
Nuestro reportero Sabueso, nos informa que en la costa oaxaqueña ya empezó el “Buen Fin” turístico… pero con dinero ajeno. Mientras la ballena jorobada apenas asoma la cola en Puerto Ángel, en las oficinas de doña Saymi Pineda las licitaciones brincan como delfines en temporada alta: equipamiento para Pinotepa, cursos “especializados”, eventos, festivales, boyas y cuanto “proyecto estratégico” se pueda empujar antes de que se acabe el año. Todo, por supuesto, cargado al pueblito noble y sabio.

Estimado ciberlector, el primer plato fuerte viene desde las playas de Corralero y Mariano Matamoros, en Santiago Pinotepa Nacional. La Licitación Pública Estatal LPE-SA-ST-0146-11/2025 suena muy bonita en el papel: “adquisición de bienes para el equipamiento y reactivación de servicios en establecimientos de alimentos y bebidas”. Traducido al español llano: vamos a equipar 40 restaurantes de playa con mesas, sillas, camastros y sombrillas, y lo vamos a hacer en seis días hábiles a partir de la firma del contrato. Milagro turístico exprés con comprobante fiscal.

El paquete, por negocio, no es cualquier cosa: alrededor de 30 mesas cuadradas de plástico tipo Yuliana, 100 sillas modelo diamante, 30 manteles, cuatro camastros de resina y cuatro sombrillas de 2.70 metros con protección UV. Equipamiento que cualquier prestador de servicios quisiera tener, siempre y cuando no se lo cobren a precio de centro comercial de Polanco.
A la cita llegaron dos empresas: Promotora de Eventos y Banquetes Eleni, S.A. de C.V., y Abastecedora Comercial El Tribal, S.A. de C.V. La primera ofertó 5,465,548.80 pesos por los dos lotes; la segunda, 5,462,208.00 pesos. La diferencia es tan ridícula que uno no sabe si reír o pedirles que al menos disimulen: tres mil trescientos pesos de distancia en una licitación de más de cinco millones. Eso no es competencia, es sincronía.
Haciendo la cuenta gruesa, cada restaurante sale en más de 136 mil pesos. Y aquí viene la parte incómoda: si uno revisa precios abiertos al público, un set de mesa cuadrada Yuliana con cuatro sillas anda alrededor de 1,400 pesos; las sombrillas grandes con protección UV se consiguen entre 1,300 y 2,500 pesos, y los camastros de polipropileno rondan los 2,000 a 6,000 pesos, según marca y proveedor. Comprando al mayoreo, con logística bien armada y un margen razonable, el kit por restaurante podría andar por los 90 a 100 mil pesos. En la Primavera Turística oaxaqueña se dispara por encima de los 136 mil. No es el triple, pero sí un sobreprecio cómodo, justo en el límite de lo “aceptable” para un gobierno que se supone debería vigilar que el dinero público no se vaya en plástico inflado. Y si rascamos más hay precios más bajos.

Ahora, revisemos quiénes son los beneficiarios de este milagro playero. Promotora de Eventos y Banquetes Eleni, S.A. de C.V., trae RFC de noviembre de 2022; es decir, una empresa muy joven que en apenas tres años ya aparece como proveedora de dependencias estatales y hasta tiene contratos federales de servicios de alimentación. El bebé empresarial creció sano, fuerte y con apetito por el erario. Para rematar, la Auditoría Superior del Estado ya la mencionó en una revisión por haber presentado cotizaciones sin firma ni sello. Detalle menor, dirán algunos; síntoma de cómo se hacen las cosas, dirán otros.
Del otro lado está Abastecedora Comercial El Tribal, S.A. de C.V., registrada hacia 2023–2024, con un objeto social que parece menú de miscelánea: abarrotes, ropa, papelería, electrodomésticos, equipo de cómputo, mobiliario, joyería y lo que se atraviese. Hoy, además, se presenta como especialista en equipamiento turístico de playas. Una comercializadora todóloga, tipo “lo que se le ofrezca, patrona”, que en unos cuantos meses ya está compitiendo por contratos de varios millones.
En teoría, las bases de la licitación presumen que la Secretaría de Turismo puede verificar capacidad, experiencia, precios de mercado e incluso hacer visitas a las empresas para comprobar que no son oficinas fantasma. En la práctica, el mensaje que se manda es otro: si tienes RFC reciente, un objeto social elástico y sabes rellenar machotes, puedes convertirte en proveedor estrella de la política turística oaxaqueña.
Pero Pinotepa no es el único frente donde la Primavera Turística anda desatada. Otro capítulo sabroso es el de los famosísimos cursos de turismo de reuniones. La Invitación Abierta Estatal IAE-SA-ST-0072-11/2025 contrata un “servicio integral” para impartir capacitación en esa materia: dos cursos para 50 personas cada uno, con módulos sobre competitividad, PIB turístico, cuartos–noche, derrama económica, comercialización de destinos, traslado aéreo y terrestre de ponentes, audio, iluminación, coffee break y hasta materiales promocionales. Todo debe realizarse en un máximo de 15 días hábiles a partir de la firma del contrato, en fechas y sede que la propia Secretaría definirá “después”. Primero firmamos, luego vemos dónde y cuándo.
¿Y quién se aventó a ofrecer semejante paquete de alta especialización turística? Un solo licitante: Realización de Eventos y Festines La Calenda, S.A. de C.V., con propuesta de 1,590,000.01 pesos IVA incluido. Traducido: alrededor de 15,900 pesos por persona para capacitar a 100 asistentes. El RFC de La Calenda marca febrero de 2024. Es decir, la empresa apenas gatea y ya va dando conferencias magistrales de turismo de reuniones con presupuesto estatal. Su giro principal, según sus propios registros, es la preparación de alimentos para ocasiones especiales y servicios de banquetes. Una banquetera, pues.

