Lavadero Político 25/05/25

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A escasa una semana de la elección federal de ministros, jueces y magistrados del Poder Judicial, los palomeados del poder ejecutivo y legislativo ya empiezan a aparecer como favoritos en las encuestas bananeras —esas que cambian más rápido que los precios de la gasolina.

Uno que ya se siente con toga planchada es Hugo Aguilar Ortiz, aspirante a ministro de la Suprema Corte, quien anda de gira como si buscara votos y no una silla en el Pleno. Lo curioso no es la gira, sino el gasto. Porque recorrer el país, aunque sea en campaña modesta (o “mediana” como le llaman), no sale barato, y hasta por carretera se gasta porque se gasta.

Y aquí viene la pregunta que todo México se hace, pero nadie en el INE quiere contestar:

¿De dónde sale el dinero para financiar los viáticos de su señoría en campaña anticipada?
¿De su bolsa? ¿Del diezmo? ¿O del erario disfrazado de apoyo institucional?

Sería sano, ético y hasta decoroso que el candidato a ministro transparente cuánto ha gastado y de dónde proviene cada peso, centavo y transferencia. Porque si va a llegar a impartir justicia, al menos que no lo haga montado en una injusticia presupuestal.

Y es que entre los murmullos que corren por los pasillos de las dependencias federales, hay quien dice que cierta institución indigenista podría estar operando como patrocinadora no oficial de la campaña. ¿Será? ¿O será puro chisme de café institucional?

Esperemos que no esté saliendo el presupuesto del INPI, que bastante falta hace para atender a los pueblos originarios como para que acabe financiando campañas togadas con aroma a favoritismo.

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¿Los “ministros del pueblo”?

En un nuevo episodio de la serie “Juegos de la Democracia” —versión 4T—, el oaxaqueño Hugo Aguilar Ortiz se alista para aterrizar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) junto a Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf; todas ellas cargando polémicas que las persiguen como sombra al mediodía.

Los dados para la elección del próximo domingo 1.º de junio ya tienen nombre y apellido: acudir a las urnas será un mero trámite. Eso de que “el pueblo manda y quita” resulta, una vez más, pura politiquería de folletín.

Tras fracasar en su intento de doblegar al Poder Judicial, el gobierno prepara ahora su tablero para colocar ministros marioneta que no objetarán nada —ni se interpondrán— frente a las ocurrencias que ordene el Ejecutivo.

Para Oaxaca, claro, es “histórico” sumar a un indígena en la Corte; pero seamos francos: su llegada trae un sello bien marcado y, cuando llegue la hora de la verdad, tocará agachar la cabeza porque, para eso, lo pusieron ahí.

Arriba ya les advertíamos del financiamiento tras su candidatura; hoy queda claro que, desde el inicio, gozó de la bendición del sistema para emprender su gira nacional rumbo a la Corte. El guion estaba escrito, el telón ya sube… y los espectadores —pueblo incluido— sólo aplauden lo inevitable.

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La maquinaria electoral de la Primavera ya distribuyó sus respectivos acordeones para acomodar a sus nuevos inquilinos —quienes habitarán el jardín trasero—. Y aunque todo se hace con prisas y carreras, la orden es clarísima: el próximo domingo toda la flora y fauna que cobra por honorarios o por lista de raya deberá acudir a las urnas para legitimar el amarre de las candidatas y candidatos que, en el último cónclave, obtuvieron la bendición primaveral.

Aquí les presentamos a los nuevos becarios:

De antemano, nuestro reconocimiento a todos los babalucas que creyeron que, por su trayectoria, tenían una oportunidad de agarrar un buen hueso. Je, je, je.

Señoras y señores candidatas y candidatos conocedores del derecho, si su nombre no aparece aquí, vayan buscando un buen abogado para impugnar este cochinero que —como ya lo dijo Loret— es una auténtica chulada.

¿Habrá premios de consolación para los esquiroles que se registraron?

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Estimado ciberlector, en otro capítulo de su serie “Lo que callamos los agitadores”, titulado: “Boicot bugueso”, les va otra “inocente” metida de pata del “Sembrador de la Discordia”.

Resulta y resalta que a días de una elección federal histórica donde se juega no solo la presidencia, sino la legitimidad del aparato judicial mexicano, el titular de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca —sí, el mismísimo Flavio Sosa Villavicencio, también conocido como el “Sembrador de la Discordia” o “Dominio de Tasmania”— decidió agitar las redes sociales con una de esas publicaciones que no son inocentes, ni casuales, ni graciosas: son mensajes con DESTINATARIO.

