La maestra Elba Esther pierde aliados en el Gobierno Federal

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El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto comenzó a desprender los alfileres que sostienen el poder de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.

Este lunes, Peña Nieto y los representantes del PAN, PRD y PRI presentaron una iniciativa de reforma educativa que, de aprobarse, le restará poder al gremio magisterial al eliminar la herencia de plazas docentes y dotar de autonomía de gestión a las escuelas.

Sin la presencia de Gordillo, el presidente propuso que la evaluación educativa ya no la realice el mismo sindicato, sino el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación, organismo que pretenden dotar de autonomía, y que con base en las calificaciones de los profesores, determinará si se otorga o no la plaza.

 “Sus derechos (de los maestros) estarán a salvo, ya que su ingreso, permanencia y promoción no estarán sujetos a criterios discrecionales”, dijo el Ejecutivo federal, quien espera que su iniciativa tenga el visto bueno en el Congreso.

Esta estrategia, incluida en el Pacto por México, se suma a un conjunto de acciones que han restado autoridad a quien publicaciones como el diario estadounidense Los Ángeles Times han nombrado “la mujer más poderosa de México”.

Y es que en 2006, supuestamente como una especie de pago al apoyo que brindó Gordillo a la candidatura del expresidente Felipe Calderón, varios políticos leales a la dirigente del sindicato magisterial más grande del país ocuparon cargos importantes en la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la Lotería Nacional (Lotenal).

Ahora, esos mismos espacios se han destinado a críticos y enemigos de Gordillo, con el aval de Peña Nieto.

En un primer frente está el nuevo titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor, un adversario político de “la maestra” desde 2003, cuando le quitó la coordinación de la bancada priista en la Cámara de Diputados y operó para expulsarla del PRI.

Su enemistad la llevó a amenazar públicamente a Chuayffet con la frase “¿Qué quieres que diga tu epitafio?”; nueve años después, Gordillo debe trabajar mano a mano con su excompañero de partido en el tema educativo.

En la subsecretaría de Educación Básica, Chuayffet nombró a la investigadora Alba Martínez Olivé, quien desde su cargo como exdirectora general de EduMéxico ha sido una dura crítica del SNTE.

Esta subsecretaría había sido dirigida, casi todo el sexenio calderonista, por Fernando González, yerno de la maestra.

El 8 diciembre de 2009, Martínez Olivé dio una entrevista al portal EducaciónADebate.org sobre los obstáculos de la educación en México y aseguro que “es la sombra protectora del SNTE lo que desprestigia la profesión docente”.

En el ISSSTE, Gordillo contó entre 2006 y 2011 con la dirección de su exaliado Miguel Ángel Yunes Linares y luego con una fugaz participación de Jesús Villalobos López, hombre cercano a su antecesor.

Ahora la titularidad del organismo recae en Sebastián Lerdo de Tejada, exrepresentante del PRI ante el IFE y ligado al grupo político de Beatriz Paredes, otra politica a quien se identifica como adversaria de Gordillo.

En 2002, Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo se aliaron para conseguir la presidencia nacional y la secretaría general de PRI, respectivamente, y dejar en el camino a la fórmula Beatriz Paredes-Javier Guerrero.

Luego de unas accidentadas elecciones, Paredes acusó irregularidades en 10 entidades del país que favorecían a sus adversarios, pero su impugnación no prosperó y Gordillo quedó como segunda al mando del partido tricolor.

A principios del sexenio pasado, fue designado titular de la Lotería Nacional Francisco Yáñez, exsecretario particular de Gordillo; en 2009, salió de este cargo y entró Miguel Ángel Jiménez, quien para ocuparlo tuvo que renunciar a la coordinación de la bancada del Partido Nueva Alianza, fundado por Gordillo.

Actualmente, dicho cargo lo tiene Benjamín Ernesto González Roaro, hombre cercano a la líder del SNTE desde 1994, cuando fue nombrado subsecretario de Servicios Educativos del Distrito Federal de la SEP.

Sin embargo, su permanencia en el cargo es incierta, luego de que se han destapado sospechas de corrupción en la Lotería Nacional.

Otro aliado de la lideresa que ya no está en la escena política es el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira.

El 4 de julio de 2011, como presidente nacional del PRI, el “profesor” anunció el interés de su partido de aliarse con Nueva Alianza para los comicios presidenciales del año siguiente.

“Este anuncio es el reconocimiento que tenemos en proyectos sociales comunes y en la fuerza política de Nueva Alianza. La maestra es mi amiga, tengo hacia ella un gran respeto y amistad”, dijo entonces Moreira.

Pero el 20 de enero pasado, el PRI anunció la ruptura de las negociaciones, forjó alianza con el PVEM, y Nueva Alianza debió abanderar a Gabriel Quadri, un ambientalista entonces desconocido para la mayoría de la población, con quien las expectativas bajaron de llegar a Los Pinos a conservar el registro.

Por su lado, Moreira renunció al tricolor por las acusaciones por su presunta responsabilidad en el crecimiento ilegal de la deuda en su estado y cambió su poder político por las actividades privadas.

Sin esto, y con los nombramientos de la administración pública federal aún pendientes, el poderío de Elba Esther pende de puestos menores para mantenerse vigente.

ADN Político