Claro que legalmente puede subcontratar a expertos; nadie lo discute. El detalle es si tiene verdadera experiencia técnica para diseñar un programa serio de turismo de reuniones o si se trata del esquema clásico: empresa de eventos que pone mesas, bocadillos y pantallas, mientras los contenidos académicos los resuelven con ponentes baratos para que el margen de ganancia no se toque.
Las bases exigen a ocho ponentes con perfil académico y experiencia comprobable, equipo audiovisual de buen nivel, coffee break para cien personas, diseño de materiales y toda la producción. Si se paga dignamente a los especialistas, la utilidad de la empresa se reduce; si no, el negocio queda redondo y el curso se convierte en un evento más de foto y diploma. En cualquiera de los dos casos, algo no cuadra entre el discurso de “política turística de alto impacto” y la realidad de una contratación de 1.59 millones entregada a una banquetera recién creada.
Con Pinotepa equipándose a precio de boutique y los cursos de “turismo de reuniones” en manos de una empresa nacida en 2024, cualquiera pensaría que ya vimos suficiente. Pero no.
Lo que hoy contamos es apenas la primera ola: la marea alta viene con el Papaloapan, las boyas de la Costa, los promocionales nacionales, el “Sheinbaum Fest” y el famoso Festival de la Ballena Jorobada, donde las jorobadas son lo de menos.
La próxima entrega del Lavadero Político no solo pondrá nombre y monto a cada contrato; también sumaremos la cuenta final de esta “Primavera Turística” y veremos si el presupuesto se fue en desarrollo… o en puro espectáculo con factura incluida.
Compren palomitas en combo grande.
La madre de todos los acarreos se vivió este sábado en la capital de la antigua Tenochtitlán, donde nuestro reportero Zancudito Loco, integrante de la mera mera Primavera, no podía faltar y ahí anduvo, entre la alta clase política y la chamacada.
La llamada marcha del tigre, o festejo por los 7 años de la llegada de la 4T a nuestras vidas, se convirtió en la madre de la madre de todas las movilizaciones realizadas hasta hoy.
El mejor PRI está activo y vive dentro del morenismo.

El actual gobierno federal presume que la derecha no existe y que ellos gobiernan “con el pueblo, y sin el pueblo nada”, pero tremendo susto les dio la marcha de la Generación Z y los campesinos, que decidieron bloquear varias carreteras ante el abandono del campo, y por consecuencia al gobierno no le quedó más que armar este evento masivo.
¿El miedo no anda en burro?, por cierto, ¿en dónde está el tigre?, en palacio o con los campesinos.
Las inconformidades siguen apareciendo y, al parecer, el gobierno ha decidido callar bocas y mostrar el músculo, llevando de “acarreados” a sus funcionarios públicos, que bajo amenaza de ser despedidos tienen que callarse y hacer lo que se les dice.
Los costos de las movilizaciones son cubiertos con recursos públicos, pero ahora nadie dice nada.
La vieja escuela de repartir tortas, Frikos y hasta pagos en efectivo a “invitados” para que acudan a este tipo de eventos políticos solo es muestra de que las cosas no han cambiado.
Bienvenido de regreso, amigo ciberlector, que acudió de compras o fue a defender lo indefendible a la ex capital del imperio mexica.
Porque si la madre de todos los acarreos se vivió en la antigua Tenochtitlán, la pasarela más desvergonzada tuvo sello oaxaqueño. Y ahí, cómo no, también estuvo nuestro reportero Zancudito Loco, que Dios lo guarde porque no descansa ni cuando la 4T duerme la siesta, tomando lista de quién fue a lucirse, quién fue a aplaudir y quién nada más fue a ver qué caía.

