Lavadero Político 02/11/25

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Estimado ciberlector aquí les dejamos la segunda parte de las calaveritas:

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Nuestro reportero Zancudito Loco se fue a dar una vuelta por la calle de Colón —donde despachan los de la Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos del Estado de Oaxaca— y regresó con una duda existencial: ¿esa cosa de cemento es una rampa de acceso o una trampa para fracturarse el tobillo?

Ahí, justo en la entrada de las oficinas que deberían ser ejemplo de prevención y seguridad, se levanta una obra maestra del absurdo: una rampa tan empinada y mal hecha que parece diseñada por un enemigo de las sillas de ruedas. Ni cumple norma, ni facilita el acceso, ni respeta la lógica. Pero eso sí, luce como si alguien la hubiera hecho en su hora de comida y sin nivel.

Y lo peor: ahí está, bajo la mirada indiferente del propio personal y del titular Manuel Maza Sánchez, quien parece más ocupado en las fotos de simulacro que en revisar si sus propias oficinas cumplen con lo más básico: accesibilidad segura.

Porque, don Manuel, si Protección Civil no protege ni su banqueta… ¿qué podemos esperar en un sismo?

Sería bueno que antes de organizar otro simulacro o subir comunicado de “trabajo en campo”, se den una vuelta con un metro, una plomada y un poquito de vergüenza profesional. Porque mientras la rampa siga así, esa dependencia más que dar el ejemplo, lo está dando de qué hablar.

Y no precisamente bien.

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No hay plazo que Maribel no cumpla ni “informe” que no invente. La diputada federal Maribel Martínez Ruiz, esposa del incombustible Benjamín Robles Montoya, decidió que ya era hora de aparecer en pantalla y recordarnos que sigue becada políticamente, aunque sus acciones legislativas no den ni para un tuit. Así que —micrófono en mano y croma barato de fondo— lanzó su “informe de actividades”, una joya audiovisual que pasará a la historia no por su contenido, sino por su capacidad de provocar bostezos en todas las redes sociales y medios de comunicación.

El video, que se supone grabó “frente al Palacio de Gobierno”, parece más bien una escena de telenovela estudiantil filmada con celular y filtro patriótico. Los más malpensados —que abundan en esta redacción— aseguran que el fondo fue una foto impresa en Canva (versión gratuita) y que el viento que le movía el cabello venía de ventilador de oficina. En fin, la diputada habló de un movimiento que “iba a transformar las cosas”… pero nadie supo qué cosas, ni cómo, ni cuándo. O se refería a la transformación del rostro de Benjamín, porque tanto aclaramiento para dejar de ser color humilde ya lo tienen casi como al finado Michael Jackson, je, je, je. Eso sí: su discurso duró tanto, que hasta el algoritmo de Facebook pidió auxilio.

Y con razón: el video es tan largo y confuso que parece más un episodio completo de su gustada serie “Games of Democracy” que un informe legislativo. Ahí, los “caritas sucias” del PT vuelven a protagonizar su propia telenovela política, ahora con Maribel como “superheroína” del pueblo bueno y sabio, enviada —dicen— a defendernos de las atrocidades del villano primaveral y sus cuarenta ladrones.

Sí, estimado ciberlector, atrás quedaron los días en que la heroína y su titiritero comían del mismo plato de Alí Babá; hoy, como buenas comadres despechadas, se jalan de las trenzas mientras se acusan mutuamente de traición. Y fieles a su estilo, no respetan ni los acuerdos que firman entre ellos mismos. Políticos al fin.

El PT en Oaxaca quiere tomarse muy en serio eso de ser “la oposición que se necesita”, pero como todo mundo ya sabe de qué pie cojean, y al final terminan negociando en lo oscurito, nadie les cree. Desde el otro bando tampoco están mancos y, como si fuera tiradera entre raperos —¡ups!, perdón, rateros—, se contestan puntualito. Ni a quién irle. Y pensar que juraban no ser iguales a los tricolores… son peores.

