El candidato presidencial republicano, Mitt Romney, busca sepultar la mala publicidad de los últimos días y, a mes y medio de los comicios generales en Estados Unidos, afronta una empinada, pero alcanzable cuesta, para persuadir al “cien por ciento” del electorado, según analistas.
Romney participó ayer en actos de recaudación de fondos en San Diego y Los Ángeles, en California, pero su verdadero desafío es convencer a los votantes, en particular a los indecisos e independientes, de que él representa la mejor alternativa frente a un segundo mandato del presidente Barack Obama.
Será una ingente labor, tomando en cuenta que aún no ha logrado controlar del todo el daño causado por un video secreto de mayo pasado y divulgado el lunes último por la revista Mother Jones, en el que el ex gobernador de Massachusetts se mofa del “47 por ciento” que apoya a Obama y que, a su juicio, no paga impuestos a la renta y quiere vivir mantenido por el gobierno estadunidense.
Además, según las encuestas, Obama lo aventaja en Colorado, Ohio, Iowa, Virginia, Wisconsin y Florida, seis de los nueve estados “bisagra” en esta contienda y que son clave para acumular el mínimo de 270 votos del Colegio Electoral que se requieren para ganar la presidencia.
“¿Que si Romney puede recuperarse? seguro. Quedan poco más de seis semanas, y eso es mucho tiempo para que ocurra cualquier cosa inesperada”, afirma Larry Sabato, director del Centro para Políticas de la Universidad de Virginia.
“Está claro que, hoy por hoy, Obama le ganaría, y el mandatario tiene suficiente ventaja en el Colegio Electoral que será difícil superar. Pero quienes han estado en la política durante mucho tiempo entienden que no se pueden hacer predicciones contundentes cuando estamos lejos del día de elecciones”, agregó el analista.
El reto de reconquistar el terreno perdido no parece espantar a la campaña de Romney.
“Hemos dicho desde el principio que ésta sería una contienda muy reñida. La fase más importante se avecina con los debates presidenciales, y será entonces que los votantes tendrán la oportunidad de ver clara y contundentemente las diferencias entre ambos candidatos”, asegura Sharon J. Castillo, asesora de la campaña de Romney.
“El presidente Obama no ofrece más que excusas para sus fallidas políticas económicas”, enfatiza Castillo, al subrayar que, por contra, Romney tiene un plan para crear 12 millones de empleos y fortalecer al empresariado y la clase media.
Neil Newhouse, un respetado encuestador y analista de la campaña de Romney, ha sido más contundente: “La economía de Obama será, en última instancia, la caída de su presidencia”.
El primero de tres debates presidenciales programados para el mes entrante se realizará el 3 de octubre en Denver (Colorado), y estará centrado en política interior. Se prevé que tanto Obama como Romney defiendan allí su plan para sacar al país del atolladero.
Ya antes del escándalo por el video secreto, Romney, cuya fortuna se calcula en 250 millones de dólares, ha sido criticado por los demócratas de estar “desconectado” del ciudadano de a pie ante la alicaída economía.
Pero, en su segundo intento desde 2008 por llegar a la Casa Blanca, Romney busca suavizar su imagen. El miércoles pasado aseguró durante un foro con la cadena televisiva hispana Univisión, que su campaña busca acercarse “al cien por ciento” de los votantes.
Agencias