En el festejo del Día del Maestro, el presidente Enrique Peña Nieto defendió la reforma educativa al advertir que los derechos de los maestros están “a salvo y lo que ésta busca es darles incentivos para que sigan superándose”.
En ese tono, advirtió que nadie debe engañar a la sociedad, pues la educación no se privatiza, ni se concesiona: “la educación es y seguirá siendo una función pública e irrenunciable del Estado mexicano”.
El mandatario también dijo que el país requiere de la “visión progresista de los maestros” para que sean el motor del cambio.
Frente a cientos de docentes, el líder del SNTE, Juan Díaz, y el titular de la SEP, Emilio Chuayffet, Peña Nieto continuó con la argumentación a favor de la reforma y dijo que el tema de la evaluación no pretende repartir culpas hacia los docentes por las deficiencias que se tiene en cuanto a la calidad de educación.
“Solamente conociendo la realidad de cada escuela es como podremos mejorarla; la evaluación no busca perjudicar a nadie, no pretende exhibir ni culpar a los maestros por las deficiencias educativas. Lo que sí busca es identificar sus necesidades con mayor precisión para ofrecerles programas específicos de capacitación”, detalló.
Durante un desayuno en la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario insistió en que se deben de conocer y tener en cuenta las circunstancias particulares de cada escuela para determinar el desempeño de alumnos y maestros.
En ese sentido, pidió que los maestros se constituyan en el motor de cambio educativo y que éste derive en una modificación a escala nacional.
“En las diferentes etapas de nuestra historia, los maestros siempre han estado a la vanguardia para impulsar los cambios que el país ha necesitado y ahora demanda. Han sido una fuerza positiva para el avance político, económico, social y cultural de nuestra Nación.
“Su país los necesita. La educación de calidad no puede seguir siendo un privilegio de unos cuantos. Debe ser un derecho del que gocen todos, todos nuestros niños y jóvenes del país”, dijo.
Agencias
