Lavadero Político 31/08/25

Print Friendly, PDF & Email

termometro2


Estimado ciberlector, este es un tema del que casi nadie habla porque la agenda pública anda más entretenida con cortinas de humo: que si los tenis, que si la blusa clonada en Shein, que si los funcionarios ya se sacaron la lengua. Mientras tanto, se dejan pasar de largo asuntos prioritarios como el recorte al presupuesto de Oaxaca, que afecta directamente a millones de ciudadanos y desnuda la incompetencia administrativa del gobierno estatal.


Resulta y resalta que Oaxaca volvió a lucirse en el campeonato de la ineficiencia. El pasado 25 de marzo, el gobierno estatal reintegró recursos federales que no supo ejercer durante 2024. Así como lo oye: en vez de convertirlos en escuelas, hospitales, drenajes o patrullas, decidió regresarlos a la Federación. Un acto de incompetencia administrativa que se traduce en subejercicio con todas sus letras. Y en la política, como en el boxeo, los errores se pagan caro: Hacienda no perdonó y aplicó tijeretazo del 7.6% en las transferencias federales a Oaxaca durante el primer semestre de 2025, convirtiéndonos en el segundo estado más castigado del país, apenas detrás de Hidalgo con -8.3%.


El golpe no es menor. En términos absolutos, Oaxaca fue el estado que más dinero perdió, mientras a otros les sonreían las arcas: Coahuila, Veracruz, Quintana Roo o Campeche recibieron aumentos, y aquí nos tocó bailar con la más fea. El gasto federalizado a nivel nacional sumó poco más de 1.4 billones de pesos, una baja general del 0.6% respecto al año pasado. Pero en Oaxaca la caída fue brutal: -7.6%. Eso sí, para que nadie diga que no nos consienten, las participaciones (Ramo 28) crecieron en 1,525 millones de pesos, un 7.9% más. Dinero de libre disposición, pero que no alcanza a tapar el boquete que dejaron las aportaciones etiquetadas (Ramo 33), esas que sirven para salud, educación, seguridad y obras sociales, y que son las que realmente impactan en la vida de la gente.


El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 confirma que la cosa viene todavía más flaca: Oaxaca recibirá 93 mil 69.9 millones de pesos, es decir, 549.2 millones menos que en 2024. La tijera pega otra vez en el Ramo 33, dejando a los municipios y al estado con menos recursos para enfrentar las demandas más elementales.


Y todo esto sucede en un contexto social que da escalofríos: 2.48 millones de oaxaqueños, el 58.4% de la población, en pobreza; 1.23 millones en rezago educativo; 2.79 millones sin acceso a salud; 3.15 millones sin seguridad social; y más de la mitad sin servicios básicos ni alimentación nutritiva. Cada peso que se devuelve o se recorta significa perpetuar estas carencias.


Las preguntas que flotan son inevitables: ¿qué dejaron de hacer con el dinero reintegrado? ¿A cuántos ciudadanos perjudica esa incapacidad de aplicar fondos públicos?


El subejercicio del 25 de marzo no es un tecnicismo: son drenajes que no se construyeron, clínicas que no se equiparon, escuelas que no se rehabilitaron, patrullas que no llegaron. Y ahora, con el recorte del -7.6%, ¿qué se va a dejar de hacer en beneficio social? Oaxaca depende en más del 80% de los recursos federales, porque su captación tributaria es mínima. Somos un pueblo con poca recaudación local, y todavía devolvemos lo que nos mandan. La ironía es tan grande como dolorosa.


Y por si fuera poco, el recorte no es solo un castigo administrativo, también es un mensaje político. En la justa medida en que se devolvieron fondos, se recortaron recursos.


Pero lo más fuerte es lo que se lee entre líneas: el gobernador de Oaxaca parece que no tiene una relación estrecha con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Y en Palacio Nacional no se andan con rodeos: el presupuesto también es un instrumento de disciplina. Si no hay sintonía con la presidenta, los números hablan. Y vaya que hablaron.


El gran problema es que este tijeretazo llega en medio del caos que caracteriza al gabinete primaveral. Mientras los funcionarios se enredan en escándalos, pleitos internos y aspiraciones adelantadas, la administración deja de ejecutar lo fundamental. Y ahí es donde el golpe pega más duro.


Estimado ciberlector, la Federación mandó un mensaje claro y sin diplomacia, “te alineas o te alineas”, y mientras tanto los ciudadanos son los que pagan las consecuencias de un gobierno NINI (que Ni gasta bien Ni negocia mejor).


