La entidad oaxaqueña se ha distinguido por ser una tierra de personajes ilustres en todas las áreas de la vida.
Oaxaca es como una intimidad que en todos sus rincones goza de mitos, colorido popular, textiles, tradiciones, cultura oral, música, danza, cine, y todo lo que con dificultad y propio esfuerzo se ha dado y se sigue dando a sí misma a través de de sus artistas.
Son miles de artistas oaxaqueños los que caminan las mismas calles, pisan las mismas piedras, conocen los mismos rincones pero que no se conocen entre sí. Aún así, los pintores, los grabadores, los dibujantes, los bailarines, los escultores, los tejedores, los músicos, se saben pertenecientes del mismo árbol genealógico.
Entre todos ellos forman los contrastes, la riqueza del paisaje y de su arte indígena.
Todo oaxaqueño sabe que donde ha nacido o ha vivido, es un lugar de creación y es tierra fértil para crear nuevos colores, luces y sombras que hacen vibrar al visitante.
En una palabra, Oaxaca es cultura.
En cada trazo, el artista hace y dice lo que está dentro de su corazón. En cada rasgo imprime las esperanzas y convicciones personales.
Hay artistas que han actuado según sus propias y firmes convicciones, es el caso del artista plástico Sergio Hernández, quien nació hace 58 años, en Santa María Xochixtlapilco, Huajuapan de León.
Desde muy pequeño, su familia se trasladó a vivir a la ciudad de México. Años después volvió a Oaxaca, la ciudad capital, para crear y recrear su venta plástica.
Este artista, es uno de los contemporáneos más destacados de México. Tiene una gran cantidad de exposiciones individuales tanto nacionales como internacionales.
En el 2006, por el conflicto magisterial salió de Oaxaca y dijo que no volvería a esta entidad hasta que Ulises Ruiz dejara la gubernatura. Y efectivamente lo cumplió.
Dijo que se iba porque el gobierno de Ulises había lastimado a la cultura y a los jóvenes. Cuando una persona defiende sus convicciones, se habla de una persona con integridad, y así actúo Sergio Hernández.
Hernández, se convirtió en líder moral y de opinión de los oaxaqueños desde que se inició la construcción del Centro cultural y de convenciones de Oaxaca. Ha sido invitado en prensa y televisión para hablar sus puntos de vista respecto a esta obra, y siempre a hablando como un líder que se opone a la edificación del Centro y le llama “un problema estético y caldo de cultivo para la confrontación entre oaxaqueños”.
Asegura también que es una obra “inmoral” porque se construirá en un sitio catalogado como patrimonio histórico.
Las palabras de Sergio Hernández, son señales de integridad, carácter y rectitud. Desde luego que para afirmar eso se tiene que tener un respaldo moral bastante fuerte, porque nadie puede conducir a la gente si no se tiene carácter e integridad.
Sergio Hernández ha actuado como un verdadero líder porque ha sido capaz de hacer que otros que le crean, lo sigan y lo apoyen.
Desafortunadamente su liderazgo no va más allá de la ciudad de Oaxaca. Me explico. El pintor construye una casa habitación de 535. 35 m² en la colonia brisas de Zicatela, perteneciente al municipio de Santa María Colotepec, Pochutla, Oaxaca.
El caso es que los vecinos de esa colonia denuncian a Sergio Hernández, ante la Procuraduría Federal de protección al ambiente (Profepa), por ocasionar “desequilibrio ecológico y daños al medio ambiente, de acuerdo a lo que establece la normatividad materia de impacto ambiental”.
De acuerdo al plano de construcción, mismo que se adjunta, un edificio está frente al otro, y los divide la calle, pero para no atravesar sobre esta, el pintor construyó un puente que atraviesa la misma entre los dos edificios.
No es posible que este líder que encabeza la no construcción del Centro de convenciones, sea acusado ante Profepa por un caso similar al del Cerro del Fortín.
Regularmente, quien se pone al frente de un movimiento, es porque esa persona reconoce su integridad misma, entonces ¿dónde está la integridad de Sergio Hernández?
Twitter: @horaciocorro
Facebook: Horacio Corro
horaciocorro@yahoo.com.mx