Publicó una imagen de una pinta callejera que reza:

“Boicot contra la farsa electoral buguesa”
Y la acompañó con un lacónico, casi infantil: “Pinta…”

¿Pinta? No, Flavio. No pinta. Esto apesta a cálculo político, a nostalgia insurgente y, sobre todo, a chantaje con spray. Porque no nos confundamos: esto no es una expresión espontánea de arte callejero. Es una provocación publicada desde el escritorio de un funcionario estatal, a días de una elección, y en clara alusión al sistema del que hoy forma parte. ¿Será que se le olvida?

Sí, el mismo Flavio que en 2006 caminaba entre fogatas de llantas y discursos contra Ulises Ruiz, ahora tiene cargo, nómina, camioneta oficial, presupuesto etiquetado, y además una cuenta de Instagram privada (lo cual, por cierto, está prohibido por la Ley General de Transparencia y la Ley de Comunicación Social, que obligan a todo servidor público a garantizar acceso abierto a la información que difunde por medios digitales). Pero eso sí, no pierde oportunidad para jugarle al antisistema… desde el sistema.

El mensaje no es ambiguo. La palabra “BOICOT”, en plena veda electoral, no es inocente. Viniendo de cualquier ciudadano puede parecer rabieta, pero viniendo de un secretario de Estado, es combustible para incendiar la legitimidad del proceso electoral.

¿Qué pensará el gobernador Salomón Jara, al ver que uno de sus funcionarios promueve simbólicamente el rechazo a las urnas?

¿Qué pensará la presidenta Claudia Sheinbaum, mientras trata de consolidar la 4T desde Palacio Nacional, y ve que su secretario de cultura oaxaqueño llama a sabotear el mecanismo que la llevó al poder?

Pero claro, Flavio no es ingenuo. Lo suyo no es la congruencia, sino la estrategia. Y en el fondo, esto no es ideología: es negociación pura y dura.

Don Flavio sabe que cuando se acerca una reestructura en el gabinete, hay que hacerse notar. Sabe que, si no hay recursos suficientes para sus “tallercitos” y sus gestiones, hay que incendiar un poco las bardas, aunque sea con memes o pintas.

Sabe, sobre todo, que cuando las aguas se agitan, se abre la puerta de la siguiente dependencia. Porque si ya tiene a Seculta y al COBAO, ¿por qué no soñar con algo más jugoso? Una subsecretaría federal, tal vez. O una dirección con sello internacional. Total, para lo que sirve la narrativa de izquierda hoy, basta con sacarle brillo y repetir que uno “siempre estuvo con el pueblo”, aunque fue por sus propios intereses monetarios. Je, je, je.

Lo irónico —y profundamente cínico— es que quien se burla de los “bugueses” (sí, con g de “güero” y “gentrificador”, y si “r” para disfrazarlo), es hoy uno de ellos. Con múltiples propiedades, cuentas bancarias saludables que suben como la espuma, proyectos con subsidios públicos, y una red de operadores institucionales que lo colocan como uno de los nuevos empresarios de la cultura oaxaqueña y de la salud. Un burgués con disfraz de rebelde. Un burgués de izquierda. O como ya se les conoce: un “bugués” chairo.

Así que le mandan a decir desde el palacio chairo que no nos vengan con cuentos. Esto no es una “pinta callejera”. Es un acto de provocación política. Es el intento de alguien que quiere recordar sus días de gloria agitadora, pero sin soltar los privilegios del cargo. Es un funcionario jugando a ser grafitero, mientras administra millones en recursos públicos y firma convenios con universidades extranjeras.

Esperemos que a Don “Sembrador de la Discordia” no se le olvide que en política, como en el graffiti, hay líneas que no se cruzan. Porque una cosa es opinar, y otra muy distinta es sabotear el propio proceso democrático desde el escritorio de un cargo público.

Flavio, el rebelde del ayer, es hoy el funcionario del boicot.
Y como diría el propio muro: eso, compañero… ya no pinta. Je, je, je.

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Nuestro reportero “ambiental y columnista de mala leche, pero buen corazón”, nos informa que, mientras el gobernador Salomón Jara, armado con los apuntes “oficiales” que le PA Karime Unda, presumía en su Informe trimestral que “ya limpiamos 4, 100 toneladas” del Atoyac y el Salado, los dos ríos bajaban igual de turbios.