Volviendo al informe, lo que se presentó fue más bien un monólogo de autoelogio que un ejercicio de rendición de cuentas. Ni cifras, ni logros, ni una sola gestión concreta: puro relleno ideológico, frases genéricas y el clásico “seguimos trabajando por Oaxaca” sin decir desde dónde ni para quién. Bueno, ya sabemos: trabajan para ellos. El video no informó nada, pero sí reconfirmó lo que ya todos sabían: el PT oaxaqueño es el club de la simulación, con Maribel y Benjamín como presidentes vitalicios.

Y hablando del esposo, Benjamín “el Dirty Face” Robles, apareció en escena con su dramatismo habitual. Desde su cuenta lanzó la bomba: “Este es el video que Jara no quiere que veas.” Según él, hubo amenazas y presiones para bajarlo. ¡Qué conveniente! Cuando el video no jala y los números se inflan, el libreto es claro: inventar censura para fabricar morbo. Pero ni así pegó. Nadie lo bajó, nadie lo vio, y los pocos que sí lo vieron… lo bajaron por aburrimiento.

Más que censura, hubo pena ajena. Las redes se llenaron de risas, memes y comentarios del tipo “ni Televisa se atrevió a tanto”. Y siendo honestos, si ese video pretendía posicionar a Maribel rumbo a la gubernatura, logró exactamente lo contrario: la gente terminó preguntándose quién editó y cuánto le pagaron por semejante desastre. Y ya sabemos que la parejita es coda, así que probablemente le pagaron con puras promesas.

Detrás de toda esta tragicomedia audiovisual está lo de siempre: la vieja fórmula Robles-Martínez para vivir del erario. Él salta del Congreso local al federal y viceversa; ella, del discurso al discurso, sin soltar la nómina. Son las sillas musicales del presupuesto: la música cambia, pero se sientan los mismos. Y claro, ahora quieren una silla más grande: la gubernatura, aunque el respaldo popular no les alcance ni para un banquito.

Ese intento de “proyectar liderazgo” terminó exhibiendo su verdadera especialidad: la simulación con presupuesto. Porque en el fondo, este video no fue un informe, fue un casting fallido para ver si alguien todavía les compra su papel de “transformadores del cambio.”

Aquí, estimado ciberlector, dejémoslo claro: el video fue tan falso como la idea de que los Robles algún día dejarán el presupuesto.

Al tiempo…

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Nuestra reportera Vallista nos informa que, mientras algunos siguen peleándose por la foto, enviando a sus francotiradores en redes sociales, perdiendo el tiempo planeando campañas de desprestigio fallidas y siendo unos malos copys versus pettir, el mercado más grande de Oaxaca por fin huele a obra seria. Este viernes, el presidente municipal y vecino, Ray Chagoya, encabezó un recorrido en el área de pan y comedores de la Central de Abasto: ahí donde antes abundaban las promesas, hoy hay concreto, calendario y cifras claras. Y es que la Sedatu ya autorizó 89 millones de pesos para rematar una rehabilitación que se atoró por años y cuyo “faltante” real —tras revisar concepto por concepto— rondó los 108 millones; nada de los míticos 5 millones que se vendían en pasillo.

Estimado ciberlector, conviene poner las fechas sobre la mesa: la intervención federal en esta zona inició en febrero de 2023, en el trienio de Francisco Martínez Neri, y desde entonces el costo acumulado del conjunto de obras en la Central ha rebasado los 300 millones y se proyecta hacia 340–350 millones, según reportes públicos. Pero el proyecto se quedó a medio hervor y con errores, porque nunca consideraron poner baños públicos y cisternas, justo en una ciudad donde el agua es oro en cubos. Así que la administración del vecino lo corrigió en las mesas técnicas y ajustó el diseño para integrar sanitarios y cisternas como corresponde a un espacio de alimentos.

