Lavadero Político 26/10/25

Print Friendly, PDF & Email

Estimado ciberlector aquí les dejamos la primera parte de las calaveritas:

bullets100

termometro2Estimado ciberlector, nuestro aguerrido reportero del Cártel de la 22 pintó la estampa del viernes con trazo fino: al filo del mediodía aterrizaron en Oaxaca Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública, y Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación. Unos minutos antes ya estaban en tierra Leticia Ramírez Amaya, coordinadora de Asuntos Intergubernamentales de la Segob, y Martí Batres Guadarrama, director del ISSSTE. Cuatro fichas federales movidas por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para lo que el gobierno estatal no pudo —o no supo— resolver: reinstalar la Mesa Tripartita con la Sección 22 y evitar que la ciudad siguiera secuestrada por la incompetencia local. Y es que cuando te mandan dos secretarios de gabinete de alto calibre y dos operadores, no es respaldo: es intervención.


Porque la verdad no necesita medias tintas: el primer responsable del desorden es Jesús Romero López, alias el Niñito Dios —porque todos lo cargan y nadie lo ve crecer—. Él es quien lleva la política interna y él decidió, otra vez, patear el bote, tender trampas, empantanar acuerdos y luego vender la “composición” como milagro propio. Esta vez el truco se le reventó en las manos: la 22 escaló, la capital se colapsó por semanas y la Federación tuvo que bajar a apagar el incendio. Eso no se llama gobernabilidad; se llama derrota del método.


Pero no nos hagamos: el Niñito abusa de una segunda debilidad que le sirve de coartada perfecta. Emilio Montero Pérez, director general del IEEPO, no opera como titular: distraído en la grilla de Juchitán, mirando el espejo de su proyecto personal, deja que el Instituto se le escurra entre los dedos mientras su Jurídico hace “negocios” que ya contamos en esta columna la semana pasada.


Con un IEEPO sin mando y una Secretaría de Gobierno dedicada a la intriga, el resultado es una sola cosa: acuerdos que no caminan, incidencias que no se resuelven y un magisterio que solo obtiene respuesta cuando cierra calles y afecta a los ciudadanos.


La mesa de Ciudad Administrativa quiso escenificar orden: manteles impecables, logotipos brillantes y cartulinas con nombres legibles —Rosa Icela Rodríguez, Mario Delgado, Martí Batres, Leticia Ramírez junto a Salomón Jara, Jesús Romero y Emilio Montero, entre otros. Pero la fotografía no tapa el ruido del fondo: uniformes y mobiliario sin entregar, becarios del ENIDMI esperando, 800 millones que no operan, incidencias del decreto 2015 enterradas en pasillos, justicia y reparación al ralentí, módulos espurios campantes y el ISSSTE con deudas históricas.


La 22 lo dijo con sus propias consignas: “mesa resolutiva, no simulativa”. Traduzcámoslo: calendario, montos y firmas; no boletines.


Si Emilio Montero y Jesús Romero supieran hacer su trabajo, habrían anticipado el calendario de pagos y provisiones, habrían atajado las incidencias con rutas técnicas y habrían puesto al IEEPO a trabajar de cara a escuelas y supervisiones. En vez de eso, el Niñito montó su laberinto habitual para arruinar a Montero y para que todo pasara por su ventanilla y, al final, vender favores.


Montero, por su parte, se limitó a la foto y al pase de lista, como si dirigir el IEEPO fuera un trámite más de ese instituto. Con ese binomio, era cuestión de tiempo para que la Federación llegara con libreta y pluma a poner orden, y de pasada evidenciar que los funcionarios del gobernador Salomón Jara no dan una, que parecen sus enemigos.


Nuestro reportero del Cártel de la 22 nos dice sin anestesia: “Si para reinstalar lo que nunca debió caerse deben bajar Segob, SEP y ISSSTE, entonces no estamos ante una crisis: estamos ante la quiebra del control político local”. Y sí, estimado ciberlector, la ciudadanía no vive de comunicados; vive de que su hija tenga clases, de que su negocio no muera en un bloqueo y de que el gobierno responda sin que medie chantaje.


