Lavadero Político 19/10/25

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Nuestra reportera del cártel de la 22 nos pasa el pitazo de que en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) hay una bomba a punto de estallar, y el epicentro tiene nombre y apellido: Isaías Cruz López, director de Servicios Jurídicos del Instituto.

Los pasillos del edificio del IEEPO ya hierven de murmullos y corajes. Dicen los jubilados y pensionados —que llevan meses esperando sus laudos o primas— que en lugar de una ventanilla de atención, hay una ventanilla de cobro. Que si alguien se acerca a preguntar por qué no sale su pago, de inmediato aparece la figura salvadora del abogado Cruz López, quien muy amablemente ofrece “ayudar” a que el trámite se mueva más rápido.

Pero claro, no por amor al arte, sino por un módico porcentaje del veinte al treinta por ciento del monto total. Así, si un maestro logra un laudo de tres millones de pesos, el funcionario se embolsaría entre seiscientos y novecientos mil pesos de “comisión”. Todo legalito… pero sólo en el país de Nunca Jamás.

Ahora entendemos por qué en la conferencia de prensa del martes, Emilio Montero dijo que no coincidía con las protestas e inconformidades del magisterio, porque ahora se les da “franco y abierto acompañamiento” y que nunca se había atendido como hoy se atiende.

En el caso de los laudos y resoluciones (de prima de antigüedad), que suman más de 460 millones de pesos y llevan más de diez años empolvándose en los cajones del Instituto, asegura que “por fin se están atendiendo”. Y cómo no se van a atender si, presuntamente, su jurídico los “atiende” para quedarse con su moche. Haga cuentas, estimado lector: con esas cifras, el negocio es más rentable que una licitación en temporada electoral.

Aquí es donde la historia se pone todavía más sabrosa. Porque esto no pasaba en otras administraciones, no porque fueran santos, sino porque no había necesidad de cobrar por lo que era un trámite institucional o bueno sí, pero lo hacían con mayor fineza. Como dice el refrán, no le busques chichis a las culebras. Emilio Montero se ha dado golpes de pecho diciendo que por “usos y costumbres” la Sección 22 quiere incidir en la distribución, pero aquí surge la duda: ¿que no el “cártel de la 22” eran ellos mismos? Siendo justos, él mismo fue parte del movimiento democrático. Ahora resulta que, como ya no le conviene, los usos y costumbres están mal. Muy chistoso Emilio… y de memoria corta.

Conviene recordarle que esos usos y costumbres no nacieron en un sexenio, y que en los anteriores no había crisis pública cuando un maestro pedía cambio de zona o recategorización porque el IEEPO ajustaba y pagaba primas y laudos sin poner una caja registradora en la ventanilla. No era que no existiera el dinero: el esquema cambió con la reforma educativa y hacendaria de Enrique Peña Nieto, cuando se sustituyó el viejo FAEB por el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE).

Desde enero de 2015, la Secretaría de Hacienda y la SEP pagan directamente la nómina magisterial federalizada, ya no a través de las tesorerías estatales. Es decir, el flujo se federalizó: el dinero lo paga la Federación con base en la validación que hace el IEEPO, pero ya no pasa por su caja. En pocas palabras: si hoy alguien dentro del Instituto cobra por “acelerar pagos”, está cobrando por algo que ni siquiera maneja el Instituto. Por eso el cuento de “las gestiones internas” suena más a negocio disfrazado que a trámite legítimo.

Y si el argumento de Montero es que “todo cambió con Peña Nieto y ahora es más complicado”, peor aún: justamente por esa federalización el Instituto no debería tener espacio para peajes administrativos. Aquí no falta dinero: sobran intermediarios.

Estimado ciberlector, la ironía es brutal: quienes dieron su vida entera al servicio educativo terminan pagando peaje en su propia casa. Porque además del abogado que ya contrataron para defender su caso, tienen que soltar otra mordida a un servidor público que —por ley— debería precisamente velar por el cumplimiento de los laudos. En resumen, el maestro gana el juicio, pero pierde en la ventanilla.

Lo peor del asunto es que el tal Isaías Cruz López no es cualquier empleado. Su nombre aparece en el directorio oficial del IEEPO como director de Servicios Jurídicos. Es decir, el hombre que debería poner orden en los litigios del Instituto está siendo señalado por aprovechar el caos para hacer negocio. Si el río suena, es porque el agua corre con intereses.