Ray Chagoya tomó una herencia cara, inconclusa y confusa, la bajó a números reales y junto con el gobernador consiguió el fondeo que faltaba para llevarla a meta, con diálogo y controles —y no con ocurrencias y malas vibras—.

Que conste en actas y en la memoria del mercado.

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Dicen los que saben que Loxicha amaneció con resaca de asamblea y olor a copal. La campaña no se ganó con discursos, sino con libreta en mano: padrinazgos viejos, promesas nuevas y operadores que conocen de memoria cada capilla. El pasado domingo 26 de octubre de 2025, la planilla Guinda levantó la mano con Jaime Moisés Santiago Ambrosio al frente; el salón quedó con ese silencio incómodo que solo se explica con números que no alcanzaron para todos. Ahí cambió el aire: la pregunta dejó de ser “quién gana” y pasó a ser “quién manda”.

Porque, estimado ciberlector, aquí nadie descubrió el hilo negro. El manual fue el de siempre: visitas puerta a puerta, “acuerdos de civilidad” de selfie y, en el último tramo, apoyos con fecha de vencimiento.

La novedad no es el resultado; la novedad es el músculo que vuelve a su sitio: un exdiputado morenista con oficio —mayoría relativa por el Distrito XXIV, Miahuatlán— y mapa de llaves municipales aprendido en la Comisión de Fortalecimiento y Asuntos Municipales. En pocas palabras, dicen que el timón no se entregó a cualquiera. ¿Será?

Y como ya es costumbre la Secretaría de Gobierno salió a cuadro para reportar “paz, civilidad y gobernabilidad” en las 27 municipalidades que ese domingo eligieron por Sistemas Normativos Internos. Estimado ciberlector, el guion institucional es impecable; la práctica en tierra, no siempre.


Y aquí entra la paradoja: mientras el boletín presume “acompañamiento” de la Mesa Operativa, el termómetro comunitario mide tensiones reales que después revientan en impugnaciones o en el reparto fino del cabildo. La SEGO sale en la foto; que funcione es otro cantar. Con Jesús “Niñito Dios” Romero al timón, la plaza no quiere sermones: quiere operación quirúrgica donde los discursos ya no alcanzan.


Aseguran las lenguas conocedoras que persisten rencores de asambleas pasadas, memorias largas y episodios que dejaron cicatriz; en meses recientes hubo escenas ásperas en reuniones comunitarias que hoy explican por qué nadie subestima las impugnaciones. Quien crea que la proclamación de triunfo apaga los fuegos internos no entiende la sierra, porque en ese lugar como en muchos otros se negocia con el acta en la mano y con la hemeroteca en la otra.


Dicen que los que perdieron ya hacen fila para cobrar su fragmento del acuerdo; los que ganaron saben que un tropiezo en la integración del cabildo puede convertir la luna de miel en trámite de divorcio.

No hay que romantizar los “usos y costumbres”. Elegir por Sistemas Normativos no autoriza la coacción ni el acarreo con otro nombre. Usted lo sabe, estimado ciberlector: el problema nunca es la ley, es la operación.

El verdadero partido empieza ahora: tesorería, obras, agua, seguridad y la gran moneda de cambio llamada “comisiones”. Ahí se sabrá si el nuevo gobierno quiere gobernar para todos o solo para su capilla.


No olviden que la primavera del poder dura poco tiempo; la del presupuesto, a veces, apenas un informe. Veremos cuál florece.

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Nuestra reportera parlamentaria nos informa que tremendo revés se llevaron los diputados locales y la diputada federal de Morena en Santa María Chilchotla: muy contentos andaban metiendo las narices en la elección por Sistemas Normativos Indígenas y terminaron chocando con pared. El pueblo bueno y sabio despertó y decidió mandarlos “a la chingada”, junto con la familia Martínez, que pretendía prolongar su influencia impulsando —y, según denuncias locales, engrasando con recursos públicos— a su candidata Rosario Martínez Escobedo, de la planilla blanca.