Para entender por qué el aplauso oficial suena hueco hay que remontarse a 2018, cuando la entonces SEMAEDESO licitó un documento bautizado Plan Integral para el Saneamiento (PISRAyS). Costó 10 millones de pesos –pagados en tiempos de Samuel Gurrión Matías– y prometía trece líneas de acción, gráficos de colores y hasta análisis bacteriológico de lujo. A la hora buena nadie metió la pala: el plan acabó guardado en la nube y los millones se fueron río abajo sin que la Secretaría –ni la Contraloría– aclararan en qué despacho de consultoría se esfumaron.

Antes de Gurrión ya había pasado por la misma silla José Luis Calvo Ziga, experto en selfies ecológicas, convenios y firmas solemnes. Su legado: el primer gran compromiso de 120 millones para “rescatar” los afluentes… dinero que jamás pisó las orillas; ni él ni su sucesor enfrentan hoy investigación alguna. Es la nueva hidrología estatal: fondos que se evaporan sin pasar por estado líquido.

En 2021 llegó Helena Iturribarría Rojas. Continuó el PISRAyS, lo fotocopió, lo presentó en foros y, cuando el sexenio de Alejandro Murat agonizaba, lo publicó en el Periódico Oficial para que pareciera entrega y no epitafio. Su prima –o “parentesco político”, según la versión que se lea– Karime Unda Harp, impuesta por Raúl Bolaños Cacho Cué, heredó la oficina con el cambio de gobierno y decidió que lo mejor era rebautizar el viejo plan: hoy se llama “Programa Interno para el Rescate” y promete exactamente lo mismo, solo que con diapositivas diferentes y pintorescas.

Karime fiel a su costumbre tiene otra innovación: asegura que su Secretaría es “íntegramente normativa”; no construye obras, no impone multas y, de paso, lleva meses sin Procurador Ambiental que sancione descargas, ah… no, esperen, sí lo tiene, es Isaías Valdés Morales, pero es como si no existiera. Así, cualquier hijo de vecino puede seguir lanzando basura, y todo tipo de cosas al río con la bendición implícita de un sello vacío.

Y cuando los activistas preguntan cuántas tomas clandestinas existen, la Procuraduría (a cargo de Isaías Valdés Morales) responde con el más limpio de los silencios. A nuestro reportero “ambiental y columnista de mala leche, pero buen corazón”, le extraña que Isaías duerma en sus laureles, cuando siempre se ha distinguido por ser un funcionario que da resultados. ¿Será que Karime le contagió su flojera?

El único dato duro reportado por Semabieso en 2022 fue tan ridículo que ni el contador lo creyó: 959 pesos con 37 centavos gastados “en talleres de capacitación” para rescate de los ríos. Ni para la gasolina de la camioneta oficial. Pero el boletín presumió “grandes avances”.

Facebook la secretaria Karime Unda Harp presume resultados que no existen en tierra firme. El 14 de octubre de 2024 colgó un video titulado “Saneamiento de los ríos Salado y Atoyac” donde celebra “27 diagnósticos y 26 planes de manejo”. Pero basta con abrir la página oficial de la SEMABIESO para descubrir que sólo hay 21 programas de trabajo municipales —ni uno más, ni uno menos— colgados en PDF; los seis restantes están perdidos en la misma dimensión donde flotan las promesas de sexenios pasados.

La aritmética de la propia Secretaría cambia de quincena en quincena: un boletín enviado a NVI Noticias el 6 de diciembre de 2024 habló de “25 diagnósticos y 21 mesas intermunicipales”, y ahí mismo anunció con bombo y platillo que la segunda sesión ordinaria de la Comisión para el Saneamiento se celebraría el 26 de enero de 2025. ¡Spoiler!: llegó mayo y la dichosa sesión sigue en modo próximamente. La única reunión que figura en las hemerotecas es la primera —y única— sesión ordinaria del 19 de diciembre de 2024, presidida por el gobernador Salomón Jara; desde entonces, el órgano que debería sesionar dos veces al año parece de vacaciones permanentes.

