“Para mudarse de ropa hay que quitarse la camisa sucia y ponerse una limpia.” Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin T.36, p.455.
En Palacio Nacional se llevó a cabo el ritual político tal y como estaba previsto; sobrio sin la pompa ni el exceso de los actos presidenciales anteriores.
De frente al sillerío de invitados, detrás del atril un cartel anunciando el evento: “Tercer Informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador.” Mas tarde se aclaró que el primero y segundo mensaje el Presidente los había pronunciado, el primero de ellos el 11 de marzo, al cumplirse los primeros 100 días de gobierno. El Segundo el 1 de julio al haber cumplido 78 de los 100 compromisos contraídos.
El 1 de septiembre pronunció el tercero de los mensajes presidenciales en el que abordó los avances; los pendientes, y lo que falta por hacer.
Para una parte de la opinión pública el mensaje del Presidente fue otra “mañanera” repitiendo los mismos temas que a diario refiere.
Llamó la atención un duro agregado: “Están moralmente derrotados” dirigido a sus adversarios neoliberales apoyándose en el pensamiento del Presidente Juárez cuando afirmó: “El triunfo de la reacción es moralmente imposible.”
“Mañanera” o no, el mensaje político es opción del Presidente, pues la Constitución no lo obliga; lo puede leer cuando el desee o lo considere prudente y necesario, o no hacerlo.
Lo que si debe cumplir por mandato constitucional según señala el artículo correspondiente, es informar por escrito a la Cámara de Diputados el estado que guarda la nación anualmente. Así lo hizo el Presidente, a través de Olga Sanchez Cordero, secretaria de Gobernación, a las 17 horas del mismo 1o de septiembre.
Cesar Yáñez, coordinador de Política y Gobierno de la Presidencia, en entrevista con ADN 40,, aclaró la confusión que, por momentos, causo el letrero Tercer Informe Presidencial:
“No solo es un asunto anual sino de cada tres meses. La idea es que haya informes cada tres meses de como vamos […] informará cada tres meses, obvio al Congreso de la Union entregará un primer informe año con año, se hará esa labor, pero independientemente de ese informe regular, que por ley tiene que hacerse, el presidente estará informando cada tres meses.”
De tal manera, que el mensaje del Presidente fue eso: un mensaje político utilizado para reafirmar y difundir su estilo de gobernar.
En cuanto al Informe oficial, a diferencia del mensaje político, una vez analizado por la Cámara de diputados, los especialistas y medios de comunicación, podremos entonces conocer a fondo lo que se ha realizado, lo que no, y lo que falta por hacer en esta administración.
En consecuencia y frente al ejercicio de 9 meses del gobierno, y enterados del mensaje político del Presidente, nos asaltan algunas dudas que, por supuesto, se aclararán cuando el Informe oficial se conozca y se discuta en el Pleno de la cámara de diputados, por ejemplo: El Presidente mencionó la puesta en marcha de 100 universidades, dato que no es comprobable.
También hizo mención de que el robo de combustible se había reducido en un 94 por ciento y que el Huachicol está controlado; dato que tampoco es comprobable; otro no comprobable es que en 3 años las refinerías estarán funcionando; uno más, el Instituto para el Bienestar Social que sustituiría al Seguro Popular no se ha creado.
En total fueron 91 afirmaciones mencionadas por el Presidente, que sin tener el Informe Oficial en la mano, son prácticamente imposibles de comprobar, incluyendo el informe del estado de salud del Presidente, que hasta ahora se desconoce. Mientras tanto, esperemos las comparecencias de los secretarios de gabinete ante la Cámara de diputados para conocer el Informe presidencial.
Concluyendo, nos quedamos con los temas que son urgentes como el que la economía este detenida; que no hay desarrollo económico; que las inversiones extranjeras no fluyen; que el desabasto de medicamentos continúa; que la atención médica en hospitales y clínicas del Seguro Social, del ISSSTE y de Salud son deficientes; que la violencia arrecia en Michoacan, Veracruz y Morelos.
Una buena que da gusto, el acuerdo a que llegó la Comisión Federal de Electricidad con las empresas extranjeras en materia de los contratos “leoninos” para el uso de los gasoductos.
@luis_murat