La venezolana Estefanía Fernández entregará la corona de Miss Universo el próximo 23 de agosto y lo hará sin más remedio, porque asegura que la experiencia la ha hecho madurar y si pudiera, repetiría.
El lunes 23 de agosto la cadena Telemundo transmitirá la próxima entrega del concurso de belleza Miss Universo desde el Mandalay Bay Resort & Casino en Las Vegas.
Esa noche, el mundo detendrá la respiración durante esos agonizantes segundos finales, cuando se anuncia a la nueva reina de belleza.
Pero pocas personas tendrán más sentimientos encontrados que Estefanía Fernández. Y es que la joven de 19 años, que orgullosamente ha llevado la corona durante doce meses llenos de emociones, esa noche deberá entregarla a su sucesora.
“La verdad, me siento triste”, señaló a Efe la bella representante de Mérida, Venezuela.
“Es una sensación agridulce, porque por un lado, siento que he trabajado mucho por las causas que me interesan. Pero por el otro, ha sido una aventura maravillosa que no quiero ver terminar. Si voy a ser honesta, ¡quiero repetirlo!”
Para Fernández, que siempre ha sentido una gran pasión por viajar, el título le ha servido de pasaporte para conocer el mundo.
“Desde chiquita me gustaba escuchar a mis mayores hablar de sus viajes, y yo soñaba con hacer lo mismo. Y ahora puedo decir que he estado en todas partes: India, África, Europa… He aprendido de muchas culturas y países diferentes. Gané el título cuando tenía 18 años, y la verdad es que estas experiencias te hacen madurar. Hasta mi mamá me ha dicho cuánto he crecido como persona”.
Vale aclarar que Fernández nunca fue la típica adolescente que no sabe qué rumbo tomar con su vida. A los 16 años se fue de su casa con una meta: competir en diferentes concursos de belleza, como una especie de preparación, hasta alcanzar su sueño: llevar sobre su cabeza la corona de Miss Universo.
En eso, nada ni nadie la detendría. Cuando un juez le dijo que ella no tenía futuro en esta clase de concursos, Estefanía no se dejó amedrentar; la espigada morena simplemente redobló sus esfuerzos.
“Por suerte, muchas personas me retaron para que abandonara mi sueño. Eso me dio otra razón para jamás rendirme”, aseguró.
Ese mismo tesón lo ha dedicado a luchar por las causas más cercanas a su corazón: “Quiero trabajar por los niños de África y concientizar al mundo sobre el sida”, expresó con la pasión que la caracteriza cuando habla de los más vulnerables y necesitados.
“Es importante que la gente se eduque sobre esta enfermedad, para que se acabe el estigma y paren la discriminación”.
Para ello trabaja con diferentes organizaciones como Latino Commission on AIDS, AIDS Free y Gay Men’s Health Crisis.
Otra de sus pasiones es ayudar a los niños a desarrollar su capacidad creativa a través del arte. Es por eso que en su tiempo libre trabaja como voluntaria con la organización “Piensa en Arte”.
“Trabajé con ellos en Venezuela, y vi el cambio en los niños. Incluso los que eran agresivos dejaron de serlo, y se expresaban a través de sus dibujos”, apuntó.
En cuanto al tema de los concursos de belleza y aquellos que los critican por reducir a la mujer a su apariencia física, Estefanía tiene mucho que decir: “En estos concursos no solo se busca a una mujer linda, sino una mujer con inteligencia e inquietudes. En la India, si vas a tener una niña, la matan. Entonces yo uso esta plataforma para dejarle saber al mundo que la mujer también es importante”.
Después de tanto trabajo, Fernández, que acaba de abrir una cuenta de Twitter para mantener el contacto con sus seguidores, asegura que, después de entregar la corona, solo desea tomarse unas vacaciones. “Recuperarme de no dormir”, dijo riendo. “Pero después, voy a seguir trabajando”.
EFE