Peor aún: los 21 planes disponibles traen cronogramas que se agotan en diciembre de 2024. Ni un solo eje, ni un solo peso, ni un solo compromiso fechado para 2025 —el año que Karime ya despacha, aunque el gobernador acaba de recitar esas cifras como si fueran obra concluida. Y mientras la Comisión hiberna, el jefe de departamento, biólogo Rafael Barzalobre Gerónimo, produce videos de ranas y cocodrilos para Facebook, como si la fauna anfibia fuera a tragar las toneladas de aguas negras que siguen cayendo al cauce.

Los diagnósticos inflados, sesiones fantasmas, calendarios vencidos, y un río de propaganda que corre más rápido que el agua limpia. Esa —no otra— es la contabilidad real del “saneamiento” que Karime Unda Harp presenta en sus redes y que de forma inocente el gobernador repite en los informes oficiales.

Así llegamos al Informe de Jara. Las 4 100 toneladas retiradas existen –son bolsas de basura recogidas en faenas comunitarias–, pero no hay un solo colector nuevo funcionado, ni plantas de tratamiento terminadas. El gobernador Salomón Jara repite las cifras que Karime le pasa, y Karime repite las del viejo PISRAyS… que pagó Samuel Gurrión con dinero aprobado por Calvo Ziga y presumido por Alejandro Murat. Un círculo virtuoso de simulación perfecta.

¿Conclusión? El Atoyac y el Salado siguen oliendo a desagüe, pero el relato oficial huele a azahares de primavera. Los mismos funcionarios pasan la charola, cambian de color partidista y se van sin mancharse los zapatos. Al fin y al cabo, en Oaxaca el agua más transparente es la que nunca toca el río: la de los presupuestos “ejercidos” en papel.

A aunque Karime Unda llegue a la oficina a las tres de la tarde, siempre tendrá tiempo para otra conferencia de prensa. Total, en la foto no se escuchan los zancudos ni se huele el drenaje. Mientras tanto, los ríos –como viejos parroquianos– siguen esperando un mesero que, esta vez sí, traiga agua limpia en la charola.

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No queríamos decirles a los chairos primaverales que se los advertimos… pero se los advertimos. Mariana Benítez Tiburcio, mejor conocida en ciertos círculos como la “Telesa” (porque es una “hembla mala de San Lázaro”), está haciendo lo que mejor sabe: traicionar para ascender, sonreír mientras clava el colmillo y posar como si no pasara nada.

Sí, esa misma Mariana que pasó del PRI a Morena con la misma soltura con la que cambia de labial, ahora apareció campante con Susana Harp. No en una reunión casual, no en un acto plural: en una foto con sonrisa patrocinada, como si no hubiera historia, memoria ni contexto.

¿Y el gobernador Salomón Jara? Pues seguramente todavía preguntándose en qué momento se dejó seducir por el canto de la sirena oaxaqueña. Porque, recordemos, fue él quien la respaldó para que aterrizara suavecito en Morena, pese a que en su propio equipo le advirtieron que “esa mujer no es de confiar”. Pero bueno, ya saben cómo es esto de la transformación: uno espera que todos cambien… y hay quienes solo cambian de camiseta.

La historia no miente. Mariana Benítez llegó a ser diputada federal por el PRI, fue subprocuradora de la PGR en tiempos de Jesús Murillo Karam y estuvo siempre cerca del círculo peñista. La misma que en 2015 defendía públicamente la “verdad histórica” de Ayotzinapa, hoy se abraza con los suyos de ayer, disfrazados de hoy.

Ahora, como ya no le sirve el respaldo del gober, Mariana se arrima al fuego moribundo de Susana Harp, esa eterna candidata que no canta mal las rancheras, pero sí desafina cuando de política se trata. A Harp ya se le olvidó que Mariana fue una de las muchas que sabotearon —en silencio, pero con eficacia— su intento de gubernatura. En política oaxaqueña, la memoria suele ser corta y la vanidad, larguísima.

Pero cuidado Susana, que esa sonrisa no es aliada. La “Telesa” no milita, merodea. No construye, calcula. No abraza, evalúa si le conviene. ¿O ya se nos olvidó cuántos priistas terminaron con el puñal en la espalda cortesía de la dama en cuestión?

Por cierto, fiel a su costumbre, Mariana —la de las traiciones estratégicas— intentó disimular su migración adelantada: en sus propios videos mandó a cortar a Susana Harp o apenas la deja entrever. ¿Por qué? Porque no quiere que se note, todavía, que ya está cambiando de barco. Está esperando amarrar con seguridad a su próxima víctima política antes de salir nuevamente del clóset de la traición. Un clásico en el manual de “Telesa”: avanzar, negar y cuando se asegura el hueso, confesar… pero con sonrisa de “yo no fui”.