Aquí no falló la “comunicación”, falló el gobierno del estado. Y en doble vía: un secretario de Gobierno que confunde oficio con zancadilla y un director del IEEPO que dejó la operación en piloto automático mientras mira al Istmo.


¿Qué tocaría hoy si hubiera voluntad y no simulación? Separar de inmediato la interlocución educativa de la cocina palaciega —que la mesa técnica la lleve quien sabe, no quien intriga—; poner a Emilio Montero a operar de verdad o sustituirlo por alguien que sepa y quiera; y por qué no, fijar un cronograma público con responsables con apellido y fecha de entrega; y cerrar la puerta a “gestiones” de sobremesa desde el Jurídico del IEEPO. Lo demás, es ruido, son golpes de pecho y llamados a misa.


La mesa larga, los vasos medio vacíos y Rosa Icela, Mario, Martí y Leticia tomando nota mientras el gobernador mira de reojo al Niñito y Emilio intentando que nadie se diera cuenta que moría por bostezar. Advertencia: si de esa “reinstalación” no salen soluciones reales, no habrá cuarta llamada: habrá próximo plantón. Y entonces, estimado ciberlector, no habrá Niñito que alcance para cargar el tamaño de la torpeza… ni grilla istmeña que le salve el expediente a un director que olvidó que su trabajo no es el próximo puesto, sino que mañana haya clases.


Mientras tanto, aquí el más afectado es el propio gobernador Salomón Jara y sobre todo el pueblito noble y sabio que tiene que pagar por la torpeza de estos servidores primaverales.


Diosito chulo ¿hasta cuándo?

bullets100


bullets100

marsupiales2

Nuestro reportero ruletero nos informa que, mientras los semáforos parpadean y los taxis piden esquina con los mototaxis, en la cocina del Gobierno de Oaxaca se preparó un platillo “regulador” que salió carísimo y con receta contradictoria. Se llama LPE-SA-SM-0086-09/2025, y el menú promete un “sistema informático para el control y la administración de concesiones en el Estado”.


Ese servicio costará $4,599,400.00 IVA incluido, a favor de Monitoreo Empresarial KYC, S.A. de C.V. Y no hay propina a repartir, porque en la mesa solo se sentó un comensal: fue el único postor, sin competencia y sin preguntas en la junta de aclaraciones. Como quien dice, carrera de un solo caballo… y aun así llegaron sudando a la meta.

Antes de que digan “¿y por qué licitó Administración si el problema es de Movilidad?”, les contamos cómo se arma este show en Oaxaca. Administración compra, SEMOVI ordena y Yesenia Nolasco presume.


La primera firma el cheque, la segunda dicta la receta y la tercera se toma la foto. Así que no se vale el “yo solo pasaba por aquí”: si el sistema nace chueco, el acta la firma Administración, pero la responsabilidad política es de SEMOVI y de su titular, orgullosa integrante del team del “Niñito Dios”.


Si usted, estimado ciberlector, se pregunta qué fue lo que compraron, aquí les decimos:


En papel compraron algo moderno. En la realidad, un Frankenstein tecnológico: piden que el “frente” sea en Angular, la base de datos en PostgreSQL y todo dentro de Docker… hasta ahí, bien. Pero luego mezclan Node.js, Spring Boot y Apache Tomcat, como querer instalar un motor de Volkswagen en una Harley y que arranque a la primera. Resultado: una arquitectura enredada, cara y con fecha de entrega de 75 días.


En corto (para no iniciados): están pidiendo un sistema con piezas que no van juntas; eso asegura nuestro reportero que complica, encarece y hace muy difícil entregar algo bueno en poco tiempo.


La guarnición tampoco ayuda. Y es que piden un servidor grandote: 48 GB de memoria y 4 TB de disco sólido, como si fueran a guardar la historia completa de Oaxaca en video 4K. Y, al mismo tiempo, limitan cada archivo que suba la gente a 1 MB. Un recibo con sello digital a veces ya ocupa medio mega; súmale INE, comprobante y una foto del carro… y no cabe.


Si querían un expediente claro y completo, con esa regla lo que compraron es una máquina de hacer pedacitos los documentos. En corto: piden una compu carísima, pero no dejan subir archivos de tamaño normal; así el trámite no va a funcionar bien.