¿Qué hará el gobernador, alineará y expulsará también a sus malos funcionarios, sobre todo aquellos que le juegan las contras?

bullets100

 


A ver, estimado ciberlector, ¿se acuerdan del famoso Operativo Sable en Juchitán? Ese donde llegó la Marina, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y hasta la Fiscalía, como si fueran a filmar una serie de Netflix: entraron a la comandancia, desarmaron a los municipales, se llevaron las pistolas, chalecos y radios, y todo el mundo aplaudió porque, según, habían descubierto vínculos con el crimen organizado.


Pues resulta que, como en la mejor tragicomedia oaxaqueña, después de tanto show terminaron devolviéndoles las armas a los mismos policías. Sí, a los mismos que en junio fueron señalados de no pasar ni el examen de confianza. Y para rematar, el presidente municipal salió a decir muy campante que ya estaban “certificados” y que todo estaba bajo control. ¡Háganme el rechingado favor!


La pregunta es sencilla: ¿quién dobló el operativo? Porque mientras al principio se veía como un golpe de autoridad, al final quedó como una reverencia al revés.


Nadie dice nada. Pasa el tiempo y el silencio se vuelve cómplice. ¿Será que un personaje enamoradizo y adicto a los dramas de celos no quiere reconocer su error y su derrota?


Así que, estimado ciberlector, si algún día lo detienen en Juchitán y le quitan el celular “por seguridad”, no se preocupe: seguro después se lo devuelven… con certificado de confianza y todo.


Aquí lo grave no es que regresaron las armas, lo grave es que regresaron las dudas. Y esas, a diferencia de las pistolas, nadie las puede decomisar.

bullets100

bullets100

handicap2


Nuestra reportera de la justicia nos informa que el Fiscal General, Bernardo Rodríguez Alamilla, está por cumplir sus dos años al frente de la institución y aunque falta para su salida parece que ya se está preparando para los tiempos que vienen.


Qué sigue para el fiscal? En los corrillos se habla de que podría tomar la ruta del maestro Héctor Anuar Mafud Mafud (QEPD), quien no solo fue magistrado presidente del Tribunal, sino también secretario de Gobierno en distintos momentos. Mafud demostró que en Oaxaca es regla de oro: pasar de tribunal a la SEGO y viceversa. Otro ejemplo de esta tradición es Evencio Nicolás Martínez Ramírez, que fue subprocurador, procurador, secretario de Gobierno y finalmente notario. 


La lógica diría que Bernardo está en la antesala de la SEGO, sobre todo porque combina tablas jurídicas con experiencia en la Defensoría de los Derechos Humanos, lo que le da perfil de operador político. Si lo elevan a la SEGO, no sería mal paso: conjuga oficio con oficio… y carnet  para ese tipo de ascensos.


Sin embargo, en los pasillos de la Fiscalía circula otro rumor: que lo quieren empujar como aspirante a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez. Y usted, estimado ciberlector, se preguntará: ¿Quién le calentó la cabeza? Pues nada menos que Jesús Romero, el actual secretario de Gobierno, que anda más preocupado por no soltar su cuota de poder que por resolver conflictos.


Como buen mago de pasillo, entretiene con ilusiones: “Tú puedes ser alcalde… y tú gobernadora…”. Hasta a Margarita García le hizo creer que podía ser la próxima mandataria, aunque a más de uno le dio ataque de risa con solo imaginarla en campaña. Dicen que ya volvieron a ser amigos, y el Mero Mero la favoreció con un triunfo que la Mago presume, con la expectativa de tender lazos políticos para su aspiración política. Hay otras víctimas… que ya le iremos contando. 

 

bullets100


Y ya que lo mencionamos, hay que decirlo con todas sus letras: Jesús Romero vive en campaña permanente. Aunque lo niegue, lo jure y lo perjure, sus actos lo exhiben más que las sonrisas de campaña en fotos pagadas. Digamos que anda en modo “Flavio Sosa remix”: sembrando discordias y repartiendo espejitos.


Lo decimos porque en al menos dos ocasiones reunió a su equipo político —su hermana Monserrat, Karina Barón, Gilberto Melo, Donato Vargas, la diputada federal Naty Díaz, Roberto Claudio Castillo, Fernanda Schmidt, y varios incondicionales que ha sembrado e impuesto en muchas dependencias— para decirles primero que se prepararan porque él se lanzaría como candidato a gobernador en la elección corta de dos años.


El problema es que Chucho cambió de guion en cuestión de semanas: volvió a juntar a su gente para decirles que siempre no, que mejor se alistaran para su nuevo “gran proyecto”: la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez. El chiste, como suele pasar en estos casos, se cuenta solo… y hasta da risa nerviosa.


