Inconcebible resulta el que la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, UABJO, tenga registrados legalmente seis sindicatos con toma de nota de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje; ninguna otra institución educativa o de otra índole tiene esa cantidad de gremiales en su haber, y no es que no sea legal, sino es absolutamente inoperante, ilógico, absurdo y hasta idiota, dicho sea con todos respeto. La razón de esta apreciación es simple y en estos momentos está tomando forma, pues mientras el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UABJO, el STEUABJO, se aventó a lo verdaderamente inútil un cierre de la institución durante 46 días para conseguir lo mismo ofertado por el patrón desde el inicio del paro, ahora el Sindicato de Empleados de Confianza de la UABJO, el SECUABJO, amenaza con emplazar a otra huelga para satisfacer sus demandas, pues al parecer estaban esperando turno para protestar. Vale la pena en este punto reflexionar cómo puede existir un sindicato de ¡empleados de confianza!, cuando un tipo de contratación es empleados de base, quienes se agrupan en sindicatos porque sus actividades son de ejecución y permanecerán hasta la jubilación aún cuando cambie el patrón, y otro es el de empleados de confianza que pertenecen al círculo cercano del patrón y realizan actividades de planeación y sobre todo, confidenciales, por eso no deben agruparse en sindicatos, sino tener la disposición de la movilidad en el cargo. Sin embargo, la UABJO sí tiene un sindicato de confianza, lo cual es tan absurdo e ilógico, bestial diría yo, como crear un organismo que fuera revolucionario, es decir, en contra de las instituciones y el status quo establecido, y a la vez fuera institucional: Revolucionario Institucional ¡Absurdo!
En fin, ese es otro tema. El asunto sindical de la universidad obedece al reparto de cotos de poder dentro, asunto en el cual durante muchos años, los gobernantes en turno y los políticos en general, ocuparon de las huestes universitarias para distintos fines, principalmente de presión en los procesos electorales. Así se formaron verdaderas mafias dentro las escuelas de la UABJO con distintos tintes de control. Ejemplo de clímax alcanzado fue el 25 de septiembre de 1995 cuando uno de los líderes más poderosos de esa institución educativa, Nahúm Carreño Vásquez, fue asesinado de 16 balazos en el cuerpo en plena explanada de rectoría. Hoy, 24 años después, Damián Reyes Mijangos, acusado de ser uno de los autores intelectuales, aún en prisión, y el otro ya fallecido en la cárcel, Eutiquio Felipe Diego, así como el detenido recientemente, apenas en enero de este año, Ricardo Hernández Cárdenas, no han querido o podido aclarar exactamente por qué se dio el crimen. En su momento, se identificó a uno de los detenidos como alumno en la clase de Leticia Mendoza Toro, esposa de Nahúm Carreño, quien posteriormente fue rectora. También circuló una carta en la cual se señaló a Héctor Ánuar Mafud Mafud, entonces procurador del gobierno de Diódoro Carrasco Altamirano, y hoy secretario General de Gobierno, como el autor intelectual. Otra teoría surgida sin mayores consecuencias fue el señalamiento a los negocios, sobre todo de outsourcing y otros, de Jorge Castillo Díaz, quien aunque aún no tenía la presencia y fuerza económica lograda después durante los tiempos de Gabino Cué Monteagudo como gobernador, ya pintaba Jorge para la construcción empresarial lograda posteriormente, y Nahúm se habría opuesto a esos negocios. Una versión más, aunque improbable por la fuerza dentro de la UABJO de Nahúm Carreño, es la negativa del gobierno federal de ese tiempo a la rectoría del ejecutado, quien habría vociferado y amenazado por esta causa, y en consecuencia fue eliminado.
Sea cierta cualesquiera de estas teorías, o parte ellas combinadas, el ejemplo de este acontecimiento fue origen, entre otros, de la UABJO de hoy con todos sus conflictos, muchos de ellos para apuntalar los grupos internos y rumbo al proceso de elección próximo del futuro rector. Fuerzas heredadas y nuevas como es el caso de Abraham Martínez Alavez y su hijo, Eduardo Martínez Helmes, hoy están vigentes y apuntalan una buena parte del funcionamiento de la UABJO. Gris como pocos, el actual rector, Eduardo Bautista Martínez, sólo ha atinado a permitir la contracción del presupuesto de la universidad y no ha logrado mover el destino de lo dineros recibidos para cubrir nóminas con casi el 90% de lo ingresado. STEUABJO, SECUABJO, el Sindicato Indepeniente de la UABJO (SITUABJO), el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO), el Sindicato Universitario de Maestros (SUMA), y el Sindicato de Universitarios Académicos (SUA), se han convertido en auténticas rémoras, pulpos chupeteadores del presupuesto para salarios, compensaciones y “logros sindicales” que hoy ahogan a la universidad.
Sin embargo, los orígenes de los grupos de poder sembrados durante décadas no permiten movilidad hacia ningún lado. Son poco más de 30 mil personas vinculadas a la UABJO entre alumnos, profesores y personal administrativo general, quienes representan un excelente botín electoral, económico y con grupos importantes de presión ¡Uf!