* Sin filias ni fobias, la mayor prueba objetiva de ello es la permanente destrucción de los edificios coloniales e históricos y demás inmuebles que conforman el Patrimonio Cultural de la Humanidad.
* La Secretaría de Turismo insiste en destruir las fuentes de El Llano y la fachada de Catedral, al igual que los regidores y funcionarios, al vender a los comerciantes informales espacios en Santo Domingo.
La creciente descomposición política, económica, social, educativa y cultural, es atizada por la división y enfrentamiento provocado por la polarización de la lucha de clases, fomentada gubernamentalmente.
Persiste la “mafia del poder” en la 4T, nutrida por lo peor del priismo y panismo, al no terminar de morir la influencia del PRI y del PAN, y no acabar de nacer el gobierno de Morena ni siquiera como partido.
Hasta ahora poco se ha observado que uno de los efectos más nefastos de la tercera alternancia en México, con el arribo de Morena al poder, es convertir el odio en política pública de iure y de facto.
Sin filias ni fobias, la mayor prueba objetiva de ello es la permanente destrucción de los edificios coloniales e históricos y demás inmuebles que conforman el Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La destrucción del Centro Histórico de la capital oaxaqueña no es nueva, surgió en los 70 con dirigentes resentidos sociales, alimentados en el odio de la lucha de clases y el Manual del Guerrillero Urbano.
El aplastante poder corruptor del viejo y nuevo PRI corrompió y prostituyó a los desadaptados sociales entronizados como dirigentes de organizaciones políticas y sociales, públicas y clandestinas, armadas.
Con genial perversidad, como lo hace actualmente el ex priista Andrés Manuel López Obrador, el PRI-gobierno capitalizó a favor de sus gobernantes el resentimiento y odio social de origen de la izquierda.
Este vicio de origen personal, familiar y grupal de esa cauda de dirigentes resentidos sociales, explica con meridiana claridad, su espíritu y accionar político preñado de odio social y por ende de destrucción.
Este trauma emocional detona negativamente en el poder en una actitud soberbia y autoritaria, agravada por la ignorancia e ineptitud y la falta de experiencia para gobernar por improvisación.
Ello hace entendible, no justifica de ninguna manera que una y otra vez, a pesar de las constantes denuncias, la secretaria de Turismo, Saymi Pineda, insista en destruir los inmuebles del Centro Histórico.
Igual lo hace con las fuentes del Paseo Juárez El Llano, que con la destrucción de la centenaria fachada de la Catedral Metropolitana, sin el menor respeto a la fe religiosa de la mayoría de los oaxaqueños.
Pero también lo hacen los regidores y funcionarios del Ayuntamiento del Municipio de Oaxaca de Juárez al comercializar a los comerciantes informales los espacios alrededor del templo de Santo Domingo.
Nada de extraño tiene que Pavel Renato López Gómez, Regidor de Imagen, Desarrollo Urbano y de Obras Públicas y de Centro Histórico, busque destruir el área de reserva ecológica del Cerro del Crestón.
El integrante de la mafia del poder de Los López en Morena promueve un ilegal acuerdo en el Cabildo capitalino para reactivar las autorizaciones de cambio del uso del suelo, a fin de realizar construcciones.
El dirigente de Colmillo Blanco denunció que el Cabildo Municipal pretende dar un “madruguete” para cambiar el uso del suelo en el cerro del “Crestón”, con lo cual seguiría la invasión de la mancha urbana.
No falta razón al activista Carlos Morales, al advertir el grave impacto ambiental de levantar la suspensión de licencias de construcción, al colapsar las redes de agua potable y drenaje en la zona.
Imperiosa es la protesta generalizada de la ciudadanía, a efecto de obligar a las autoridades de los tres órdenes de gobierno a respetar las reservas ecológicas de San Felipe, del Cerro del Crestón y del Fortín.
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