Resulta y resalta que, con motivo del aniversario de los 7 años del inicio de la Cuarta Transformación, la clase política oaxaqueña decidió lanzarse a la capital para demostrar que “Oaxaca está presente”. Y vaya que estuvo presente… pero todos en la misma burbuja de aire, como si dieran puntos por metro cuadrado ocupado.
Nuestro reportero Zancudito Loco nos cuenta que la escena era un poema visual, sacada de La Rosa de Guadalupe: edición “Acarreados Premium con pata rajada”: una bola humana toda pegada, revuelta y sudada, donde cada quien peleaba su centímetro de cámara como si de eso dependiera la reelección.

En primera plana, levantando la mano como si fuera el “rey del festival de los copys”, aparece Jesús Romero López, mejor conocido como “El Niñito Dios”, -por aquello de que todos lo cargan y nadie lo ve crecer-. Muy sonriente, muy feliz, muy capitalino… mientras en Oaxaca hay bloqueos, grillas, plantones y un caos digno de concurso nacional. Pero eso sí: para la foto siempre hay agenda.
Justo delante de él, la diputada local Márgara Francisca posaba con una cara que ni nuestro reportero Zancudito loco supo interpretar: mezcla de una expresión rara, como de no saber si sonríe, se incomoda o solo está soportando el apretujadero para lograr salir en la imagen oficial.
Unos pasos más adelante —en el cuadro donde todos querían figurar— estaba Benjamín Viveros Montalvo, alias el licenciado Cortillo, ex presidente de la Jucopo. Zancudito nos dicen que Cortillo sonreía como quien anda buscando reflectores porque en Oaxaca ya nadie lo pela, especialmente después de que se le subió el ladrillo, le gritó a todo mundo y se hizo el desentendido, en su corto reinado de la comunidad… legislativa y dejó al Congreso trepado en banquitos.
A un ladito suyo, acomodándose como si la foto fuera su hábitat natural, aparece Laura Estrada “Sacamuela”, que así no haga nada, siempre encuentra cómo colarse al cuadro. Si de trabajo legislativo se tratara, quizá no estaría ahí; pero de foto oficial, ¡presente, profe, aquí estoy!
Y todos esos personajes —cada uno con su gesto, su pose y su urgencia de figurar— estaban tan apretados, que aquello parecía concierto del Recodo: todos juntos, sin aire, sudaditos y con la mirada perdida hacia donde estuviera el camarógrafo que garantizaría la inmortalidad digital.
Pero, estimado ciberlector, aquí viene la parte verdaderamente transformadora: después de ver semejante espectáculo, uno entiende que en realidad la única transformación de estos siete años ha sido en los bolsillos de los políticos por los negocios que han hecho —y en las cirugías estéticas que se han mandado a hacer hombres y mujeres de la 4T—, porque el pueblo sigue igualito que siempre: pobre, precarizado y entretenido con programitas que solo sirven para mantenerlo agarrado de una ilusión que nunca lo sacará de la miseria.
Mientras ellos celebran con foto, peinado nuevo y chamarra de supermarca, el pueblo recibe lo de siempre: promesas, discursos y los famosos “otros datos”.
Así que sí, estimado ciberlector: 7 años de transformación… pero solo para los morenistas y sus familias.
Para el pueblo, la misma receta de siempre y un país que no cambia ni con cirujano plástico.

Mire usted nada más al Cachorro Murat: tan feliz en el Zócalo celebrando los “7 años de Transformación” como si no hubiera salido de Palacio de Gobierno con credencial priista en 2022 y el recuerdo fresco de los mexiquenses que llegaron a despachar y a cobrar en Oaxaca.
Hoy posa muy guinda, ya como senador de Morena, porque al muchacho siempre le ha ido bien donde hay fuero, reflectores y presupuesto; se le supo meter a López Obrador, odia al gobierno de la Primavera oaxaqueña, pero ama la transformación… siempre y cuando sea para él y su familia, que llevan generaciones viviendo del erario.
No satisfecho con lo que muchos oaxaqueños consideran saqueo en su sexenio, ahora se ríe del estado desde la pasarela de la 4T, y lo más grotesco no es él, sino que Morena lo abrace como “cuadro de la transformación”, demostrando que en este país el reciclaje político sí funciona… siempre que venga bien planchadito y en camisa blanca.