Estimado ciberlector, el acelere de Jesús no solo lo pinta como alguien que no sabe lo que quiere, también lo coloca como un político dispuesto a jugar contra el propio gobernador Salomón Jara si las cosas no se acomodan a su antojo. Ya lo ha hecho. Y quienes lo conocen aseguran que si el mandatario decide apoyar a otros perfiles como la flor inmortal Saymi Pineda o Vilma Martínez para la sucesión, Chucho Romero no dudaría en sacar el puñal y el veneno nuevamente como lo hizo en el 2021.


En caso de que la gubernatura corta sea para mujer, Romero ya aceleró a Karina Barón como su carta. En su lógica, el gobernador aún le debe la oportunidad que no tuvo hace poco más de tres años, cuando aspiraba a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez y le pidieron que se bajara para darle paso a Francisco Martínez Neri.


Dicen las lenguas viperinas que no es descabellado pensar en traiciones, porque la formación política de Jesús siempre ha sido la misma: sembrar discordia (así como Flavio Sosa je, je, je), aliarse en lo oscurito con los adversarios y dinamitar al que le estorbe, como lo hizo con Claudina de Gyves para imponer a Yesenia Nolasco en la Secretaría de Movilidad, y ahora anda grillando al Patas Verdes (Omar Pérez) de SOAPA, porque quiere ese espacio para meter otra persona que no es su primo. ¿Dejará Nancy Benítez que le quiten ese negocio, perdón, ese espacio?


Lo de “dar chingadazo tu espalda” (el golpe traidor o clavar el puñal), no lo dicen sus críticos, lo dicen hasta sus “aliados”, y ex aliados. Chendo Serrano, por ejemplo, lo retrata de cuerpo entero: informal, sin palabra, mentiroso y hasta desleal. De no creernos pueden preguntar a Benjamín Robles, Eva Diego, y hasta Sergio López, que ahora como que ya vuelven a ser Amis, aunque esto tiene una finalidad.


El propio gobernador parece tener claro ese perfil. Aseguran que por eso lo colocó en la Secretaría de Gobierno, un cargo que en Oaxaca más que trampolín es silla eléctrica. La regla no escrita es contundente: los secretarios de Gobierno no llegan a ser ni gobernadores ni presidentes municipales. Son piezas de desgaste. Y esa es, en el fondo, la paradoja de Jesús Romero: juega como si fuera el heredero natural, pero el tablero lo coloca como ficha descartable.


En política, estimado lector, las calenturas tempraneras suelen acabar en fiebre, y las traiciones en epitafios. Mientras tanto, en Oaxaca, los que hoy calientan la cabeza ajena pueden terminar con la suya servida en bandeja… con moño y risas grabadas al triple.


Hay más estimado lector, porque los tentáculos del Mero Mero, ya invadieron el jardín primaveral, y parece que el gobernador no se ha dado cuenta. La invasión no es buena señal, y menos con sus antecedentes.


Será mejor que compren Palomitas en combo extra grande porque la otra semana le hablaremos de la estructura y la base de datos que está formando, y no es para la revocación del mandato.  

Por cierto, Roberto Claudio, subsecretario de Prevención y Reinserción Social, presume cínicamente no haber tenido consecuencia alguna por las fugas del penal de Tanivet. Alardea que su padrino lo tiene como uno de los intocables, por aquello de fungir como chaperón, tapadera y paño de lágrimas cuando hay pleitos tóxicos y tequios —de vez en cuando— con ya saben quién. 


P.D. Cada vez que él aparece como beneficiario de la deuda de gratitud (sobre todo de los enemigos ) y no el gobernador—, la línea de mando se contamina y el proyecto primaveral se queda sin dueño visible. ¡Aguas!

 

bullets100

tierraciegos1

Nuestra reportera Colegiala se metió a la bodega de los secretos del COBAO con uniforme impecable y olfato de periodista: “Profe, ¿hoy sí habrá guías o puro mimeógrafo digital?” En los pasillos le dijeron que paciencia, que “ya merito”, que el camión viene en camino… pero en Tlalixtac el papel ya tiene destino, sello y proveedor. Son 295,001 guías recién horneadas en licitación de lote único, con candado editorial y precio de mayoreo. O sea, en el salón hay copias; en la oficina, contratos.

Y mientras nuestra reportera Colegiala anota nombres y cifras en su libreta, aparece el viejo fantasma de siempre: editor con llave maestra, intermediario con premio mayor y estudiantes aprendiendo a punta de fotocopias. ¿Qué es esto, clase de administración pública o remake del “Negocio de las Guías, temporada 2025-B”?

