En días pasados fue motivo de especial controversia, la ratificación de algunos de los principales colaboradores del gabinete del Gobernador Gabino Cué Monteagudo, por parte de los diputados a la LXI legislatura estatal. Diversas posturas y opiniones se manifestaron y se siguen expresando respecto al nombramiento de la hoy Secretaria General de Gobierno, Irma Piñeiro Arias. Como en todo suceso que tiene que ver con aspectos políticos, las cosas fueron vistas desde el lugar donde uno se encuentra ubicado, por lo que se escucharon posiciones de todo tipo y en todos los tonos. Esta es mi opinión.
Todo surge el 29 de noviembre de 2010, cuando el nuevo Congreso del estado aprobó la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (LOPE), enviada unos días antes por Gabino Cué, ya declarado en ese momento Gobernador Constitucional electo. Esa ley propone entre otras cosas, en su artículo 14, fracción III, que: “Para ser titular de una Secretaría o de los órganos auxiliares de la administración pública estatal se requiere: III.- Contar al menos con título, cédula profesional o equivalente”. Esta reforma a la LOPE fue vista con buenos ojos tanto por los legisladores, como por los ciudadanos quienes consideran que la profesionalización de los puestos públicos es garantía para una mejor conducción de los asuntos del estado, adicional a la obtención de mejores resultados.
En lo personal considero que para servir con eficiencia y responsabilidad en la función pública, se requiere más que de un título profesional, la vocación y el deseo de servir, adicional a la honestidad que debe prevalecer no sólo en lo gubernamental, sino también en el ámbito de lo privado. Debo abundar. He conocido a personas con una gran sabiduría y capacidad para gobernar, que incluso no concluyeron sus estudios básicos por razones que miles de oaxaqueños conocemos. Así como también de profesionales que con su actuar no honran la promesa que juraron hacer cumplir al momento de rendir protesta frente a la mesa de sinodales. Sin embargo, tal y como lo sostuve el día miércoles en las redes sociales: “La ley es la ley” y nos guste o no, habría que acatarla.
Por eso, cuando a los diputados se les solicita “dispensar” tal requisito establecido en la LOPE, las reacciones de los diversos grupos parlamentarios no se hicieron esperar. En primera instancia por que se suponía que si alguien debería conocer de los requisitos legales que el mismo Ejecutivo había enviado al Congreso, lo era precisamente su equipo más próximo de trabajo. Nada como una lista de documentos para verificar que dichos nombramientos se ajustaban a la norma jurídica recién aprobada y el envió de los expedientes correctamente integrados. Quien no cumpliera con tales requisitos, pues simplemente a agilizar dicho trámite y a esperar mejor momento para su ratificación. Para muchos resultó ilógico que se hubiera enviado con antelación una reforma legal, la cual sus promoventes serían los primeros en no acatarla. Y no es por defender –que no lo necesita– a Gabino Cué, pero la designación sin duda que le correspondió a él, pero no así la integración de los expedientes personales de cada uno de los recién nombrados. No sólo habían metido al ojo del Huracán al Gobernador, sino ahora también a los diputados que conforman la Coalición, pues deberían expresar su postura ante tal situación.
Para muchos acostumbrados a la “aplanadora legislativa” de décadas pasadas, lo más común hubiera sido una votación mayoritaria, como lo quisieron promover algunos cabilderos, y asunto arreglado. Pero no, afortunadamente no. En algunos diputados prevaleció la promesa de campaña de ser un poder autónomo y soberano, por lo que hicieron uso de unas de las herramientas más eficaces del legislativo, como lo es la discusión. Debo subrayarlo para quienes no lo ubican aún, esto es parte del cambio ofrecido. Fue así como transcurrieron horas para buscar la salida al reto que significaba sacar adelante la ratificación. Diversas voces legislativas se manifestaron a favor de hacer cumplir la LOPE recién aprobada; otros argumentaron que el termino “equivalente” se cubría con la experiencia y capacidad demostrada (de eso no hay la menor duda) por Irma Piñeiro a través de diversos puestos que ha ocupado con éxito, mientras que para otros no existía el menor titubeo de que habría que ratificarla sin mayor trámite.
Dignamente y cumpliendo su palabra empeñada ante el electorado, las y el diputado de Convergencia: Margarita García, Ángela Hernández y Perfecto Mecinas, así como Hita Beatriz Ortiz del partido del Trabajo, sostuvieron la postura de que habría que respetar lo establecido en la ley, por lo que al igual que otros diputados del partido tricolor su voto fue en contra de la ratificación. Y debo señalarlo para evitar malos entendidos, esto habla de la gran responsabilidad de los legisladores por hacer las cosas en forma distinta a lo que nos tenían acostumbrados sus antecesores, pues aún cuando surgieron de los partidos que conforman la Coalición “Unidos por la Paz y el Progreso” se mantuvieron firmes ante la solicitud expresa de emitir un voto a favor de la dispensa. Antepusieron con ello, su respeto irrestricto a la ley y su deseo por manifestarse como un poder verdaderamente autónomo. Para muchos fue una sorpresa el que los diputados del partido del Gobernador no respaldarán lo que sus colaboradores les pedían, y eso es lo que se debe enfatizar: el respeto del Ejecutivo a la decisión del Legislativo. Hoy podemos aseverar que el equilibrio de poderes es algo real que habrá de seguir fortaleciendo.
Finalmente hay que decirlo, la ratificación no es algo que le corresponda hacer al Gobernador, eso está más que claro. Así como el que la solicitud de dispensa haya provenido de él, ahí está el oficio de quién lo firma. La ratificación o no de las designaciones, esa sí hechas por el titular del ejecutivo, le corresponde absolutamente al legislativo, por lo que habrá que analizar con responsabilidad quiénes votaron por la dispensa, a qué institutos políticos pertenecen y cuáles fueron los argumentos que dieron para tal efecto.
Por lo pronto hay que desearle el mayor de los éxitos a Irma Piñeiro, Secretaria General de Gobierno, en la encomienda que indiscutiblemente sabrá enfrentar con talento, compromiso y éxito.