Nuestra Reportera Green se fue a pajarear al Festival de las Aves de Oaxaca 2025 “Volando a la conservación” … y regresó con la certeza de que aquí lo único que vuela alto no son los colibríes, sino el presupuesto, los cuates y el cinismo.
Arranquemos por el numerito mágico: la Secretaría de Administración le encargó el “servicio integral” del festival a la empresa Omega Arlet, S.A. de C.V. por $1,996,010.26 pesos, IVA incluido. Todo para tres días de evento de “conservación” organizado a petición de la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Energías y Sostenibilidad.
Casi dos millones para que las aves salgan bonitas en la foto y para que cierto grupo en SEMABIESO siga viviendo de su hobbie.
El festival se realizó los días 28, 29 y 30 de noviembre, amarrado a la reunión de la Asociación Nacional de Autoridades Ambientales Estatales (ANAAE); ahí estaba la titular de SEMABIESO, Karime Unda Harp mejor conocida en el jardín primaveral como “Betty Unda Pinzón, pegada al evento nacional como lapa, aprovechando que estaría presente el gobernador Salomón Jara Cruz y que asistirían titulares ambientales de todo el país.
Pero ojo al detalle fino: como era evento grande, con presencia del mandatario, la logística ya no se la dejaron a Karime; pasó a manos del área de Comunicación de Gubernatura, con apoyo de otras secretarías y de la propia ANAAE. La Secretaría de Turismo puso la banda, las canasteras traídas desde Puerto Escondido, bailarines y danzantes; a Karime, básicamente, le prestaron la silla y el micrófono.
Lo que quiere decir que el gobernador ya no confía en ella para organizar nada grande. Su desempeño previo ha sido tan malo que, cuando hay algo serio, la hacen a un lado… pero en redes ella presume el “éxito del festival” como si todo saliera de su genio creativo. Para acabarla de amolar, recordemos que años anteriores el festival ya había costado más de 2 millones de pesos aprobados por Administración, con ponencias desérticas, dinámicas recicladas y las mismas instituciones académicas mandando alumnos para llenar sillas.
Y aquí entra en escena otro personaje que no podemos dejar fuera: el subsecretario Sergio López Sánchez. Es él, no Karime, quien convoca a “sus grupos”, quien invita al grupo parlamentario de Morena a lucirse en el festival y en otros eventos de la Secretaría. Es el operador político que mueve el tinglado mientras la titular posa para la foto con las aves.
O sea, la ecuación es ésta: dinero público, festival hueco, y secretaria que no da el ancho. De “conservación”, lo único que conservan es la nómina.
Mientras tanto, la estructura del festival huele a nepotismo de toda la vida. Karime organiza esto desde que tomó la titularidad de la Secretaría, junto con su asociación “Aves de Oaxaca” y el grupo de chavos que la acompaña desde hace años y hoy ya tiene lugar en la nómina.
La pieza clave es su ahijada, Fátima Santa Anna Pérez: la única del grupo de “pichones” que tiene contrato, actual coordinadora del Programa de Aves Urbanas (cargo que antes ocupó la propia Karime) y también coordinadora del Festival de Aves de Oaxaca. Se dice en el documento que Fátima tiene “vara alta”, entra y sale cuando quiere, casi no va a caravanas y usa su horario para asuntos personales.
Para rematar, en la página del Festival de las Aves de Oaxaca, creada por la asociación, ya anuncian a todo el personal de la Secretaría como si fuera parte de la A.C.

Línea entre lo público y lo privado: borrada. La marca estatal y la marca de la asociación se funden en una sola, con presupuesto gubernamental y capital político en manos de la madrina y la ahijada.
¿Y qué se ofrece a cambio de todo este gasto? Según el propio documento, las “ponencias súper interesantes” fueron otra vez salas medio vacías, gente bostezo tras bostezo y una falta brutal de convocatoria.
Las salidas a observar aves, con las mismas personas de siempre, sin gran aforo.
Los talleres para niñas y niños, otra vez reducidos a pintar y colorear, tal como en años anteriores, realizados por el Centro de Educación e Interpretación Ambiental Ñuu Kuu, alias “los gallineros”.
En pocas palabras: casi dos millones este año, más de dos millones otros años, para repetir la misma kermés disfrazada de festival científico.
El contraste se vuelve más ofensivo cuando ves lo que sí existe en materia de aves urbanas: el Programa de Aves Urbanas (PAU) de CONABIO, con manual ilustrado, registros diarios de observaciones, ciencia ciudadana, mapas, proyectos como “Programa de Aves Urbanas – Oaxaca” en iNaturalist y herramientas abiertas que cualquier gobierno serio podría fortalecer y presumir.

