Las miradas están puestas en el próximo año. La carrera empieza, todo se conjuga, ha iniciado oficialmente el proceso electoral 2015-2016. Los aspirantes hacen lo posible por estar en la percepción de la gente, algunos lo vienen trabajando mucho antes de haber iniciado el proceso, pero eso es algo que no importa, transgredir esa ley llamada “ética”, aún más poderosa que la ley electoral y sus mal regulados “actos anticipados de campaña”, no importa, el objetivo es llegar, puntearse en las encuestas. Atienden a la “razón de Estado” de Maquiavelo y la trasladan al terreno de las campañas políticas, no importa lo que sea necesario para conservar el poder –u obtenerlo-, hay un principio mayor a todos los principios, figurar en la boleta.
La estrategia inicial es muy sencilla, utilizar lo que tienen a su disposición: los recursos mediáticos. No hay poca prensa –medios, reporteros y periodistas- que se resista a buenos contratos de publicidad –en realidad, propaganda política-. Hay incluso algunos “reporteros”, que presentan “propuestas de imagen publicitaria”; dar retweet es lo de hoy, por cierto, ser bloguero también.
Atienden perfectamente las tesis de la “opinión pública”, saben que tendrá mayor oportunidad de figurar en la boleta aquel que sepa insertarse en el proceso de la “agenda setting” (establecimiento de la agenda a través de los medios); conocen perfectamente a McCombs y Shaw (1968). Delinean la imagen de lo que vemos rumbo al 2016 en Oaxaca, le dan la razón a Lippman (1922), pues saben que el sujeto –nosotros los ciudadanos- responde al pseudoentorno construido por los medios.
Hemos arrancado. Los “social media”, diseñadores, fotógrafos, “imagólogos”, nos proyectan lo mejor de ellos y ellas. Igualmente los operadores políticos; diputados federales, diputados locales, presidentes municipales, gobernadores –el propio y ajenos-, presidentes de partido, militantes, líderes juveniles y “líderes de su casa”, ya hacen su chamba.
Todo está listo. Las campañas políticas han iniciado aunque el IEEPCO nos diga que hasta abril y mayo del próximo año; se equivocan, las campañas, repito, han empezado, y su endeble institución electoral no puede hacer algo al respecto.
En esta breve historia de lo que ya pasa en Oaxaca rumbo a la elección a Gobernador(a) en el 2016, pareciera que nos falta ver algo en la mayoría de los prospectos –no en todos-. Más allá de los mítines masivos, las fotos tiernas con familias, los grandes discursos introductorios de sus operadores, los mensajes por celular o las múltiples entrevistas en radio, televisión y diarios, pareciera que a la mayoría de los aspirantes se les olvida el diagnóstico, la estrategia, los objetivos, las líneas de acción; la propuesta, y por tanto, la gente.
La planeación del desarrollo en México surgió allá por la década de los 30 del siglo pasado, aunque no necesariamente era un ejercicio metodológico efectivo en ese momento. Fue Miguel Alemán el primer presidente que recorrió el país tratando de recolectar información política y social. Fue Ruiz Cortines el primero que ordenó a Hacienda y a Economía, la elaboración de un Plan –aunque era de inversiones- para el sector público.
Pero fue hasta el periodo de 1976-1982 con López Portillo, cuando nació lo que daría origen al hoy llamado Sistema Nacional de Planeación. Portillo promulgó la primera Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público, y además elaboró el primer instrumento público de la planeación, un Plan Global de Desarrollo basado en consultas públicas que hoy conocemos como Plan Nacional de Desarrollo. Fue así como se desencadenó la planeación a nivel de los estados.
Todos aquellos o aquellas que aspiran a la próxima Gubernatura de Oaxaca, fuera de alebrestar a las masas y posar para la foto, tienen que ir adelantando trabajo en relación, precisamente, a la necesitada planeación estratégica del desarrollo que requiere nuestra entidad.
Oaxaca tiene el 26% de los municipios del país, en la mayoría de ellos cuenta con un alto rezago en materia de educación, salud, alimentación, servicios básicos de la vivienda y viviendas dignas, además de ocupar los últimos lugares en combate a indicadores internacionales como la tasa de mortalidad infantil y materna.