El ganador es Regino Gallardo González, de la planilla guinda, quien se alzó con la mayoría en la jornada del domingo 19 de octubre de 2025. Distintos reportes locales lo reconocen como presidente municipal electo para el trienio 2026–2028. Sobre el margen, hay variaciones: un medio regional consigna 4,962 votos a su favor, mientras otras crónicas refieren conteos más altos; en cualquier caso, la victoria se considera contundente y el relevo está previsto a partir del 1 de enero de 2026.

Y decimos “hasta hoy” porque, vista la afrenta, no habría que descartar intentos de impugnación o maniobras de desgaste desde el poder morenista estatal. No sería la primera vez que, tras perder en la plaza, alguien intenta “tender la camita” desde los pasillos.


Ahí está el antecedente reciente en la región mazateca, donde el perredista David García Martínez ganó Huautla de Jiménez en 2024 y luego vinieron episodios de presión e intentos de recolocar fichas; el expediente llegó incluso a la ruta jurisdiccional. La moraleja: ganar en urnas no siempre blinda de los jaloneos postelectorales.

Si los tricolores eran “puercos”, estos morenos pueden salir peores cuando pierden cancha y quieren recuperarla a codazos. Aguas, Regino: el pueblo pone y el pueblo quita; ahora toca gobernar sin capillas, sin moches y con actas en regla.

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resbalaNuestra reportera la Calaca huesuda nos informa que Oaxaca estuvo a reventar: turistas por montones, cempasúchil hasta en los perritos y la Mega-comparsa del Gobierno Primaveral con todo el elenco: secretarios, directores, godínez de confianza, los Guerreros de Oaxaca, empresas como Chocolate Mayordomo y demás patrocinadores que han sido beneficiados por la administración estatal. Niñas, niños, abuelos y tías bailaron, cantaron y se aventaron el recorrido larguísimo como campeones —dicen que terminaron con patitas rajadas e hinchadas de tanto caminar y bailar.

Y en medio del río naranja, ahí apareció Karime Pinzón Unda Harp, alias “Betty-Rambo”. Llegó en versión anime de tianguis, con peluca fosfo, rímel distorsionado y sonrisa falsa. Dicen los que la vieron, que cuando el contingente se echó a andar: “¡brujas, pa’ qué los quiero!”. Desapareció cual calaca ninja entre toda la multitud.

Para que conste en actas de barrio: todos caminaron —funcionarios, músicos, danzantes, patrocinadores, turistas y locales—; solo Betty-Rambo no. La Mega-comparsa cruzó calles y avenidas como procesión en turbo, mientras Karime aplicaba su coreografía clásica: entrada gris, foto de recuerdo gris y salida lateral. En su oficina ya tienen el guion: “La jefa manda saludos… y achichincles”.


Y no es cuento de espantos, estimado ciberlector: el pueblo bueno y sabio y muchos funcionarios terminaron hechos trizas; los godínez, con la dignidad en la suela y el calcetín como tamal por aguantar la mega-ruta. ¿Y Karime?


Estimado ciberlector, como los primaverales juran que son “de territorio”, pues demuéstrenlo a pata. Para la próxima, deben aplicar pase de lista al arranque, otro sorpresa a medio camino y el último al cierre. Solo para los de sueldo gordo y suela flaca: secretarios, coordinadores, asesores y directores que presumen barrio, pero se desvanecen cuando empieza la Mega-comparsa —cof, Karime, cof—.

La regla es sencilla para las y los funcionarios que nunca trabajan (el 98% del gabinete): en época de Fieles difuntos, el que no camina, no cobra; el que se evapora, no firma; y el que no llega con las patitas rajadas, va de oyente. Y si todavía dicen que son de territorio, que se note en el kilometraje.

