Ay, Juchitán… si no es por un bloqueo, es por un beso prohibido, y si no es por un beso, es porque la Guardia Nacional decidió que el nuevo ritmo nacional es la cumbia del balazo.

Esta semana, la octava sección Cheguigo nos regaló una postal de esas que le hacen decir al turista gringo: “Oaxaca is magic”. Pero no fue por la Guelaguetza, ni por los totopos, ni por la blusa bordada de Frida Kahlo edición Shein. No. Fue por Nacho Rei, instructor de zumba y ahora mártir local.
A Nacho —según los estatales— lo detuvieron por andar en moto sin papeles. Pero según el pueblo, fue más un “ajuste” político de esos que se cocinan al vapor en la olla de presión que es Juchitán. Porque aquí, estimado ciberlector, ni la zumba es inocente. Todo tiene código político.
Marchas, bloqueos y “pasito perrón”

En cuestión de horas, la indignación tomó forma de carteles: “Libertad para Nacho”, “Fuera estatales corruptos” y “Hoy es por él, mañana por ti (sí, tú, el del mototaxi).
La carretera transístmica se cerró, los ánimos se calentaron, y cuando la Guardia Nacional llegó, la multitud no los recibió con tepache, sino con coraje. Los intentaron retener, y los señores de verde olivo respondieron con balazos, no con argumentos.
Una escena digna de película… pero de esas malas, donde el diálogo lo escribe el funcionario que no sabe leer ni el propio boletín de prensa.

Mientras todo esto ocurre, ¿dónde está Emilio Montero? Pues bien, gracias, despachando como director del IEEPO, guardando silencio como si no tuviera nada que ver, aunque todos en Juchitán sabemos que Emilio sigue mandando más que el presidente municipal en turno Miguel Quetu, que es de su línea, su firma y hasta de su plantilla de WhatsApp.

Y lo más gracioso —si algo tiene gracia aquí— es que Emilio ni siquiera puede con su propio changarro educativo. La violencia lo rebasó, y en lugar de tender puentes con Mario Delgado, parece que le bloqueó hasta el contacto. Un interlocutor sin audífonos, pues.
Porque, a ver, ¿qué hace un director del IEEPO gobernando con mano invisible un municipio donde no se puede ni dar clases por la violencia?
Nacho no será gobernador, pero ya tiene base social
Que no les sorprenda si en tres meses vemos bardas que digan: “Nacho Rei 2027”.
Porque en Oaxaca, uno da clases de zumba en la mañana, bloquea la transístmica en la tarde, y al anochecer ya tiene grupo de choque, hashtag y candidatura.
Y mientras tanto, el gobierno estatal sigue ensayando su comunicado:
“El Gobierno de Oaxaca lamenta profundamente los hechos… (rellenar con lo que se les ocurra…)”.
Estimado ciberlector aquí no hay espacio para tibiezas. El pueblo está harto. De la policía que dispara antes de preguntar. De los funcionarios que administran conflictos como si fueran útiles escolares. Y de los líderes que juegan a ser invisibles mientras controlan la política desde las sombras.
La realidad es que Juchitán no está en llamas por un maestro de zumba. Está ardiendo porque ya nadie se traga el cuento de que Oaxaca está en paz mientras arden los Oxxos, se suspenden clases y se dispara contra la gente.
Así que pónganse las pilas, que en Juchitán el que no protesta… baila. Y el que no baila, es porque ya se lo llevó la Guardia.


No cabe duda que a algunos les sienta peor el poder que el desamor. Y Flavio Sosa es prueba viviente de ello. El otrora combatiente social, líder de megáfono y camisas juangarinas, hoy es apenas un eco triste de sí mismo, atrapado entre un cargo que le quedó grande y una cadena de barro negro que le queda chica… y no precisamente de talla.
La reciente presentación del Bani Stui Gulal 2025 fue una lección de dignidad, pero no por parte de Flavio, sino de los bailarines que con disciplina y entrega hicieron lo que pudieron ante un auditorio que lucía más vacío que su gestión cultural. Porque los artistas se prepararon, sí, pero la Secretaría de Cultura no. Y cuando una estructura se desmorona desde arriba, ni el mejor danzante puede sostenerla.

Para colmo, en plena función, un bailarín cayó del escenario. Llegó la ambulancia, se llevaron al muchacho, y de la Secretaría: ni un “lo lamentamos”, ni un “estamos atentos”, ni una florecita de barro en señal de cortesía. Silencio total. ¿Por qué? Porque Flavio no quería manchar más su derrota. Mejor que se hable de cualquier otra cosa, aunque sea de sus collares.
Y es que la joyería de Flavio también evoluciona… o involuciona. Cambió su cadena estilo narco-barroco por una de bolitas de barro negro que, según los entendidos en sex shop prehispánico, no es collar sino perlas del amor. Dicen los mal pensados que anda mandando señales a sus exnovias. ¿Será o será que ya no sabe cómo recuperar el cariño… ni el cargo?