Y claro, todo esto salpica directamente a Emilio Montero Pérez, actual director general del IEEPO y viejo conocido de la política juchiteca. Ex presidente municipal de Juchitán, aliado del grupo de la Primavera Oaxaqueña, Montero llegó al cargo con el discurso de limpiar la casa educativa y poner orden en el desastre heredado. Pero parece que algunos de sus funcionarios entendieron “limpiar” como sinónimo de sacudir los bolsillos ajenos.

Con esa declaración es evidente que Montero sabe, pero no hace nada. Entonces el problema tiene apellido compartido. Además, el abogado es de su grupo político —como aseguran las lenguas filosas del IEEPO y las propias redes sociales de Isaías—, así que estamos ante un pequeño cártel jurídico dentro del Instituto.

Ya que andan de traviesos, hay que recordarles que la Ley General de Responsabilidades Administrativas no deja margen para interpretaciones: cualquier servidor público que use su cargo para obtener beneficios personales incurre en cohecho. Traducido al lenguaje del barrio más bravo de la Sección 22: si usas tu escritorio para cobrar favores, estás jugando con fuego… y con el presupuesto.

Pero más allá de los artículos, el tema huele a vieja escuela: “te ayudo, pero me toca mi parte”. Oaxaca entera ha visto desfilar funcionarios con la mano extendida, pero duele especialmente cuando el negocio se hace con el dinero de los maestros jubilados. Y en este nuevo IEEPO “transformado”, parece que los únicos que sí se jubilan bien son los que aprendieron a cobrar por servir.

En el IEEPO ya entendieron que la nueva materia obligatoria no es Ética, sino “Economía del Moche I y II”.

El examen final consiste en saber cuánto puedes cobrar sin que te cachen.

Y Emilio, tan devoto de la transparencia, sigue rezando para que el santo de los descuidos lo proteja… porque en su Instituto, el único que está al corriente es el porcentaje.

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Ya se siente el frío de muertos, ciberlectores. El copal empieza a humear, los panes de yema se multiplican, y las licitaciones también. Porque en Oaxaca, cada Día de Muertos no sólo se adornan altares… también se inflan presupuestos.

 


Y el primero en ponerse el rebozo negro fue Noel Hernández Rito, titular de la Secretaría de Administración, que acaba de sacar del horno la licitación LPE-SA-SA-0090-09/2025, con la que contratará el “Servicio de ambientación para las festividades del Día de Muertos 2025”. Hasta ahí, todo bien. El problema es que, como en todo velorio de presupuesto, solo llegó un doliente a la misa: la empresa Agencia de Eventos y Comunicaciones Castro S.A. de C.V., que se llevó la licitación solita, sin competencia ni quien le soplara la vela.


El monto: $4 millones 777 mil 565 pesos. Sí, leyó bien. Casi cinco millones para montar altares, luces y flores de papel por unos cuantos días.


¿Y la competencia? Brilló por su ausencia, como el alma del presupuesto que ya partió.


Las bases son claras: instalación del 23 al 26 de octubre, desmontaje el 8 de noviembre. Diez días de fiesta y más de cuatro millones de pesos de “ambientación”. Una ganga, si los túneles de luces vienen con los fantasmas incluidos.


El documento dice que el precio no puede superar en más del 10% la mediana de mercado… pero como solo hubo un ofertante, la mediana fue la misma empresa. En cristiano: se evaluaron solos, se calificaron solos y se cobraron solos. Así, cualquiera arma su altar con papel picado de billetes.


Dicen en los pasillos del Palacio que Rito ya tiene la veladora encendida, no por devoción, sino por precaución, porque más de uno en Finanzas levantó la ceja con el número. Y es que la cosa huele más a “evento premium” que a festividad popular.


Pero no se vayan, que el otro difunto administrativo viene de la casa del arte: la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, donde manda Flavio Sosa Villavicencio, también prendió su incienso con la licitación LPE-SA-SC-0104-10/2025, para el “servicio integral de las Fiestas de Día de Muertos: Música, Tradición y Color 2025”. Un nombre largo, digno de telenovela… y seguramente de factura igual de extendida.


Aquí todavía no se adjudica, pero ya se sabe que el “integral” es el hechizo favorito: todo cabe en el contrato sabiéndolo acomodar —desde templetes y luces hasta los influencers del más allá—. La junta de aclaraciones es el 20 de octubre, y el fallo antes del 31, justo para cerrar octubre con mariachi y copal.


