La Lotería Nacional busca ser monumento artístico

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Benjamín González Roaro, director general de la Lotería Nacional, adelantó a MILENIO que el Edificio Moro de estilo art decó, sede de la institución que representa, ubicado en avenida Reforma, está siendo restaurado con el propósito de que el Instituto Nacional de Bellas Artes lo considere, dentro de su lista indicativa, como patrimonio artístico.

 

La reinauguración de la Lotería Nacional, prevista para la segunda semana de enero, será el marco ideal para hacer este anuncio de manera oficial, con el objeto de que el INBA realice las gestiones necesarias para que dicha declaratoria sea inscrita en el Registro Público de Monumentos y Zonas Artísticos, así como en el Registro Público de la Propiedad de la jurisdicción del monumento artístico.

“Hemos trabajado de manera conjunta con los arquitectos del INBA para que el Edificio Moro de la Lotería Nacional recupere su expresión arquitectónica original. Contamos con su apoyo para rescatar el estilo con el cual fue concebido, mismo que se vio alterado con el paso del tiempo, debido a las adecuaciones de las que fue objeto”, indicó González Roaro.

Precisó que la remodelación del inmueble, inaugurado el 28 de noviembre de 1946, contempla la construcción de una torre que rematará con una esfera de bronce, una réplica de la utilizada en sus sorteos.

Asimismo, se busca que el edificio luzca su fachada histórica, la cual en el pasado contemplaba líneas verticales y que fueron cubiertas durante diversas intervenciones arquitectónicas registradas.

Recordó que la Lotería Nacional tuvo varios predios a lo largo de su historia, desde su fundación hace 240 años, por decisión del rey Carlos III, cuando se creó la Real Lotería de la Nueva España, aplicando el “Plan y Reglas” de don Julián Arriaga, que no daba lugar a la posibilidad de fraude.

Entre las sedes que tuvo para sus sorteos se cuenta el Museo de San Carlos; una vieja casona localizada en la calle de Capuchinas, hoy Venustiano Carranza, en el Centro Histórico; el patio de la Escuela de Medicina, en la Plaza de Santo Domingo, y la planta baja del hospital San Andrés.

El crecimiento de los sorteos obligó a los titulares de la dependencia a ver la posibilidad de adquirir un edificio propio. Fue entonces que se compró la casa de don Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amada Díaz, la hija de don Porfirio Díaz, ubicada en Reforma 1, además de tres predios aledaños y uno más donde estaba la comandancia de policía.

La construcción del Edificio Moro

Los archivos de la Lotería Nacional revelan que en enero de 1941 se lanzó una convocatoria para el concurso de la construcción del Salón de Sorteos, el autor del proyecto fue arquitecto José Albarrán.

Un año después se inició el montaje de estructuras de madera y hierro para la cimbra de la bóveda del salón principal, donde estaría el Salón de Sorteos.

Para 1944 se propuso una estructura de concreto, armada por otra metálica; se elaboró un proyecto de fachadas, se contempló un esquema de la distribución de agua y la instalación de refuerzos contra terremotos.

Por su parte, la junta directiva dio el paso definitivo para la terminación de la obra y otorgó todos los recursos necesarios. En 1946 fue inaugurada la flamante sede de la Lotería Nacional para la Beneficencia Pública, en la colonia Tabacalera, la cual marcó una nueva era en los sistemas de cimentación de México. Los estudios promovidos por la dependencia y la experiencia adquirida en todo el proceso, sentaron las bases las futuras edificaciones.

Fue el primer edificio que se construyó a través de un moderno método de flotación elástica, marcando la pauta para las futuras construcciones que tenían que convivir con los movimientos telúricos. En México fue el primer rascacielos que utilizó letreros de gas neón.

Intervenciones

– De acuerdo con los anales de la Lotería Nacional, la primera remodelación del llamado Edificio Moro se registra en 1955, cuando la empresa Televisión de México deja el inmueble y retira su antena.

– En 1978 se contempló otra remodelación que se observó en algunos detalles de la fachada original. En esa ocasión se le añadieron dos estelas de bronce que representaban a la diosa Fortuna.

– Con motivo de las conmemoraciones del Bicentenario del inicio de la Independencia y el Centenario de la Revolución, en este 2010 se emprendieron los trabajos para que el edificio recupere su estructura original art decó.

Milenio