El calendario financiero también cojea. Piden dos pagos: 40% después del análisis y 60% al final. Traducido: mucho dinero temprano por un entregable que —sin producto funcional real— es el paraíso de la imprecisión.


La experiencia dicta que lo que disciplina a los proveedores es un hito intermedio “con software andando”, con usuarios probando y con criterios de aceptación cerrados, no un cheque gordo por un documento bonito y unas reuniones por Zoom.


Si nuestro reportero se pone malpensado —que para eso sirve el periodismo, para sospechar con argumentos—, parece el típico niño vivo que ve la oportunidad, mete la mano y sale con el dulce en la bolsa, mientras el adulto responsable mira hacia otro lado.


Hasta aquí el banquete burocrático. Pero afuera, estimado ciberlector, la realidad se mueve sobre dos llantas y sin permiso.


Porque mientras SEMOVI presume su sistema millonario, las motos-taxi y ahora DiDi Moto operan a plena luz del día sin concesión, sin taxímetro y muchas veces sin casco. No es rumor: basta abrir la app —ahí está la evidencia— y aparecen las opciones de viaje con promociones y tarifas que rondan los $0.49 pesos para el primer recorrido.


Y aquí viene lo sabroso del guiso: la propia SEMOVI reconoció en febrero de 2025 que DiDi Moto no está autorizado. En su comunicado del 12 de febrero, citó los artículos 220 y 230 de la Ley de Movilidad y el 279 de su Reglamento, y advirtió sanciones de 350 UMAs (unos $39 mil pesos) por operar sin permiso.


Y no era la primera vez: en abril de 2024 ya habían reiterado que ninguna plataforma —Uber, InDriver ni DiDi— tenía autorización en Oaxaca.


Pero una cosa es el papel y otra la calle. Porque, pese a esos comunicados y a los operativos fotográficos, DiDi Moto sigue rodando. El exhorto de SEMOVI quedó en eso: un llamado a misa, mientras las motos siguen pasando frente a la propia Secretaría.


Y si usted me dice que $39 mil de multa es castigo ejemplar, recuerde que para una empresa del tamaño de DiDi eso equivale al cambio que dejan debajo del tapete del asiento. Con sanciones tan chiquitas, cualquiera preferiría pagar la multa y seguir cobrando.


En resumen: el Gobierno dice que sanciona, la app dice que opera, y el ciudadano sigue subido en la moto rezando para que el algoritmo también frene en los topes.


No se trata de negar el derecho a trabajar ni la urgencia de moverse en una ciudad cada vez más caótica; justo por eso regular es obligación, no hashtag. Si con taxis “formales” ya tenemos sustos —robos, abusos, placas clonadas—, imagínese el desorden sobre dos llantas y sin seguro.


Y si no nos cree, puede mandar a revisar en las cámaras del C4, del día miércoles 8 de octubre a las 10:24 aproximadamente, sobre la calle de García Vigil, casi llegando con Av. Independencia. Para que no diga que aquí inventamos, pero también puede preguntar al pueblito noble y sabio.


La responsabilidad tiene nombre y apellido: Yesenia Nolasco. Si de verdad quiere presumir orden, empiece por donde hoy está el mayor riesgo real para la gente: ponga reglas, seguro obligatorio, casco obligatorio, padrón y operativos que duren más que un tuit. Lo demás, secretaria, es simulación con casco invisible.


Porque, estimado ciberlector, la autoridad no necesita otro sistema de $4.6 millones para saber que hay motos cobrando viajes sin permiso. Necesita voluntad para poner orden y un sistema que acompañe, no que estorbe.


Lo que compraron, así como está, parece más un capricho de escritorio que la columna vertebral de una política de movilidad. Y cuando el gobierno compra humo, la ciudadanía respira smog.


¿Regulación? Sí. ¿Con prisa, contradicciones y a $4.6 millones? No, gracias.


Aquí hace falta un sistema que sirva a la gente, no un contrato que sirva al team del “niñito listo”.


Al tiempo…

bullets100

bullets100

herencia2


Nuestro reportero Zancudito Loco nos informa que quienes se empeñan en seguir exprimiendo a Oaxaca son los Murat. La pareja —Alejandro e Ivette— ahora quiere demostrarle a Salomón Jara y a su jardín primaveral de qué cueros salen más correas.


