A nombre de la Secretaría de las Culturas y Artes (SECULTA), su titular, Alonso Aguilar Orihuela lamentó el fallecimiento del juchiteco Víctor de la Cruz, destacado poeta, traductor, investigador, lingüista, historiador y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), quien falleciera este miércoles en esta capital.
“La muerte de Víctor de la Cruz nos llena de pesar pero también es el momento de reflexionar en las grandes aportaciones de este intelectual oaxaqueño de la lengua”, refirió Aguilar Orihuela acerca de este destacado oaxaqueño, cuya aportación no sólo se limita a la formación de generaciones de escritores y poetas sino de lingüistas.
Agregó que De la Cruz fue “una persona muy cercana a procesos sociales importantes vividos en Oaxaca como la COCEI (Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo de Tehuantepec), muy cercana a otros artistas oaxaqueños como Francisco Toledo, una persona que se preocupó durante toda su vida por defender la valía de la cultura zapoteca”.
“Fue importante no solamente para su generación sino para generaciones subsecuentes de investigadores que han visto en los libros de Víctor de la Cruz fuentes de investigación documental”, resaltó el secretario sobre el valioso legado de De la Cruz.
Sobre este mismo aspecto, Aguilar Orihuela describió al escritor como “un autor inteligente, un autor que tocó aspectos sociales lo mismo que aspectos literarios y aspectos académicos en su creación, reconocida incluso a nivel nacional por instituciones como el CONACYT”.
Víctor De la Cruz nació en el municipio de Juchitán de Zaragoza y cursó la licenciatura en Derecho y un doctorado en Estudios Mesoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México. Se distinguió como un destacado protector y promotor de su lengua materna, el zapoteco.
En el Instituto Tecnológico del Istmo, fue profesor de Filosofía, Historia y Redacción de 1974 a 1979, y maestro en el programa de formación profesional de etnolingüistas del Centro de Investigaciones Superiores, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre 1979 y 1980.
Fue asesor del Centro de Investigación y Desarrollo “Binnizá” A. C. y del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) en Oaxaca.
Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, italiano y alemán. Algunos de ellos son “Primera voz” (1968), “El problema de la validez del derecho” (1973), “Diidxa’ sti’ Pancho Nácar” (1973-1982), y “Los niños juegan a la ronda” (1974).
Asimismo se encuentran en su haber “Cuatro elegías” (1979), “Dos que tres poemas” (1979), “Canciones zapotecas de Tehuantepec” (1980-1983), “Corridos del Istmo” (1980-1983), “Las guerras entre aztecas y zapotecas” (1981) y “La rebelión de Che Gorio Melendre” (1983).
De igual manera es autor de “Antología literaria de Oaxaca” (1993), “Aspectos históricos de la educación en Oaxaca”, “La educación en las épocas prehispánicas y colonial en Oaxaca” (1989), “Jardín de cactus” (1991), “La flor de la palabra” y antología bilingüe de la literatura zapoteca” (1999), entre otros.
Entre los premios y reconocimientos que recibió se encuentran el Nacional de Ensayo para el Magisterio, el Casa Chata, un reconocimiento al Mérito en Investigación Científica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y el Premio Francisco Javier Clavijero.