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marsupiales2Estimado ciberlector, para darnos el aire de “la fiesta más viva de todas”, resulta que la flor marchita de la primavera anda más ocupada en asuntos del DIF Estatal que en lo que le toca a su Secretaría de Turismo. Vaya multitask: Saymi deja su pista sin música y se mete a dirigir la orquesta de al lado.

Y como si no bastara el cambio de pista, hay otro detallito: la costeña no logró transparentar sus recursos vía licitaciones públicas, como mandan la Constitución y las leyes que de ella emanan. O sea, la ley dice “por aquí”, y ella como siempre, se fue “por allá”.

Nuestro reportero Sabueso cuenta —sin alargar el expediente— que la funcionaria no dimensiona sus exabruptos. En los pasillos del palacio chairo murmuran que el que manda ya se cansó de pedir que la ayuden a subsanar todas sus licitaciones infladas. En pocas palabras, ya no la quiere ayudar a corregir sus torpezas; y es que dicen que se le hizo costumbre el telefonazo llorón para que el gobernador le resuelva.

Y, por cierto, le mandan a decir que ni se le ocurra salir a decir que todo el turismo llegó gracias a su “difusión”. Oaxaca y sus tradiciones se venden solos desde antes de que existieran sus redes sociales. Si lo sueltan en conferencia, será de dientes para afuera, porque adentro todos saben la verdad: sus ocurrencias no le suman al turismo, le estorban.

¡Ay, Saymi! Menos DIF ajeno y más turismo en regla; menos lágrima y más licitación. Porque el DIF ya tiene presidenta honoraria, y Oaxaca no necesita cuentos, necesita cuentas, y muy claritas.

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Nuestra reportera calaca nos informa que en la Mega-comparsa Primaveral, quien dio de qué hablar fue Diego de la Cruz, subsecretario de Política Social para el Bienestar, y es que desfiló aplaudiendo con media cara pintada… y discusión completa. Testigos cuentan que todo el recorrido fue discutiendo con la dama de lentes a su derecha (la de la foto), a ritmo de tambora, pero sin compás.

¿De qué era el pleito?

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Quien de plano no entiende que el poder es efímero —y que es servidor del pueblito noble y sabio que le paga el sueldo— es Esaú López Quero, en mala hora presidente municipal de San Pablo Villa de Mitla: tierra de muertos… y de vivos con memoria. Como si no bastara la matanza de perritos que indignó a medio mundo, alguien le sopla ideas raras —o no sabemos qué fuma— para seguir haciendo disparates indignos de un servidor público y hasta de los payasitos de circo, y esta tampoco tiene talento para hacer reír.

Para empezar, lo de los lomitos ya llegó a oídos de turistas. Recordemos que en México y fuera, los perros son familia. La matanza descontrolada pasó factura: en las redes del municipio hay reclamos, condenas… y desde la presidencia, nada serio.

Esaú solo se dedica a responder que es “campaña de odio” porque “le tienen envidia” por estar en el poder. ¡Háganos el rechingado favor! Que alguien le recete su ubicatex: no es “su” poder; él es empleado del municipio. Y no es más que nadie, incluidos los lomitos muertos.

Como dicen las almas del purgatorio que el “presi” anda en modo perdonavidas, hace unos días presuntamente amenazó a locatarios del Mercado de Abasto porque quería a fuerzas colocar sus tapetes pintorescos por las festividades de los fieles difuntos. Pero no contó con la respuesta de las señoras del mercado, curtidas en la batalla diaria: le dieron su estate quieto, así que salió con todo y tapetes, pero sobre todo con cola entre las patas.

Para colmo, sus “tapetitos” que juraba eran impermeables salieron voladores con los vientos de Mitla. No cabe duda que: el que obra mal, se le pudre el tamal… y el tapete.