Estimado ciberlector, vamos a los detalles y a llamar a las cosas por su nombre.

En pleno arranque del semestre 2025-B, mientras en el COBAO que comanda Angélica Pérez y el “Cártel de los Sembradores de la Discordia”, resulta que las y los alumnos siguen trabajando “con copias” y sin claridad sobre sus materiales, la directora General Angélica, ya resolvió —en papel y con sello— comprar 295,001 guías didácticas. No lo decimos nosotros, lo dicen las Bases de la licitación LPE-SA-CB-0058-07/2025: el objeto es la “Adquisición de 295,001 Guías Didácticas Escolares…”, con cobertura para los 68 planteles del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca.

Y además, con una línea muy reveladora: lo impreso debe ajustarse al “diseño, material y contenido temático autorizado por la editorial GILHER Ediciones S.A. de C.V.”. Traducción de buró: hay un titular de derechos editoriales y nadie puede imprimir si no es bajo su bendición. La misma base fija IVA tasa 0% por tratarse de libros y pide entrega en un plazo exprés de cinco días naturales a partir de firmar contrato.

El procedimiento se abrió el 12 de agosto y en el acta de recepción aparece un solo participante: Ediciones Caslo S. de R.L. de C.V., con oferta por $17,989,160.98 IVA incluido.

Una semana después, el 19 de agosto, la Dirección de Recursos Materiales notificó el fallo: Caslo ganó el lote único por ese mismo monto. Si dividimos el total entre las 295,001 piezas, cada guía le cuesta al erario $60.98. Lo interesante es que la vigencia de la contratación —repitimos— es de cinco días naturales: Si el contrato se firma el 5 de septiembre, el proveedor tiene cinco días para surtir: ventana del 6 al 10 de septiembre. Es decir, sabían que el semestre (que comenzó a media agosto) forzosamente arrancaba sin guías. Esto estimado ciberlector, no es falta de papel, es falta de gestión.

El “quién es quién” del negocio explica por qué el tema huele a dejà-vu.

GILHER Ediciones aparece como el sello con los derechos de autor de las guías que usa el COBAO: las Bases obligan a que el contenido y la edición cumplan lo “autorizado” por esa editorial; no es la primera vez que Oaxaca amarra sus compras a GILHER. Otros subsistemas públicos han exigido la misma carta-permiso: en 2023 y 2025, las licitaciones para “Diarios de aprendizaje” del IEBO (LPE-SA-IE-0007-08/2023 -licitación declarada desierta- y LPE-SA-IE-0055-07/2025) pidieron carta de autorización de GILHER y listaron títulos, autores e ISBN de esa casa. Es decir, al menos desde 2023 GILHER controla ese catálogo en el mercado estatal de media superior.

¿Y quién es Ediciones Caslo? No es un sello editorial con catálogo público robusto ni aparece en listados gremiales visibles; su huella digital es rala y más cercana al “comercio” que a la edición de autor. Recordemos que, bajo la gestión de la doctora Verónica Hernández González y su ex azote del corazón en el COBAO, Caslo se convirtió en vehículo para vender guías entre $770 y $880 por semestre, pese a promesas de gratuidad; incluso es importante decir que Caslo, está ligada a Jesús Amado Paz Cervantes y a Tejidos Keyri. Esperemos que tome nota la nueva administración.

Caslo, además de ganar en COBAO, fue declarado ganador del IEBO que comanda (Francisco Javier Salinas Huergo) el 29 de julio de 2025 por $21,332,333.88 para 378,972 “diarios de aprendizaje” (precio unitario aproximado: $56.29). Mismo modus: lote único, libros a tasa 0% y distribución masiva. Si comparamos, COBAO paga 8.3% más por pieza que IEBO en su procedimiento de julio. Que cada subsistema tenga logística y especificaciones distintas es cierto; que esa brecha de costo merezca explicación pública, también.

Si usted estimado ciberlector se pregunta sobre la ficha técnica de las guías del COBAO, el documento enumera asignaturas por semestre —Lengua y comunicación, Pensamiento matemático aplicado a finanzas, Derecho y sociedad, Comunicación y sociedad, Temas selectos de ciencias sociales, entre otras—, y detalla tirajes por título; a la firma del contrato se define el calendario y el “corte” por plantel. Clave: la propia base ordena que el proveedor “adecue” imágenes institucionales y directorio del Colegio, y que el empaque llegue filtrado por plantel y asignatura. Si esto no está en campo, no es que “nadie supiera”, es que alguien incumple su propia ruta crítica.

