La trata de personas representa una forma moderna de esclavitud y abordar esta problemática social permite evidenciar esta realidad que enfrentan mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes en todo el mundo al ser explotados sexualmente y utilizados en trabajos forzados, de servidumbre y matrimonio servil.
En la mesa de análisis sobre la situación y perspectiva de este delito, la cual fue convocada por el Instituto Municipal de la Mujer (IMM), su titular Iliana Araceli Hernández Gómez y el maestro William Méndez García del Foro Permanente de Abogados, compartieron los ordenamientos legales que tipifican esta práctica, los retos y efectos que provoca el victimario.
Entre los que destaca la Ley General de Víctimas y la Ley para prevenir, sancionar y erradicarlos delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia de las víctimas de este delito.
Lo anterior, debido a que en cualquier lugar de la entidad y la ciudad pudiera existir un caso de esta violación que puede sucederle a cualquier persona, debido a que se convierten en víctimas principalmente quienes son engañadas por la propia pareja, a quien consideramos nuestro amigo e incluso por aquellas que contactan por internet para ofrecer un supuesto trabajo o iniciar una relación amorosa.
Por tanto, esta práctica manifiesta todos los tipos de violencia: sexual, física, psicológica, económica y patrimonial, los cuales están ligados principalmente a la pobreza, marginación y falta de educación.
De ahí el interés de motivar la participación ciudadana para que sean los alumnos, mujeres, hombres y jóvenes quienes repliquen este mensaje que promueva el rompimiento con la ley de la oferta y la demanda, a la vez de incentivar la comunicación desde el hogar.
En este sentido, en este espacio llevado a cabo en la Casa de la Ciudad se compartieron ejemplos de trata de personas:
- Realizar trabajos extenuantes sin pagos ni servicios médicos.
- Emplear a niñas y niños sin enviarlos a la escuela.
- Someter a prostitución o explotación sexual a una persona sin importar su edad.
- Obligar a personas menores de edad con discapacidad o adultas mayores en situación de vulnerabilidad a pedir dinero en las calles.
- La utilización de personas menores de 18 años en actividades delictivas.
- Las adopciones ilegales.
- El matrimonio forzado de niñas y mujeres.
- Tráfico de órganos y experimentos con seres humanos.
Los efectos de este delito provocan una severa violación a los derechos humanos, daño físico, psicológico o sexual prolongado o permanente, muerte, cosificación de las personas y dificultades de reintegración a la vida cotidiana.
Para denunciar este delito puede hacerlo en la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos contra la Mujer por Razón de Género, localizada en la calle Armenta y López número 700, colonia Centro, con el número telefónico: 51 4 72 14 y 51 4 77 59.
Además de la Fiscalía Especializada en Justicia para Adolescentes que se ubica en el Centro Administrativo del Poder Ejecutivo y Judicial General Porfirio Díaz, edificio A Jesús “Chuy” Rasgado primer nivel, en su número telefónico 501 69 00 extensión 20467.