El martes 21 de julio, muchos ciudadanos se sorprendieron al escuchar en la radio local a Carmelo Hernández Pérez, pronunciando las siguientes palabras: “Nunca se ha comprobado y no se va a comprobar, que haya malversación de fondos, de recursos (sic), que haya desviación de recursos. Eso nunca se va a comprobar porque no existe eso (sic) en esta administración”.
Esta expresión no habría sorprendido a nadie, si hubiese provenido de algún regidor o de cualquier otro funcionario del ayuntamiento; pero provino, ni más ni menos, que del contralor municipal, es decir, del funcionario responsable de vigilar el uso correcto de los recursos públicos y el cumplimiento de las normas y disposiciones legales por parte de los servidores públicos municipales.
Sorprendió y preocupó a los ciudadanos, que fuese precisamente el contralor municipal, quien exonerara “a priori” a la totalidad de los integrantes del Cabildo y al resto de los servidores públicos municipales sobre cualquier señalamiento de posible uso indebido de recursos públicos. Desde ahora los declaró inocentes, no sólo de los señalamientos que se han formulado en la primera mitad de la administración que encabeza el presidente-notario Luis de Guadalupe Martínez, sino también, de los que se puedan presentar en el resto de su administración. Sólo así se entiende el “nunca se ha comprobado ni se va a comprobar”.
Pero no fue la única sorpresa que causaron las palabras del contralor: en la entrevista realizada por la periodista Denis Luengas, el responsable del órgano de control interno del ayuntamiento, justificó que el director de Planeación, Control y Evaluación del Desarrollo Social y Urbano, Juan Gabriel Acevedo Cruz, a quien se le declaró responsable de alterar un dictamen de obras aprobado por el Cabildo, sólo haya sido sancionado con una suspensión de un mes sin goce de sueldo, y que continúe ejerciendo sus funciones de manera normal, aunque supuestamente sin percibir el salario correspondiente.
Para el contralor, alterar un acuerdo del Cabildo fue un “pecado menor” porque “no se causó un daño al patrimonio del municipio”. De ese tamaño.
Por si no bastara con esto, el contralor municipal justificó que el ayuntamiento haya suscrito un convenio de servicios con la empresa “Grúas Pepe”, propiedad de José Manuel Martínez Ramírez, hermano del presidente-notario, para el arrastre y resguardo de los vehículos mal estacionados, o cuyos conductores sean detenidos durante la implementación del jugoso negocio llamado “Operativo Alcoholímetro”.
Sin el menor recato, Carmelo Hernández, dijo que se decidió suscribir el convenio con “Grúas Pepe”, al igual que con “Grúas Balbuena” porque “son las dos únicas empresas de este tipo que existen en Huajuapan”, lo que es una mentira descarada.
Cuando Denis Luengas le preguntó si se violaba la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos al contratar a la empresa de un hermano del presidente municipal, el contralor titubeó una y otra vez, y finalmente dijo que “habría que analizar esta situación”. Y otra vez mintió cínicamente, al insinuar que la ciudadanía era quien pedía que se contrataran los servicios de la empresa propiedad del “hermano incómodo”. O mejor dicho, de uno de los “hermanos incómodos” del presidente-notario.
Por cierto, de lo que al parecer nadie se ha percatado, es que la otra empresa, “Grúas Balbuena”, es propiedad de la familia de Amparo Balbuena Mora, esposa de Fidel Arámburo García, quien es el secretario municipal del ayuntamiento. ¡Todo queda en familia!
Si algo dejó en claro la entrevista realizada por Denis Luengas a Carmelo Hernández Pérez, fue que la Contraloría Municipal de Huajuapan, es un organismo cuya verdadera función es avalar los actos del presidente-notario y de los integrantes de su equipo, para darles una falsa imagen de legalidad. Es decir, no es un verdadero órgano de control interno, sino una instancia al servicio del presidente municipal.
Carmelo Hernández Pérez, se mostró no como custodio del patrimonio municipal, sino como un simple empleado del presidente municipal. Y no podía ser de otra manera, porque el ahora contralor, es el suplente del mismísimo presidente-notario. A él y sólo a él, le debe lealtad, no al Cabildo, ni mucho menos a los ciudadanos.
Ojalá que su lealtad al presidente-notario, sea más firme que la que juró a su antiguo partido, el Revolucionario Institucional, en abril de 2010, cuando era uno de los aspirantes a la candidatura del PRI a la Presidencia Municipal de Huajuapan. El día 11 de ese mes, el ahora Contralor Municipal y los otros sietes aspirantes firmaron un “acuerdo político” por medio del cual ratificaban al PRI su “lealtad, compromiso de trabajo y unidad”, y se comprometían “con seriedad, responsabilidad y con trabajo, en un único y gran acuerdo de unidad” a brindar su “mutuo (sic) y total apoyo” a quien fuese ungido como candidato de ese partido.
A CONTRAPELO. De un plumazo, el presidente-notario de Huajuapan descalificó a toda la prensa oaxaqueña: en una entrevista concedida a una radiodifusora “pirata” de Huajuapan, aseguró que los medios estatales lo critican “todos los días” porque “le tienen envidia”. El síndrome de Hubris en su máxima expresión.
Javier Hernández
Vía Viral Noticias