El gobernador perredista de Morelos, Graco Ramírez, decidió hablar fuerte en entrevista con MILENIO, inclusive si eso le implica disputas con sus correligionarios: sin tapujos, él dice que sí apoya las iniciativas energética y hacendaria del Presidente de la República.
Niega que la primera sea “privatizadora”, como han dicho Cuauhtémoc Cárdenas y otros líderes perredistas, y afirma que la segunda es “progresiva”, y que ambas recogen demandas “históricas” y propuestas “de siempre” de la izquierda que han sido plasmadas en el Pacto por México.
—Por eso no es la propuesta ni la reforma del Presidente, es la nuestra… —asegura.
En alusión a Cárdenas, declara que si otros personajes de la izquierda no hacen lo mismo que él, apoyar las reformas del priista, es por las presiones ideológicas.
—A la hora de la hora los círculos dogmáticos te aprietan, chingá —se explaya con humor.
Añade que él no tiene la misma visión del michoacano —la cual califica de “fatalista”— en relación con lo dicho por el ex gobernador de Michoacán de que hay que esperar a 2015 para echar atrás lo que PRI y PAN puedan aprobar hoy en el Congreso de la Unión a través de un referendo revocatorio.
—No tengo esa visión fatalista de que se va a hacer lo que quieran PRI y PAN. Si nos ausentamos del debate en las Cámaras (del Congreso de la Unión) y cometemos ese error, entonces sí va a ocurrir eso.
En cuanto a Andrés Manuel López Obrador y su oposición a ambas reformas, señala que el tabasqueño siempre está “en contra de todo y le vale madres, lo único legítimo es lo que él hace, él, el salvador de la patria”. Acerca de la consulta popular que demanda el ex candidato presidencial, dice que está de acuerdo, pero que el problema es que López Obrador “acepte los resultados”.
Enfatiza: “Hay que tener el valor de asumirlas, las reformas y sus contenidos. Óyeme, ¿de repente estás en contra de lo que nosotros planteamos durante años en las Cámaras? Uta, si nos desgarrábamos en los debates”.
Acepta que es el personaje de la izquierda que más cerca está de las posiciones de Enrique Peña Nieto y afirma no tener “temor” por ello, que otros miembros de la izquierda se le vayan al cuello por sus posiciones:
—Cuesta mucho trabajo aceptar ese tipo de cosas, porque hay una especie de temor al desdoro, pero hay que tener la madurez política para decir las cosas como son.
Sobre la reforma hacendaria, sobre aquello que lo lleva a apoyarla, enumera esto:
—¿A qué podemos ir ahora? Uno, a gravar utilidades en transacciones de casas de Bolsa. Histórico. Recuerda cuando la venta de Banamex, que tanto se opuso y denunció López Obrador, ¿cómo puede estar en contra de eso ahora? Dos, utilidades a las empresas. Tres, se acaban regímenes especiales para grandes contribuyentes. Cuatro, el régimen de declaración consolidada se acota, ya no pueden declarar con todas sus empresas. Eso va a permitir obtener siete-ocho puntos del PIB, lo cual va a compensar el nuevo régimen fiscal de Pemex…
—¿Entonces la izquierda debe apoyar esa reforma hacendaria del Presidente?
—¡Pero si son propuestas nuestras de siempre, no del Presidente! Éstas las llevó a cabo el PRD en el Pacto. Son propuestas aceptadas por el PAN, PRI y PRD y son las nuestras las que prevalecieron. Eso es lo que hay que saber aceptar y tener valor para asumir…
—Por lo que se refiere a la reforma energética, ¿en qué está de acuerdo?
—Se trata de recuperar el espíritu cardenista, que es lo que hace la reforma. Y con eso podemos autorizar que haya construcción de ductos de particulares; podemos plantearnos la distribución en manos de particulares, también podemos definir contratos en los que se establezca que no puede participar ninguna empresa en activos de reserva petrolera. En las utilidades de la venta del producto se puede. Es posible, sí es posible. En las reservas que hay en el subsuelo, no es posible. No hay que hacer dogmas. No se puede estar en el simplismo de que las cosas son blancas o negras, porque eso no ayuda en política. En política lo que ayuda a reformar son los consensos…
Agencias
