Hay varios tipos de sonrisas. La más común es la de imitación: cuando la persona de enfrente sonríe, el otro también. Con eso no hay ninguna reacción de satisfacción porque esa persona no nos merece ningún sentimiento. Eso es como un rito amistoso, nada más.
La sonrisa es una expresión facial universal, aunque déjenme decirles que no se usa en todas partes debido a los factores socioculturales. En China, por ejemplo, las muchachas no se sonríen con facilidad porque tienen como regla el evitar enseñar los dientes. En cambio, en nuestro país, muchos pueden llevar el apodo de “el sonrisas” o “el diente frio” porque siempre la cargan de oreja a oreja.
En los países occidentales, la sonrisa se ve por todas partes y se maneja con mucha espontaneidad como si todo mundo nos cayera de perlas. Te presentan a alguien que no sientes el menor aprecio y así, sin más ni más le muestras los dientes a la vez que le alargas la mano como si de veras toda la vida hubieras estado esperando ese momento.
La sonrisa que nos dedicamos mutuamente en cualquier encuentro posee una doble propiedad: la de tranquilizarnos y considerarse de forma recíproca.
Dicen que hay algunos simios superiores que “sonríen” cuando se ven amenazados por algún animal superior a ellos. Dicen que de este modo es su defensa y cortesía, a la vez. Eso nunca lo he visto, lo he leído, nada más. Lo que sí he visto, es cuando algún perro de malas costumbres, se mete a husmear a cualquier casa sin considerar que dentro de ella está el perro de la casa. Al sacarlo a ladridos o a mordidas, el intruso sale pelando la mazorca y además, con la cola entre las patas. ¿Han visto eso? ¿Si, verdad?
En el hombre, la sonrisa no es siempre amistosa. Con una sonrisa fría, irónica o despectiva, trata de afirmar su superioridad, y de esa manera, puede llegar a bloquear la comunicación y paralizar el contacto. Hay unos que se especializan en afinar su risa burlona si no es que ya la traen permanentemente.
Pero en la desigualdad de situaciones entre dos individuos, el más débil sabe que el otro podría aprovecharse de él, entonces su sonrisa desempeña el papel de aplacamiento. La sonrisa es un instrumento de cortesía que sirve como agradecimiento cuando la palabra ya no es posible.
La sonrisa simboliza alegría y, por asociación, satisfacción. Dentro del lenguaje de las emociones, la sonrisa es la expresión de un estado de placidez y de alegría y de un sentimiento agradable.
Desde luego que no se puede comparar una sonrisa falsa, simulada o fingida con una espontánea, ingenua y natural que ofrece el frescor de la sonrisa de un niño.
A veces hemos dicho que alguien tiene una sonrisa irresistible. Esto se aplica frecuentemente a las chicas, como también puden ser sus rasgos o a sus gestos, muy atractivos. No sé si hayas tenido oportunidad de ver las sonrisas de unas chicas, más bien, de unas grandes, que anuncian en la televisión un producto para no arrugarse. Esas sonrisas se me hacen más histéricas que naturales.
Hay quienes aseguran que con estos fríos, a mucha gente le da ataques de risa, si no es que les aplauden los dientes. Aunque creo que es mejor reír, a que digan que cargas cara de huarache, o que acabaste de chupar limón, ¿o no?
Las sonrisas: Horacio Corro Espinosa
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