Pero en lugar de apostar fuerte por esa red, aquí preferimos el show: logo bonito, escenario, calenda, canasteras, y una licitación jugosa.
Y mientras Karime Unda saca pecho en conferencia de prensa el 2 de diciembre, “como chamaquita”, presumiendo que Oaxaca fue sede del encuentro de la ANAAE encabezado por Óscar Rébora y la propia Alicia Bárcena, y metiendo en la misma bolsa la estación de transferencia de Xoxocotlán, el CIRRSU, los Árboles Notables y el Festival de Aves, el documento nos recuerda que varias de esas medallas ni siquiera son suyas: le recordamos que el tema de residuos lo lleva “El niñito Dios” y el organismo operador, porque ella no pudo con el paquete; los Árboles Notables vienen de un decreto del gobierno de Ulises Ruiz; y el festival es su hobbie de diez años, sin beneficio real probado para el estado.
¿Y los grandes programas de la Secretaría? Durmiendo el sueño de los justos: el propio documento exhibe que el Programa de Educación Ambiental no se actualiza desde 2004 y que gran parte del marco jurídico y el catálogo de educación ambiental pertenecen a administraciones pasadas.

Pero eso sí, el Centro Ñuu Kuu ya celebró su primer aniversario como si fuera innovación mundial, aunque la dinámica de polinizadores y observación de aves está calcada de los materiales de CONABIO, y la mayoría de niñas y niños llegan porque van al planetario, no por el amor a la pájara pinta.
Estimado ciberlector, mientras Campeche llegaba al mismo encuentro de ANAAE a hablar de retos y logros en serio, Oaxaca salió a presumir un festival inflado, y que año con año es un fracaso.
El día que el gobernador decida cerrar esta jaula o dejarla abierta sabremos si la Primavera era en serio… o solo era un pájaro de papel para la propaganda. Mientras tanto, en Oaxaca seguimos viendo cómo, cada noviembre, los pajaritos se vuelven pretexto y la verdadera fauna que hay que vigilar no está en los árboles, sino en la nómina.
Nuestro reportero Tazo Dorado se topó, durante la madrugada y en pleno scroll del insomnio, con un viejo conocido de la política oaxaqueña: Oswaldo García Jarquín, ex presidente municipal de Oaxaca de Juárez y mejor conocido como el “Ecoloco”. Aparece en video, muy inspirado, pidiéndole disculpas al pueblo por haber promovido el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador y advirtiendo, como pitoniso de cantina, que “en el 2030 te vamos a quitar, como te pusimos, te vamos a quitar”.
Estimado ciberlector la escena tendría su gracia si no fuera porque viene de quien viene. Oswaldo no llegó al poder por generación espontánea ni por méritos de buen gobierno: lo montó la ola de “Juntos haremos historia” en 2018, arropado por Morena, PT y PES, prometiendo un municipio honesto, eficiente y cercano a la gente.
En el Distrito 8 federal, AMLO arrasó con casi 68% de los votos; la marca López Obrador era el pase VIP para cualquier candidato que se colgara de ella. Oswaldo se colgó gusto.
Luego vino la realidad… y el olor, esa que no se quiere acordar Oswaldo. Su trienio 2019–2021 será recordado por muchas cosas, pero sobre todo por la crisis de la basura. Bloqueos, toneladas de desechos en las esquinas, acceso a la ciudad cerrado y un sindicato de limpia reclamando lo básico: combustible para los camiones, pago al fondo de pensiones y simplemente que el presidente municipal diera la cara.
En respuesta, Oswaldo se hizo experto en lo contrario: en no aparecer, en dejar plantados a los trabajadores y en prolongar la crisis hasta que Oaxaca se convirtió en un muladar a cielo abierto.
El hartazgo llegó a tal grado que los trabajadores de limpia llevaron un camión repleto de basura y lo vaciaron frente a una de sus casas. Ahí dejaron, como postal de fin de trienio, una manta que decía: “Para el peor presidente de Oaxaca. Att: 3 de marzo”.
No lo dijo la oposición, no lo dijo un columnista ardido: lo dijeron sus propios trabajadores, los mismos que sostienen el servicio más elemental de cualquier ciudad.
Estimado ciberlector, como bien usted recordará no fue sólo basura. Mientras la capital vivía bloqueos, caos vial y montones de bolsas negras por todos lados, Oswaldo se ganó otra fama: la de edil ausente. Regidores de su propio cabildo hablaron públicamente de su “ausencia e incapacidad” para resolver conflictos, y analistas locales describieron un clima de ingobernabilidad y vacío de autoridad en Oaxaca de Juárez.
En plena entrega–recepción, ya casi para irse, ni siquiera se presentó a la primera reunión formal con el equipo del nuevo gobierno; justificó su falta… con un viaje fuera del estado.
En paralelo, su administración dejó una estela de deuda: más de 630 millones de pesos en créditos de corto plazo, contratados supuestamente por “insuficiencias de liquidez”, y un municipio colapsado que heredó problemas financieros y de servicios a la siguiente administración.
No es casual que, en mediciones nacionales, Oswaldo cerrara con apenas 9.6% de aprobación, en el fondo de la tabla de presidentes municipales evaluados.
Y mientras tanto, la vida pública le regaló otras estampas. En agosto de 2021, en plena pandemia, cuando su propio gobierno hablaba de restricciones y cuidados, se difundió un video donde aparecía en un antro abarrotado, sin cubrebocas ni sana distancia, acompañado de gente más joven y muy lejos del ejemplo que se supone debe dar la autoridad.
Días después, en muros de la ciudad apareció otra dedicatoria nada cariñosa: “¡Fuera el borracho!”, consignaron integrantes de una organización de comerciantes, furiosos por la falta de diálogo y el desalojo de sus puestos.
Con ese historial, que hoy Oswaldo reaparezca como comentarista indignado y ofrezca disculpas por haber pedido el voto para AMLO tiene algo de tragicomedia. No porque la Cuarta Transformación sea intocable —ahí están los escándalos de corrupción, la improvisación de cuadros y la distancia entre el discurso de honestidad y la realidad del país—, sino porque él es producto directo de esa misma ola que ahora dice haber descubierto que era un error. Se subió al tren cuando convenía, llenó balcones de selfies con el logo de Morena y el nombre de López Obrador, y sólo cuando la puerta se le cerró en el partido decidió convertirse en crítico furibundo del “máximo líder”.