Sus impulsores aseguran que Ivette Morán no se conforma con ser una próxima “notaria honoraria” como su esposo; se le metió la idea de ser gobernadora de Oaxaca. Por eso empezó a aceitar la estructura que tejió durante su paso por el DIF estatal. Como dicen que la cosa va en serio, ya está activando a sus exdelegadas regionales para visitar a quienes resultaron beneficiados en el sexenio del “cachorro”.


Y como no piensan escatimar —para eso están los cofres del pueblito noble y sabio y, según trasciende, hasta las joyas sacadas del Monte de Piedad—, ya preparan más de 20 mil despensas para repartir en diciembre. Nuestro reportero Zancudito Loco nos sopla que podrían ser incluso más, porque traen censo en mano y calculadora en modo festivo.


Usted se preguntará, estimado ciberlector, ¿a qué viene tanta prisa? Dos razones: la primera, afiliar a esa gente al Partido Verde para que ella pelee la mini gubernatura de dos años; la segunda, armar pólvora contra el gobernador Salomón Jara rumbo a la revocación de mandato. Los Murat, dicen, quieren usar a Ivette para cobrar factura. ¡Qué tal! Y es que como es mujer, Salomón se vería mal peleando y atacando a una mujer, y lo denunciarían por violencia de género.


Y aquí es donde más de uno debería ponerse el huarache antes de espinarse: habrá que ver quiénes se van a sumar al cien por ciento con la parejita mexiquense, porque cuando a varios políticos les llegó el tsunami de los “legales”, los Murat les dieron la espalda… y a algunos hasta los “entregaron”. Si ya saben cómo son, más vale que los hoy embelesados por la dupla Murat–Morán miren el espejo de quienes hoy cargan con problemas judiciales, y de aquellos otros que tuvieron que rascarse solos para salir de ese túnel oscuro.


Que no digan luego que no se les advirtió: el aplauso es gratis, pero la factura siempre llega.


Aunque, entre nos, la jugada de fondo sería la de seis años por la vía Verde–Morena, aprovechando que, según presumen, el señor Cachorro Murat trae “vara” con Claudia Sheinbaum. Ya ve, en la 4T también se cuecen habas… y a veces se re-cocen.


Ahora, Estimado ciberlector anote usted otro capítulo: quien también anda rematando al Partido Verde —y no sorprende a nadie— es uno de los mayordomos de la casa Murat-Morán. Sí, estimado ciberlector: hablamos de Raúl Bolaños Cacho Cué. Fiel a su costumbre de chaquetear y subastar partidos y candidatos, ya entregó el menú en charola de plata, sin consultar al presidente estatal y menos al nacional del Verde Ecologista. Por eso luego se ofenden cuando uno les recuerda que en Oaxaca la Guelaguetza se baila con convite, no con dedazo.


A propósito, alguien debería recomendarle al gobernador Salomón Jara que le instale un GPS -de esos que les ponen a los cachorritos peludos- para rastrear a Raúl, de esta manera evitaría que este mayordomo le haga de chivos los tamales.


Porque no es por intrigar, pero mientras Raúl jura que va a trabajar en equipo rumbo a la revocación, por debajo de la mesa —dicen— ya afila la trampa contra la primavera y su Tlatoani. Seamos francos: Raúl le debe todo a los Murat-Morán, son sus verdaderos amos, por lo cual si le dicen siéntate lo hace, si le dicen miente y traiciona lo hace, si le dicen muerde, también lo hace.


Aunque es importante decir que para esas tareas también hay que tener inteligencia y como no la hay, todo le sale chueco, por eso en sus ratos libres, le carga el maletín a Ricardo Monreal, personaje que ha intentado darle clase… pero parece que ya se dio cuenta que el talento no se da en maceta. Y ya ven: cuando la mula no quiere, ni el arriero.


