Legalización, un acto suicida: Ernesto Samper

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Legalizar la droga sólo en un país y de manera aislada frente al mundo es un “acto suicida”, porque sería abrir las puertas a que se convierta en un territorio o región para que (los narcotraficantes) cometan toda clase de fechorías, afirmó Ernesto Samper Pizano, ex presidente de Colombia.


Durante su participación en el Conversatorio “Seguridad y Desarrollo” realizado por el gobierno de Zacatecas, refirió que la guerra contra las drogas como parte de una estrategia internacional de represión global “no solamente no está funcionando, sino que en muchos casos, está fracasando”.

Señaló que esos 400 mil millones de dólares que representa el comercio de drogas ilícitas, equivalente a mucho más que el comercio del petróleo, realmente significa un impacto mundial con consecuencias que ya se sienten a nivel local y regional.

El ex mandatario sudamericano dejó claro que la lucha integral, también significa atacar a los demás eslabones que vienen con el tráfico de drogas como el contrabando, las armas, la piratería y otros mercados ilícitos, además dijo que se requiere la corresponsabilidad de los países tanto productores como consumidores.

Samper recordó que hace 10 años mencionó que “México se estaba colombianizando” y dijo que en esa ocasión le llovieron “rayos y centellas”, sin embargo, consideró que este país aún “está a tiempo de aplicar correctivos” y evitar lo ocurrido en Colombia que se hizo demasiado tarde, cuando se tuvieron que pagar los altos costos en todos los sentidos.

Planteó la posibilidad de que México aplique un acuerdo nacional como los hizo Colombia a manera de que “no se convierta en el esfuerzo aislado de un Presidente o de un gobierno durante un determinado tiempo, sino que sea un propósito nacional” y advirtió que politizar estos temas tan sensibles sería “un acto imperdonable”.

Al precisar el acuerdo colombiano, similar al que también instrumentó España para atacar a la ETA, consistió en el respaldo de todas las fuerzas políticas para aplicar “medidas muy duras” como la extinción de dominio de los bienes, extradición, aumentos de las penas, así como otras acciones.

Incluso, se pronunció por la creación de una policía nacional al referir que sin un brazo operativo será difícil dar la lucha para obtener resultados.