A sus escasos 23 años, Javier “El Chicharito” Hernández, es una de las estrellas más importantes del futbol nacional. Su éxito profesional y carisma le han llevado a ser uno de los favoritos del público y las peticiones de tener su figura en el Museo de Cera no se hicieron esperar.
Por este motivo, el Museo de Cera se dio a la tarea de contactarle, por lo que en una de sus visitas a la capital mexicana, Javi, como le llama su familia, acudió al taller del Museo, donde se tomaron medidas corporales y se le realizaron varias fotografías con las que se modeló su rostro.
El joven ídolo lleva el deporte en la sangre: su abuelo, Tomás Balcázar militó en las Chivas del Guadalajara, y de él y de su padre heredó la pasión por el futbol; aunque no tiene los ojos verdes ni la baja estatura que le valieron a su progenitor el apodo de “El Chícharo” éste también le legó su sobrenombre.
Con su 1.75 metros de estatura “El Chicharito” es un gigante en la cancha. Durante su breve estancia en el taller del Museo de Cera, hizo gala de sencillez y amabilidad.
La figura tendrá una estatura ya con tacos de 1.77 metros y él mismo entregó el nuevo uniforme de la Selección Nacional, que portará su figura.
Javier Hernández recuerda con cariño al Director Técnico Omar Arellano. También ha señalado ante la prensa que Cuauhtémoc Blanco (inaugurado en el Museo de Cera de la Ciudad de México el 11 de septiembre de 2003) es el mejor jugador nacional pero admira profundamente a su padre, Javier Hernández Gutiérrez.
“El Chicharito” manifestó su deseo de que su figura sea inaugurada en el Museo de Cera de Guadalajara, pues quiere compartir ese reconocimiento con sus familiares, sin embargo será hasta que su agenda lo permita, que se realice la develación.
Javier Hernández ya imprimió una profunda huella en la historia del futbol mexicano y por ello su figura ocupará muy pronto un sitio entre los grandes ídolos del balompié nacional que ya se encuentran en el Museo de Cera.
Milenio