Hay que decirlo con todas sus letras: no se trata de defender a AMLO ni de negar los saldos negativos del obradorismo. Se trata de no comprarle la amnesia selectiva a un ex alcalde que dejó a Oaxaca entre la basura, las deudas y la ingobernabilidad, y que ahora pretende quedar como el exmorenista arrepentido que “ya abrió los ojos”. La pregunta que se hace Tazo Dorado —y medio Oaxaca— es sencilla: ¿en qué momento, exactamente, le cayó el veinte? ¿Antes o después de que los trabajadores le vaciaran un camión de basura frente a la puerta con la leyenda “para el peor presidente de Oaxaca”?
Al final, sus videos nocturnos, con tono de romántico despechado de la 4T, dicen más de él que de López Obrador. Él mismo autonombró su sección como “Música de fondo”, porque ni en su casa lo escuchan: se vende como analista político que “impacta”, mientras sus amigos de parranda se burlan de él y usan sus opiniones para hacerle meme y reírse en el chat, no para mover un solo voto. Es fácil descubrir los defectos del obradorismo desde el sillón, cuando ya se acabó el salario, se perdió el cargo y se agotó la paciencia ciudadana. Lo difícil —y eso nunca lo hizo— era gobernar con mínimo de seriedad, enfrentar a tiempo los conflictos y no dejar la ciudad hecha un tiradero.
Que Oswaldo hoy pida perdón por haber pedido el voto por AMLO está bien; cada quien lava su conciencia como puede. Pero lo honesto sería empezar por otra disculpa, mucho más urgente y en corto: a las y los capitalinos que tuvieron que vivir entre basura, bloqueos, pintas de “fuera borracho” y un municipio al borde del colapso mientras él jugaba a ser alcalde… y ahora juega a ser analista político de madrugada, hay que decirle que no sirve para mover conciencias, pero sí para amenizar la borrachera colectiva: sus cuates y medio Oaxaca lo tienen de comidilla y chiste, no de brújula política.
¡Date cuenta “amiko”!
Desde la Cuenca del Papaloapan, nuestro reportero ñero ñero piñero nos informa que la inseguridad en la región de Tuxtepec sigue aumentando, y ha trascendido que varios empresarios, junto con sus familias, están abandonando la ciudad debido a que han sido víctimas de la “DO”. Sí, estimado ciberlector, mientras el calor llega a 40 grados, la paciencia ciudadana anda varios grados bajo cero.
Las estrategias en materia de seguridad implementadas por “La Parkita”, que en sus ratos libres dice ser presidente municipal y llamarse Fernando Huerta Cerecedo, no han dado resultados. No olvidemos que, al inicio de su administración, se dio el lujo de sacar a la Guardia Nacional y a otras corporaciones que, medianamente, mantenían a raya a la delincuencia… pero luego tuvo que recular y volver a aceptar la ayuda. Ya ve, primero los corren para quedar bien con el discurso, y luego los buscan como ex tóxica en madrugada.
El expanista, ahora petista, ya no sabe qué hacer. Mientras se dedica a ofrecer recompensa para detener a un intento de grafitero que anda rayando los parabuses, los malos andan levantando cristianos en sus narizotas. Prioridades, que le llaman: los parabuses bien pintados… y la gente bien espantada.
A los encargados de la seguridad en el estado mejor ni los molestamos, porque andan muy ocupados en su salón de fiestas de Santa María Coyotepec. Allá donde el “Estado de derecho” parece más bien nombre de grupo musical para amenizar quinceaños.
Eso sí, para los encargados de llevar las estadísticas en materia de seguridad, ahí sí les encargamos anotar cuántos empresarios han decidido abandonar Oaxaca por la inseguridad en la Cuenca. No vaya a ser que, además de irse el capital, también se les pierda la cuenta.
Habemus candidata?