Pero el golpe más duro no fue político ni cultural. Fue emocional y corporal: lo dejaron sin su “amor en salud”. Sí, ese amor que le quitaba los kilos de manteca y lo mantenía como estatua de cantera (más bien cantera con panza). Desde que lo abandonaron, Flavio sube de peso y baja de presencia. No llena el auditorio, pero sí el pantalón. No dirige cultura, pero sí suspiros amargos frente al espejo.
Hoy lo vemos más perdido que danzante sin coreografía. Él, que antes marchaba al frente, ahora solo desfila en memes. Él, que decía luchar por el pueblo, ahora ni por el elenco de su show. Porque si algo quedó claro con el Bani, es que la cultura oaxaqueña está viva y merece respeto… aunque su secretario ande distraído entre collares, dietas y recuerdos.
A Flavio ya se le cayó el teatro, el telón y hasta el escenario. Solo le queda colgarse de sus perlas… o renunciar con algo de dignidad antes de que lo bajen a empujones como al bailarín.
La Primavera Oaxaqueña le apuesta a convertir la máxima fiesta de los oaxaqueños en una pasarela de políticos y gobernantes del partido en el poder, y que, por el simple hecho de ser ahora los que mandan, nos ofrecen en las cuatro presentaciones de los dos Lunes del Cerro a varias delegaciones que, por primera vez, acuden a presentarse en la Rotonda de la Azucena, pero que apenas tuvieron escasos meses para buscar un baile originario y hasta crear una indumentaria con coreografía similar a la que ya presentan otras delegaciones.
Lo que importa es que estos políticos en turno estén en la vitrina que representa la Guelaguetza, aunque no sepan ni de qué se trata.
Nos informa nuestro reportero Ardilla que en Xoxocotlán ya se está organizando “el baile de los roedores” para que, en la próxima edición, también los tomen en cuenta.
Jejeje.
Señores… van a matar a la gallina de los huevos de oro.


Operativo Tlayuda Mordida
Quienes continúan con la espada desenvainada son los cuerpos policiacos de San Antonio de la Cal, que han convertido las márgenes del río Salado en su centro de operaciones para atracar a quien circule por esas vías. Bajo el pretexto de una “revisión” vehicular, siempre encuentran cómo hincarle el diente al conductor y endilgarle una megamulta que ni los delincuentes del Tricolor aplicaban en sus años de gloria.
Esta nueva clase gobernante en los municipios conurbados de la capital no investiga quién la hace… sino quién la paga. Salieron buenos para asaltar con patrulla y placa.
La fila más larga… y el colmillo más afilado

De administrador impuesto (2014-2016) a presidente electo (2023-2025): así reza el currículum exprés del Dr. Porfirio Santos Matías. El hoy edil de San Antonio de la Cal debutó como “autoridad de transición” mientras el IEEPCO intentaba domar a un municipio incendiado por la grilla; las propias sentencias electorales de 2016 describen cómo el Administrador Municipal firmaba las convocatorias y llevaba la batuta del proceso. Siete años y varios litigios después, el mismo nombre aparece en la página oficial como Presidente Municipal 2023-2025.
Entre una y otra parada, Flavio Sosa Villavicencio (hoy flamante secretario de Culturas y Artes de Oaxaca) fue su padrino político; en 2014 colocó al doctor para manejar la plaza mientras él hacía carrera desde el Congreso. Pero la lealtad dura lo que dura un patrocinio: con Flavio instalado en el gabinete estatal desde enero de 2025, Santos Matías migró a la sombra cómoda del diputado Nicolás Feria –la ya célebre barba falsa–, quien hoy opera policía, multas y agenda desde la comodidad del Congreso local.
El matrimonio de conveniencia se tambaleó con la famosa “tlayuda más grande del mundo”. El gobierno estatal presumía un récord para la “línea de tlayudas” (1 200 piezas, 350 m de espiral), pero antes de que Guinness pronunciara veredicto, el alcalde transmitió que sería una tlayuda gigante de una sola pieza. Resultado: memes, burlas y la acusación –incluso contra el gobernador– de haber vendido humo; la prensa tuvo que aclarar que se trataba de la fila más larga, no del platillo más grande. El error de origen salió del palacio municipal, no de Palacio de Gobierno, pero a la hora del ridículo todos quisieron cargarle la salsa a otro.

Aquí es donde Nicolás Feria debería sudar: si pierde a Porfirio (y con él la caja chica de tránsito, clausuras exprés y ferias gastronómicas), su estructura territorial quedaría en huesos. Del otro lado, Flavio –que ya controla presupuesto cultural y quiere reconquistar sus antiguos bastiones– huele sangre: sabe que un tropiezo mediático basta para desfondar a Santos Matías y reclamar el municipio que un día comandó vía nombramiento.
Mientras las barbas se pelean el botín y las tortillas se enfrían, la gente de San Antonio sigue pagando: policías que “revisan” a mordida limpia, operativos que cruzan la frontera municipal como si fuera territorio libre de ley, y espectáculos que venden récords a costa de la credibilidad colectiva. La fila más larga, sí… pero de abusos por cobrar.
La pregunta ya no es quién de los dos caciques ganará la próxima jugada, sino cuánto más resistirá el electorado sin voltear la mesa. Porque en esta trama, el doctor puede cambiar de amo, las barbas pueden teñirse de nuevo, y los récords pueden maquillarse; lo único que no cambia es el costo que paga el pueblo mientras otros se reparten la tlayuda.


Esta semana, nuestra reportera Pitufina pide que se active la Alerta Amber para localizar a la ex contralora de latón y ex dirigente del PAN que responde al nombre de Perla Woolrich, porque se encuentra desaparecida, junto con lo que queda de ese partido político.
Triste situación es la que vive el azul, y es que la actual dirigencia no tiene ni idea, y mucho menos rumbo, de lo que tienen que hacer.
Antes, por lo menos, había PAN con café… Pero ahora, ni en su velorio tienen café.