Y el siguiente post es un aviso de su traición. De no creernos, pregunte a los zombis priistas, así se las aplicó…

Ya que hablamos de conveniencias, ahí está el supuesto acto por las mujeres afrodescendientes, evento de dientes para afuera donde se reparten discursos, pero no se asumen compromisos. Ni Susana —que le dio la espalda a Rosy Ramales cuando más la necesitaba— ni Mariana, que solo se acerca a las causas sociales cuando hay fotógrafos cerca y reflectores encendidos. Su “colectivo de mujeres” no lucha: filtra. Y por supuesto, se reserva el derecho de admisión según el pedigrí de tus tacones.

Y así se va tejiendo el nuevo capítulo de esta telenovela política llamada “Telesa”: alianzas efímeras, sonrisas falsas, causas de ocasión y traiciones de siempre.

Porque sí, querido ciberlector, tenemos que volver a decirlo, porque no hay mejor descripción que la que nos regaló esa joya del regional mexicano:

“Esa ‘hembla’ es mala

Esa ‘hembla’ hace daño

Esa ‘hembla’ no quiere

Esa ‘hembla’ te miente

Esa ‘hembla’ es mala

Trae veneno en los labios…”

Y todavía hay quienes se preguntan por qué en Oaxaca, la política se bate como el chocolate: espeso, caliente… y con espuma de traición.

¡Ay… nanita!

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Estimado ciberlector, tal como lo anunció nuestro reportero sabueso la semana pasada, ya se confirmó lo que se venía cocinando en los sótanos del gasto público: el pasado 20 de mayo, el Gobierno de Oaxaca aprobó formalmente la licitación por más de 39 millones de pesos para comprar 70 camionetas pick-up nuevecitas… y misteriosas como siempre.

Porque en el jardín primaveral al parecer se compran las unidades, pero no se transparentan las direcciones. Y mientras tanto, el pueblito noble y sabio ni enterado, y los que deberían fiscalizar… bien gracias, viendo pasar las pick-up 4×2.

Confirmado: $39,123,770 para 70 pick-ups

La ganadora: Autos Mexicanos, S.A. de C.V., único postor (¡vaya suerte!).

¿Y las llaves, pa’ quién?

Lo que no cambia es la fórmula mágica: se autorizó el gasto, pero no se dice qué dependencia solicitó las unidades, ni quién las va a usar.

¿Será para el campo? ¿Para turismo? ¿Para los funcionarios que sufren en sus Altimas del 2010 o sus Tsurus del año del caldo? O para el partido, para usarse el día 1 de junio. ¡Nadie sabe!

Además, sin NOM y con prisa.

Noel Hernández Rito, titular de la Secretaría de Administración también decidió descartar la NOM-160-SCFI-2014, que obliga a los proveedores a entregar manual, garantía y respaldo posventa. Total, ¿para qué sirve una garantía si lo que importa es que sirva para sus fines?

Y por si fuera poco, pidieron que se entreguen en 10 días naturales. Plazo exprés que solo se explica si ya tenían las llaves en mano desde antes de firmar.

¿Y no que ya tenían camionetas?

Aquí es donde el chiste se cuenta solo, y se los volvemos a decir:

En febrero, se arrendaron 234 vehículos por más de 78 millones de pesos.

Ahora en mayo, se compran 70 más por 39 millones.

En total: 117 millones de pesos en vehículos en menos de tres meses.

¿No habría sido mejor planear una sola adquisición integral? ¿O el plan era dividir el gasto para simular eficiencia y evitar que el ASFE o la prensa pregunten?, bueno… la auditoria lo dudamos, pero la prensa sí.

Y mientras tanto, la Secretaría de Honestidad, Transparencia y Función Pública (que en estos temas se parece más a “La Oficina del Silencio Administrativo”) que comanda Leticia Reyes, no ha emitido ni una mísera recomendación, ni lo hará.

Porque si todo esto fuera para reforzar la seguridad pública, mejorar servicios o llevar vacunas a zonas alejadas, al menos lo habrían dicho. Pero cuando no se dice ni a qué oficina llegarán, es claro que al volante va la discrecionalidad… y el acelerador va a fondo.

Y mientras los discursos siguen hablando de austeridad franciscana, y de que “ya no somos como los de antes”, las rentas y la compra de camionetas siguen saliendo del presupuesto… pero las cuentas claras nunca llegan a destino.

