En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Sistema Local de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIDNNA) externa que la mejor forma de empoderar a las mujeres, es que desde niñas reconozcan y ejerzan sus derechos, apropiándose de una cultura de inclusión, igualdad, género e interculturalidad en materia de derechos humanos.
Por eso, en esta conmemoración (8 de marzo) más allá de felicitar, es necesario reconocer a las niñas, adolescentes y mujeres, que se han ido apropiando y empoderando con el ejercicio de los derechos establecidos en la Convención Sobre los Derechos de la Niña y del Niño (Del Niño, por sus siglas en inglés).
Asimismo, se exhorta a la sociedad a visibilizar la situación de vulneración a los derechos de las mujeres que aún sigue presente, para contribuir en la garantía y el respeto de éstos.
De manera interinstitucional, el SIDNNA trabaja en una mesa de trabajo con diferentes rutas de acción que tienen como tema al centro, la violencia y la vulneración a los derechos de las niñas y adolescentes, coordinándose con el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, la Fiscalía General del Estado, y otras instancias tanto gubernamentales como organizaciones de la sociedad civil.
Lo anterior, ha permitido emprender campañas como “Por sus derechos… #NiñezSinMatrimonio es #NiñezPlena”, mediante la cual se aborda el tema al matrimonio forzado en mujeres menores de 18 años y se busca informar y sensibilizar a la población sobre los riesgos, en todos los niveles que esto representa.
De igual manera, este marco representa un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados en materia de justicia, igualdad y equidad de géneros, pero es también necesario señalar, y no quitar el índice de lo que falta aún por el reconocimiento y respeto a los derechos de las mujeres, pues en pleno año 2016, son graves y alarmantes los indicadores de violencia en contra de las mujeres.
Principalmente en el país, existe una violación cotidiana a los derechos de las mujeres, y contrario a esto, impera la negligencia, impunidad y discriminación que afrontan día a día las mexicanas, ante la falta de acción y de políticas públicas del Estado para dar justicia.
México es el primer lugar mundial en violencia sexual contra las mujeres; cifras de la ONU revelan que 44 por ciento de las mexicanas la han vivido. Y es justo la violencia de género, la gran ausente del discurso oficial por el 8 de Marzo, día que ha sido utilizado por el gobierno de los estados para enlistar en sus discursos una serie de acciones, la mayoría asistencialistas, sin haber dedicado alguna línea al tema de feminicidio.
Lo anterior es producto de vivir en una cultura patriarcal, reconocida como una cultura machista, en la cual a los hombres se les ha privilegiado por nacer con pene y testículos, y esto se ve reforzado en espacios de socialización, donde los hombres son quienes tienen las oportunidades de apropiarse de los espacios que creen que les corresponde.