Queda claro que la responsable de la debacle en la villa pitufina es la actual diputada local Naty Díaz, que ya ha de estar contenta por enterrar lo que quedaba. Pero al final, sigue creciendo en el mundo de los negocios y ahora anda estrenando proyecto con nuevas canchas de futbol.
“Grandeza” es su nueva marca.

¿Será el preámbulo de una nueva franquicia política? ¿Quién pompó?
El que esta semana se llevó las risas y las rechiflas de burla, fue el diputado local Javier Cacique Zárate, también conocido en el bajo mundo del hampa como El abuelito de UP, pues después de dormitar y reir como su tuviera algun motivo cada que alguien lo ve mendigando atención en el Congreso local, se acordó que es un diputado de “oposición”, aunque el partido tricolor está totalmente pulverizado en Oaxaca y ya ni bancada tiene, y presentó una iniciativa con proyecto de decreto para modificar las condiciones y requisitos de la figura de revocación de mandato en la legislación local. ¡Hágame usted el favor!
La propuesta, como es obvio, ha generado reacciones encontradas, particularmente por el perfil del legislador, a quien se le ha señalado en diversas ocasiones por su bajo desempeño, ausencias constantes y escasa participación en tribuna. Todo ello sin considerar que además es una propuesta con la que pretende justificar el jugoso salario que cobra cada mes (su dieta, más el pago de asesores y una serie de prestaciones de las que luego le platicamos, que ha exigido sobradamente según él como un apoyo legislativo, aunque más bien suena a chantaje como los que en su tiempo hacían varios de los entonces perredistas que ahora son funcionarios locales, cuando la mayoría era priista) y su misma presencia en Oaxaca, ya que su único mérito fue terminar de enterrar al PRI local para mantener el membrete (sí, porque ya no es más que un partido morralla) bajo el dominio de su verdadero amo Alito Moreno, a quien no le interesa ningún priista de Oaxaca sino mantener el control de su partido en las áreas de decisión.

Así pues, Cacique Zárate, quien llegó al Congreso por representación proporcional, no es originario de Oaxaca (es un egregio Pipope) y fue criticado al interior de su propio partido por haber desplazado a compañeros de militancia para asegurar su curul. Si no, pregúntenle a Liz Concha y demás personajes que se quedaron en el camino esperando un trato más digno en el PRI y sólo recibieron la indiferencia y la petulancia del poblano Cacique.
Que alguien le recuerde que haría mejor trabajo si tuviera más productividad legislativa acorde con las necesidades de quienes dice representar (pregúntenle a los priistas si se sienten o no representados) y no de ocurrencias y de propuestas fatuas. Es un chiste que haga una propuesta así cuando el congreso local tiene 39 diputados alineados a favor de quien él pretende revocarle el mandato.
De risa loca.

Dicen que hay quienes nacieron para cambiar el mundo… y otros para tomarse selfies en pasillos de palacio fingiendo que están cambiándolo. Lenin López Nelio pertenece, sin duda, al segundo grupo. Su paso por la Secretaría de Movilidad fue tan breve como insulso; entró sin dejar huella y salió sin que nadie lo notara. Bueno, nadie… excepto quienes aseguran que en Huajuapan empezó a tejer ciertos negocios que olían más a cuotas que a movilidad.
¿Y qué premio recibió por su mediocre paso por la SEMOVI? Nada menos que una beca dorada con cargo al erario, disfrazada de puesto de “asesor” en el Gobierno del Estado. Aunque, ojo, no cualquier asesor: uno de asuntos sin importancia, o sea, el equivalente burocrático de ponerle nombre rimbombante a un florero. Si lo quieren de lector, que lo manden a las jornadas escolares de lectura en lugar de pagarle como si su opinión tuviera algún peso.

Lenin vive en su propio performance: se define como lector empedernido y maestrante de Gobierno y Políticas Públicas, aunque si uno juzga por su historial, ni gobierna ni entiende mucho de políticas. Pero eso sí: cámara en mano, libro abierto, fondo de cantera… y clic. El ritual sagrado del asesor de utilería. Los libros no parecen hacerle efecto, pero al menos le dan pretexto para el selfie diario y el hashtag revolucionario. #AsesorEnPausa #FotoSíIdeasNo

Pero detrás de las poses ilustradas, hay un historial mucho más turbio. Lenin arrastra el estigma de haber sido violento con sus parejas sentimentales. Uno de los episodios más comentados—y silenciados convenientemente—fue con su novia a quien, tras una escena de celos, ella misma se subió a su camioneta en un momento de desesperación emocional. ¿Y qué hizo él? En vez de asumir su responsabilidad, le exigió que saliera públicamente a decir que todo había sido su culpa, para limpiar su imagen.