Quien sigue muy aplicado con su “rehabilitación” política es el Callejero Ángel Domínguez, que no quita el dedo del renglón para que su señora vuelva a ser postulada por Morena a la Presidencia Municipal de San Felipe Usila. Nada de terapia de pareja, aquí la terapia es electoral.
Pese al descalabro que se llevaron en el proceso pasado contra el moribundo PRD, esta parejita camina firme gracias al “cariño” de varias empresas constructoras, que traen la esperanza bien puesta en que el Callejero les asigne obra pública estatal o municipal. No es amor al proyecto, es amor al contrato.
Falta todavía un buen tramo para llegar a 2027, pero ya sabemos que el modus vivendi de ciertos políticos es vivir en campaña permanente: mientras la gente espera servicios básicos, ellos andan en precampaña… y en preventa de obra.
Nuestro reportero Zacudito Loco, nos informa que en Tuxtepec hubo informe del gobernador Salomón Jara y, mire usted, todo marchaba normalito hasta que hizo su aparición —tarde, como si el evento la estuviera esperando— la senadora Laura Estrada Mauro, mejor conocida como “la Sacamuela”.
Pero lo chistoso no fue que llegara tarde. No. Lo chistoso fue que llegó con apenas 25 personas, contadas como frijoles en cazuela. Un cuadro digno de estampita: ella al frente, y atrás un mini–acarreo que no daba ni para abrir un mitin en la explanada del IMSS.
En la foto se ve clarito que no trae arrastre político, ni para Morena, ni para el Verde, ni para su propio cumpleaños. Por eso Morena ni la consideró para candidatura seria y la mandó como “relleno ecológico”.
Y pues sí, podrá ser senadora del Partido Verde, pero no jala ni sombra cuando hay sol.
Lo peor es que todavía se quiere vender como carta fuerte del oficialismo… pero si ese es su poder de convocatoria, más vale que vaya ensayando cómo pedir prestada gente para la próxima foto.

Dicen que los productores de La Rosa de Guadalupe ya pusieron un ojo en Oaxaca para localizar a la diputada federal Naty Poob Pijy Jiménez Vásquez, mejor conocida en el mundo de la farándula política como Naty Jiménez, quien bien podría protagonizar varios capítulos de la famosa serie gracias a su radical transformación, producto de algunos “arreglitos” estéticos que se habría realizado.
No cabe duda: la “transformación” en algunos funcionarios y representantes populares de Morena sí es una realidad… pero empieza por el consultorio del cirujano plástico. Eso sí, que nadie diga que no hay cambios: el retoque estético va en fast track, aunque las iniciativas sigan en comisiones.
Me quité poquito aquí,
Me puse poquito allá,
Que para los veranos…
También soy amiga de los cirujanos.
Todo sea por la imagen, aunque el pueblo siga esperando resultados sin filtro ni edición.
De su guardia presidencial, perdón, primaveral, luego hablamos, dicen que es casi casi una historia del guardaespaldas.

