A pesar de que toda la clase política oaxaqueña parece afirmar de manera unánime sobre la necesidad de resolver primero la sucesión de las diputaciones federales del 2015 antes de hablar del relevo del gobernador en el 2016, la carrera por ser el sucesor de Gabino Cué Monteagudo es ya una abierta lucha adelantada desde varios frentes, tanto por presuntos candidatos del PRI, como desde las filas de los partidos PAN y PRD, sustancialmente. Hoy vemos ya manifestaciones de personajes en la ruta, así como de sus equipos trabajando por esas candidaturas previas; muchos ya colocan estrategias, personajes en puestos clave, y circulan comentarios en todos los sentidos. Si bien es verdad que el primer paso político lógico y necesario es conocer el resultado de la próxima bancada federal de diputados en el Congreso de la Unión a elegir en el 2015, y que esta situación puede mover las piezas para definir de manera plena a los candidatos de la gubernatura, la realidad política de la entidad ya ha comenzado a abrir espacios para personajes con intenciones manifiestas, y es necesidad de los análisis políticos comentar y poner sobre la mesa los distintos factores influyentes en estas acciones, así como en sus grupos y corrientes de apoyo para cada uno de los probables candidatos, lo cual nos llevará a una conclusión –considero yo- de que no será un asunto nada fácil. Vamos por partes.
EL MAGISTERIO, UN FACTOR
No cabe duda que uno de los primeros factores para determinar al candidato a gobernador es la ruta del magisterio contra la federación en el tema de los aspectos de la Reforma Educativa durante el 2015. Muchos de los aspectos de la Reforma convertida en Ley Suprema ya se aplican en Oaxaca desde septiembre del año pasado; sin embargo, la verdadera prueba del ácido en este sentido será el próximo 15 de enero cuando la Secretaría de Educación Pública, SEP, es decir, la federación, tome el control del punto neurálgico del magisterio en general y en específico del de Oaxaca: el dinero. Es en esa fecha cuando la nómina de la Sección 22, como la de todos los maestros en el país, comenzará a ser pagada desde la Ciudad de México. El primer punto clave de esta acción es relativamente más sencillo de resolver que el segundo; en primer término, la federación podría aceptar no concluir un censo por el Inegi, como lo estipula la Reforma, al menos por este año, y utilizar para el pago de esa nómina fatal el famoso “plantilleo”, o lista levantada por la propia Sección 22 de su censo de maestros, en sustitución del censo del Inegi hoy inconcluso, con la característica que esas listas de personal las entregarían los maestros sin ninguna revisión para saber si es real o inflada. Los hechos recientes de asesinatos y desaparición de normalistas en el estado de Guerrero han creado una situación muy tensa a nivel nacional e internacional y difícilmente se prevé un enfrentamiento con el gobierno federal y la Sección 22 en enero de 2015; es más fácil y barato pagar ese plantilleo, que provocar una revuelta social por ese motivo. Sin embargo, la segunda parte de esta acción de jalar la nómina al gobierno federal tiene otro problema más complejo de solucionar, pues cada año una de las principales fuentes de financiamiento para el sindicato magisterial, de cientos de millones de pesos, es generar nuevas plazas desde los once niveles de mando del Instituto Estatal de Educación Pública, IEEPO, los cuales en lugar de estar en manos del patrón gobierno, están en manos del sindicato, quienes otorgan plazas nuevas sin tener techo presupuestal ni importarles rebasar las formas administrativas para nombrar nuevos trabajadores. Al no poder realizar esos nombramientos a partir de enero, perderán una de sus fuentes más importantes de ingresos por venta de plazas y utilización de recursos obtenidos para cubrir esas plazas patito, y eso sí será de antología ver como reaccionarán a ese recorte, el cual, por cierto, significa que el IEEPO pierda toda su fuerza y sentido de existir. Olvídese Usted, amigo lector, del plantilleo o la falta de censo real, eso ya existe en parte; el verdadero reto es desmantelar el negociazo de asignación y venta de plazas para los años futuros. De esta manera, según se resuelva durante los próximos meses la relación gobiernos federal y estatal con el magisterio, se abrirá el camino para el futuro candidato a gobernador, quien sin lugar a duda, debe tener la característica de poder ser interlocutor aceptado por y con el magisterio ¿A quién de los identificados como contendientes actuales ve Usted, amigo lector, con esa facultad?