Eso no es solo cobardía, es una estrategia clásica del manipulador emocional, del hombre que encubre su machismo con frases progres y selfies con libros de teoría feminista. Así, mientras posa con Simone de Beauvoir bajo el brazo, repite los mismos patrones del macho de siempre: culpar a las mujeres, usarlas como escudo y luego desecharlas en nombre de su imagen pública.
¿Y cómo llegó a ser asesor de asuntos sin importancia? No por méritos, resultados o experiencia; llegó por inercia política y padrinazgo. El único “talento” que se le reconoce en el círculo cercano es su fe ciega en que es una belleza abstracta andante, un Narciso que se admira cada vez que pasa frente a un vidrio. Lo que no ve es que la realidad no necesita más estatuas vivientes sino gente que trabaje.
Si tanto le gusta leer, que lo suban a las jornadas de lectura en primarias rurales, que ahí sí hace falta compañía con libros. Porque pagarle por estar de adorno en el palacio es un insulto a miles de personas preparadas y con trayectoria que sí podrían asesorar con fundamento.
Si usted querido ciberlector se pregunta: ¿Qué hace Lenin ahí?
Nada. O mejor dicho, nada útil. Pero cumple una función: tenerlo cerca para que no estorbe más lejos. Así lo mantienen distraído entre libros, selfies y fantasías de poder que ya no tiene. No molesta, no influye, no importa. Y para algunos, eso ya es ganancia.
En los pasillos de la Secretaría de Medio Ambiente Biodiversidad Energías y Sostenibilidad, se comenta que Karime Unda apenas es la carátula; las decisiones cruciales continúan orbitando alrededor de su tía —la incombustible Helena Iturribarría Rojas. No es casual que los mismos nombres que florecieron bajo el muratismo reaparezcan ahora en la nómina; la propia plantilla reconoce que “los de Helena” nunca se marcharon.
La permanencia de este clan revela el verdadero “continuismo” de la 4T en Oaxaca. Mientras el discurso oficial presume ruptura con el pasado, la Secretaría de Medio Ambiente ofrece un caso de cirugía estética: cambian el logotipo y el color de las carpetas, pero el corazón administrativo sigue bombeando sangre muratista.
Manuel Valdez, fósil certificado y rey del impacto ambiental

Al frente de la Dirección de Gestión Ambiental permanece Manuel Valdez Juárez, descrito como un “fósil” con más de diez años echando raíces en la dependencia. Su veteranía no es gratuita: ha navegado desde José Murat hasta Salomón Jara, siempre en puestos clave y siempre con manga ancha para autorizar proyectos polémicos.

Ejemplo icónico: la planta asfaltadora de Santa Cruz Xoxocotlán, expediente 2.S/DCCS/DIRA 081/2020, aprobada sin rubor y con graves denuncias de contaminación. El mismo Valdez controla los verificentros, donde los “jugosos negocios” brotan al ritmo de cada holograma vehicular vendido.

Valdez es pieza nodal para el financiamiento informal de campañas internas. Cada holograma —dicen— paga tributo a las arcas políticas que sostienen al grupo de Helena, garantizando que la Secretaría funcione como cajero automático de temporada.
Gabriela Reyes, el sello jurídico que todo lo bendice

Gabriela Reyes Mendoza, reciclada desde tiempos de Gabino Cué, despacha hoy como jefa jurídica. En tándem con Valdez, firma autorizaciones de impacto ambiental que llegan a Karime ya “planchadas” para la firma final, sin mayor revisión técnica.
La arquitectura legal está diseñada para blindar resoluciones futuras ante eventuales investigaciones. Al jugar con la ambigüedad de la norma y los plazos de consulta pública, el trío asegura que, cuando llegue la lupa de la Contraloría, los originales ya hayan caducado o prescrito.
Manelik, la eterna promesa ascendente

Otro sobreviviente sexenal es MVZ Manelik Olivera Martínez, a quien Karime habría prometido la dirección que desocupó el famoso Agustín (sí, el de los huevos de tortuga en WhatsApp) para representarla en eventos con viáticos generosos.
Las redes internas cuentan que Manelik coordina los “comités de bienvenida” para cada gira de la secretaria. Dichos comités son esenciales para mover contratos de servicios —templete, audio, catering— que terminan en manos de empresas amigas.
El resto del vivero muratista: una lista que crece
A la sombra de Valdez, Reyes y Manelik prospera un enjambre de cuadros que también sirvieron a Helena y hoy gozan de reciclaje VIP. Destacan:

Al frente de la planeación, por ejemplo, sigue Teresa Jiménez Reyes, auténtica geómetra del presupuesto que aprendió a redondear cifras desde el sexenio pasado. Su vecina de cubículo, Antonio Robles Brena, administra la “Cultura Ambiental” como quien organiza kermeses: muchos carteles, poco compostaje y contratos que siempre vuelven a los mismos proveedores.
Erick Ricardo Ordaz León domina Recursos Humanos y Materiales, un binomio que en la práctica significa disponer de plazas y papelería a la medida de la familia. Más abajo, la contabilidad descansa en la calculadora de Jazmín Galindo Sagniez, capaz de hacer que cualquier factura retoñe con sello ecológico.
El ala jurídica luce impoluta gracias a Victoria García Muñoz, especialista en convenios que germinan rápido y se marchitan antes de la primera auditoría. Si el aire sigue turbio, el responsable es Alejandro Ángel Arias Ramírez.

En la Dirección de Recursos Naturales persiste Trinidad Vásquez Hernández, bombero de proyectos extractivos; mientras que la resiliencia climática se delega a Barbara Robles Cabrera y a Janeth Gutiérrez Lucas, expertas en redactar planes de mitigación que huelen a copypaste de la COP-21.
Su gemela funcional, Sandra Cesia Altamirano Pérez, firma los dictámenes de riesgo con tinta invisible; y, para regar el esfuerzo, Rafael Barzalobre Gerónimo administra el agua… de los fraccionamientos.