Por cierto: pésimo se vio aquello de hablarle al oído a Ricardo en pleno evento, como si estuviera dictándole línea o corrigiéndole el guion. Él mejor que nadie, sabe que eso se resuelve con una tarjetita, no con susurros de salón. Pero el muchachito, tan oportunista como mal educado, corrió a difundir el video en Oaxaca para presumir un liderazgo que nomás no cuaja. Aquí, al menos, se burlaron todos. Del ridículo también se aprende… si hubiera maestro.


Diosito santo, líbranos de ese mal.


De paso, Raúl Bolaños Cacho anduvo de gira en Tuxtepec, siendo que lo eligieron por el distrito 08 de la capital. Cuando el aplauso hay que buscarlo fuera de casa, lo que falta no es escenario: es presencia real. El corrido ya se lo sabe: “ese compa ya está muerto… nada más que no le han avisado”.


Consta en actas que ya se los dijimos, para que después no salgan con que no se les advirtió a tiempo. Aquí, donde Monte Albán vigila y el rumor corre más rápido que el Atoyac en lluvia, las jugadas quedan registradas. Luego no anden llorando en la puerta del Monte de Piedad.

bullets100

bullets100

handicap2


Estimado ciberlector, hoy por la mañana hubo función y el maestro de ceremonias fue Antonino “Nino” Morales Toledo —para la clientela del bajo mundo: Hamponino—. El libreto fue sencillito: abre Nino, de intermedio Laura Estrada Mauro, y cierra Luis Alfonso Silva Romo. Nos lo filtró nuestra reportera Chaira orgánica, entre bolsas amarillas con el panfleto del “Informe Legislativo. Legislando por el Bienestar de Oaxaca” y listas de “confirmados” que dicen 7 mil sillas ocupadas; de ésas, 4 mil ordeñadas de la capital. En cristiano: el músculo es prestado, el evento tiene dueño y los otros dos como es su costumbre, solo se suman para la foto.


El punto fino lo puso el gobernador Salomón Jara Cruz: dicen que no le permitió a Nino hacer su informe por la libre. No es trámite, es mensaje: “aquí mando yo y no es tiempo de sucesión”. Y llegó justo después de que el senador tapizara la ciudad con basura, perdón, periodiquitos y sembrara el estado de espectaculares con su cara de “estadista en temporada alta”.


Estimado ciberlector, en Oaxaca eso activa una vieja ley no escrita: la maldición del espectacular. Pregúntenle a Adolfo Toledo y a Raúl Bolaños Cacho Cué: aspiraron, suspiraron… y ahí los dejó estacionados la maldición.


La promesa de multitudes se oye bonita en los chats, pero la aritmética no perdona: si necesitas 4 mil de la capital para completar, tu “fuerza propia” ya viene con mitad de batería. Por eso Laura y Luis Alfonso no están para mover plaza, sino para darle tono institucional a un acto que, digan lo que digan, es el informe que quiso ser de Nino, bajo tutela del que fija el reloj.


Y la estética… ¡ay, la estética! La botarga amarilla —cabezón, guayabera y zapatos brillosos— parece salida de Los Simpson. Es la metáfora perfecta: política de caricatura para ambiciones de gobernador. En esta plaza el voto se cocina al carbón, no en microondas ni con muñecos de látex.


¿Qué se juega mañana? No la candidatura ni la sucesión. Se juega el control de los tiempos.

bullets100

bullets100

resbala


Nuestra reportera adicta a la green voladora se plantó bajo la sombra del abuelo de El Tule y volvió con lo esencial: el “magno” acto del 3 de octubre —esa pasarela para “entregar” certificados a árboles notables— no es hallazgo de temporada de la secretaria Karime Unda Harp (sí, Betty Karime Pinzón Rambo en el pasillo oficial). Es la reedición, con moño nuevo, de una política pública con pergamino de 17 años: el 6 de diciembre de 2008, bajo el gobernador Ulises Ruiz Ortiz, se publicaron en el Periódico Oficial los Criterios para la declaratoria, registro y preservación de árboles históricos y/o notables y la Primera Declaratoria con 13 ejemplares. La película no empezó en 2025; está impresa desde 2008 y tuvo continuaciones en 2009 y 2010.