El informe del presidente municipal de Huajuapan, Luis Chupón Martínez, fue una ceremonia hueca, una narración inflada para evitar la pregunta central: ¿qué ha hecho realmente por el municipio? Hubo luces, música, acarreados y la clásica coreografía oficial, pero información pública, transparencia o rendición de cuentas: cero.
Del gasto programable no dijo nada. Del gasto corriente, menos. Se limitó a presumir un par de calles, un puente irrelevante y unos monumentos que no sirven para medir desarrollo, sólo para que él salga en la foto. El relleno del evento lo aportaron empleados obligados a asistir, agentes municipales vigilados y uno que otro líder del transporte pirata paseándose con la sonrisa untada de costumbre.
Afuera del escenario, la realidad es otra. El descontento crece. La corrupción pesa. Y en el centro del vendaval están Chupón y sus seis fieles socios, expertos en negocio y tranza.
En Huajuapan, todos los medios locales cantaron la misma canción: luces, glamur, vestidos bonitos, escenario arreglado, baile para el “pueblo bueno”.
El ofrecimiento de antojitos regionales a la ciudadanía como cada año se realiza, en esta ocasión se suspendió por órdenes del Chupón, pues, según, 65 mil pesos resultaban oneroso. Aun así, la gente, o los acarreados le aplaudieron como si hubiéramos asistido a una coronación. Lo maquillaron como un éxito.
Pero ningún medio, ni uno solo, tuvo la decencia de revisar el contenido real del informe de Luis Chupón Martínez.
El informe, en esencia, no traía nada. Ni obra. Ni transparencia. Ni resultados. Ni una sola idea que justificara su permanencia en el cargo.
Los monumentos que presumió no son de este periodo.
Las calles que mostró no le pertenecen. El puente que infló de gloria sirve para cubrir espacio, no para demostrar trabajo.
Chupón no hizo absolutamente nada en su primer año de gobierno… y lo más grave es que tampoco lo intenta ocultar, sólo lo rodea de luces y pantallas para que nadie pregunte. Se le olvida mencionar que este “primer año” no es el primero: es el primer año de su segundo periodo, ese que pidió con lágrimas, promesas y discursos de continuidad.
¿Continuidad de qué? De la negligencia. De la improvisación.
De los negocios de su círculo más cercano. De la ausencia total de desarrollo urbano.
Mientras la ciudad se hunde en baches, inseguridad y obras eternas, él se refugia en escenografías y aplausos comprados.
La muestra más reciente llegó de parte de los médicos del sector privado, que ofrecieron una conferencia de prensa en las oficinas de Ramón Loredo. Denunciaron a dos funcionarios municipales que clausuraron la Clínica de la Mujer y el hombre, obedeciendo órdenes directas de Chupón y del regidor Mora. A la clínica la trataron como cantina y le pegaron sellos de clausura con una soberbia que sólo explica el abuso, no la legalidad.
Este choque con el sector empresarial era inevitable.
El Regidor “taquero”, que funge como titular de Desarrollo Económico no articula, no gestiona, no dialoga. No tiene contacto con nadie del sector productivo. Es un puesto clave en manos de alguien sin oficio ni puente. El resultado: el gobierno está peleado con quienes sostienen la economía de Huajuapan.
Ese vacío se sintió en el informe: empresarios, cero. Cascajo político, muchos. Acarreados, todos los necesarios para llenar la foto.
Mientras empresarios, comerciantes y ciudadanos denuncian extorsiones, cobros improvisados, clausuras ilegales y un gobierno que opera sin reglamentos ni brújula, la prensa oficialista reseña los atuendos del evento.
Al final, el informe del Chupón no fue un acto de gobierno: fue un acto de escapismo. Un intento desesperado por esconder un año entero de ausencia, torpeza y negocio privado detrás de luces prestadas, aplausos rentados y sillas ocupadas a la fuerza.
Pero ni la música tapa los baches. Ni las pantallas borran la inseguridad. Ni el glamur esconde un municipio paralizado.
El presidente podrá seguir armando espectáculos, pero la realidad ya no cabe bajo su alfombra: empresarios hartos, médicos indignados, ciudadanos cansados y una ciudad que retrocede mientras él presume escenarios.
El Chupón puede llenar un auditorio, pero no puede llenar su informe. Puede rodearse de acarreados, pero no de resultados. Puede silenciar a los medios locales, pero no a una población que ya conoce su estilo: gastar en fiesta lo que no gasta en gobierno.
Huajuapan no necesita otro show. Necesita un alcalde.
Y hoy, lo único que sobra en el palacio municipal es humo, y un presidente que piensa que gobernar es producir espectáculos.
La ciudad ya vio demasiado. Y lo que empieza como burla termina como reclamo. Y lo que termina como reclamo acaba siempre en cuentas que se pagan, aunque el hotel en Puerto Escondido tenga habitaciones disponibles.
Del cobro de piso, y otros detallitos les hablamos la otra semana, así que es mejor que compre palomitas en combo grande.
Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:
En Política, no hay vacíos de poder: sólo agendas que aún no conocemos.