Y mientras Flavio convoca al espíritu cultural, la flor marchita de Saymi Pineda, titular de Turismo, también afila sus pétalos para anunciar su gasto. Todavía no publica licitación, pero ya se oyen los murmullos de que su altar costará más que una misa con banquete.


Ya veremos cuánto se “aromatiza” la cuenta pública en nombre del cempasúchil.


Así que prepárense, porque entre velas, papel picado y contratos millonarios, el Día de Muertos promete ser la fiesta más viva de todas… al menos para los proveedores.


Porque mientras usted junta para el pan y el mezcal, en el gobierno —como cada año— los muertos bailan… y la Administración cobra entrada.


Les seguiremos informando…

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resbalaY ya que tocamos el tema de la conferencia de prensa, estimado ciberlector, hay que decirlo sin anestesia: quien se le zafó la lengua y confesó que hacen trampa en el abasto de medicamentos fue nada menos que Jesús Alejandro Ramírez Figueroa, coordinador del IMSS-Bienestar en Oaxaca.


Sí, así como lo lee. En plena conferencia de prensa —de esas donde presumen porcentajes, gráficas y milagros sanitarios—, soltó una joya que pasará a la historia de la sinceridad involuntaria: “Aquí no podemos hacer trampa”, refiriéndose al abasto de medicamentos para el Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso.


La frase, que parecía un elogio a la transparencia, terminó siendo una confesión más grande que la farmacia del Seguro: si ahí no pueden hacer trampa, quiere decir que en los demás hospitales sí pueden… y al parecer, sí la hacen.


Así que esos porcentajes mágicos que cada martes nos recetan en conferencia de prensa —esos del 90 % de abasto y la atención de primera— podrían tener más de efecto placebo que de realidad. Porque si los números salen de “trampillas”, no estamos frente a estadísticas de salud, sino ante una receta de ficción digna de premio.


Al final, entre tanta trampa y tanta conferencia, lo único que parece escasear de verdad no son los medicamentos, sino la vergüenza. Porque mientras los funcionarios juegan al “sí hay, pero no hay”, los pacientes siguen esperando que la salud deje de ser una ruleta… y se convierta en derecho.

 

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Nuestro reportero machetero se internó en la Sierra Mixteca y volvió con la certeza de que la paz en la nación triqui sigue siendo un mito… o un negocio redondo. Porque allá, entre las sombras del olvido institucional, la lucha entre la MULT, MULTI y UBISORT no cesa: se recicla, se adapta y se alimenta de los mismos ingredientes de siempre —chantaje, control territorial y dinero disfrazado de causas sociales.


El gobierno vuelve a llamar a la paz, pero del otro lado responden con el catálogo completo de bloqueos, comunicados y caravanas “humanitarias” que terminan en presión política. Ya no es ideología: es industria. Una donde cada bando juega a ser víctima, pero factura como empresa.


Mientras tanto, los pueblos triquis siguen siendo rehén del abandono y la manipulación. Los productos, los intereses y los hombres armados que cruzan la región son secreto a voces. Pero como siempre: ojos que no ven, corazón que no siente… o autoridad que no actúa.


¿Llegará algún día la paz y el orden a esta región? Tal vez el día que la paz deje de ser negocio y la justicia, un discurso.

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Queridos ciberlectores, estamos ante un escenario catastrófico. Más vale encomendarse al Santo de mayor devoción, porque lo que se vive en Veracruz es de película… pero de terror.


El desbordamiento del río Cazones dejó miles de damnificados, pérdidas humanas irreparables y un paisaje que parece arrasado por un ejército invisible: animales, cultivos, casas, todo bajo el agua. Una verdadera tragedia.


Y claro, la pregunta que flota (más que los autos): ¿qué fue lo que pasó?


Porque sí, todos lloramos, pero nadie explica por qué la prevención brilló por su ausencia. ¿Acaso Protección Civil tenía la información y decidió guardarla en la gaveta de los “pendientes”? ¿O fue que la burocracia, como siempre, llegó cuando el agua ya estaba al cuello?


Había una vez —porque esto ya suena a cuento— un organismo que se llamaba FONDEN, Fondo de Desastres Naturales. Sí, ese mismo que servía para reconstruir lo que la naturaleza destruía y que, con sus fallas y todo, mantenía a flote (literalmente) a miles de familias. Nació en 1996, funcionó desde 1999 y fue el ángel de la guarda de muchos municipios, hasta que en 2021 alguien decidió matarlo en nombre de la “austeridad republicana”.