Ahora bien, hablemos de los antecedentes empresariales —porque ahí se entiende la política real. GILHER Ediciones S.A. de C.V. mantiene actividad editorial visible en el sistema ISBN con títulos de 2023 a 2025 para bachillerato (p. ej., Temas selectos de Filosofía I y II, Ciencias Sociales, etc.). No hay una página institucional que publique su acta constitutiva, pero el rastro documental en compras públicas oaxaqueñas la perfila como la casa que tutela el paquete de obras usadas por IEBO y COBAO desde al menos 2023. Es decir, “los derechos” están en su cancha y los gobiernos compran la impresión y distribución amarradas a ese catálogo.

Ediciones Caslo S. de R.L. de C.V., por su parte, se inscribió en el Padrón de Proveedores del Gobierno de Oaxaca el 25 de agosto de 2023 (RFC: ECA2308076E0). En esta columna desde hace más de un años le informamos que esa empresa consignó que su alta ante el SAT el 7 de agosto de 2023 y que, prácticamente en cuanto abrió, empezó a vender guías en el COBAO. Esa cronología —empresa recién registrada que en un año ya concentra contratos de dos subsistemas— no es delito, pero sí exige controles reforzados de competencia y de calidad, sobre todo cuando el mismo sello editorial (GILHER) dicta el contenido.

Estimado ciberlector, si el guion le suena conocido, es porque lo es. Durante los sexenios anteriores, y en esta administración primaveral con la Doctora Verito-Tesorito, el “negocio de las guías” se operó con naturalidad y sin denuncias visibles desde la propia administración educativa. ¿Impunidad? Más bien continuidad por omisión.

La promesa de la 4T local —“gratuidad y digitalización”— chocó con inercias y con intereses editoriales y logísticos que no soltaron la presa. La prueba no está en discursos, está en licitaciones: hoy, 2025, COBAO vuelve a pagar millones por guías impresas sujetas a derechos de un particular. Y que no nos digan que es sorpresa: la base, negro sobre blanco, lo amarra a GILHER.

¿Dónde entra la dirección del Colegio? En el ABC de gobierno: planear, contratar y entregar. Si la “maestra Angélica” no ha bajado una ruta de distribución y un reporte de cumplimiento por plantel, entonces hay un vacío de control, porque esa licitación la debió hacer desde junio o julio a más tardar, así como lo hizo el “Tachidito” del IEBO.

En un ecosistema donde se especula con padrinazgos políticos (o con que “ya arregló” con tal o cual operador), lo único que corta el ruido es transparencia en tres frentes: fecha exacta de contrato, cronograma de entrega por plantel y evidencia de recepción con sellos. Todo lo demás es rumorología; el papel, en cambio, obliga.

Hay, además, un asunto pedagógico que suele perderse en la grilla: atar los programas de estudio a un único catálogo editorial reduce margen didáctico, y cuando la “adaptación” es cosmética (cambiar logotipos y directorios), el riesgo es pagar por un contenido que no conversa con las necesidades reales de cada plantel. IEBO, por ejemplo, también compra el mismo sello y, aun así, presume “diarios sin costo” para estudiantes en su comunicación oficial. La diferencia no está en la tinta, sino en la decisión política de quién paga la cuenta.

Pregunta incómoda.

Este año, solo entre COBAO e IEBO, Oaxaca compromete alrededor de $39.3 millones en materiales editoriales que orbitan el mismo catálogo de GILHER y en los que Ediciones Caslo aparece como ejecutor logístico-editorial en dos procedimientos distintos. Si el Gobierno prometió gratuidad, ¿por qué el presupuesto educativo sigue financiando impresos que, además, llegan tarde al aula?

Si la nueva dirección quiere despejar sospechas y dejar atrás la era de “la ventanilla discreta”, que publique ya el contrato, el acta de entrega por plantel y el dictamen técnico de calidad. Si todo está en orden, que lo veamos; y si no, que rueden las responsabilidades. Porque en educación, lo peor no es el “negocito”, es el vacío pedagógico que deja. Y a ese, no se le pone sello ni carta de autorización.

Al tiempo…

bullets100


Nuestra reportera chaira nos informa que mañana arranca la nueva temporada del Poder Judicial, pero no se confunda, estimado ciberlector: no es estreno de serie, sino reciclaje de elenco con maquillaje de “democracia judicial”. La 4T vendió el cuento de que el pueblo eligió a sus ministros, pero en realidad el libreto ya estaba escrito desde Palacio y con reparto de papeles entre oaxaqueños, guerrerenses importados y priistas de viejo cuño.


