21:40 En un nuevo tono optimista, el presidente Barack Obama prometió el lunes que las “cosas volverán a la normalidad” en las costas del Golfo de México y el mar quedará mejor que antes del catastrófico derrame petrolero de BP.
Dijo que es seguro comer los mariscos en el golfo y que su gobierno está redoblando las inspecciones y para asegurarse que ello continúe así.
Y la Casa Blanca informó el lunes que había obtenido un aparente acuerdo de parte de BP PLC con el fin de establecer un multimillonario fondo independiente de compensación para la gente y los negocios que están sufriendo a consecuencia de los efectos del derrame.
El mandatario dijo que la meta es pagar las demandas legítimas en forma “justa, imparcial y pronta”, e indicó que confía “en que tendremos capacidad para dejar la costa del golfo en mejor estado que como estaba antes”.
El compromiso de Obama hizo recordar las palabras de su predecesor George W. Bush de que la región quedaría reconstruida “incluso mejor y más fuerte” que antes del huracán Katrina en el 2005. Bush incumplió su compromiso y Obama no explicó cómo lograría concretar el suyo.
En su intento por convencer a la atemorizada población del litoral del golfo y a una nación escéptica de que él está al mando de las acciones frente el desastre, Obama ha organizado varios recursos a su disposición: una visita de dos días a bordo del avión presidencial, un recorrido en helicóptero y bote por la región, un discurso la noche del martes en horario estelar desde la Oficina Oval _un escenario importante, simbólicamente_ y un debate frente a frente en la Casa Blanca con directivos de la British Petroleum, que alquiló la plataforma petrolera que estalló el 20 de abril y causó la fuga de millones de litros de crudo en el mar con la subsecuente devastación en las costas.
Desde una enorme instalación cercana al mar, una de las 17 donde se preparan las cuadrillas de trabajadores y el equipo para la limpieza del crudo, Obama emitió declaraciones que combinaron el optimismo basado en los más recientes resultados con las advertencias de que la recuperación tardaría algo de tiempo.
“No puedo prometerle a la gente aquí en Theodore ni a la de toda la costa del golfo de que el crudo será limpiado de la noche a la mañana. No será así”, expresó Obama tras alentar a un grupo de trabajadores con casco que limpiaban y reparaban una valla flotante para la contención de crudo. “La situación será dolorosa para muchas personas”.
En Washington, una comisión del Congreso señaló en documentos que semanas antes a la fuga del pozo petrolero, BP adoptó medidas para reducir costos mientras afrontaba problemas por los que un ingeniero calificó a la plataforma como una “pesadilla de pozo”.
El comentario del ingeniero de BP, Brian Morel, estaba contenido en un correo electrónico fechado el 14 de abril, seis días antes de la explosión en la plataforma Deepwater Horizon en la que perecieron 11 personas y que dio inicio al peor desastre ambiental en la historia de la nación.
En la costa del golfo, Obama puso énfasis el lunes en los mariscos de la región, un sector que ha suscitado la desconfianza en todo el país, aunque el mandatario dijo que esos alimentos son seguros para el consumo humano. Subrayó que de hecho el comió tartitas de cangrejo, camarones fritos y emparedados con ensalada de camarones, y aseguró que todo le pareció “delicioso”.
En un intento `por atemperar aún más los temores, el presidente anunció lo que describió como “la iniciativa de una agencia integral y coordinada de varias entidades” para la protección del sector vinculado a los mariscos que es el orgullo y el motor económico de la región. La iniciativa prevé mayores inspecciones a instalaciones y vigilancia de las especies capturadas fuera de la zona contaminada.
“Esto (la iniciativa) es importante para los consumidores, que necesitan saber si sus alimentos son seguros, pero también es importante para los pescadores y empacadores que necesitan vender sus productos con confianza”, dijo Obama.
“Déjenme poner algo en claro: hoy se pueden consumir con seguridad los mariscos capturados en el golfo, pero necesitamos garantizar que conservarán esa condición”.
Un consejo que representa a pesacadores comerciales y recreativos se reunió el lunes con autoridades federales del Servicio Nacional de Pesca Marina y de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera en la vecina localidad de Gulfport, Misurí.
Los integrantes del consejo se quejaron de que el gobierno no ha tomado suficientes muestras de los mariscos que son capturados en la zona.
Ninguna de las agencias federales ha detectado toxinas peligrosas en las muestras de pescados, mariscos y otras especies marinas.
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