El presidente López Obrador dijo que era un “barril sin fondo”, donde se robaban el dinero. Así que, con un plumazo, desapareció el fideicomiso junto con otros 108. ¿El argumento? Corrupción. ¿El resultado? Vulnerabilidad total. Y mientras tanto, los damnificados de hoy cargan la cruz de las decisiones de ayer.


Entre 2021 y 2022, los recursos del FONDEN —unos modestos 17,700 millones de pesos— fueron redirigidos, en su mayoría, al Tren Maya. Porque claro, los huracanes pasan, pero los trenes… también descarrilan. Solo el 9.6% se destinó a emergencias. ¡Un insulto con locomotora incluida!


Si el FONDEN existiera hoy, habría tenido más de 85 mil millones de pesos para atender desastres como el de Otis o el actual en Veracruz. Pero no: ahora los recursos dependen de la SHCP, y la ayuda llega cuando ya se secaron los ríos… y las lágrimas.


Los expertos no mienten: el país se quedó sin un sistema estable de respuesta ante emergencias. La falta de fondos, de coordinación y de estructura convirtió la tragedia en rutina y la prevención en anécdota.


Pero eso sí, la mañanera nunca falla. Ahí nos informan, con calma y optimismo, que “todo está bajo control”. Sí, bajo el control del agua.


Y por si no fuera suficiente, nuestros vecinos del norte, los todopoderosos Estados Unidos, tuvieron la brillante idea de suspender el acceso a los datos satelitales de la NOAA (esa agencia que monitorea huracanes y tormentas). O sea, ahora ni siquiera sabremos cuándo se nos viene la tormenta encima. ¡Un lujo más de la globalización!


Los científicos ya advirtieron que sin esas imágenes de microondas, será más difícil anticipar desastres como el del río Cazones. Pero mientras tanto, los nuestros siguen rezando al santo patrono, esperando que la próxima lluvia no venga con dedicatoria.


Así que, mi estimado ciberlector, entre la desaparición del FONDEN, la austeridad selectiva, los recortes científicos y el apagón satelital gringo, solo queda una opción: que Dios nos agarre confesados… y con un salvavidas cerca.

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Desde el Complejo Administrativo de Ciudad Judicial, nuestra reportera Flor Silvestre confirma el control absoluto que ejerce Wilhemy Aurory Carrizosa Rojas —mejor conocida como Doña Wuichi— sobre la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER).


Sí, ciberlectores: quien manda en esos terrenos es la esposa de Víctor López Leyva, que en sus ratos libres dice ser el secretario.


En la SEFADER no se mueve un lápiz sin la venia de Doña Wuichi. Como si estuviera en su sala, reparte órdenes y regaños; y pobre de aquel o aquella que se atreva a contradecirla. Sin nombramiento ni cargo alguno, la señora del “copito de nieve” hace y deshace, en lo que bien podría configurarse como usurpación de funciones. Mientras tanto, su maridito sigue en la babaluqueada al mil.


El campo oaxaqueño padece hoy uno de los peores abandonos gubernamentales; y con este dúo “avorazado” cuesta creer que se vaya a recuperar. Ya que están tan creativos, podrían estrenar un nuevo programa estrella de la SEFADER: “Cuches y trompudos”.


Y, ya encarrerados, una duda que ronda pasillos y elevadores: ¿de dónde salió el dinerito para los recientes arreglitos estéticos de Doña Wuichi? Puro rumor… pero el eco suena fuerte.

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En política hay quien trabaja, quien acompaña… y quien se arrima donde haya reflectores. Raúl Bolaños Cacho Cué es de estos últimos.

El exsenador, hoy diputado federal del Verde —ese partido que se alquila más fácil que salón de fiestas—, volvió a aparecer en foto, ahora al lado del gobernador Salomón Jara Cruz, en la Cuenca del Papaloapan. Sombrero blanco, sonrisa ensayada y micrófono en mano: el cuadro perfecto del político que quiere volver a entrar por la puerta que ya le cerraron.

Porque el Lavadero no olvida. Allá por mayo del 2024, este espacio lo balconeó cuando el damo de compañía de Ricardo Monreal, se enfundó el chaleco guinda para venderle humo al entonces candidato perdedor a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri. Se ofrecía como “enlace” entre el Verde y Morena, pero en realidad quería vender la elección… y terminó quedándose con el chaleco puesto, apestado y con las manos vacías.

