El gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pudieron finalmente alcanzar un acuerdo sobre el ríspido tema del narcotráfico y el cultivo de drogas en el marco del proceso de paz que realizan en Cuba, tras meses de complejas negociaciones.
El pacto, considerado como un paso “histórico” en Bogotá y alcanzado nueve días antes de las elecciones presidenciales, contiene el compromiso de las FARC de desvincularse del narcotráfico tras el final del conflicto. El presidente Juan Manuel Santos celebró la novedad desde Bogotá. “Esto es lo más lejos que se ha llegado en el camino para buscar la paz”, dijo.
El acuerdo prevé una campaña de erradicación de los cultivosilícitos, con la posibilidad de erradicaciones forzosas en caso de que algunos campesinos se nieguen a dejar de cultivar, explicó en La Habana el diplomático cubano Rodolfo Benítez, cuyo país es garante del proceso. Estas erradicaciones forzosas se harán de manera “manual” y no con productos químicos. Este es un punto clave que las FARC venían reclamando.
El movimiento guerrillero, además, se comprometió a romper sus vínculos con el narcotráfico. El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas siempre denunciaron que las FARC se financiaban en gran parte con el cultivo y tráfico de drogas, aunque en realidad lo que se estima que venían haciendo es cobrar un alto cannon a los narcos que operaban en su zona.
La solución al problema de las drogas ilícitas es el tercero de los seis puntos de las conversaciones de paz que llevan adelante el gobierno y la guerrilla. Es relevante a nivel internacional ya que Colombia, junto con Perú, es el principal productor de cocaína en el mundo, con 309 toneladas y 48.000 hectáreas sembradas, según la ONU.
En un comunicado conjunto, se estipula que “el compromiso de las FARC-EP de contribuir de manera efectiva con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, y en un escenario de fin del conflicto,poner fin a cualquier relació n, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno”. El jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, dijo que “tanto el gobierno como las FARC reconocen que el fenómeno del narcotráfico ha alimentado el conflicto en Colombia”.
En forma paralela a este anuncio, las FARC declararon conjuntamente con la guerrilla del ELN una tregua unilateral “electoral” de ocho días entre el 20 y el 28 de mayo en Colombia. Según ambos grupos armados, la decisión fue adoptada porque “muchas voces” se levantaron pidiendo un cese de las hostilidades en la última parte de la campaña electoral, por lo que se atendió el clamor, a pesar de que “la insurgencia no cree en el régimen electoral colombiano”.
Se trata de la tercera tregua unilateral que declaran las FARC desde que trasladaron las negociaciones con el gobierno colombiano a La Habana en noviembre de 2012. En Colombia, muchos analistas estiman que estos anuncios son parte de una estrategia política oficial para captar el voto popular ante las presidenciales del próximo 25 de mayo, donde Santos buscará su segundo mandato. Su rival es Oscar Iván Zuluaga, del partido de derecha Centro Democrático.
El Clarín