Lambiscones en la toma de Alejandro Avilés: Horacio Corro Espinosa

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En el libro El laberinto de la soledad de Octavio Paz, dice que “El servilismo ante los poderosos (…) es una de las deplorables consecuencias (…) que el pueblo llama, muy atinadamente, ‘lambiscones’” (de lamer).

La lambisconería a la que se refería el Nobel mexicano hace 67 años, es una de las causas del desastre nacional.

En todas partes existen un montón de serviles, lambiscones, barberos, aduladores, lamesuelas, hueleatrás, lisonjeros entre otro montón de adjetivos que no mencionaré porque pueden resultar ofensivos.

Todos estos sujetos que gozan de ese don, salen de sus escondites y se reúnen casi siempre en el sitio preciso para hacer lo que saben: agasajar y dejar a un lado sus ideales y hasta su personalidad con tal de agradar a quien consideran superior jerárquica y políticamente, pues creen que con su lamido podrán crecer.

El 1 de agosto, Alejandro Avilés tomó protesta como delegado de Sedesol en Oaxaca. En este evento se reunieron no solo los que tenían que estar, sino también los que no eran necesarios para estar, pero llegaron por si se le ofrecía al que recibió “la amable distinción que tuvo en mi persona para encomendarme a Oaxaca”. Así lo dijo Avilés. Y agregó: “vamos a cumplir en esta encomienda porque Oaxaca necesita el esfuerzo de todos para integrarse al desarrollo del país.”

La pregunta es: ¿de cuándo a acá este hombre se ha preocupado por Oaxaca? ¿De cuándo a acá él ha peleado por su dignidad? Ha preferido humillarse, arrastrarse, aguantar mentadas, recibir escupitajos y lo que sea, con tal de mantenerse en el poder. Entonces, ¿con qué carácter va a poder llevar al desarrollo a la entidad?

Si Avilés ha sido indigno a su misma persona, imaginen las características o las cualidades de muchos de los que fueron a arremolinarse en su toma de protesta.

No dudo que también llegó al evento mucha gente despistada o morbosa, que solo fue a ver el circo de antier.

¿Cuántos de los que le fueron a besar la mano no le dieron la espalda cuando lo destituyeron como Secretario General de Gobierno? Esos, estuvieron allí también, y Avilés les extendió la mano porque ninguno de ellos sabe lo que es la lealtad ni lo que es tener legítima pasión y humanidad por Oaxaca. Rodearon y respaldaron a quien ha pasado por los escándalos más sonados de Oaxaca porque tampoco conocen lo que es la ética política.

La toma de protesta a Avilés, no fue por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) sino por el PRI, pues todo el acto estuvo confeccionado con ese sarro priísta —rancio y acedo— que los oaxaqueños no se han podido liberar de él.

Hay rastreros naturales y rastreros con intenciones de fondo. Éste último es un barbero por convicción y por conveniencia, y para eso se necesita tener algo de astucia, intuición y hasta una poca capacidad de análisis.

El titular de la Sedesoh, Raúl Bolaños Cacho, dijo antes de tomarle la protesta a Avilés, que “Oaxaca está de fiesta porque se reincorpora al servicio público una persona de reconocida experiencia, de probada inteligencia y audacia y por qué no decirlo, agregó, de entrañable amistad.”

Un circo. Sí, ese fue el resultado de antier. Allí estuvieron personajes de otros partidos políticos que en su oportunidad le han dado su fuerza al PRI. Tampoco faltaron los delincuentes, bandidos, tramposos, ventajosos que se han alquilado a favor del PRI y han traicionado al partido que representan.

Tal vez por ese tipo de actividades nada honestas que han desarrollado en su momento, se sintieron con derecho a estar con su “amigo” Avilés.

Pero me hago una pregunta que creo que es necesaria hacerla: ¿Quién es más culpable de que Oaxaca esté como está, el que lame o el lamido?

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