A Raúl le gusta traicionar: lo mismo a su partido, que a sus aliados y hasta a sus propios padrinos. Juega a dos bandas, pero siempre pierde en ambas.

Hoy presume coordinación con el gobernador Jara, pero los que saben cuentan que lo suyo no fue invitación porque en verdad sirva, pero en Oaxaca hasta los aspirantes de utilería sirven para llenar la mesa.


Así que mientras en el Verde se preguntan a qué juega, y en Morena nomás se ríen, el Lavadero sentencia:
—Los de Morena dicen: que se el fifí no entra.
—Los del Verde dicen: no nos representa.
—Y los del PRI recuerdan: nunca estuvo.


Raúl Bolaños Cacho Cué pasó de aspirar a la silla… a conformarse con estar en la fila, una fila que es muy larga y donde no lo quieren, por traicionero.


Y como va la cosa, ni con sombrero blanco le alcanza para cubrir tanta traición, menos si a esa reunión solo llevó con el gobernador a sus tíos los priístas el gordo Sacre y Gabriel Cué, quien por cierto pagó por impunidad. Los verdaderos actores políticos, no fueron porque no jalan con Raúl.

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¿Quién responde por los conflictos que provocó el Decreto 2450?


Desde la Ciudad Judicial, ante la baja productividad legislativa y los nulos resultados, los diputados locales de la LXVI Legislatura volvieron a su pasatiempo favorito: confrontar pueblo contra pueblo. Y como nuestro pecho no es bodega, aquí va el dato: nuevamente los dipus andan cambiando categorías administrativas a diestra y siniestra en localidades que no cumplen con los requisitos que marca la ley.


Resultado: conflictos serios y problemas que no estaban. Para muestra, un botón.


En 2024, el Congreso local aprobó el Decreto 2450, con el que reconoció la categoría administrativa de Agencia de Policía al núcleo El Porvenir, perteneciente al municipio de San Pedro Quiatoni, Tlacolula, Oaxaca —como oportunamente informamos. Con ese reconocimiento, la cabecera municipal de Quiatoni se confrontó con sus agencias, y las diferencias internas se ahondaron.


Pues bien: la Suprema Corte les corrigió la plana hace unas semanas y invalidó las disposiciones del Congreso que habían otorgado a El Porvenir la categoría de Agencia de Policía Municipal, al considerar que la medida vulneró la seguridad jurídica y fue contraria tanto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como a la Ley Orgánica Municipal.


¡Toing y recontra toing!


Señoras y señores legisladores: no anden de “queda bien”; ajústense a la ley.


¿Es mucho pedir?

¿Algo que decir al respecto, diputada Haydeé Irma Reyes Soto?

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La temporada de fieles difuntos ya está a la vuelta de la esquina, y este año no puede faltar la ofrenda para quienes ya se nos adelantaron.


Los concursos de altares no pueden faltar, y todo indica que este año estarán más competidos que nunca.


En la Casona de Santa Rosa preparan una megaofrenda, porque son muchos los que ya se fueron del tricolor. Hoy, solo una viuda y un violín lloran por los rincones del PRI oaxaqueño.


Mientras tanto, en la Casona Azul del PAN, allá por los rumbos de la colonia Reforma, solo quedan los retratos amarillentos de quienes alguna vez dirigieron ese instituto político… como un mal recuerdo colgado en la pared.


Dany Jua y su jefa estatal no llegan ni a comparsa este año.


Y quienes ya no alcanzarán ni una veladora son los extintos del PRD, que dejaron a Oaxaca sin izquierda… para siempre.


Tiempo de calaveras y chapulines.

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¿Quién será la subsecretaria de las faenas comunitarias que le quiere comer el mandado a su compañera subsecretaria?


Como el pecho de nuestra reportera del amorsss no es bodega, nos informa que la susodicha con cuerpo de camarón volvió a la pista con vestido pegadito, maquillaje de gira, cabello bien arreglado y perfume que llega tres minutos antes. ¿Coincidencia o coreografía? Justo cuando comparte agenda con un guardián del orden.


El telón de fondo no es menor: la dama es “novia” de un secretario del jardín primaveral, casado y coleccionista de capillas. ¿Mensaje con destinatario? Tal vez.


Estimado ciberlector, usted ya sabe leer entre líneas; nuestra reportera del amorsss solo cuenta que, en esta temporada, el dress code volvió en versión celos disfrazados de diplomacia.