De su muy cacareada “mega muerteada” basta decir que acudió poca gente y duró tres horas a lo mucho. Si mañana sale con otros datos, será edición creativa. Y ya que hablamos de “creatividad”, sus videos de promoción son para pena ajena. En uno aparece con un personaje enmascarado; llegan dos jóvenes y preguntan qué hace en ese lugar oscuro; Esaú contesta: “Me vine a aventar un sacrificio, mira”. ¿A qué “sacrificio” se refiere? ¿Apología, doble sentido, chiste mal contado? Como sea, pésimo cálculo: lo dejan mal parado y peor asesorado. Aquí se los dejamos y usted saque sus conclusiones:


Por si faltara, dentro del palacio municipal hay aire de malas pulgas. Empleados cuentan que el presidente trae estilo de “patrón gritón”: regaños, pleitos, ha hecho llorar a varias trabajadoras, nadie le puede decir que está mal, porque ya es su enemigo y según él lo envidia. Dicen que lo tienen grabado, ahora solo falta que lo presenten ante las autoridades y lo denuncien por violencia de género. De pasadita también sería bueno que lo filtren a los medios de comunicación. Je, je, je.

Con tanta tarugada cometida, la gente de este pueblo mágico ya compara con “Luis Mitla, que dicen hacía locuras, pero no llegaba a los extremos de Esaú.” Y mire que esa vara ya era alta.

Aquí lo grave es el costo para Mitla. En plena temporada fuerte, el municipio necesita orden, promoción inteligente y trato digno a personas y animales. En cambio, tienen todo lo contrario.

Estimado ciberlector, a Esaú se le subió el ladrillo. Anda trepado en su pedestal, creyendo que el cargo lo hace intocable, pero esos ladrillos tienen fecha de caducidad. Cuando caigan —y faltan menos de dos años— vendrá el resbalón y tendrá que cosechar lo sembrado: pleitos, desplantes, videos ridículos y agravios. Ese día no habrá alfombra ni tapete que lo salve; habrá facturas. Varias. Y todas con vencimiento inmediato.


Mitla no olvida ni perdona abusos. Cuando la paciencia se llena, la comunidad saca su libreta y cobra con intereses. Aquí no manda el ego: manda el barrio. Será mejor que se ubique, gobierne con decencia y le baje 9 mil rayitas… o, cuando se apaguen las luces de la “muerteada de su administración”, lo que va a enterrar no será un mito: será su futuro político.

Al tiempo…

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En Huajuapan, a Luis “Chupón” de León no le gusta que la gente piense; menos, que piense en voz alta. Y vaya que incomoda. Quien abre la boca, termina con diana en la espalda. Lo cuentan trabajadores al reportero Flechador del Sol: la valentía se cobra con el empleo y la decencia, con traslados.


Desde la primera ministración, el “limpiar la casa” no significó combatir corrupción, sino barrer gente: cualquiera que oliera a Juanita Cruz fue orillado. Llegaron jefes con rastrillo fino: recortes, cambios absurdos, despidos. Y para los que quedaron, persecución pasiva: oficina nueva (pero sin sillas), materiales que “no hay”, voz apagada.

Las decisiones huelen a manual de ocurrencias: recursos asignados sin revisión, contratos a modo, servicios que no se cumplen. El mérito mide docilidad: el que obedece, sube; el que cuestiona, estorba. Un trabajador lo dijo un día al alcalde: “Hay irregularidades”. El “Chupón”, con sonrisa de poder eterno, remató: “Haz tu trabajo”. Al compañero lo borraron del mapa.

El dinero del pueblo corre… pero no hacia donde debe. Luminarias que duraron tres días —con proveedor de confianza, Israel Bazán, exmariachi y ahora milagroso empresario—; mantenimientos que cobran como privados y ni papel de baño compran. Los de abajo llevan jabón, hojas, pilas; los de arriba llevan facturas y viáticos.

Luis gobierna con compadres, no con trabajadores: las decisiones se toman entre brindis, no en oficinas. Un regidor bromeó: “Aquí, el que no roba, corre”. Nadie se escandalizó; no era chiste. En cuatro años largos no hubo aumentos, solo recortes. Los aviadores cobran puntuales. El ambiente: miedo, vigilancia, fotos al que tarda en comer. Disciplina por pánico, no por convicción.

