Las calles de la franja de Gaza están vacías y las basuras se amontonan en ellas. La poca gente que hay, arremolinada en las esquinas, mira al cielo a la espera del próximo bombardeo. Las explosiones son continuas y repartidas por toda la Franja. Para circular por las calles la consigna es sortear los edificios oficiales o pasarlos a toda prisa. A las mujeres casi no se las ve por ellas, casi todo son hombres. En las casas y en las tiendas la gente se pega a la radio para conocer las nuevas víctimas. En los hospitales van llegando los cientos de heridos a urgencias. Muchos de ellos están graves y la inmensa mayoría son civiles, según explican los médicos. Una niña con el cráneo partido y el fémur roto yace en una de las camillas de las urgencias del hospital Shifa; a su lado, la madre con la mirada ida.
La operación Pilar Defensivo entra en su tercer día después de una nueva noche de fuego cruzado entre palestinos e israelíes, pero también con el anuncio de un breve alto el fuego por parte de Israel. Tres horas sin bombardear. Es a lo que se había comprometido el Gobierno de Benjamín Netanyahu en deferencia a la visita del primer ministro egipcio, Hisham Kandil, que este viernes ha llegado a Gaza para efectuar una visita relámpago. Poco después de que el gobernante vecino abandonara Gaza han sonado las sirenas antiaéreas en Israel, mientras otras informaciones hablan de de nuevos ataques de la aviación israelí en el norte de la Franja de Gaza. La visita ha sido más breve de lo inicialmente previsto, pero la duración es casi lo de menos. Se trata de mostrar la solidaridad egipcia al Gobierno islamista de Hamás y sobre todo de lanzar el mensaje a Israel de que la complicidad de los días de Hosni Mubarak han tocado a su fin.
Durante la noche, el Ejército asegura haber alcanzado 150 objetivos en la franja de Gaza, mientras que cifra en una treintena los cohetes palestinos lanzados en dirección a Israel, dos de los cuales impactaron ayer en Tel Aviv, en el centro del país. Un total de 19 palestinos y tres israelíes han muerto desde el inicio de la ofensiva, desatada tras el asesinato selectivo del jefe militar de Hamás, Ahmed Yabari.
Qandil ha llegado esta mañana a Gaza para mostrar el apoyo de Egipto al pueblo palestino en mitad de una escalada de violencia desatada por el lanzamiento de cohetes a territorio israelí, un goteo que colmó la paciencia israelí el miércoles. Una bomba israelí mató al líder militar de Hamás en Gaza, Ahmed Yabari. Desde entonces, las hostilidades han ido en aumento. Ayer, el intercambio de fuego acabó con la vida de tres civiles israelíes, víctimas de uno de los cohetes que los milicianos lanzan desde la franja hacia territorio israelí. Dos de esos cohetes impactaron en el área metropolitana de Tel Aviv. Además, los bombardeos israelíes mataron al menos a 19 palestinos.
Durante la noche del jueves el Ejército israelí ha intensificado sus ataques sobre la franja. Los proyectiles incluso han alcanzado la ciudad de Gaza en las primeras horas del viernes, según informa AFP. “Ha habido 130 ataques durante la noche”, ha asegurado Islam Shahwan, portavoz del Ministerio del Interior de Hamás.
EL País