Con este banquillo de lujo Helena garantiza que cada área estratégica continúe bajo su tutela, sin importar el color de gobierno. Es un loop interminable: los mismos nombres, los mismos métodos, los mismos resultados —y, paradójicamente, los mismos discursos de cambio.
SEMAEDESO vive un síndrome de puerta giratoria donde los cuadros de Helena Iturribarría nunca abandonaron la casa y, peor aún, heredaron el mando operativo. La continuidad garantiza experiencia, sí, pero también reproduce los viejos vicios: autorizaciones exprés, negocios poco transparentes en verificentros y programas sin financiamiento real.
Aello se suma la perversidad de usar la agenda ambiental como catapulta electoral: los permisos federales se aceleran o frenan según la disciplina de los alcaldes; las caravanas sirven para reclutar simpatías territoriales; los verificentros, para lubricar la maquinaria de favores.
Estimado ciberlector, si el esquema opaco de los hologramas vehiculares permanece intacto, tarde o temprano la Secretaría de Honestidad y el ASFE tendrán que intervenir para auditar los ingresos: cada holograma expedido encierra una mina de oro sin trazabilidad y ofrece a la oposición su mejor munición rumbo a las próximas elecciones.
El gobernador Salomón Jara, por su parte, arriesga heredar un escándalo de corrupción ambiental que desmonte su narrativa de transformación justo cuando busca consolidar mayoría legislativa. En ese tablero, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso —dominada por Morena y compuesta por legisladores jóvenes que presumen pulcritud— enfrentará el dilema de obedecer línea o demandar cuentas; cualquier voto a ciegas puede fracturar la frágil credibilidad de la bancada y abrir un flanco de desgaste en plena temporada de la revocación del mandato.
Comunicación verde… con público invisible
Por cierto, Karime Unda celebró el Festival de las Serpientes como si fuera propio, ya sabe siempre colgandose del trabajo ajeno.

Una semana de bombardeo en redes y el resultado fue un recinto prácticamente vacío. Otra postal que confirma: más empeño en la selfie que en la convocatoria ciudadana.

La obsesión por la imagen sin masa crítica de asistentes muestra el síndrome “likecrático”: “trabajar” a golpe de algoritmo. Pero esta estrategia genera burbujas de percepción que se revientan apenas la ciudadanía exige resultados tangibles.
¡Ups, recontra ups!
¿Quiénes son los ex-tricolores que, ahora integrados en el G-20, obedecen a “La Primavera” tras negociar impunidad absoluta y vivir tranquilos y cómodos con el botín saqueado de las arcas durante la era de “El Cachorro”?
Estimado ciberlector, como se dará cuenta, la justicia que tanto prometió la primavera oaxaqueña, nunca llegará.

Al ritmo del poeta del pueblo Joan Sebastian —«La gente rumora que alguien del pueblo está estrenando amante»— nuestra reportera del amorss destapó el chisme con la fuerza de un gusano de maguey en pleno shot: la “kiss-cam” que arruinó matrimonios en Boston se quedó corta frente al “mezcal-cam” de la Feria del Mezcal.
❤️🔥🚨 #Feromonas
❤️Boston tuvo a Coldplay y una kiss‑cam que arruinó matrimonios.
Oaxaca no se quedó atrás: en plena Feria del Mezcal, el presidente de Tlalixtac, Alejandro Luján, fue captado besando a su acompañante.
🤷🏽♀️No fue su esposa. Pero sí fue frente a todos. pic.twitter.com/EvMOT5Whbb
— El Tendedero (@ElTendedero_Oax) July 24, 2025
En la pista central del Centro Cultural y de Convenciones, el presidente municipal de Tlalixtac de Cabrera, Alejandro Manuel “El Perezoso” Luján fue cazado sabroseando a una dama que no figura en su acta de matrimonio. El video corrió tan veloz que, antes de que Luján pudiera quitarse el labial color “pecado mortal”, ya era trending topic: #BesuChacal #LenguaZapoteca
Mientras Chris Martin cantaba “Fix You” en Massachusetts, acá sonaba “El Coco No” y el alcalde hacía méritos para el remix: “El Cacho Sí”. Las luces multicolor rebotaban en su enorme cabeza, los besos llovían más que promociones de 2×1 en la barra, y los curiosos pedían “¡otra, otra!” como si fuera el último palomazo. Total, el mezcal es patrimonio cultural… la infidelidad, al parecer, también.

Pero —agárrese, paisano lector— la pista pegajosa no termina en la lengua del edil. Porque el síndico Arnulfo “Ni la Luz” López, que por la mañana jura amor eterno en misa de ocho, por la noche se volvió protagonista de un perreo mezcalero que habría ruborizado al Padre Amaro. ¡Y con quién, dirá usted! Pues nada menos que con su comadre: la misma madrina que le cargó al chamaco, la que comparte mesa y mole en cada mayordomía. Entre vueltas, fajes y risitas de jarrito nuevo muy a la discre, el par rompió de un plumazo el código sagrado del compadrazgo y el anillo matrimonial: pecado doble, indulgencia cero.

