El sábado 23 de marzo, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) emitió un comunicado en el que anuncia que decidió cancelar la transmisión del domingo 24 de marzo de “La Hora Nacional”.
Esto, debido a denuncias contra la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y sus afiliados, argumentando violaciones al principio de imparcialidad pues se acusa que ‘esta “Hora Nacional” se ha convertido en un foro de apoyo informativo de la señora Claudia Sheinbaum, de la Coalición “Sigamos haciendo historia”: (Morena, PVEM, PT).
En realidad, “La Hora Nacional” ha sido transmisión de gobierno desde que por primera vez inició sus emisiones el 25 de julio de 1937 a través de la estación XEDT, que por entonces era del Departamento Autónomo de Prensa y Propaganda presidencial. El presidente era Lázaro Cárdenas del Río.
Se sabe que el locutor emblemático en la historia de la radio mexicana, Alonso Sordo Noriega, fue el primer presentador del programa. Ese día se dijo que la idea de esta Hora Nacional era la de “crear un vínculo entre el gobierno federal y la sociedad mexicana y fomentar la formación nacional.”
En aquellos años esto era una novedad para los radioescuchas. La radio estaba en auge por entonces. Miles tenían a la radio como eje central noticioso del país, a través de sus distintas estaciones concesionadas a particulares y a través de las cuales se escuchaba también una programación variada de diversión y solaz, aunque predominaba lo nacionalista, con música, incipientes radionovelas –teatro en radio-, y transmisiones especiales.
Y dentro de esto, a través de los años, el público de radio se acostumbró a escuchar los domingos a las 10 de la noche una hora en la que se enlazaban las estaciones de radio de todo el país para escuchar ‘la voz de la Nación’: “Un lazo de unión entre todos los mexicanos”, se decía.
Al paso de los años aquello se convirtió en costumbre y aunque a lo largo de décadas y distintas direcciones y conducciones. “La hora nacional” comenzó su decadencia, digamos que a partir de los sesenta. Y aunque aún se escucha hoy, es poco su impacto real.
No obstante también es cierto que durante estos cinco años, casi el total de la radio y televisión oficial transmiten programas proclives al actual gobierno; aunque se dan breves excepciones para “taparle el ojo al macho” que se dice, pero predomina un sentido propagandístico de los hechos de gobierno. “La hora nacional” podría no ser la excepción.
Por supuesto los fieles seguidores y admiradores y fanáticos del actual gobierno federal escuchan con gusto las transmisiones de programas que les dicen lo que quieren escuchar, lejos de toda actitud crítica que pudiera sanear esa información y volverla más plural y democrática.
Con transmisiones propagandísticas y sesgadas se anula la visión universal de que los canales radiofónicos como de televisión de Estado son medios que les pertenecen a todos los mexicanos, de cualquier condición social o pensamiento.
De hecho la programación se paga con recursos públicos, que es decir, con las contribuciones de todos los mexicanos y, por lo mismo, el argumento que critica ese posicionamiento oficial insiste en la transmisión de una radio o televisión que plural, incluyente, abierta, democrática y en la que se exprese la gran variedad de ideas, de ideales, de pensamiento y de aspiraciones de los mexicanos. El retrato de los mexicanos, todos, hoy.
Pero, bueno. El hecho concreto en esta ocasión es que, en plena campaña por la presidencia del país y por unos 20 mil cargos de elección popular, la transmisión de esa “Hora Nacional” debería exaltar la riqueza de pensamiento y acción. Los valores actuales de un país que no es el mismo al de 1937, con sus variantes y sus aspiraciones.
Pero según el Partido Acción Nacional, quien solicitó ajustes a los contenidos de “La hora nacional” toda vez que –dice- viola la imparcialidad y el sano quehacer democrático.
Esto es: Ya desde el 29 de febrero de este año, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que resolvió aplicar medidas cautelares a la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (DGRTC) de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), señalándola por falta de imparcialidad en la transmisión de “La Hora Nacional” en al menos tres ocasiones. Pero nada. El tono de la transmisión continuaba así…
Por tanto la misma CIRT anunció que se cancelaría la transmisión correspondiente al domingo 24 de marzo.
Pero el tema no es sólo que se deje de transmitir una semana una hora, sí es conveniente que se verifique que los contenidos no repitan la historia del apoyo imparcial y sí den paso a las distintas corrientes políticas de México si es que se quieren meter en el tema electoral…
O de otro modo, que retome “La Hora Nacional” la vieja historia de transmitir una programación neutra que busque solaz, cultura, formación cívica y si: democracia, así, simplemente, democracia con la participación democrática de las distintas fuerzas políticas del país…
Esto permitirá que en cierta forma el ciudadano mexicano que quiera escuchar alguna vez “La Hora Nacional” conozca sus opciones y tome, por su propia cuenta, la decisión que mejor convenga a sus intereses políticos, sociales y de gobierno. No inducidos. Si bajo estricto análisis de las posibilidades de gobierno en sus distintas opciones para un mejor futuro del país… Ojalá.