Para que nadie confunda corteza con madera fina: el 14 de septiembre de 2024 apareció la Cuarta Declaratoria (Acuerdo MEDIOAMBIENTE/002/2024). De ese expediente —no de una ocurrencia de templete— salen los ocho árboles distinguidos en San Pedro Mixtepec, San Juan Guichicovi, Magdalena Jaltepec, Magdalena Zahuatlán, Loma Bonita, Santo Domingo Zanatepec y San Pablo Villa de Mitla (este último con dos). Las especies ya estaban en lista técnica: parotas, ahuehuetes, ceibas, higueras y mezquites. Un año después, el 3 de octubre de 2025, vino la “entrega” de certificados frente al ahuehuete de El Tule. La foto es nueva; la declaratoria, no.


El esqueleto técnico tampoco es novedad. Existe un catálogo estatal —Nuestras raíces. Catálogo de árboles notables y emblemáticos del Estado de Oaxaca— elaborado y difundido en el sexenio de Alejandro Murat (entonces SEMAEDESO). Fichas, coordenadas, historia cultural: todo ese trabajo venía hecho y con portada. Hoy lo desempolvan como estreno.


Ese mismo 3 de octubre colgaron medallas por Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC). Bien por las comunidades que le entran en serio; pero el abecé no cambia: es trámite federal ante CONANP, gratuito, con expediente y visita de campo; la certificación recae en propietarios, ejidos o municipios. La Secretaría estatal acompaña y coordina; no sustituye a quien pone la tierra y la vigilancia del monte. Los méritos, donde corresponden.


También hubo firma del Acuerdo Marco de Coordinación entre el Gobierno de Oaxaca, SEMARNAT y CONANP, con Salomón Jara Cruz, Alicia Bárcena y Pedro Álvarez Icaza Longoria en primera fila. Aplausos por la foto; mejor aún sería conocer con qué partida, qué metas verificables y qué calendario se va a ejecutar. Declarar reconoce; presupuestar y operar protege.


Para las cifras duras —que son las que mandan— está el Programa de Ordenamiento de la Zona Metropolitana de Oaxaca (POZMO), agosto de 2024. Ahí se confirma que gran parte de lo anunciado descansa en fondos federales y viene etiquetado: Limpieza del Atoyac, Salado y San Felipe por $121,000,000.00; Preservación del Parque Nacional Benito Juárez por $40,000,000.00; Delimitación del polígono de El Fortín–Cruz Blanca–Cerro del Crestón por $40,000,000.00; Programa de arbolado urbano y franjas de amortiguamiento por $150,000,000.00; Captación de agua y mitigación al cambio climático por $228,112,061.00; Actualización de los Programas de Manejo del Crestón y del Fortín por $500,000.00 cada uno; y el CIRRSU por $385,000,000.00.


El propio cuadro del POZMO señala instrumentos como egresos de la Federación, fideicomisos o atención a asentamientos humanos, y coloca a SEMAEBO como instancia coordinadora junto a otras dependencias. Traducción al castellano llano: el músculo financiero mayormente no es estatal, y la “ruta” ya venía trazada.


Nombre clave en la ruta técnica previa: Fernando Enrique Bustamante Pérez, subsecretario en la etapa anterior, a quien se le reconoce haber empujado expedientes, gestiones y reuniones que desembocan en la Cuarta Declaratoria. El expediente camina con técnicos; la ceremonia, con micrófonos.


El subtexto político es el que ensucia la hoja: Betty Karime se distingue por la trampa retórica de presentar continuidad como novedad y colgarse medallas con trabajo ajeno. El patrón se repite: evento vistoso, relato épico y, cuando se exige hoja de ruta, generalismos. Si la “Primavera” quiere pasar de estación fotográfica a política pública, toca mostrar metas trimestrales, responsables con nombre y firma y dinero ejercido a tiempo en el Fortín, el Crestón, el Atoyac y el Salado. Los ahuehuetes no beben aplausos; beben agua infiltrada, suelo vivo y mantenimiento programado.


Y ya que de operación hablamos, asoma otro cuello de botella: el administrador Fidel Magdaleno. Según los propios documentos del programa, el recurso está aprobado; falta asignarlo y accionar. Pero el funcionario, dicen los reportes, no sale de la curva de aprendizaje ni de la zona de confort: aparece en reuniones fuera de su competencia y no en la pista donde se aterrizan los recursos. Con los montos en la mesa, lo que urge no es discurso, sino oficios de liberación, calendarios de gasto y actas de ejecución.