Aunado a ello, el futuro gobernador(a), se enfrenta al viejo dilema de los usos y costumbres. Más del 80% de los municipios con mayor marginación de Oaxaca, se rigen bajo este principio, lo que complica aún más la planeación, pues las cosmovisiones locales no muchas veces se abren a las ideas progresistas.
Gabino Cué, no se queda atrás, ha hecho lo propio. Dejará una deuda de más de 12,400 millones de pesos según el último dato del periódico El Financiero en julio pasado. Ello significa un aumento del 140% en la deuda pública respecto al panorama que dejó Ulises Ruiz.
La tarea de las y los aspirantes es inmensa. Las consultas públicas a través de foros regionales para conocer el nuevo estado de carencias que tienen las 24 microrregiones de atención prioritaria que definió este gobierno, deberían de estar comenzando desde ahora. La estrategia también es apremiante, se necesitan operadores de camiones, tortas y refrescos, pero también operadores de ideas y desarrollo.
El Gobierno de Gabino Cué fue por demás ambicioso. Elevó las expectativas con propuestas de clusters regionales, creación de industrias productivas y marcas regionales, planes de desarrollo comunitarios, infraestructura carretera como nunca, inversiones pasmosas. Aunado a ello, por el lado de gobernación, le apostó a utilizar instrumentos de la democracia nunca antes usados, elevando aún más las esperanzas de nuestra gente. Implementó, por ejemplo, las “audiencias públicas” de manera desmedida. Hoy preguntaríamos ¿cuáles fueron los indicadores estratégicos a los que impactaron las más de 50 audiencias públicas realizadas en las ocho regiones, costeadas con presupuesto de las y los oaxaqueños, pagando viáticos inflados de todos los funcionarios y parafernalia que le acompañaban?
Utilizó también, por ejemplo, la “consulta pública”, y ya vimos el trágico acontecimiento democrático de su gobierno con el “Cerro del Fortín”, ejercicio amañado con auspicio de nuestro órgano “ciudadano”, el IEEPCO.
Este Gobierno elevó tanto la ilusión de progreso, que creó un programa de supuesto beneficio social llamado “bienestar”, dentro del cual, por ejemplo, otorgó útiles escolares, zapatos, uniformes y otras cosas, sin precedentes, aunque el número de días sin clases de los alumnos de educación básica se elevó más que en sexenios pasados.
Además de lo anterior, el partido que antes era gobierno y este sexenio se convirtió en oposición, tendría que calcular que también dejó muchas esperanzas inconclusas. Los recorridos del año 2010 levantaron expectativas, se hicieron arreglos y promesas, se movilizó gente, sin embargo, Gabino llegó y no se supo nada del trabajo de la oposición. Esa variable política y social, también está obligada a tomarse en cuenta en la planeación que viene para la entidad, invitar a la gente al ejercicio del desarrollo, no será sencillo.
Del 26 de noviembre al 5 de diciembre próximos, será el periodo para que partidos políticos puedan presentar sus plataformas electorales. Eso es pan comido. No se debe confundir una plataforma electoral con la inclusión de la voz de las y los ciudadanos en la planeación de su desarrollo. Esta tarea es más estratégica y más apremiante.
Son muchos los retos que tiene la planeaciónen Oaxaca y eso es algo que aspirantes como Mariana Benítez Tiburcio, José Antonio Estefan Garfias, Eviel Pérez Magaña, Benjamín Robles, Francisco Martínez Neri, Eufrosina Cruz, José Antonio Hernández Fraguas, Salomón Jara, Héctor Pablo Ramírez, Gerardo Gutiérrez Candiani, Alejandro Murat, o incluso, Alfonso Gómez Sandoval y Héctor Anuar Mafud, debieran tener calculado, y si no, empezarlo a considerar en su agenda inmediata.
*Politólogo y Consultor.
Twitter: CiudadanoCoke
Email: cabildea.director@gmail.com
Vía @Viral_Noticias