¡Las calles de Oaxaca se visten de color, fiesta y alegría!

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Son las 18:00 horas. Se escucha el sonido de la banda. Miles de oaxaqueños y turistas comienzan a concentrarse en el Andador Turístico para presenciar el inicio del desfile de las 24 delegaciones participantes de la Octava de la Guelaguetza, en el segundo Lunes del Cerro. Encabezados por la representante de la Diosa Centéotl, Evelyn Acosta López, recorren en animada Calenda las calles del Centro Histórico para confluir en el zócalo, donde cientos los admiran.

 

El contingente de las representaciones parte de la Cruz de Piedra, al norte de la ciudad, ya en el barrio de Xochimilco. Valerosos danzantes y mujeres con gran garbo, ataviados con sus trajes tradicionales, toman la calle y dan color y alegría a la fiesta que tradicionalmente antecede a la presentación del lunes, en el Auditorio Guelaguetza.

Las calles atestadas, con visitantes de diferentes nacionalidades, son testigo de las interpretaciones, bailes y presentes que a su paso van entregando las delegaciones regionales. Las calles retumban por la música que finamente interpretan las bandas de música de viento acostumbradas a tocar mientras caminan.

El Gobernador del Estado, Gabino Cué Monteagudo también participa de esta fiesta. Desde el Zócalo capitalino, espera el arribo de los embajadores de las 17 etnias de Oaxaca, que nuevamente mostrarán al mundo la más grande ofrenda de hermandad y ayuda. Como invitados especiales están los actores Alejandro Camacho, Susana González y Chantal Andere, así como Nuestra Belleza México 2011, Karina González.

Los cohetones surcan el cielo anunciando que ya se acerca el convite. El mandatario se prepara para recibir su guelaguetza, cantar al ritmo de la Canción Mixteca y escuchar los  picantes versos de las delegaciones de San Pedro Pochutla y Putla de Guerrero.

¡Viva la Guelaguetza! ¡Viva Oaxaca! vitorean los jóvenes y mujeres representantes de las regiones del estado, quienes ganan aplausos y gritos de cada uno de los asistentes que se arremolinan en el zócalo, el Palacio de Gobierno y la Alameda de León.

Las Chinas Oaxaqueñas con sus canastas multicolores muestran el júbilo con que la mujer de los Valles Centrales realiza sus actividades diarias. San Jerónimo Tecóatl,  representa la solemnidad y misticismo de la mazateca oaxaqueña.

Guerreros danzantes hacen su arribo, elevándose por los aires con penachos coloridos con las delegaciones de San Bartolo Coyotepec y San Jerónimo Tlacochahuaya, quienes son seguidos por bailarines de Tlaxiaco, herederos de la Cultura Mixteca.

Atrás, va San Pablo Villa de Mitla y avanzan los de la tierra de “los jamás conquistados” representados ahora por Santa María Tlahuitoltepec y San Pedro y San Pablo Ayutla Mixe. Les siguen Santo Tomás Ocotepec y continúa Juchitán de Zaragoza y Asunción Ixtaltepec, que muestran a sus mujeres hermosamente ataviadas con sus trajes de gala.

Con las notas del Jarabe Usileño, hace su arribo la delegación de San Felipe Usila, famoso por su tradicional Caldo de Piedra, y procedente de la región de la Sierra Sur llega Miahuatlán de Porfirio Díaz con el Palomo Miahuateco.

Amenaza con llover. Un ligero aire frío abraza a la ciudad de Oaxaca, pero ni aún así merma el ánimo de la gente, que recibe gustosa a jóvenes y señoritas de la Villa de Tututepec de Melchor Ocampo, seguidos por los de Santo Tomás Ocotepec con su Baile de la Aguja.

Es tanta la animación que muchos de los presentes se suman a los grupos folklóricos y bailan al compás de los sones, jarabes y demás bailes que ejecutan los integrantes de las delegaciones. El Gobernador del Estado no se resiste a participar en la Calenda oaxaqueña, recogiendo aplausos, vivas y palabras de reconocimiento.

Hace su luminosa aparición el resplandor istmeño a través de las delegaciones de Unión Hidalgo y Santo Domingo Tehuantepec, quienes con magistral cadencia recorren las calles entonando La Sandunga.

Altivas y orgullosas, las mujeres de Putla de Guerrero siguen con la fiesta; el Jarabe del Valle vuelve a escucharse, y esta vez se trata de los representantes de Santo Tomás Mazaltepec y San Sebastián Tutla.

No menos importante es la algarabía que le imprimen mujeres y hombres de Santos Reyes Nopala, para después dar paso a la Flor de Piña de San Juan Bautista Tuxtepec, delegación que pone a bailar y a mover los brazos de decenas de personas.

La gallardía de los serranos se manifiesta con San Andrés Solaga y el candor y picardía de la Costa con San Pedro Pochutla y San Pedro Tututepec.

Ya entrada la noche, el recorrido llega a su fin, con las calles abarrotadas de gente que ha venido una vez más, como desde hace 80 años, al encuentro con la cultura y costumbres oaxaqueñas. La música de banda retumba en las paredes de la iglesia Catedral y el templo de La Compañía de Jesús, también de fiesta por el onomástico de San Ignacio de Loyola.

Oaxaca está de fiesta nuevamente. Este lunes 30, desde temprana hora, nuevamente hermanos de todas las regiones subirán al Cerro del Fortín, entregarán sus bailes y su música para recordarle al mundo que es posible vivir en paz, en un ambiente de fraternidad y apoyo mutuo, significado profundo de la Guelaguetza, celebración única en México y América Latina.