Por cierto, el jefe del Departamento de Capacitación y Cultura Ambiental es Antonio Robles Brena, dicen que en lo formal su cargo sigue vigente; pero… en lo operativo, documentos y versiones recabadas describen que fue relegado de funciones de capacitación hace tres semanas por la misma Karime.


Dicen las lenguas de los pasillos que el detonante de esa decisión fueron las múltiples quejas del equipo de los Pichones (Aves de Oaxaca), cuya representante es Fátima Santana Pérez —ligada a coordinación de avifauna y, en el círculo cercano, señalada como ahijada de Betty Karime— por sobrecargas, maltrato y falta de conducción atribuidas a Brena. Tras esas inconformidades, el grupo quedó más cerca del despacho de la titular y más lejos de las cargas de trabajo.


Estimado ciberlector, todos los que conocen a Karime Pinzón saben que si algo la caracteriza, es su costumbre de vender como estreno lo que ya estaba firmado. Pero ahí la quieren tener, para seguir dejando al gobierno de la primavera como vulgares pagiadores de los trabajos que hicieron los conservadores, esos que odian tanto.

bullets100

bullets100


En Tlacolula de Matamoros las cosas están de “mírame y no me toques”… y de “no te cuelgues lo que no cosiste”. El presidente municipal René Óscar Sánchez un día amaneció con ganas imitar a Emilio Montero: vio obra ajena, se peinó para la foto y ¡zas!, la subió como si fuera producto de su varita presupuestal.


El numerito fue con los sanitarios del CETis 124. El alcalde los presumió como trofeo municipal, pero la realidad —esa aguafiestas— trae sello de programa federal “La Escuela es Nuestra”: recursos directo a la escuela, sin escala en el palacio. O sea, aquí no hubo “gestión del señor presidente”, hubo transferencia a la comunidad educativa… y mucho pico y pala de madres, padres y docentes.


La jugada salió carísima en reputación: la página Ciudadanos de Tlacolula Oficial lo reventó en redes, porque una cosa es cortar listones, y otra cortar camino para colgarse medallas ajenas. En el CETis 124 fueron claros: no fue presupuesto municipal; fue esfuerzo escolar + pesos federales. Fin del comunicado y de la fantasía.


Estimado ciberlector, el problema no es un resbalón de Facebook, es la maña de maquillar “resultados” con obra etiquetada. Si el presidente quiere aplausos, que enseñe oficio de radicación, contrato, estimaciones y bitácora, o que por lo menos salga a reconocer el trabajo del gobierno federal y de los padres de familia.


Que alguien le diga al presidente, que si busca baño de pueblo, no se meta a los sanitarios que no pagó, que gestione los propios.

bullets100


Dice nuestro reportero Flechador del Sol que, en los pasillos del Ayuntamiento de Huajuapan, sobran los testimonios. Todos coinciden en lo mismo: esta es la peor administración que recuerdan. Algunos pensaban que nada superaría la gestión de Martín Aguirre, la del papá Chupón, o la de Procopio Martínez . Pero hoy nadie duda: la del “Chupón” Martínez se lleva el deshonor. Y no sólo esta, también la anterior.


Una trabajadora lo resume con una frase que abre la historia sin rodeos:


—Estoy totalmente arrepentida de haber aceptado la invitación de Luis.


Lo dice con serenidad, como quien ya no tiene nada que perder. “Decepcionada”, repite, y deja en el aire un silencio que pesa. Luego, sin titubear, suelta la verdad:


—Lo que vivimos aquí es, con perdón, una porquería. Han castigado los sueldos, hay desorden, abuso y corrupción.


Su testimonio no es chisme de pasillo ni queja de café. Es una radiografía del caos que gobierna desde las entrañas del Palacio Municipal. Ese mismo que presume transparencia mientras se hunde en su propio lodo.


La corrupción se asoma por todos lados: en el área de Alumbrado Público, en Obras, incluso en la Contraloría, donde menos debería existir. En todas partes se repiten las mismas conductas: machismo, homofobia (a veces practicada por los mismos que la promueven), vulgaridad y, lo que no puede faltar, alcohol.