Tal como lo adelantó esta columna, la silla más codiciada no es la de Hugo Aguilar en la Suprema Corte, sino la del Órgano de Administración Judicial, el verdadero “cajero automático” del nuevo esquema. Ahí, nos cuentan, un ex consejero jurídico de Oaxaca es el que moverá los hilos. Y para darle más sazón al enredo, aparece el famoso “pelón” que estuvo en la SCT, originario de Guerrero, pero que se hizo compadre de la política oaxaqueña cuando se casó con una paisana en tiempos de Peña Nieto. Ya sabe usted, esos matrimonios que valen más que un doctorado en derecho.


No es casualidad que nombres como Rafael Navarrete Quezada o Gustavo Meixueiro floten en los pasillos como si fueran corcholatas judiciales. Ambos con aroma a los tiempos de Gabino y Murat, esos años donde la política de Oaxaca se vestía de modernidad pero se llenaba de priistas con piel de “ciudadanos independientes”. Hoy, esa camada reaparece disfrazada de operadores de la justicia del pueblo, pero con el mismo colmillo de siempre.


La jugada es clara: mientras el discurso oficial presume que mañana inicia la justicia más “cercana al pueblo”, en la práctica lo que veremos será un Poder Judicial administrado por viejos conocidos, con la bendición del Ejecutivo y el disfraz de pluralidad. Lo indígena y lo popular serán la portada; lo priista y lo oaxaqueño, el índice oculto.


El análisis crítico no deja lugar a dudas: la independencia judicial no se construye con votos masivos ni con matrimonios convenientes, sino con contrapesos reales. Y esos, estimado ciberlector, brillan por su ausencia. Lo que mañana empieza es más bien un lavado con suavizante tricolor y planchado con plancha guinda, donde la justicia será administrada como si se tratara de un fideicomiso más.


Y si usted esperaba justicia de estreno, prepárese: lo que habrá son repeticiones con subtítulos nuevos. Porque en esta serie, los jueces cambian de toga, pero nunca de partido.

bullets100


Nuestra reportera FBI (Fuerza Bruta Istmeña) nos manda señales de humo desde Salina Cruz, donde el Barrio de Santa Rosa de Lima no solo se vistió de gala por la festividad patronal, sino que también se convirtió en pasarela de poder… y de ridículos.


Resulta que la Secretaria de Movilidad, Yesenia Nolasco Ramírez, llegó al festejo junto a su esposo, el director del hangar oficial del gobierno de Oaxaca, Cuauhtémoc Almazán Cravioto, escoltados como si fueran virreyes recién bajados del barco, con todo y camionetón blindado, guaruras y despliegue de seguridad que parecía operativo de alto impacto.


Pero ojo, que en el pueblito noble y sabio la parafernalia no cayó nada bien: “¿Pues quién se cree la Yesenia?”, preguntaban los paisanos, porque si algo caracteriza al Istmo es la memoria larga… y la paciencia corta.


Y para acabarla de amolar, al encargado de redes sociales —que seguramente andaba más en la pachanga y con varias cervezas encima— se le hizo bolas el teclado: subió exactamente el mismo post en la cuenta de ella y en la del marido. Es decir, Yesenia terminó presumiendo a Yesenia como si fuera su propia esposa. Y se ve que tampoco revisa lo que sube, ahí sigue su error. ¡Tonto tu cabeza Xha´!

bullets100

 

herencia2

Esta semana, los tricolores revivieron y salieron de sus escondites, porque su dirigente nacional le dio unos manotazos al “Changoleón” Noroña, quien —fiel a su estilo— se quejó amargamente de la afrenta. No duden, amigos ciberlectores, que por esta zacapela en el Senado terminemos pagando nosotros, como pueblito bueno y sabio, alguna indemnización de por vida a este longevo patriota.

 


El sello de la casa tricolor es de todos conocido y, en Oaxaca, también tenemos gandallas que utilizan las artimañas del montonero: codazos, cachetadas, piquetes de ojos y hasta cuernos de chivo.


La lucha por el poder no es cosa simple y, para mantenerse ahí, nuestra clase política se pinta sola.


Freddy Gil Gopar “El Malvavisco”, Gustavo Díaz “El Gato”, Margarita Liborio “La Tyson”, Sofía Castro Ríos “La Peladita”, El Triple A, entre tantos otros nombres, dieron identidad a la legión de priistas conocida como El Bronx Oaxaqueño, quienes sin temor se fajaban a los chingadazos.


