Es curioso observarlo, pero no siempre son las cosas como parecen, por ejemplo, el señor Blanco es moreno, la señorita Alegría esta generalmente triste, el señor Delgado es más gordo de lo que pensábamos y la señora Victoria se queja de su tendencia a fracasar…
Los pinceles de pelos de camello son en verdad de pelos de ardilla. Los sombreros de Panamá se hacen en Honduras. El limón contiene químicamente más azúcar que un durazno, y Sócrates jamás pronunció la frase “sólo sé que no sé nada”. Era una frase que estaba escrita en el templo de Delfos.
La lechuza, que es el símbolo de la sabiduría, no sabe ni fabricar su nido, pone sus huevos en nidos ajenos y abandonados. Los tiburones, tan perseguidos por la vitamina A de su hígado, buenísima para la vista, son casi ciegos. Así pues, las apariencias engañan.
El mundo está hecho de cosas ilusorias, y la ilusión siempre tratamos de convertirla en realidad. Si somos rubios, queremos aparentar ser morenos. Si somos de pelo negro, pues… a pintarlo de rubio. Todo por esta magia de la apariencia. Si somos ricos, nos encanta presumir de pobres, y si pobres, de dar la idea de ricos. Es como las empresas de productos de belleza, lo que venden, no son cremas rejuvenecedoras, sino ilusiones.
Es lo mismo con los políticos, todo el tiempo nos están vendiendo ilusiones, y lo peor, se las compramos.
Dentro del Gabinete de Gabino Cué, hay muchas apariencias. Cuando Gabino Cué, tomó posesión como gobernador, nos dijo que estarían con él los mejores hombres, los más capaces, los más reconocidos en cada área de trabajo. Durante su primer año de su administración, ninguno de sus brillantes funcionarios dio pie con bola.
Ustedes se han de acordar que en los primeros meses de este gobierno estatal se descubrieron los títulos apócrifos de personajes enclavados dentro de los puestos más importantes. Ésa fue la primera baja que tuvo este gobierno dentro de sus primeros días.
En la campaña de Gabino Cué se pregonó mucho que los delincuentes de cuello blanco tenían que pagar por sus delitos. Pasaron los días y nuestro gobierno dio muestras verdaderas que protegía a los altos ex funcionarios de la administración pasada.
Fue tanto el escándalo por la ineficacia de este gobierno, que el mismo gobernador tuvo que salir a decir en su primer año de gobierno, que los integrantes de su gabinete estaban “en la curva del aprendizaje”. Han pasado más de tres años y los funcionarios aún no han aprendido.
A veces el maquillaje se cae y se descubre lo que hay atrás de él. Hoy sabemos también, que detrás del maquillaje de la sección 22, sus luchas ya no son las mismas que hace quince días nos las gritaban en los oídos. Hoy, su lucha es hacia intereses políticos en beneficio del ex gobernador José Murat Casab.
Incluso, Rubén Nuñez Ginez, líder de la Sección 22, prefiere pasar por tonto, a descubrir a su jefe José Murat con esta declaración: Fuimos a sus oficinas (refiriéndose al Senador Eviel Pérez Magaña y al Diputado Samuel Gurrión, después de destruir sus oficinas) porque ellos impusieron reformas estructurales que no están de acuerdo a las características de un país, y eso no le conviene a la sección 22.
Impusieron, dijo. Como si el senador y el diputado, tuvieran tanto poder para decidir sobre todos los que votaron a favor de la Reforma Educativa.
De verdad que las apariencias no duran mucho tiempo.
Las apariencias: Horacio Corro Espinosa
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