Porque aquí no es que falte dinero: Lo que falta es freno, volante y transparencia.

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Nuestra reportera del “Cártel de la 22” nos informa… que la CNTE nos tiene preparados tres días más de cosecha de la discordia, con su ya tradicional menú: plantones, bloqueos, tomas, y claro, el chantaje político al por mayor.

Sí, ciberlector, alístese para esquivar a los “luchadores sociales” que harán de las suyas frente a oficinas, plazas, televisoras y lo que se les cruce, mientras el gobierno federal sigue en modo “visto” y sin responder el mensaje.

¿La consigna? Si no hay mesa, hay boicot. Si no hay respuesta, hay persecución política (dicho por ellos, no por nosotros). Y todo, por supuesto, con cartelitos, volantitos, videos, perifoneo y demás parafernalia pedagógica.

Pero ojo: tampoco se trata de ceder al chantaje. No se puede premiar a quienes hacen disturbios, golpean a reporteros, agreden a ciudadanos y a cualquier cristiano que se les pare enfrente. Esa no es lucha social, es barbarie con gafete sindical.

Póximas funciones de este drama educativo: 26 y 27 de mayo. Lleve botana, buen humor… o mejor aún, trabaje desde casa.

¡Que no se diga que no se les avisó!

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Sigue oliendo a corrupción en el Ayuntamiento de Huajuapan.

No cabe duda de que en el Ayuntamiento Municipal de Huajuapan sigue apestando a corrupción, asegura nuestro reportero Flechador del Sol. En los últimos días de abril, la regidora de agencias y colonias, Ithalivi Salazar López, sostuvo una reunión con varios agentes municipales, a quienes informó que no se asignarían recursos a las agencias indígenas porque “el presidente municipal firmó un convenio con la presidenta de la República”, comprometiéndose a entregar 7 millones de pesos al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

Esta regidora, emanada del PRI, hoy se encuentra alineada —sin pudor— con el gobierno municipal panista que encabeza el presidente Chupón. Con tal de quedar bien con él, se ha atrevido a despojar presupuestalmente a las comunidades indígenas. Al hacerlo, dejó de representar al pueblo para convertirse en una vocera servil del presidente de Huajuapan de León.

Para las agencias que han sido engañadas por esta regidora, es necesario aclarar que el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social — Pueblos Indígenas y Afromexicanos (FAISPIAM) no opera con recursos municipales. No existe figura legal ni administrativa que autorice a un ayuntamiento a “depositar” dinero en una supuesta “bolsa del INPI” para que después regrese disfrazado como FAISPIAM, tal como ella lo afirmó.

La versión de Ithalivi Salazar es completamente falsa, insostenible y, posiblemente, ilegal.

El INPI no administra recursos del FAISPIAM. Es Bienestar federal (Delegación Bienestar Oaxaca) con Comité de ciudadanos la que transfiere directamente los recursos a las comunidades, sin intermediarios, conforme a las reglas de operación publicadas el 13 de marzo en el Diario Oficial de la Federación.

Si la regidora habla en nombre del presidente Chupón respecto a los supuestos 7 millones, que se le diga al pueblo de Huajuapan a qué cuenta fueron a parar esos recursos. Que presente los documentos que respalden dicha transferencia. Y que informe también qué autoridad federal recibió esa cantidad.

Nuestro reportero Flechador del Sol se dio a la tarea de buscar algún rastro público de ese “convenio” firmado entre el presidente Chupón y la presidenta de la República. Hasta ahora, nada. Si no lo presentan, entonces es probable que esos 7 millones también se hayan robado, como ocurrió con los 25 millones hackeados durante el periodo de la expresidenta municipal Juanita Cruz Cruz.

De estos 7 millones de los que habla la regidora priista Ithalivi Salazar no existe acta de cabildo, convenio publicado ni oficio de transparencia validado por ninguna instancia federal. Ante la ausencia total de documentación, queda claro que estamos ante otro escandaloso robo a las arcas municipales.

Lo que sí hay es un discurso cínico: se les niegan recursos a las agencias municipales en nombre de un fondo que no le pertenece al municipio ni pasa por él. Se dice que ya “se cumplió”, cuando en realidad se ha evadido la obligación constitucional y presupuestal.

Ojalá —aunque lo duda nuestro reportero Flechador del Sol— los agentes municipales se pongan los pantalones y le exijan al presidente y a la regidora documentos, no discursos.