No han cambiado… bueno, algunos sí, pero solo cambiaron de partido.


Toing.

bullets100

 

Esta semana, nuestro reportero Bachiller nos informa que, nuevamente, trabajadores de los Telebachilleratos Comunitarios salieron a las calles a manifestarse en contra de su director general, el Mtro. Filemón Bernardo Hernández, quien ya no ve lo duro, sino lo tupido. Sobre su cabeza pesan fuertes acusaciones por parte del SUTTEBCEO.


Al parecer, el ex presidente municipal de San Felipe Usila está bien apadrinado, pues a su favor han intervenido varios jerarcas primaverales para ayudarlo a resolver las broncas en las que él solito se metió.


Si otra cosa no sucede y las investigaciones en su contra son serias, Filemón Bernardo tendrá que regresar a su pueblo natal.


El único consuelo que podemos darle es que no será el primero en correr esa suerte: la lista de relevados en esa dirección ya es larga. Recordemos el paso de Belén Morales Bautista, quien salió noqueada y echando pestes; o el del “violín” Jesús Madrid Jiménez, actual secretario general del tricolor.


Personajes nefastos que, tarde o temprano, terminaron mordiendo el polvo a manos de los propios trabajadores del SUTTEBCEO.


Decían que eran diferentes…


En fin, la hipotenusa.

bullets100

Nuestro reportero Flechador del Sol, como siempre, observador, nos cuenta esta vez que en Huajuapan, los documentos oficiales tienen un talento especial: saben disfrazarse. Uno abre la Circular CRH-066-2025 y piensa que se trata de un tratado salido de Bruselas, un acuerdo climático rubricado entre cancilleres. Pero no. En esencia, es una convocatoria para que los funcionarios madruguen, cambien la pluma por el machete y se presenten, obedientes, en el fraccionamiento Bella Vista.


En el papel, la retórica es grandilocuente: Eje Transversal Dos, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático. Palabras que resuenan como cátedra universitaria o discurso de Naciones Unidas. Sin embargo, lo que se esconde detrás es tan terrenal como el polvo: cortar hierba, cargar costales, barrer calles. Una versión del viejo tequio, maquillado con perfume corporativo y diapositivas de PowerPoint.


La novedad no está en la faena, sino en la amenaza. Antes, el castigo era un rasguño a la nómina. Hoy, la advertencia suena como guillotina: el que no asista se queda sin trabajo, sin rodeos ni atenuantes. Ya no se trata de perder un domingo, como el de hoy, sino de arriesgar el sustento de la familia. Una “colaboración comunitaria” que sabe más a extorsión que a civismo.


Y al centro de esta tragicomedia, aparece el presidente municipal, conocido con la ternura de un apodo: el Chupón. Puntual, claro está, pero no con machete. Él llega armado con camisa planchada, sonrisa ensayada, cabellera tiesa y fotógrafo en turno. Su papel no es cortar hierba, sino llenar álbumes digitales. Apenas se apagan los flashes, se evapora con la misma rapidez con la que llegó. El sudor ajeno es siempre más fotogénico.


Mientras tanto, los empleados —tesoreros, burócratas, secretarias— continúan bajo el sol como si fueran peones de hacienda disfrazados de “agentes contra el cambio climático”. Una ironía que duele: el municipio presume sostenibilidad mientras recicla, una y otra vez, el mismo esquema colonial de obediencia y látigo invisible.


Porque al final, el tequio de Huajuapan no es solidaridad, ni servicio, ni comunidad. Es una coreografía donde la cámara manda, el poder posa y los trabajadores barren. Y lo más lamentable no es la basura que se junta en costales, sino la que se acumula en los escritorios desde donde se dicta este espectáculo.

 

bullets100

En Huajuapan, el cabildo ha decidido que ya es hora de premiar la virtud. Pero la virtud, en manos del poder, no es un acto espontáneo: es un trámite con formato, sello, horario de oficina y sobre cerrado. La Medalla General Antonio de León se entregará en sesión solemne, pública, sí, pero perfectamente vigilada. Porque aquí la ciudadanía participa… siempre y cuando sepa bailar al ritmo de la burocracia.


La convocatoria tiene precisión quirúrgica: 25 horas exactas para proponer a alguien. Ni un minuto más, ni un pestañeo de gracia. Como si la grandeza humana tuviera fecha de caducidad y se midiera con cronómetro. Y no se le ocurra a nadie enviar la propuesta por correo electrónico o firmarla en servilleta: aquí el mérito solo cuenta si está impreso, engrapado y entregado en ventanilla. La modernidad digital se congela en cuanto la política entra a escena.


