El martes pasado fui invitado para acompañar al gobernador electo, Lic. Gabino Cué, a la inauguración de los talleres que se dirigieron a los ediles electos por el sistema de partidos políticos, cuyo objetivo fue el de proporcionales las herramientas básicas para prepararse coordinadamente con su cabildo para enfrentar con éxito las expectativas que sus ciudadanos tienen sobre sus ayuntamientos a partir del próximo 1 de enero. Grata fue mi sorpresa al descubrir que a la convocatoria emitida no solamente habían respondido los munícipes electos surgidos de las filas de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y de Convergencia; sino que también e incluso como parte del presídium habían Presidentes Municipales surgidos de las filas del PRI y de Nueva Alianza; lo que de inmediato generó mi optimismo de que estamos en verdad frente a una próxima administración incluyente y respetuosa.
Debo confesar que de inmediato consideré narrar dicho evento en este espacio, sin embargo al día siguiente recibí un correo electrónico de una persona que respeto y admiro más, quien detrás de su humildad esconde su grandeza de espíritu, y quien respetuosamente nos ponía a consideración la publicación de un artículo de su autoría. Al leerlo mi conclusión fue que ya no tenía nada que escribir, pues ya mi amigo Marco Polo López Santos lo había hecho en forma magistral. Pero no puedo dar paso a los escrito por Marco Polo, sin antes decir que el estar postrado en una silla de ruedas, no ha sido impedimento para haber obtenido el Premio Nacional de Ensayo sobre Transparencia, convocado por el IEAIP, el escribir decenas de ensayos sobre temas ecológicos y de buen gobierno, así como para que hoy sea Concejal electo de Santa María Huatulco, Oaxaca. Sin duda un ejemplo para muchos de nosotros. El título del encabezado de éste artículo le corresponde a él, así como lo que enseguida les comparto:
“La convocatoria fue abierta a todos los presidentes municipales y concejales electos, sin distingo de filiación política; el llamado lo hizo el Gobernador electo de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo y tuvo como objetivo central iniciar un proceso de capacitación para la entrega recepción y el inicio del trabajo de gobierno de las autoridades entrantes el primero de enero de 2011. El mensaje del primer gobernante de alternancia, en toda la historia de la entidad oaxaqueña fue claro y conciso: “a partir de ahora, los oaxaqueños inauguramos nuestra propia ruta para fortalecer el ejercicio público y devolver el poder al servicio de la gente que más lo necesita; es momento de la reconciliación social en el estado de Oaxaca… la etapa de la unidad, la coordinación y la transparencia comienza con nosotros el primero de diciembre, y juntos, gobiernos municipales, estatal y federal, el primero de enero de 2011… a través de ustedes, el gobierno del estado podrá llegar a cada comunidad y ranchería, con una gestión eficiente, de servicio, que la mezcla de recursos con los ayuntamiento se realice con transparencia”.
El liderazgo del Sr. Gabino Cué se reafirma, pues él es el primer interesado en que la forma de hacer política en nuestra entidad y en cada municipio se renueve, con sensibilidad a las demandas ciudadanas, con eficiencia y con transparencia, por ello habla de una reconciliación social y de una nueva etapa en la relación entre los diferentes órdenes de gobierno. Para quienes estuvimos ahí, fue una experiencia de enorme provecho, y me atrevo a decir, que a muchos presidentes municipales y regidores de diferentes municipios, se les comenzaron a abrir los ojos sobre el papel que le corresponde jugar a un cabildo municipal como un cuerpo colegiado: democracia es el fondo del asunto.
Para nadie es nuevo que los ayuntamientos que tomaremos posesión en enero próximo, nos enfrentamos a una inercia y una praxis política que se estableció y afianzó por más de setenta años, por un solo partido político, un estilo marcado por la corrupción y la ineficacia en la tarea de gobierno; el reto, naturalmente, consiste en tomar distancia de esos vicios. De ahí la importancia de que sea el primer mandatario del estado quien guiará y encabezará esta ardua labor, y a las autoridades municipales electas no nos queda más que atender este llamado, que dicho sea de paso, es uno de los principales reclamos de la sociedad. La obligación de hacer caso a esta demanda social de gobernar con transparencia y rendición de cuentas, no sólo les corresponde a los presidentes municipales y regidores emanados de la hoy todavía oposición, sino también les corresponde a ellos, y quizás, sobre todo a ellos, me refiero a los del PRI.
Ante más de 95 presidentes municipales y más de 700 regidores y síndicos electos, entre ellos, el presidente electo de Santa María Huatulco, Lorenzo Lavariega, quien estuvo en la mesa de presídium, el Sr. Gabino Cué, hizo hincapié en que se tiene que demostrar que en Oaxaca es posible transitar de un régimen autoritario a un régimen democrático y finalizó citando, como una recomendación especial para todos los presentes, a quien llamó un “oaxaqueño universal”, don Benito Juárez:
“Bajo el sistema federativo, los funcionarios públicos, no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad. No pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala”.
La ruta está marcada”. Hasta aquí el pensamiento de Marco Polo López Santos a quien le agradezco el haber compartido su pensar y su sentir.
Así es; la ruta está marcada. Hoy más que nunca en todo el estado la ciudadanía sabe el tipo de gobierno que desea; por eso eligió el cambio, por eso voto por Gabino Cué, por los Diputados y por las planillas de Concejales propuestas por la Coalición de partidos. De ahí la claridad de cómo se tienen que hacer las cosas, para que así como lo tienen perfectamente ubicado Gabino Cué, Marco Polo y decenas de diputados y ediles electos, también lo tengamos todos aquéllos que tendremos una responsabilidad pública y la asumamos con ese mismo compromiso y humildad.
Gracias nuevamente Marco Polo.