De los mil millones de fumadores del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 20% son ya mujeres. Y que la proporción solo puede aumentar, porque entre los adolescentes representan el 50%. El dato solo puede causar preocupación, porque ya con esos porcentajes resulta que las mujeres son el 30% de los cinco millones de víctimas anuales atribuidas al tabaco, 10 puntos más de lo que les correspondería. Por eso la OMS ha centrado en ellas su campaña para el próximo día mundial sin humo.
Entre los datos que destaca la organización, está que las mujeres son el 64% de las afectadas por el humo de segunda mano. Y que son más propensas a empezar a fumar, sobre todo las que utilizan el hábito -o la adicción- como una manera de superar socialmente situaciones de discriminación. Y si se trata de comparar sexos, está claro que ellas tienen más motivos para sentirse inseguras.
Además, la organización detecta que las tabacaleras hacen un especial esfuerzo para captar fumadoras jóvenes. Ellas parecen el público objetivo de campañas -prohibidas en países occidentales como España- de promoción de productos light como menos dañinos, lo que contradice los estudios que demuestran que el daño empieza desde el primer cigarrillo.
El País