¿Quién puede proponer? Universidades, asociaciones, colegios con membrete. Es decir, instituciones con sello y paciencia para navegar el laberinto de requisitos. El ciudadano común, el que realmente conoce al vecino altruista o al maestro incansable, queda fuera. Su testimonio no basta; necesita intermediario. Así, la participación se mutila desde la raíz, disfrazada de “inclusión”.


La ceremonia será en la explanada de la Libertad de Expresión. Ironía en estado puro: el espacio que celebra la voz del pueblo se convierte en escenario de micrófonos oficiales, aplausos ensayados y libertad con guion. El cabildo aplaude, el pueblo observa, y la medalla brilla… pero no ilumina.


Como buen acto institucional, el texto se adorna con la frase de Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Pero en Huajuapan, el derecho ajeno se archiva, se interpreta o se aplaza, según convenga. Y la paz, en ese contexto, no es justicia: es silencio administrado con eficacia.


¿Quién ganará la presea? Tal vez alguien que lo merece, tal vez alguien que la pidió con tiempo y discreción. Aquí el mérito se mide no en servicio, sino en docilidad: si incomodas, no calificas; si denuncias, no aplicas; si organizas sin permiso, no existes.


La medalla que lleva el nombre de un héroe de la independencia debería ser homenaje a la dignidad y la resistencia. En cambio, termina convertida en espejo de lo que no somos: una democracia que premia sin escuchar, que reconoce sin incluir, que celebra sin transformar.


Y mientras las cámaras enfocan al cabildo, los verdaderos héroes siguen trabajando sin medalla, sin ceremonia y sin aplausos oficiales. Porque la dignidad no necesita diploma, y el servicio —el auténtico— nunca cabe en un sobre cerrado.

bullets100


Nos dice nuestro reportero Flechador del Sol, que en Huajuapan, el agua tiene poderes mágicos: desaparece de las llaves, pero se multiplica en las ventanillas. SAPAHUA ha descubierto la alquimia perfecta: transformar cada gota en multa, cada recibo en amenaza y cada usuario en rehén.


El procedimiento es sencillo. Vas a pagar puntual y el sistema, ese oráculo que nunca falla en fallar jeje, te dice que tu pago “no existe”. Resultado: ya no debes un recibo, sino tres. Y para salir del infierno administrativo, la penitencia es de mil 700 monedas de a peso. Aunque lleves comprobantes, testigos y hasta al notario, el sistema siempre tiene la razón.


Y si aún insistes en rebelarte, SAPAHUA se vuelve creativo: te pone un tapón en la tubería. Ahí sí, cero gota hasta que liquides meses “atrasados”, multa y reconexión. Un paquete “todo incluido” que ni las agencias de viajes.


Han habido casos donde los vecinos reciben recibos que son obras de realismo mágico: cuentas de 26 mil pesos que, tras un par de regateos, bajan milagrosamente a 4 mil. Ni las rebajas de Buen Fin logran tal hazaña. Como se llama esto: ¿Corrupción? ¿chantaje? ¿o milagro financiero digno de canonización? Lo cierto es que huele a drenaje tapado.


Mientras tanto, las colonias esperan agua como si esperaran la lluvia auténtica de Tláloc. Las autoridades practican el deporte favorito del cabildo: brazos cruzados y mirada perdida. Y en las oficinas, el mantra burocrático nunca cambia: “o pagas, o te la cortamos”.


Claro que esto no es casualidad. Sólo hay que recordar lo que nos reveló nuestro reportero Flechador del Sol hace dos semanas, una auténtica corrupción: Entre 2022 y 2024, SAPAHUA recibió más de 12 millones de pesos en préstamos de la Tesorería Municipal, sin aprobación del cabildo. Doce millones que se evaporaron como charco en mediodía. Los documentos están guardados por Leticia Méndez, alias “la Mata gatos”, que carga con recibos y firmas, incluida —¡oh sorpresa!— la del actual tesorero municipal.


¿Y los responsables? Carmela Ávila, que trata a los usuarios como enemigos; Alejandro Olmos, director que brilla por su ausencia (literal); y los regidores, que perfeccionaron la técnica del aplauso automático.


En Huajuapan el agua ya no se bebe: se cobra, se negocia, se chantajea. Y la corrupción, esa sí, corre a chorros. Porque aquí no tenemos un sistema de agua potable. Tenemos una caja registradora disfrazada de organismo público. Un negocio donde el único líquido que fluye con abundancia no es el agua… es la impunidad.

bullets100


Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:


En política, las traiciones no se planean: se calculan.