LOS DIPUTADOS FEDERALES, OTRO FACTOR
La actual bancada de diputados federales es en su mayoría –presuntamente- de izquierda, pues sólo Samuel Gurrión Matías logró un escaño para el PRI, de once, en el método de votos en urnas; prácticamente todos los diputados restantes de la coalición de izquierdas han reconocido el gran impulso de Andrés Manuel López Obrador en el pasado proceso para lograr sus triunfos electorales, incluso de los dos senadores de mayoría, Ángel Benjamín Robles Montoya y Adolfo Romero Lainas. Sin embargo, la bancada actual de estos diputados no construyeron y menos cuajaron una política de izquierda que construya cuadros para asentar una política de futuro, es decir, se encerraron en sus actividades individualistas y nunca crearon un consenso permanente con el gobernador Cué para lograr una continuidad en las elecciones venideras. Por tal razón, los resultados en el 2015 para el relevo de estos legisladores federales no tienen ninguna tendencia, o dicho de otra forma, puede ganar cualquiera en cada distrito, tanto el PRI, como el PAN, PRD o incluso alguno de los partidos nuevos y muy probablemente se imponga a final de cuentas el candidato más que el partido. Porque si bien ni los diputados actuales ni el gobernador han creado esos cuadros y políticas a futuro para ganar elecciones, tampoco el PRI lo ha hecho; su dirigente estatal actual, Héctor Ánuar Mafud Mafud es un auténtico cadáver político, sin mayor influencia ni productividad electoral, cuya estrategia más conocida son largas pláticas inútiles en el restaurante Asador Vasco, sin incidir en ninguno de los grupos o sectores de ese partido en ninguna parte del estado; realizan una labor mucho más intensa la CNC y la CNOP que el propio Comité Ejecutivo Estatal de Mafud. Así, la incógnita de candidatos primero, y luego la de diputados ganadores es una suerte de enigma sin predicciones; pero sí es un hecho absoluto la indispensable relación de esa próxima bancada con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y con su gabinete de gobierno, por eso el siguiente factor para determinar el candidato será la relación de la bancada de diputados federales con el próximo gobernador, pues ese grupo será el vínculo directo entre el gobierno estatal y el federal.
LA COALICION, UN FACTOR MÁS
Una vez resueltos los anteriores factores, el magisterio y los diputados federales, deberá definirse si Oaxaca tendrá coalición para el 2016 al menos entre PAN y PRD, lo cual es verdaderamente relevante porque el PRI es el único partido con posibilidades de triunfo, a través de su voto duro, de ganar si todos los partidos van solos a la elección. La única forma de ganarle al tricolor es con la suma de los votos duros del PAN y el PRD; una coalición de izquierdas, por ejemplo, PT-PRD, no alcanza para ganar, y todavía falta saber lo que hará el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, porque la influencia actual de las izquierdas en Oaxaca es por Andrés Manuel, y podría disminuir considerablemente. Si MORENA va solo, sin duda le hará el caldo gordo al PRI, como lo decidió desde hace tiempo Dante Delgado Ranauro con el Movimiento Ciudadano, MC. De esta manera, si hay coalición de partidos en contra del PRI, un candidato encabezando esa posición tiene grandes posibilidades de ganar, siempre y cuando tenga el respaldo del mandatario Gabino Cué, quien tendría la estructura de gobierno a la disposición del candidato en supuesto; si no hay coalición contra el PRI y todos deciden ir solos, entonces el candidato del PRI tiene una gran posibilidad de ganar. Así las cosas, con coalición deberá ser un tipo de candidato en el PRI enviado muy probablemente a perder en medio de una negociación a cambio de algo con las dirigencias nacionales, y entonces el candidato a gobernador de peso vendrá de los partidos coaligados en PAN-PRD; sin coalición, el candidato del PRI sería enviado a recuperar Oaxaca.
LA RELACION CON EL PRECISO
Ya alineados los tres factores anteriores –relación Sección 22-gobierno, diputados federales y coalición sí o no- otro tema muy relevante será la relación del presunto candidato oaxaqueño con el presidente de la República, porque sin lugar a duda, Peña Nieto tiene una mano decisiva para quien vaya a gobernar Oaxaca en el siguiente sexenio, tanto si es un personaje del PRI como si no lo es. En primer término, es un hecho que para definir quien abanderará el tricolor en los comicios del 2016 para las elecciones a gobernador del estado la decisión será única y exclusivamente del presidente de México y líder máximo de ese partido; la incógnita es, insisto, si la intención es recuperar Oaxaca para el PRI o será moneda de cambio para allanar con las dirigencias nacionales de otros partidos, el camino del PRI para otras entidades de mayor interés del mandatario nacional, como pudiera ser Puebla, Quintana Roo, Veracruz o Aguascalientes que también renuevan sus gobiernos en ese mismo año. Y si no fuera Oaxaca para un priista, también es indispensable la aceptación de Peña Nieto porque debemos recordar que nuestro estado vive en 90% de las participaciones federales, por lo cual si le cierran la llave financiera a un gobernador, lo ahoga la federación; así, debe haber entonces una relación aceptable al menos de Peña Nieto con el gobernador de Oaxaca electo en el 2016. Todo lo demás realizado por quienes quieran ser candidatos a gobernador, fuera de estos cuatro factores mencionados, es sólo la manifestación de sus intenciones personales, sin mayor peso para la decisión final. jaimelabc22@gmail.com