Cuando un trabajador presenta un proyecto, casi siempre se rechaza sin explicación. Y si se aprueba, es bajo condiciones que rozan lo indecente. Las mujeres lo llaman “algo asqueroso”; los hombres, “algo vomitivo”: vivir una “experiencia fantasiosa”.


Negarse tiene consecuencias. En el gobierno del Chupón Martínez, la decencia se paga caro. La venganza llega en forma de una acusación falsa de acoso sexual. Así, con una simple denuncia, logran remover a quien se resiste.


El caos administrativo es tal que los jefes ya no saben quién trabaja en qué área. Por eso hay filtraciones constantes. Los desplazados hablan sin miedo de diezmos, facturas infladas, moches y desvíos descarados.


Mientras tanto, el presidentito, Salvador “Chava” Zúñiga Hernández presume austeridad. Vigila con celo enfermizo a sus empleados: manda tomarles fotos si desayunan más de media hora. Pero los verdaderos abusos —los sexuales, los financieros— quedan impunes.


Uno de los casos más sonados involucra a la coordinadora de Alumbrado, Anabel Vivar Ojeda, acusada de vender material reciclado al proveedor Israel Bazán, dueño del negocio Kenimar. Bazán, antes mariachi, de esos que se visten de negro y tocan trompetas, ahora vive mejor que muchos regidores. Este personaje compra las lámparas fundidas, las compone, y se las vuelve a vender al ayuntamiento.


Los mismos trabajadores de alumbrado público reconocen las lámparas que ellos mismos quitaron, pero el ayuntamiento, a través de la coordinadora de alumbrado, sabedora de esto, se las vuelve a comprar, y las lámparas duran tres días. Tres días de luz y tres años de oscuridad moral.


De esta pareja hay mucho, mucho qué platicar. Preparen sus palomitas. En este ayuntamiento, los títulos académicos valen menos que los favores. Algunos se autodenominan “licenciados” sin haber terminado la secundaria. Una tal Samnia, dicen, puede despedir a quien no la trate con el título que exige.


Otro ejemplo: la iluminación de las fiestas patrias. La misma coordinadora de Alumbrado infló facturas; el adorno del quiosco costó 37 mil pesos, pero se reportó en 45 mil. “Si no hay patria digna, al menos habrá pachanga cara”, dijo. Y así, el pueblo paga la fiesta ajena.


Mientras los negocios florecen, los sueldos se marchitan. En el trienio de Juanita Cruz Cruz, un trabajador ganaba 8 mil pesos; hoy recibe 5 mil 500. En tres años, los salarios no han subido ni un peso. El Chupón Martínez los redujo por capricho.


Así gobierna: con la tijera en una mano y el diezmo en la otra. Ganan más los amigos del presidente que los profesionistas. En este mundo de dedazos y aviadores, la corrupción es la regla y el respeto, la excepción.


Hasta el papel higiénico lo compramos nosotros”, dicen los empleados. No hay papelería, las sillas están rotas, los equipos de cómputo no sirven. El mobiliario nuevo que dejó la administración de Juanita Cruz Cruz desapareció, igual que los 19 millones de pesos de los que el Chupón jamás rindió cuentas.


Aun así, los trabajadores siguen ahí. Resisten. Ya no tienen miedo, sólo coraje y resignación. Denunciar, dicen, es el último acto de dignidad que les queda.


Porque Huajuapan está frente a un gobierno que predica moral mientras se baña en moches; que presume austeridad mientras gasta como si la caja municipal fuera piñata de cumpleaños.


El silencio tiene precio. La lealtad, nómina. Y mientras los regidores miran hacia otro lado, la administración se deshace. Todo está a la vista: contratos inflados, caprichos personales, amigos premiados, honestos castigados.


En el ayuntamiento del Chupón, la ley no es la Constitución: es su voluntad. Los demás sólo miran, callan y cobran.


Huajuapan brilla de noche, sí. Pero no por su alumbrado público, sino por la impunidad que ilumina cada rincón del Palacio Municipal.

bullets100


Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:

“En política, quien se adelanta activa la maldición y firma su caída.”