El borrador de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU califica los actos violentos que el coronel Muamar Gadafi, que ayer llegó a afirmar a sus seguidores que “quienes no me quieren no merecen vivir”, ha cometido en Libia durante las últimas semanas como “crímenes contra la humanidad”. El mismo texto, redactado por Francia y Reino Unido, propone que los actos violentos de Libia sean juzgados en el Tribunal de La Haya. Además, pide un embargo sobre la venta de armas, la prohibición de todo viaje al país y el bloqueo de los fondos de la cúpula del régimen libio.
Los embajadores de los 15 miembros del máximo órgano de seguridad reanudarán el diálogo hoy a las 11.00 (hora de nueva York) para tratar de superar las diferencias que impidieron la adopción ayer de la resolución, tras escuchar las urgentes solicitudes del secretario general, Ban Ki-moon, que instó al Consejo a adoptar “acciones concretas y decisivas” para detener el derramamiento de sangre en Libia. El texto, además de proponer llevar los crímenes de Gadafi al tribunal de La Haya, incluye un embargo de armas, así como la congelación de los bienes y la prohibición de viajar a los jerarcas del régimen. El representante francés, Gérard Arau, dijo que entre las medidas que considera el Consejo no está una operación militar, ni la declaración de una zona de exclusión aérea sobre el espacio libio. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dejó entrever de forma vaga y poco precisa, que “todas las opciones estaban en la mesa”. Carney afirmó que aunque aún se está ultimando el proceso de imposición de sanciones, ya se ha congelado la venta de armas a Libia, hasta ahora en estudio, y la “muy limitada” cooperación militar existente entre los dos países. El presidente de EU, Barack Obama, firmó ayer una orden ejecutiva para congelar todos los activos de Gadafi, su familia y miembros de su régimen, en lo que representan las primeras sanciones de una serie que anunció.
Además, Washington coordina la imposición de sanciones multilaterales con sus aliados, declaró Carney. Dentro del proceso de coordinación Obama se reunirá el próximo lunes con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en la Casa Blanca, anunció el portavoz. El anuncio de las medidas se produjo apenas una hora después de que partiera un avión con los últimos ciudadanos estadunidenses evacuados de Libia, incluidos los últimos diplomáticos presentes en el país, así como el cierre de la embajada de EU en Trípoli.
Antes de empezar las negociaciones, el Consejo de Seguridad escuchó una emocionada intervención del embajador de Libia ante la ONU, Abdurrahman Mohamed Shalgham. “Por favor, Naciones Unidas, salven a Libia. No al derramamiento de sangre, no a la muerte de inocentes. Queremos una resolución decidida, rápida y valiente de ustedes”, reclamó. Shalgham acusó a Gadafi y sus hijos de poner a los libios en la disyuntiva de dejarse subyugar o morir a manos de las fuerzas de seguridad. Además, los embajadores libios ante Francia y la UNESCO, Portugal y Suecia renunciaron a representar a Muamar.
En Libia, Trípoli se unió ayer a las protestas contra Gadafi. A las dos de la tarde, tras el tradicional rezo del viernes, miles de personas salieron a las calles de los barrios de Fashlum, Zauia, Bin al Shur, Al Siahia y Dohmani, y Janzur. Las autoridades ordenaron abrir fuego a discreción. Cinco personas murieron en Janzur, al oeste de la capital, según testigos citados por Reuters. En los demás barrios, la policía trató de reprimir las protestas con gases lacrimógenos y detenciones. La cadena Al Arabiya informó de otras dos muertes.
Gadafi anunció también ayer en una arenga en la plaza Verde de Trípoli la apertura de los arsenales “para armar al pueblo” y llamó a sus partidarios a “defender a Libia” contra la sublevación que ya triunfó en el este del país. “¡Quienes no me quieren no merecen vivir!”, a firmó. Gadafi instó a sus seguidores a aplastar cualquier intento de derrocarle, tal y como “resistió el pueblo libio” a la colonización italiana y a los bombardeos estadunidenses. “Prepararos para defender Libia, prepararos para defender el petróleo, prepararos para defender la dignidad”, dijo.
El hijo mayor de Gadafi, Saif al-Islam Gadafi, dijo que sus fuerzas están moderando las luchas contra los rebeldes en el este y que espera lograr hoy un acuerdo de cese al fuego. De otra parte, el diario británico The Times asegura que Gadafi depositó la semana pasada en el Reino Unido tres mil millones de libras esterlinas (casi 4.9 mil mdd) para asegurar el futuro de su familia fuera de Libia.
“No volvemos jamás”, dicen los mexicanos
Su aventura en Libia duró apenas unos meses, llegaron a ese país huyendo de la crisis en México y la revolución que se está viviendo en la nación árabe les ha llevado a abandonar su trabajo como pilotos y mecánicos en Trípoli.
Los hermanos Marco Antonio y Roberto Cota, así como Jesús Pérez son tres de los mexicanos que fueron evacuados el pasado jueves por el gobierno español en un avión de su fuerza aérea que les trajo a Madrid. Actualmente hay 21 mexicanos más en Libia, según reportes de la Embajada de México en España. El “miedo” y el “instinto de supervivencia” provocó que el martes estos tres mexicanos, que se ganaban la vida en Trípoli transportando gente desde ésta ciudad a las plataformas petroleras, solicitaran apoyo en la Embajada de México en Argelia, ya que en Libia no existe representación diplomática mexicana. “Empezamos a ver que poco a poco la situación se ponía más violenta y nos encerramos en casa. Le pedimos a nuestra empresa (Ghadamés Air Transport) que nos ayudara a salir del país pero nos daba largas, así que los tres acordamos intentarlo por nuestra cuenta”, cuenta Marco Antonio que, como su hermano, trabajó en la desaparecida Aero California. Con la dificultad en las comunicaciones, tanto en Internet como en las llamadas telefónicas, Marco Antonio finalmente pudo enviar un correo electrónico a la Embajada de México en Argelia, posteriormente ésta inició las gestiones y pudieron llegar a Madrid. “Nos sorprendió la rapidez con la que nos sacaron de Libia. Nuestra empresa nos decía que tenían un plan para evacuarnos pero nunca lo vimos. De hecho, nos pidieron que siguiéramos trabajando pero nos negamos, antes que el dinero estaba la seguridad. Tengo mi esposa e hijos en La Paz, en mi tierra. Mi hermano no está casado, pero Jesús también dejó a su familia en Guanajuato”, afirma Marco. Los tres mexicanos contaron también que en la empresa para la que trabajan hay cinco mexicanos más (David Cruz, Rodolfo López, Francisco Téllez, Guillermo Ruiz y David Ruiz)), todo ellos pilotos, que prefirieron seguir en Trípoli. Según la embajada, estos mexicanos regresarán el lunes a su país. “Lo que sí tenemos claro, los tres, es que a Libia no volvemos jamás”, adelantó Roberto.
Agencias