#SoloCupidosProfesionales

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De Jalapa a Nueva Orleans: la mexicana que le dio jaque mate a la política gringa


Estimado ciberlector, en el lavadero internacional hay buenas nuevas que no vienen con tragedia ni huracán —aunque sí con viento de cambio político—.


Resulta y resalta que el pasado fin de semana, Helena Moreno, de 48 años, se convirtió en la segunda mujer y la primera latina en ser electa alcaldesa de Nueva Orleans, la ciudad más emblemática del estado de Luisiana.


Nació en Jalapa, Veracruz, y a los ocho años cruzó la frontera con su familia rumbo a Texas. Allá estudió Periodismo en la Universidad de Dallas, trabajó en televisión regional, cubrió el huracán Katrina y, como buena reportera mexicana, se metió hasta donde los gringos ya no querían mojarse. Su talento la llevó a ganar un premio Emmy en 2008, pero parece que la política la sedujo más que las cámaras, y cambió el micrófono por el estrado.


Hoy, esa misma periodista que narró la devastación de Nueva Orleans será quien escriba su reconstrucción desde la oficina más alta del Ayuntamiento. Moreno ganó con el 55% de los votos, dejando muy atrás a su contrincante, el senador estatal Royce Duplessis, por una ventaja de 33 puntos, evitando así la temida segunda vuelta. Prometió poner fin a la “disfunción” que ha marcado a la ciudad durante años —esa mezcla de corrupción, desigualdad y huracanes que ni Hollywood podría escribir mejor—.


Tomará posesión el 1 de enero de 2026, pero desde ya se ha convertido en símbolo del poder latino en Estados Unidos.


Desde este rincón del Lavadero Político, levantamos la copa —con mezcal o con bourbon, lo que haya— y decimos: ¡Enhorabuena, compatriota! Porque si alguien sabe sobrevivir a huracanes, políticos y tormentas mediáticas… esa, sin duda, es una mexicana

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Quienes no dejan de dar la nota —un día sí y el otro también— son los Godínez del sindicato del Gobierno del Estado, esos que lo mismo protestan que se van de baile, según sople el aire o la consigna del día.


Apesar del anuncio del gobernador, quien hace unas semanas reculó y dejó sin efecto el famoso Decreto 24 —aquel que suprimía 1,344 plazas de base—, los ánimos en el sindicato siguen más revueltos que café con mole. El mandatario explicó que su decisión fue para evitar que pseudo líderes sindicales, uno que otro funcionario mañoso y hasta una diputada federal con su nuevo socio, siguieran haciendo su agosto vendiendo plazas como si fueran boletos para el Grito: desde los cien hasta los sesenta y cinco mil pesos, según la desesperación del cliente.


Así, con mano firme, el Ejecutivo anunció que todos los trabajadores recuperarían sus plazas y sus derechos a partir del 1 de enero, con sueldos y prestaciones retroactivas. Y claro, no tardaron en aparecer los “redentores del pueblo”: la diputada Margarita García y el comité NO ejecutivo del sindicato, quienes corrieron a los medios a colgarse la medalla y gritar que gracias a ellos se había logrado la reincorporación. Pero, mi estimado ciberlector, todo Oaxaca sabe que la dirigencia sindical no movió ni un dedo, y que la decisión vino desde arriba, para frenar el mercadeo de plazas que ya parecía tianguis laboral.


Cuando todos pensaron que el sindicato podría, por fin, tener un respiro, les cayó el SAT. Sí, como lo lee: Hacienda les notificó que han evadido millones en impuestos, y que era hora de ponerse al corriente.


Y ahí apareció el inconfundible señor Cara de Papa, alias Juan Rosas, el “todólogo” del sindicato, ese que mete cuchara en todo guiso. En sus ratos libres, intenta convencer a la encargada del despacho del “comité NO ejecutivo” y a los delegados sindicales de aprobar un monedero electrónico milagroso, con el cual —según él— los trabajadores dejarían de pagar el ISR.


El problema es que la ocurrencia olía más a negocio privado que a salvación fiscal. Solo los delegados “incondicionales$$$” levantaron la mano, pero la mayoría pidió consultar a las bases, porque —como bien dijeron— “con el salario del trabajador no se juega”. El intento de Rosas y su cómplice Carmen Zárate terminó en ridículo: los descubrieron queriendo amarrar un negocio redondo, donde el monedero les dejaría jugosas utilidades a costa del gremio.