Nuestra reportera asegura que en Tlalixtac de Cabrera, bautizaron la escena como #ComadreGate. Je, je, je.
Dice la vox populi que la esposa del síndico se enteró de la infidelidad con la comadre por un TikTok en 4K. Parece que las veladoras de San Judas ya no alcanzan para el milagro.
Entre tanto, el municipio va en reversa como tráiler sin frenos: cobro pirata de 50 pesotes a ciclistas en el Camino Artesanal Benito Juárez, invasiones de terrenos que brotan como chayotitos después de la lluvia, y un volteo chatarra que revivió milagrosamente… con un sobreprecio de 250 mil (mucho amor al arte). Y si busca patrullas, mejor llame a Scooby-Doo: la Seguridad Pública está como la novia del fantasma… no se ve.

Dicen los viejos del lugar que, entre tanto desmán, el pueblo ya juntó firmas para pedir auditoría exprés; si la ASFE llega con lupa, hallará más agujeros que en las rocas de Hierve el Agua. Mientras tanto, la pista de baile se transforma en escena del crimen: cada beso un indicio, cada carcajada un testigo.
Nuestra reportera del amorsss le manda a decir al señor Luján, que si quiere seguir siendo devoto de Cupido que ese es su problema, pero cuide que su corazón (y su erario) no terminen en dolorosa comparecencia. Porque el fuego del romance le durará un viernes de feria, pero la resaca tributaria puede costarle la cabeza… o, cuando menos, el sillón palaciego.
Por cierto, estimado ciberlector, si usted se pregunta que pasó con estos dos compadres, se comenta que su señoras aun no los han corrido de sus hogares. Lo que si comentan los vecinos es que al llegar a casa Luján entró en modo sigilo ninja, topándose con su esposa encendida como comal: “¿Y esa sonrisita con sabor a agave, Alejandrito?”. Él, creativo, alegó “cata profesional de mezcales artesanales”.

Acto seguido, hubo sesión extraordinaria en la sala: moción de censura, gritos al estilo ¡No me ayudes, compadre!, y dictamen final: exilio forzoso a un cuarto de tiliches. Por lo visto, al “Perezoso” se le acabó el beso… y el fuero conyugal, pero por un tiempo, y es que dicen que no es la primera vez que la esposa le cacha una infidelidad.
P.D. Como dice el carnicero de Chalcatongo: el poder y dinero hacen guapo a cualquiera… ¡Ay… el amor el tiempos de Guelaguetza!

Pasó la feria. Se apagaron las luces, se barrieron los confetis, se enfrió la picadita y la memela, y apenas se desvanecía la resaca, cuando —¡zas!— arrancó el verdadero espectáculo: la gallera política de Huajuapan. Porque aquí la política no da tregua ni permiso para digerir. No es sobremesa: es desayuno, comida, cena y a veces también purga.
El juego empezó. Pero cuidado: no todos juegan. Algunos solo creen que juegan, mientras otros ya repartieron las cartas, escondieron los ases y se quedaron con el mazo completo.
Nos lo cuenta nuestro reportero Flechador del Sol, que no falla una, con la pluma afilada como daga y el oído clavado en las paredes del poder.
Y en ese murmullo permanente —ese vapor caliente de café, promesas y traiciones— un nombre viejo se repite: Luis de Guadalupe Martínez Ramírez. No como actor secundario, sino como el titiritero de siempre. No necesita partido, porque los tiene todos: PRI, PAN, PT, los colores y los incoloros. Un hombre tan versátil que podría fundar el Frente Amplio por Él Mismo.
¿Y quiénes lo acompañan en esta ópera clientelar? Celestino Salazar, Othón Sibaja (síndico en retirada de la presidencia del PRI, aunque haya amenazado de demandar ante los tribunales a su partido), los hermanos Guerrero, y la regidora Leticia Collado (de Morena, pero no mucho). Todos alineados, todos de pie, todos listos para obedecer. Porque cuando el viejo PRI no muere, se disfraza de pluralismo.

Y cuando alguien —ingenuo, optimista, desinformado o las tres cosas— pregunta por la próxima candidata a la presidencia municipal, surge un nombre lanzado al aire como prueba de vida democrática: Dulce Belén. Diputada local, ex del Registro Civil, y demasiado chilanga para el paladar político de la Mixteca. Pero no, esa no es la jugada. No alcanza con los votos, ni con las siglas, ni con la bendición morenista. Aquí no hay urnas que valgan si no llevan la firma del patrón.
Porque la candidatura —susurra el cura, guiña el burócrata, confirma el mozo del café— ya está decidida por los Murat, claro. Padre e hijo, los emperadores de la democracia. La elegida es la surfista de las altas olas de Yosocuta, sí estimado ciberlector nos referimos a Yolanda Martínez, hija de Yolanda López. Cuáles son sus méritos. ¿Cuál su trayectoria reconocida por los huajuapeños? ¿Aceptación? No, pero tiene apellido y los dedos que ya dijeron. Y punto.

Mientras tanto, en Morena todavía creen que están en control. Pobres. No se han dado cuenta que su estructura sirve solo para firmar lo que ya se pactó en otra mesa. Una alianza soterrada entre los morenos de papel y el cacique eterno. Porque nadie da paso sin permiso, y menos si se trata de moverle el banquito al hijo del patrón: el célebre Chupón, alcalde y heredero designado del poder local.
Así que no se engañe nadie: el futuro ya está escrito, con tinta vieja y mano firme. Aquí no hay contienda, hay sucesión. Y quien ose levantar la voz o, peor, buscar la candidatura fuera del guion, que se prepare para el exilio político… o para el silencio eterno del que ya no es útil.
Aquí no hay democracia, solo en los discursos. Tampoco pluralidad, solo en los folletos. ¿Y la alternancia? Solo en los sueños húmedos de los ingenuos. En la realidad, esto sigue siendo un feudo, una simulación con pancartas y promesas huecas. El poder no se gana: se hereda. No se disputa: se administra desde la sombra.
Y si alguien aún duda de que todo está pactado, que escuche a nuestro Flechador del Sol. Él apunta, dispara… y siempre da en el blanco.


