Liberan a Nobel de la Paz Suu Kyi

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La líder opositora birmana y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi reclamó ayer unidad para conseguir sus objetivos a los miles de seguidores que saludaron su liberación por parte de la junta militar de Myanmar, mientras la comunidad internacional reclamó la libertad de otros opositores en el país.

Suu Kyi, de 65 años, saludó a sus seguidores asomándose a la verja que rodea su casa. “¡Qué bonito verlos a todos!”, exclamó sonriente la opositora, que pasó gran parte de los últimos 20 años bajo arresto domiciliario por su postura pro democrática. “¡Larga vida a Suu Kyi!”, proclamaron por su parte los partidarios de la Nobel de la Paz de 1991. “Tenemos que trabajar unidos para conseguir nuestros objetivos”, reclamó Suu Kyi, ataviada con una blusa lila y flores en el cabello.

La disidente hablará este día en la sede de su partido, el recientemente disuelto NLD, que no pudo participar en las elecciones parlamentarias del pasado fin de semana. Kyi ganó por amplia mayoría las elecciones de 1990, pero los militares se negaron a reconocer su triunfo.

Los detractores afirman que las elecciones del 7 de noviembre pasado fueron manipuladas para que el partido afín a los militares lograra una victoria abrumadora.Los resultados difundidos poco a poco han dado al Partido Unión para la Solidaridad y el Desarrollo, favorable a los militares, la mayoría en ambas cámaras del Parlamento.

Líderes políticos de todo el mundo saludaron la puesta en libertad de Suu Kyi y reclamaron además la liberación del resto de opositores al régimen militar de Myanmar que aún permanecen bajo arresto domiciliario o encarcelados.

“Estados Unidos se alegrará el día en el que todas las personas en Myanmar estén libres del miedo y la persecución”, afirmó el presidente estadunidense, Barack Obama, para quien Suu Kyi es “una héroe y una fuente de inspiración para todos los que luchan por los derechos humanos fundamentales en Myanmar y en todo el mundo”.

Sin la “participación libre” de todos los ciudadanos en la vida política no puede haber “democracia y una reconciliación nacional”, aseguró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Nueva York. “Su dignidad y su valor frente a la injusticia fueron una inspiración para muchas personas en todo el mundo, incluyéndome a mí”, añadió.

Poco después de conocer su liberación, otras seis mujeres galardonadas con el Nobel de la Paz, entre ellas la guatemalteca Rigoberta Menchú, afirmaron que les gustaría reunirse pronto con Suu Kyi. “Esperamos tener pronto la posibilidad de encontrarnos personalmente con nuestra hermana”, aseguraron en un escrito Menchú, Nobel de la Paz en 1992, las irlandesas Betty Williams y Mairead Maguire (1976); la estadunidense Jody Williams (1997); la iraní Shirin Ebadi (2003) y Wangari Maathai (2004), procedente de Kenia.

“Pese a los esfuerzos del régimen por quitarle al pueblo el liderazgo de Aung San Suu Kyi, su fuerza, su visión y su convicción han guiado a las personas en la lucha por la justicia y la democracia”, reza la carta firmada por las seis Nobel de la Paz.

Suu Kyi, cuya última detención se extendió por siete años y medio, se ha convertido en un símbolo de lucha por la democracia en esta nación gobernada por los militares desde 1962. La activista estuvo presa o en detención domiciliaria durante más de 15 de los últimos 21 años.

Milenio