Que presenten el convenio firmado entre el presidente Luis de León y la presidencia de la República que autoriza la transferencia de recursos municipales al INPI.

Que muestren la cuenta bancaria o dependencia federal que recibió los supuestos 7 millones de pesos.

Y que expliquen, con sustento legal y presupuestal, por qué se decidió dejar sin recursos a las agencias indígenas durante el ejercicio fiscal 2025.

La ley es clara: el municipio no puede condicionar ni transferir discrecionalmente los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Municipal (FAISMUN), y mucho menos usarlos para simular cumplimiento mediante fondos federales independientes como el FAISPIAM.

Como nota al margen, conviene precisar que el FAISMUN es un fondo federal destinado a financiar obras y acciones sociales en los municipios, enfocadas en beneficiar a zonas con rezago social y pobreza extrema.

El FAISPIAM, por su parte, es un mecanismo de autonomía financiera y participación directa. Fue diseñado para que las comunidades indígenas y afromexicanas decidan cómo invertir una parte del dinero público que, por derecho, les corresponde.

Estos recursos sólo pueden usarse en obras de infraestructura social básica aprobadas por la Asamblea Comunitaria y registradas en la plataforma oficial antes del 31 de mayo. Ejemplos: agua potable, drenaje, caminos, electrificación, salud, educación.

La actitud de la regidora Ithalivi Salazar es, simplemente, vergonzosa. Fue electa para defender los intereses de las agencias y colonias, no para justificar los recortes del presidente Chupón. Si no puede —o no quiere— exigir transparencia, entonces está traicionando su mandato y su representación política.

Si los agentes municipales tienen dignidad, no deben aceptar simulaciones. Deben exigir cuentas claras, recursos directos y respeto a las comunidades que, por derecho e historia, sostienen al municipio de Huajuapan.

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En el ayuntamiento municipal de Huajuapan de León, hay funcionarios que creen que el poder se ejerce como se sirve un taco: rápido, caliente y sin rendir cuentas. Tal es el caso del Regidor de Desarrollo Económico, Luis Guadalupe Morales Hernández, quien parece empeñado en demostrar que el cargo no exige preparación, sino tenacidad para incomodar.

Ahora, su nueva ocurrencia consiste en presionar al director de Vía Pública para que hostigue a los taqueros que no pertenecen a su gremio. La consigna es clara: o se registran con él, o les clausuran el changarro. Una especie de sindicato a la carta, donde la afiliación no es opcional, sino obligatoria. Todo, por supuesto, en nombre del “orden”.

Y aunque parezca un mal chiste, este regidor —cuyo currículo incluye haber sido chofer de microbús— maneja las riendas de la economía municipal sin más credencial que su propio desparpajo. Formación académica, visión de desarrollo, conocimiento del comercio local… todo eso le suena a chino. Él viene del volante, y al parecer aún no lo suelta.

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¿Recuerdan aquella fiesta abierta de Jorge Cid, secretario técnico del ayuntamiento municipal de Huajuapan? Esa fiesta donde las invitaciones se repartieron por redes sociales con una imagen nada sutil de “El Mencho”, jefe máximo del Cártel Jalisco Nueva Generación. Pues bien, a ese convivio de tan fino gusto asistió nada menos que el presidente municipal —alias “el Chupón”—, entre corridos tumbados, carcajadas, y, según cuentan, algo más que solo música.

Nuestro reportero, siempre bien dateado, supo de las lenguas viperinas que durante la fiesta circuló un sospechoso polvito mágico. Así, de mano en mano, como si fuera confeti. Cosa del demonio, diría la abuela. ¿será?

Dicen los envidiosos que no es mera especulación: en los autos de Cid se han encontrado, en más de una ocasión varias “mágicas sorpresitas”.

Curiosamente, desde que comenzó el segundo periodo del presidente Chupón, las fiestas se han vuelto más discretas. El volumen bajó, los excesos también —al menos de cara al público—.

Pero que no se nos olvide: el presidente sabe perfectamente lo que hacen sus cercanos. Y si no lo sabe, lo tolera. Y si lo tolera, lo encubre.
Porque en Huajuapan, el poder no solo se acompaña con discursos. También con amistades peligrosas y silencios que dicen más que mil declaraciones.

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Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:

En política, llamar al boicot desde el poder no es rebeldía: es cinismo con cargo y presupuesto.