Hace unos días, nuestro inquieto reportero Flechador del Sol, abordó al doctor José Plácido Jiménez Amigón, presidente de la Confederación Internacional de Mexicanos en el Extranjero (CIME), con una pregunta sencilla pero directa:
-¿A cuántos inmigrantes ha apoyado económicamente el presidente municipal de Huajuapan, Luis “Chupón” Martínez?
La respuesta sorprendió: según los registros de la CIME, desde que comenzaron las deportaciones masivas en Estados Unidos, el presidente ha apoyado aproximadamente a 400 migrantes. Y, según Jiménez Amigón, lo ha hecho sin fijarse en colores partidistas ni regiones de origen.
“Le agradecemos mucho al presidente de Huajuapan por apoyar a nuestros hermanos migrantes en retorno”, dijo el dirigente migrante.
Pero si sacamos cuentas, la historia se pone más interesante:
Si el presidente ha entregado mil pesos a cada migrante, hablamos de al menos 400 mil pesos repartidos.
¿De dónde salió ese dinero? Ojalá —decimos ojalá con todas sus letras— provenga de los millones que fueron hackeados durante el trienio de Juanita Cruz Cruz, recursos que sumando intereses debieron superar los 25 millones de pesos. Recursos que nadie ha explicado en qué bolsa cayeron, pero que en la memoria colectiva siguen flotando como duda no resuelta.
Si ese es el fondo de donde se están dando los apoyos, qué bien. Lo que no está bien es que el presidente Chupón nunca ha rendido cuentas claras sobre ese dinero. Ni un informe, ni un desglose, ni una conferencia para decir en qué se ha usado esa herencia encriptada.
Por eso, decimos sin rodeos: el presidente es candil de la calle y oscuridad de su casa. Porque mientras en Huajuapan faltan medicamentos, luminarias, becas o apoyos reales a madres solteras, pavimentación de calles, luminarias, seguridad, hay dinero —y con cámara en mano— para entregar billetes a los recién deportados.
Ojalá todos los migrantes en retorno puedan acercarse con Chupón antes de llegar a su comunidad. Total, al menos mil pesitos ya deberían tener asegurados, como muestra la fotografía en la que un migrante sonríe con su apoyo en mano.

Empresarios de la capital, la Mixteca, la Costa y el Istmo rompieron el silencio con una mezcla de hartazgo y desesperación. Relataron cómo los presidentes municipales, lejos de facilitar la inversión, se han convertido en su peor obstáculo.
Imponen impuestos arbitrarios, traban trámites con burocracia, exigen requisitos imposibles y, para colmo, usan a sindicatos como instrumentos de presión para forzar la contratación de “proveedores recomendados”. Es decir: el viejo truco de disfrazar la extorsión de gestión.
El caso más grotesco —aunque no el único— salió de Huajuapan de León. Según los denunciantes, el presidente municipal, Luis “Chupón” Martínez, ha venido operando con total impunidad: aumentó tarifas de impuestos sin pasar por el cabildo (que, según se dijo ahí mismo, “ya lo tiene comprado”) y lleva cuatro años bloqueando la participación de la cervecera Cuauhtémoc Moctezuma Heineken en la Feria Regional, sin ninguna base legal ni administrativa. La razón de esto, es favorecer a un concesionario local de la marca Corona, que no solo monopoliza el mercado cervecero —controla el 95%— sino que, según versiones insistentes, le paga al alcalde tres millones de pesos para mantener cerrada la plaza a cualquier competidor.

Nos lo cuenta nuestro reportero Flechador del Sol: por fin se les dio voz a los empresarios para hablar, sin rodeos, de lo que muchos ya sabían, pero pocos se atrevían a decir. Que, en Oaxaca, en no pocos municipios, los alcaldes se comportan más como cobradores de plaza que como autoridades electas.
Fue el pasado 22 de julio, en una mesa de trabajo convocada por el secretario de Desarrollo Económico del estado, Raúl Ruiz Robles. El tema oficial era cómo mejorar la economía en Oaxaca. Pero lo que debía ser un espacio técnico se transformó, súbitamente, en un tribunal improvisado, donde los testimonios se apilaron como pruebas de un delito sistémico. Allí estuvo también Altagracia Gómez Sierra, representante de la presidenta Claudia Sheinbaum en temas
Este personaje, además, es dueño de la cadena de tiendas “Super Plus”, y gracias a ese amasiato empresarial-político, cadenas como Oxxo han sido vetadas de facto en la zona. Aquí no hay libre mercado. Hay un feudo disfrazado de administración pública. Y no solo pierden los empresarios: pierden también los consumidores, los trabajadores y la economía local, que se mantiene cautiva en un círculo vicioso de privilegios cerrados.
Lo más inquietante es que este patrón no es exclusivo de Huajuapan. En varios municipios, la historia se repite con distintas caras y los mismos vicios: permisos negados sin justificación, cobros dobles, exclusión de ferias, uso discrecional de espacios públicos… Todo sostenido por alcaldes que actúan como si su firma fuera ley, su voluntad política y su cargo hereditario.
Y cuando alguien alza la voz, lo etiquetan de conflictivo o, peor, lo entierran en denuncias inútiles ante ministerios públicos que parecen más bien oficinas de trámite para la impunidad.
Altagracia tomó nota. Literalmente. Pidió datos, exigió detalles y dejó en claro que la presidenta no tolerará monopolios disfrazados de proyectos comunitarios. Fue una frase directa, pero cargada de subtexto: el mensaje no era solo para los alcaldes ausentes, sino para algunos funcionarios presentes, que, al escuchar nombres y cifras concretas, bajaron la mirada como quien ve venir un vendaval.
Porque lo que quedó claro es esto: los gobiernos municipales están dejando de gobernar para empezar a condicionar. Ya no administran: extorsionan. Su nueva vocación parece ser ponerle precio al crecimiento. Si no pagas, no creces. Y eso no solo asfixia negocios, también erosiona la democracia.
Porque mientras en Palacio Nacional se habla de abrir mercados y acabar con privilegios, en las regiones se cultivan cacicazgos modernos que hacen justo lo contrario. Se supone que descentralizar el poder era para acercarlo a la gente. Pero cuando ese poder se convierte en un muro de cobros, favores y castigos, la pregunta inevitable es: ¿para qué sirve realmente?
Es el momento de no tener miedo. Porque si se permite que la extorsión se normalice como método de gobierno, lo que está en juego no es solo la economía. Es la dignidad de ser gobernados como ciudadanos y no como súbditos.