Con todo, hay quienes se quedan: saben que si los honestos se van, el ayuntamiento se queda a cargo del club. Por eso hablan. Porque callar también roba. Afirman que en Huajuapan el dinero no se evapora: se transforma en camionetas, en hoteles, y, casi siempre, en silencio. Lo de los 19 millones que fue tema estatal, hoy suena a 25 millones de razones para no preguntar. ¿Dónde están? Nadie lo sabe; todos lo imaginan.

Mientras el alcalde presume austeridad con Explorer vieja, florecen —dicen— propiedades y cuentas fuera del radar. “El dinero del pueblo viaja más que nosotros”, ironiza un empleado: bancos, inversiones y prestanombres con pasaporte VIP. Un trabajador lo resume: “El Chupón invierte para su futuro; nosotros pagamos las calles rotas”.

Los prestanombres serían la mejor inversión: firmas discretas, una “lanita para las tortas” y asunto arreglado. Los viajes a CDMX dejan gastos ‘comprobados’ que rondan cifras alegres; y ya se sabe: hay cosas que ningún sistema fiscal registra, como los convivios fuera de agenda. Tras la auditoría, el maquillaje de facturas se volvió más difícil, pero no imposible.

El ayuntamiento parece fraternidad de negocios: contratos inflados, licitaciones simuladas, viáticos fantasma. Hasta el almacén municipal se “perdió”, iniciativa del contador Lauro: sin almacén no hay inventario; sin inventario no hay control; sin control, la puerta grande. Hoy las áreas reciben cajas sin registro, papel sin destino, materiales sin supervisión. “Todo lo que entra a presidencia se pierde en el aire”, dice un empleado. El aire, curiosamente, huele a mezcal caro.

Quien denuncia en Contraloría —sobre todo si toca a Samnia, favorita del presidente— acaba castigado. “Ya me pusieron a disposición”, repiten, con la resignación de quien sabe que la justicia aquí se mide por afinidad al poder. Y si alguien busca al síndico Othón Sibaja Suárez, encontrará a un hombre ocupado en sostener la narrativa, no la ley. “Soy la cara sucia del presidente”, cuentan que se ufana; y lo es, aunque no mida lo que dice.

Huajuapan tiene dos gobiernos: el oficial, que firma oficios; y el real, que firma cheques. Los 19 millones crecieron sombra; siguen en algún punto entre Puebla, Casa Cantera y la conciencia de quienes convirtieron gobernar en negocio. Mientras ellos brindan por ganancias, el personal trabaja con sueldos congelados, oficinas sin papel y dignidad a medias. Aun así, unos cuantos resisten: “Pensar es peligroso; pensar en voz alta es un acto de resistencia”.

En este palacio, los honestos caminan con cuidado; los otros pasean con camionetota. El trabajo ya no se mide por eficiencia, sino por lealtad. La nómina es el partido; el miedo, su reglamento. Y, sin embargo, la memoria persiste. Porque hay pueblos donde el silencio suena más fuerte que los gritos; Huajuapan, por desgracia, es uno de ellos. Aquí la corrupción no se esconde: se pavonea, se disfraza de austeridad, se maquilla de progreso y se sirve con hielo.

Luis “Chupón” de León podrá comprar camionetas, mover millones y rodearse de compadres, pero hay algo que el poder no confisca: la memoria colectiva. Y cuando el barrio recuerda, cobra. Tal vez no hoy ni mañana, pero cobra. Porque, estimado ciberlector, en Huajuapan el pueblo aprendió a distinguir el ruido de la cuenta: el ruido se aplaude; la cuenta se paga. Y a algunos, tarde o temprano, les toca con intereses.

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Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho. Recuerde, estimado ciberlector, la frase de la semana:

En política, el pueblo pone, el pueblo quita… y cobra intereses.