Una pregunta, ¿cuántas jarcierías conoces? Por cierto, ya hay muy pocas. Las jarcierías son un lugar comercial en el ramo de objetos de fibra, cables y tejidos. Bueno, por lo menos así eran antes.
Una jarciería está llena de objetos. Su nombre les viene por las jarcias. Las jarcias eran unas cuerdas que años atrás se elaboraban con la fibra de las pencas del agave lechuguilla. Estas cuerdas eran de un color verde pálido, con una textura áspera, pero muy resistente.
La fibra obtenida de la lechuguilla es el llamado “ixtle”, que se usaba también para la fabricación de bolsas, costales, cepillos, escobetas, gamarras, garabatos, tenates, barcinas, suaderos, fustes, cinchas y mecapales.
Hace muchos años, las jarcierías tenían a la venta cuerdas, bolsas, costales, tapetes e hilo de henequén y lechuguilla, y además, implementos para el arreo de las bestias de carga. Entre estos utensilios estaban las cinchas burreras y muleras, que son unos tejidos o cintas anchas de henequén con unas lanzaderas en ambos extremos para apretar la montura.
También estaban los garabatos, estos son parecidos a los anteriores, solo que más cortos, y en uno de sus extremos tienen un pedazo de madera en forma de gancho para atorar la cincha. Otros objetos de este tipo eran los suaderos o cocos, era una especie de colchón o tapete hecho de la corteza del coco, que se le echaba encima del aparejo para que la silla no maltrate el lomo del animal. Allí mismo se vendían las gamarras o bozales, y cuerdas para la rienda.
Pasaron los años, y en las jarcierías fueron incorporando mercancía relacionadas con la limpieza. Muchos de estos artículos son también elaborados con diferentes fibras naturales como la raíz de zacatón. Con los zacatones se elaboraban las escobas, escobetillas y cepillos.
Allí también se encontraban las escobas de cambray, de palma, de popote, de coco, de brezo y de mijo. Allí estaban las canastas, tortilleros, mechudos, plumeros de gallo, pollo y guajolote. Jaulas de carrizo y de metal, cepillos de cerda natural y artículos de madera como molinillos, rodillos, cucharas salseras, tablitas para picar alimentos y pinzas para tendedero. También se venden piedra y polvo pomex, costales carboneros, y mantas catreras. Petates, sopladores, chundes, que ahora se les conoce como canastos. Jergas y franelas.
Para los que se preocupan por la belleza física, en la jarciería se puede encontrar el “xixi” o “xitle”, que es la primera fibra que se obtiene de la raspa de las pencas de la lechuguilla, y que se utiliza para abrillantar desde pisos y mosaicos hasta, que creen, el cabello.
La lista de productos que se expenden en las jarcierías se calcula en más de 2000. La jarciería es una empresa netamente artesanal. Casi todo se hace a mano, y casi todo sale de las manos de los campesinos mexicanos.
Mucha gente cree, que lo que se venden las jarcierías es una cosa decorativa o de lujo. El hacer una escobeta a mano, el hacer un plomero, un anafre de lámina, un molinillo de madera, eso es una artesanía.
La jarcierías se abastecen o se abastecían principalmente de fibras naturales, aunque por falta de este material natural se comenzaron a vender artículos de fibras sintéticas y plásticos.
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