Seguramente más de uno recordará que, la semana pasada, nuestro reportero Flechador del Sol nos presentó a una figura del Registro Civil de Nochixtlán: Rosana Meliza Jiménez Leal. Una funcionaria recién llegada —con mes y medio en el cargo y ya varios tropezones encima— que logró en tiempo récord lo que otros no consiguen ni en sexenios: volverse popular.
La gota que derramó la paciencia ciudadana fue un cobro indebido de 3,500 pesos por una CURP. Sí, ese documento que es tan gratuito como el aire.
Las redes estallaron. La gente comentó, compartió, denunció. Y entre quienes lo hicieron estuvo el periodista Alejandro López López, director del portal Nuevo Siglo Noticias, quien simplemente se hizo eco de una queja pública ya ampliamente difundida. Pero, en lugar de ofrecer una explicación, la funcionaria optó por el camino menos honorable: el de la intimidación judicial.
Acompañada por el despacho “Defensa y Asesoría Jurídica”, decidió ir directo a la Fiscalía, con la estrategia de acusar al periodista de violencia de género.
Sí, leíste bien. No de calumnia, ni de difamación, ni de daño moral. No. Violencia de género. Como si reportar una denuncia ciudadana contra una funcionaria pública fuera equiparable al machismo, el acoso o la discriminación. Como si la investigación periodística fuera una forma de agresión.
Los cerebros detrás de esta jugada de prestidigitación legal fueron Pablo David Crespo de la Concha —exregidor en tiempos del famoso “Chupón” y exsíndico con Juanita Cruz Cruz— y Yasohara Berenice Aguilar Barbosa, quien combina su ejercicio legal con ocasionales incursiones en el periodismo, según su propio perfil.

Juntos elaboraron una denuncia que huele más a estrategia política que a defensa legal: una mezcla de jerga jurídica y oportunismo discursivo.
El resultado fue tan absurdo como preocupante: la Vicefiscalía aceptó la denuncia y dictó medidas restrictivas contra el periodista. Se le prohibió a Alejandro López, mencionar a la funcionaria, etiquetarla, escribirle… ni siquiera enviarle un WhatsApp. Si lo hacía, se expone a una multa.
Eso ya no es proteger. Eso es silenciar. Es usar el feminismo como garrote. La ley como escudo del abuso. El discurso de género convertido en mordaza para la prensa.
Mientras tanto, en los pasillos de la Vicefiscalía, se susurra con una mezcla de resignación y miedo: “a esta periodista le tienen más miedo que respeto”. Y es ese miedo el que parece dictar las decisiones, no la justicia.
Pero lo más grotesco no es solo el uso político del feminismo. Es quién lo encabeza. Habrá que recordar que Pablo Crespo de la Concha, un abogado con historial público de denigrar a mujeres en sesiones de cabildo y lanzar ataques desde redes sociales (eso sí, cómodamente bajo el perfil de su esposa), se pinta ahora como paladín de la defensa femenina.
En aquellas publicaciones, las víctimas eran mujeres visibles, con trayectoria, con nombre, con presencia, con belleza. Y los ataques: insinuaciones sexuales y celotipias vulgares, propias de una adolescente. Hoy, ese mismo personaje aparece como el defensor de una servidora pública, no por principios, sino por cálculo. Porque aquí no hay sororidad: hay estrategia. No hay ética: hay venganza institucional.
Y eso es lo más peligroso. Cuando se abusa del feminismo para proteger privilegios, se traicionan las verdaderas causas. Y cuando se criminaliza a la prensa bajo ese mismo disfraz, se erosiona el sentido de justicia.
Porque, al final, manipular el nombre de la prensa y manipular el discurso de género son dos caras de una misma moneda: controlar la narrativa, esconder el abuso, castigar al que habla.
Vivirá poco quien no entienda lo aquí dicho, recuerde estimado ciberlector, la frase de la semana:
En política, “caras vemos, preferencias no sabemos”.