Mientras tanto, el problema del ISR crece como espuma de chela mal servida. Y para no quedarse fuera del reflector, la diputada Margarita García —a la que ya le habían quitado la bandera de las plazas— reapareció con su estilo de siempre, arenga en mano, para encabezar las protestas por el ISR, acompañada de su representante personal, Julieta Ramírez, la nueva portaestandarte del descontento.

 
En medio de las festividades del Día del Empleado, el comité NO ejecutivo pensó que regalar la semana libre a los trabajadores calmaría las aguas. Error de principiantes. Aprovechando los días inhábiles, los burócratas se fueron directo a la calle a protestar por el ISR, mientras el sindicato trataba de esconder el desastre bajo el tapete.


Para rematar, el jueves 16, olvidaron que la patrona de los burócratas es la Virgen de la Soledad, y cambiaron la misa por una calenda desangelada, sin rumbo ni fe. Ahí fue donde todo se desbordó: miles de trabajadores se concentraron por su cuenta desde la Fuente de las Ocho Regiones y, al encontrarse con el contingente oficial en la avenida Juárez, los ánimos se calentaron. Hubo empujones, gritos y hasta golpes entre trabajadores del mismo gremio, encabezados por los secretarios de deportes y finanzas, los nuevos porros sindicales de exportación. El grito de “¡Fuera Carmen!” puso punto final a la misa, la calenda y lo que debía ser una fiesta.


Y aquí, mi estimado ciberlector, es donde el hilo de la madeja empieza a asomarse: podemos apostar doble contra sencillo que quien está detrás de este enfrentamiento es el “Niñito Dios” desde la Secretaría de Gobierno. Sí, ese mismo. Dicen los que lo conocen que ese es su sello distintivo: poner a todos a pelear para después aparecer como el pacificador. El objetivo, aseguran, es desestabilizar el jardín primaveral y culpar a alguien más. Fiel a su estilo, el funcionario ya jura que él “nada tiene que ver”, que quiere “resolver” y que hasta habla mal de su nueva amiga, la “AMargarita”, para convencer al gobernador Salomón Jara de que no tiene relación alguna con ella. Pero, claro está, miente. Y como buen actor político, lo hace con lágrimas en los ojos y cruz en mano.


Ya para el viernes 17, en el tradicional baile del empleado, la tensión era tal que ni los cumbiones pudieron levantar el ánimo. Nuestra reportera burócrata —siempre al pie del cañón y bien vestida— confirmó que había de todo… menos empleados. Eso sí, el alcohol corrió como si el ISR se pagara en botellas.


Así las cosas, estimado ciberlector: entre tranzas, pleitos, santos y traiciones, el comité NO ejecutivo del sindicato está a un paso de que sus propias bases les apliquen el descuento… pero del cargo. Y viendo cómo van las cosas, podrían terminar su periodo antes de tiempo, y no precisamente por jubilación anticipada.

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Ahora que el gobernador acusó, en su conferencia de prensa, directamente a la diputada Margarita García de estar al frente de la protesta de los godínez, ¿será que también ya se dio cuenta de que uno de sus impulsores es el “Niñito Dios” de la Secretaría de Gobierno?


O, fiel a su estilo, ¿ya vendió mañosamente la cabeza de su amiga y, para salvar el pellejo, dijo que todo lo que hace es porque el “cara sucia” está detrás?


¿Será que Margarita, al sentirse traicionada, cante como pajarito y revele que todo fue planeado desde la Secretaría de Gobierno? ¿O qué traman este par?, porque esa marcha del miércoles y el enfrentamiento que tuvieron los afligidos godínez tiene tufo de “Niñito Dios” malcriado y malcargado.


Por cierto, es la imagen en un chiste que se cuenta solo… o un mensaje tipo: “El Niñito Dios”… sacrificado…

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En Huajuapan, ya nadie sabe cuántos taxis circulan. Y si alguien asegura saberlo, miente o trabaja para el presidente municipal, Luis “Chupón” Martínez.


Durante su pasada y presente administración, el “Chupón” hipotecó la tranquilidad de la ciudad y la entregó al mejor postor: los grupos de taxistas irregulares. A cambio de votos, les obsequió impunidad. El resultado está a la vista: un caos sobre ruedas que transformó el centro en un tianguis motorizado.


Las calles —sobre todo las del primer cuadro— se volvieron territorio conquistado. Donde antes había tránsito fluido, hoy hay bases improvisadas, discusiones callejeras y una sinfonía interminable de bocinazos. Mientras tanto, el Ayuntamiento observa desde la banqueta y aplaude.


