* El proyecto medioambiental aborda, en otras palabras, un producto icónico de la agricultura y la tradición cultural oaxaqueña en una plataforma que permite visibilizar estrategias útiles para reducir el deterioro del medio ambiente.
* Con actitud cuasi dogmática la mercadotecnia ha conseguido que cuatro generaciones hayamos creído que la solución para satisfacer las necesidades de vivienda está en los materiales industrializados que dependen de los hidrocarburos.
Una opción para la construcción de vivienda está en los procesos y materiales utilizados a lo largo de milenios como la arcilla, la arena y las fibras vegetales, afirma Mauricio Cervantes, promotor de Complejos escultóricos en arcilla y fibras vegetales.
La Presentación del proyecto La tierra es cruda… y sin embargo se mueve, al interior del Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, del 28 de octubre de 2018 al 13 de enero de 2019, busca recordar que un tercio de los seres humanos que estamos de paso por el planeta vivimos en casas hechas de tierra.
Ferviente promotor de la multiplicación y diversificación de los públicos con el sello medioambiental del proyecto aborda, en otras palabras, un producto icónico de la agricultura y la tradición cultural oaxaqueña en una plataforma que permite visibilizar estrategias útiles para reducir el deterioro del medio ambiente.
Denuncia que con una actitud cuasi dogmática la mercadotecnia ha conseguido que al menos cuatro generaciones hayamos creído que la solución para satisfacer las necesidades de vivienda está en los materiales industrializados que dependen en gran medida de los hidrocarburos.
Del mismo modo, agrega, los zares de la agroindustria han querido convencernos del uso de semillas y polinizadores transgénicos como alternativa para darle de comer a los seres humanos.
Las verdaderas respuestas para dar cobijo y sustento a los pasajeros que transitamos por el planeta están en el respeto a la tierra, al agua y a los procesos que contemplan un uso moderado de los recursos; en consecuencia, los que velan por la salvaguarda de todas las especies vegetales y animales, así como sus ecosistemas.
Los complejos escultóricos están dispuestos cual intervenciones hechas de tierra cruda y fibras de maguey que recrean procesos bio-constructivos de la arquitectura vernácula.
El juego de conceptos en el título La tierra es cruda… y sin embargo se mueve, alude a la posición que Galileo sostenía en contra de los dogmas instituidos por la iglesia, sobre el movimiento de la Tierra en relación al sol. La historia y la ciencia le darían la razón al astrónomo italiano.
La principal consigna de las intervenciones escultóricas es crear objetos artísticos de bajo impacto ambiental a partir del uso –entre otros- de los subproductos de la destilación del maguey: el bagazo y las vinazas.
Estos se mezclan con arcillas y arenas mediante sencillos procedimientos mecánicos como los aplicados para la producción de cob (arcilla, arena, paja y barro común de tierra), adobes y otros materiales constructivos.
Las investigaciones científicas sobre los subproductos y su comportamiento con las tierras son una iniciativa del arquitecto Alejandro Montes González, Fundador y director del Consultorio de Asesoría Arquitectónica (COAA).
Montes González ha sido ponente en conferencias acerca de la construcción regional y colaborativa en la Universidad Autónoma Metropolitana y la UNAM, así como en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana donde actualmente realiza su maestría; con estudios de especialización en cubiertas ligeras por la Universidad Nacional Autónoma de México, ha socializado este conocimiento a través de las campañas educativas y la construcción de viviendas suscitadas por los terremotos de 2017.
Éstas han sido auspiciadas y difundidas entre otros por el Centro Cultural Bacaanda AC, destiladores de agave como John Fagan de Sombra Mezcal y por promotores de la bioconstrucción como Pedro Pizarro Villalobos, quien ha supervisado la construcción de todas las esculturas presentes en la muestra.
Otros destiladores de mezcal se han aliado para generar los contenidos de la exposición que hace gravitar, alrededor de la tierra cruda, iniciativas preocupadas por la restauración de los paisajes de los Valles Centrales de Oaxaca.
El objetivo fundamental es lograr la conservación de los mantos hídricos y la reforestación con las distintas especies de agaves endémicos: plantas icónicas para la cultura y la biodiversidad oaxaqueña.
La obra culminante de la exposición es la video-proyección de la coreografía del mismo nombre -La tierra es cruda… y sin embargo se mueve- de Tania Galindo y Mauricio Cervantes, grabada y editada por Leonardo Delgado en un espacio escénico recreado con una embarcación de tierra cruda.
La faceta mitológica de los agaves es condensada en otro video -El agave y las ninfas- resultante de la colaboración de Mauricio Cervantes con Gerardo Audiffred. Los materiales y los procesos constructivos de las esculturas fueron capturados por la lente de Daniel Molina, participante en casi todas las experiencias de Matria Jardín Arterapéutico, desde 2012.
Son notables en dos de las instalaciones, la participación de músicos como Shirley Hunt, Roberto Gopar y la compositora Mariana Villanueva Conroy.
Las estrategias de Matria Jardín tienen entre sus premisas, sacar el arte de los espacios canonizados que de manera natural los reciben, o de llevar a gremios o agrupaciones ajenos al mundo del arte a los espacios, cuya vocación habitual se reduce a las más altas expresiones de la cultura.
Por esa razón, se han llevado las expresiones más refinadas de la producción artística, a huertos urbanos, cementerios o plantaciones agrícolas, como de igual modo, en esta ocasión, Matria lleva a actores de la producción de la destilación del maguey.
Las estructuras de las esculturas las producen herreros oaxaqueños, verdaderos artífices del metal que combinan los oficios que solo podrían aprenderse en astilleros y en talleres de orfebres.
El metal es el único material producido y trabajado a través de procesos industriales.
El resto de los materiales: las arcillas, la arena y las fibras vegetales generan en conjunto una huella de carbono cercana a cero.
@efektoaguila