El 2 de julio pasado, Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaria de Gobernación, lanzó una severa advertencia a la CNTE y sanguijuelas adherentes en este desafío al gobierno federal.
Dijo: “Se ha agotado el tiempo”. La respuesta a la advertencia del Secretario de Gobernación fue inmediata. La CNTE encendió los focos rojos acudiendo a sus bases para alertarlas de que el Gobierno Federal abriría las carreteras utilizando la fuerza pública. Hacia afuera, la Coordinadora advirtió a la opinión pública que lo señalado por Osorio Chong “solo reavivaría el conflicto”.
Casi de inmediato, la S22 ordenó retirar 20 bloqueos en diferentes puntos del Estado; bajaron el tono de sus amenazas y agregaron la sobadita frase: “Lo consultaremos con las bases”. Debo decir, que la advertencia del Gobierno Federal, a través del secretario de Gobernación, fue interpretada como un respiro por la opinión pública que expresó: “Por fin se aplicará la ley”, los medios electrónicos así lo hicieron saber al través de entrevistas de banqueta.
Pero sucedió, que se dejó hacer y se dejaron pasar las horas, los días y las semanas y no se aprovechó lo que con cinco palabras se había ganado: “Se ha agotado el tiempo”. Tal vez, como dicen en Monterrey, “alguien le dio pa’tras”, le tembló la mano y pensó más en el 2018 y en el cuidado de la imagen más que en el bien del país; en los millones de educandos; en los cientos de empresarios que ven como aumentan las pérdidas en sus negocios, en los miles de personas que están limitadas en su alimentación, en su educación por estar las escuelas cerradas, y en todo aquello que le es propio a Oaxaca como la Guelaguetza, ahora puesta en jaque por los activistas que amenazan con boicotearla impidiendo su celebración.
Los que si aprovecharon el impasse de los estrategas gubernamentales fueron los de la CNTE y las organizaciones afines enganchadas al carro de la protesta, que intentan convertirla en movimiento nacional, para reorganizarse y enfrentar acciones inmediatas. Estas sanguijuelas, debo decir, también cobraban cientos de millones de pesos en el Gobierno del Estado tal y como lo publicó Milenio Diario en un espléndido reportaje de investigación periodística denunciando las cifras precisas de las cantidades que recibían puntualmente.
De manera que, desplegando tácticas de guerrilla, grupo que ya milita en las filas de este movimiento magisterial y tácticas con perfil de Blitzkrieg y bordes de tlayuda y chapulines con limón, abrieron más frentes en tanto cerraban otros. Operación relámpago ahora practicado en diferentes estados del país por la CNTE como lo que hacía Guevara con la guerrilla urbana: “Pica y huye”.
Claro, me refiero únicamente a la movilización rápida de las bases participantes en los plantones, las marchas, los bloqueos en diferentes partes del país, es decir, disponer de una superioridad de fuerzas en frentes amplios o reducidos con facilidad de maniobra y la inmediata concentración de las fuerzas en un centro de gravedad importante como son las vías de comunicación (Schwerpunkt).
Estas tácticas que está usando la CNTE y grupos vinculados son el inicio de las presiones que pudieran utilizar en la medida en que la estrategia lo indique, como la energía eléctrica, la telefónica, el internet, la televisión, la radio o bloqueando los pozos petroleros como lo hizo López Obrador en el 2004 mediante una resistencia civil de 12 días, causando pérdidas por más de 63 millones de pesos. Todo dependerá de que las presiones, hasta ahora practicadas, no den el resultado esperado, es decir, echar abajo la Reforma Laboral en vías de ser educativa y el regreso al estado del confort con las arcas sindicales repletas.
Hasta ahora, los cuerpos opositores a la naciente Reforma Educativa parecen llevarles la delantera a los estrategas gubernamentales; los traen “de aquí para allá”; “no dije lo que si dije”, afirma el negociador principal. Creo que el “engrudo se está haciendo bolas”, aun con la advertencia presidencial en el sentido de que “La Reforma Educativa no está en juego y no es competencia del Ejecutivo modificarla”.
Y es verdad, la ley es clara cuando de modificar una ley promulgada se trata: Una modificación tiene que ser aprobada por el Constituyente permanente compuesto por el Ejecutivo Federal, el H. Congreso de la Unión y por la mayoría de los Congresos de los Estados”. Esa es la vía constitucional.
Desde luego, no es fácil lograr los consensos políticos entre los diferentes grupos parlamentarios para lograr una votación favorable, pero la vía es esa.
Finalmente, convenimos en que negociaciones de este calado no son cuestión de horas o de unos cuantos días, más bien se trata, pienso, de pérdidas y ganancias, política y sucesión.
¿Cuánto habrá gastado la CNTE en este enredado “Blitzkrieg oaxaqueño” y quien estará financiando el tremendo costo económico, toda vez que las movilizaciones de las bases cuestan y mucho?
¿Hasta este momento, cuánto ha sido el precio de este desastre que no han podido resolver las sanguijuelas de la CNTE y el Gobierno Federal?
En lo político, el PRI ya inició su primer movimiento imponiendo un solo candidato para que presida un cascaron que costará mucho esfuerzo llenarlo a tiempo, a fin de que esté listo con candidato único para la gran batalla electoral que ya toca las puertas del los partidos políticos y de dos oficinas gubernamentales.
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