Los reportes de prensa coinciden: más de 45 sitios de taxis operan en la ciudad. Otro informe va más lejos y revela una cifra aún más absurda: 65 bases concentradas en unas cuantas calles del centro.


Los nombres son tan variados como el desorden: Moctezuma, Mariscala, A.D.O., Benito Juárez, Ñuxicaxi, Tres Mixtecas, Heriberto Pazos Ortiz, Riveras del Río Mixteco, Piedra Azul, Servitaxis, Tierra y Libertad, Emiliano Zapata, Revolución Mexicana, Confederación, Tierra del Sol, Leyes de Reforma, y hasta El Caracol de los Pueblos Indígenas. Pero lo sorprendente también, existen unos taxis disfrazados de payasito en honor al presidente municipal.


Según los registros de Semovi, existen 600 taxis con concesión oficial. Pero los transportistas y vecinos denuncian más de 2,800 vehículos en circulación. De ellos, al menos 300 carecen de permiso. En resumen: por cada taxi legal, circula casi otro que no lo es.


Esa desproporción explica por qué el tráfico se volvió permanente, por qué las tarifas suben sin previo aviso y por qué el transporte público dejó de ser un servicio para convertirse en botín político.


Luis “Chupón” Martínez encontró la fórmula de la inmovilidad: permitió que los taxistas hicieran lo que quisieran, a cambio de lealtad electoral. Cada base irregular es una célula política; cada taxi pirata, un voto agradecido.


Y no es que el “Chupón” opere en un vacío legal: en Oaxaca, la regulación del transporte público es competencia de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), encabezada por Yesenia Nolasco. Como lo dijimos párrafos más arriba, ella debería poner orden cuando los municipios se convierten en reinos del caos. Pero en sus narices, Huajuapan se hunde entre claxonazos, taxis pirata y concesiones disfrazadas de favores políticos.


Mientras la titular de SEMOVI parece más entretenida en su pleito con el presidente municipal de Salina Cruz —y en cuidar las aspiraciones de su jefe, el “Niñito Dios”—, el “Chupón” hace y deshace sin freno.


La movilidad estatal duerme la siesta, mientras en Huajuapan los taxis ilegales gobiernan con más autoridad que el propio Ayuntamiento.


Y por si hiciera falta confirmarlo, Yesenia Nolasco presume en redes sociales “operativos coordinados” de transporte seguro, con fotografías donde se revisan 150 taxis foráneos, rodeada de funcionarios, chalecos fluorescentes y hashtags institucionales: #TransporteSeguro, #OaxacaSegura, #MovilidadQueTransforma.


Todo muy bonito… pero pura utilería.


Porque mientras ella posa sonriente junto al Fiscal y al Secretario de Seguridad, Huajuapan sigue convertido en un tianguis motorizado, sin autoridad que meta freno.


Esos operativos patito son una burla para quienes viven atrapados entre el ruido, el tráfico y la impunidad.


Lo más grave es que el gobernador Salomón Jara Cruz probablemente cree que Yesenia está cumpliendo sus instrucciones, cuando en realidad le vende la idea de una movilidad controlada que no existe.


Su gestión parece un catálogo de selfies institucionales: muchas fotos, poca acción, y ninguna sanción que se note.


Porque en Oaxaca, la movilidad se mide en aplausos, no en resultados.


Los ciudadanos se desesperan y el Cabildo, esa comparsa que aplaude todo, calla. En Huajuapan no hay autoridad: hay administración del desorden.


Los vecinos que protestan son ignorados. Los choferes legales que piden reglas claras, amenazados. El Ayuntamiento, de brazos cruzados, sigue mirando el caos pasar, como si esperara turno para abordar un taxi.


A veces uno piensa que el “Chupón” no gobierna Huajuapan: la despacha, como si fuera su propio sitio.


Huajuapan no puede seguir siendo rehén de estos grupos que se disfrazan de servicio público. Es momento de que el Gobierno del Estado intervenga y ponga fin a este carnaval de claxonazos y corrupción.


El transporte público necesita orden. La ciudad, aire. Porque si algo está claro es esto: Huajuapan no tiene presidente municipal. Tiene jefe de sitio.


Y mientras ese jefe se llame Luis “Chupón” Martínez —y asociada Nolasco—, la ciudad seguirá girando en el mismo círculo… lleno de taxis, ruido y frustración.

bullets100


Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:


En política, el pasado se agradece; el presente se negocia.