La guerra de los chips, ¿quién pierde?

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Una inminente guerra de chips podría dejar a los consumidores rascándose la cabeza. Intel, el fabricante de procesadores para PC más grande del mundo, quiere que sus chips estén en tablets y teléfonos inteligentes. ARM, el mayor diseñador de procesadores móviles, quiere apostar todas sus fichas en las tablet PC. Al igual que la era de Mac contra PC, en la década de 1990 y principios de 2000, las nuevas batallas de chips significan que algunas aplicaciones que deseas podrían no estar disponibles en tu dispositivo, o que cierto tipo de software podría no funcionar de la manera en que tú quisieras. Eso es muy diferente a lo que nos hemos acostumbrado.

Hoy en día, los procesadores de Intel se encuentran en prácticamente todas las computadoras (incluyendo a las Macs). Los chips de ARM -fabricados por Qualcomm, Apple, Samsung, Nvidia, entre otros- se encuentran en el 95% de los dispositivos móviles. Hay una plataforma de chips para los dispositivos móviles y una plataforma para los chips de PC. Eso es conveniente para los fabricantes de dispositivos, desarrolladores de software y consumidores por igual: El mismo software generalmente está disponible con la misma funcionalidad a través de múltiples dispositivos.

Pero la batalla que se avecina entre ARM e Intel podría hacer que esas nítidas divisiones sean mucho más conflictivas, impactando a desarrolladores y consumidores por igual.

ARM lanzó el primer golpe, al asociarse con Microsoft como soporte de Windows RT, una versión optimizada para tablet de Windows 8. Debido a la arquitectura de bajo consumo de energía de los chips de ARM, la compatibilidad con aplicaciones de Windows 7 no es una opción en Windows RT. Eso dejó a los nuevos propietarios de tablets, incluidos los clientes de Microsoft Surface, con poco qué hacer en sus dispositivos.

El año pasado, Intel realizó su primer gran esfuerzo en el mercado móvil, lanzando un nuevo set de procesadores lo suficientemente potentes como para ejecutar Windows 8, pero también lo suficientemente eficientes como para impulsar un dispositivo móvil.

A diferencia de la incapacidad de Windows RT de ejecutar versiones anteriores de apps de Windows, Intel cuenta con herramientas incorporadas que permiten a sus chips ejecutar aplicaciones optimizadas para ARM. Sin embargo, ésa no es una solución para todos los problemas: En cualquier aplicación que presione hasta su límite el hardware de un dispositivo, el rendimiento podría sufrir un golpe notable.

La categoría de aplicación más afectada sería probablemente la de los juegos, dice Simon Segars, presidente de ARM.

Gil Carmel, cofundador del fabricante de World of Goo, 2D Boy, dijo que no está demasiado preocupado por las batallas de chips. A pesar de la alta calidad de producción y llamativos efectos visuales de los juegos populares, los juegos actuales de 2D Boy no exigen mucha optimización especial.

“En nuestro caso, ser soporte de los sets de procesadores de Intel es fácil porque el juego funciona bien en la mayoría del hardware moderno y no requiere demasiada optimización de bajo nivel específica a la arquitectura”, dijo Carmel. “Ya hemos probado internamente la compatibilidad con Intel, fue tan fácil como encender un interruptor”.

Pero en una era de bajos márgenes de ganancias de aplicaciones -especialmente en Android- muchas empresas de desarrollo más pequeñas no tienen los recursos para optimizar sus aplicaciones para múltiples arquitecturas de hardware.

El sistema operativo Android de Google probablemente será el más afectado por las guerras de chips. A diferencia de Apple, que pone el mismo chip en cada nuevo iPhone, Google ejerce mucho menos control sobre las decenas de fabricantes que venden dispositivos Android. Algunos elegirán Intel, mientras que otros se quedarán con ARM.

Por el momento, los chips de Intel se encuentran en un número minúsculo de teléfonos y las PC que ejecutan chips de ARM no son una opción muy popular entre los consumidores. Pero los analistas creen que la tecnología de ambos contrincantes aumentará sustancialmente su participación en sus respectivos mercados durante los próximos años.

Eso significa que pronto podrías encontrarte eligiendo un smartphone, tablet o laptop y te preguntarás si tu aplicación favorita funcionará en ese dispositivo.

CNN