de su docencia.
Los ciudadanos tenemos gran responsabilidad, porque a pesar de que el magisterio es un pequeño grupo comparado con los más de 3 millones de habitantes que somos, no somos capaces de ponerles un alto, de obligarlos a cumplir el trabajo por el cual los contratamos, la apatía nos invade porque nos han hecho pensar que el único culpable es el que gobierna.
Gritan a los cuatro vientos que la autoridad, sea del nivel que sea los reprime, y ellos reprimen a la sociedad del derecho a elegir a nuestros representantes populares, vulnerando un derecho consagrado en la Carta Magna.
Hago un llamado a esos hombres y mujeres que día a día nos ganamos la vida trabajando para llevar el sustento a nuestras familias, a que levantemos la voz, a no permitir más abusos, más atropellos, organicémonos desde nuestras colonias, desde las comunidades y tomemos la sartén por el mango, si ellos no quieren enseñar a nuestros hijos, hagámoslo nosotros, utilicemos sus mismas armas, “ORGANIZADOS VENCEREMOS”. ¡BASTA YA!, Oaxaca nos necesita.
Atentamente: Mauro Cruz Cruz, dirigente estatal de AFODEPO.