¿La depresión un problema biológico o social?

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La depresión, es un problema que muchas veces pasa por debajo del radar de los medios de comunicación y la población, pero es uno de los principales retos para nuestra sociedad contemporánea y más aún en estos tiempos de pandemia.

En su obra literaria “Depresión la noche más oscura, una mirada científica”, el médico neuropsiquiatra Jesús Ramírez Bermúdez ofrece un panorama amplio de esta afección humana, que no sólo está relacionada con temas biológicos, sino que también sociales.

Durante la charla que mantuvo con el Dr.  Roberto Molina, director del portal de noticias Libertad-Oaxaca.info y el columnista Adrián Ortiz Romero, el también doctor y maestro en ciencias médicas explicó la relación de esta enfermedad con los sentimientos, cómo influye la violencia y los tratamientos médicos.

 

De la bilis negra, la melancolía y la depresión

 

Realizó un recorrido por la historia y la escuela hipocrática en donde explicó que a esta enfermedad se le conoció primeramente como melancolía y bilis negra.

La historia de la medicina tiene una transformación a lo largo de los milenios, uno puede ir encontrando los nombres que tenían los padecimientos en la antigüedad, las técnicas que se manejaban en su momento.

En el Siglo V A.C, los trabajos de Hipócrates hablan de una enfermedad de la bilis negra que se menciona unas 50 veces en el cuerpo hipocrático y que en síntesis si incluía muchos de los síntomas de lo que ahora conocemos como depresión mayor, explicó.

“Cuando una persona tiene este problema melancólico puede perder la razón y puede tener problemas como el desánimo, la tristeza, el llanto, la pérdida del sueño y apetito que son síntomas muy característicos de la depresión mayor”, señaló al reiterar que a ello se le denominó primero como melancolía o enfermedad de la bilis negra y después depresión.

El termino de bilis negra ha servido a la medicina desde hace dos milenios, aunque en realidad nunca existió evidencia de esta enfermedad como tal, fue contrapeso a las teorías sobre naturales o religiosas según las cuales estos síntomas, pertenecían a la locura y que incluso era el resultado de causas sobre naturales como el efecto de demonios, espectros, fantasmas o el castigo de entidades divinas.

Ante las corrientes pseudocientíficas que niegan la existencia de la depresión, ya que asegura se trata de un invento de la industria farmacéutica para generar ganancias económicas, el especialista descartó que la medicina psiquiátrica, la psicopatológica, la neuropsiquiatra y la neurociencia en general, pretendan medicalizar esta afección.

Precisó que, al establecerse un diagnóstico de depresión mayor, al menos una tercera parte de los individuos se aliviarán sólo con el uso de un placebo; es decir una maniobra como la medicina tradicional, no científicas, o remedios de orden espiritual y religioso.

Mientras que un número similar, podría aliviarse con un tratamiento formal como la psicoterapia o un medicamento.

“Yo sé que hay muchas personas en al activismo, en la sociología, antropología y filosofía que son muy escépticos de estos diagnósticos siquiátricos y tienen sus razones porque tan poco se trata de reducir y marcar a las personas a etiquetas psicopatológicas; no hay enfermedades hay enfermos y el diagnostico solamente debe ser útil para llevarnos a una mejor terapéutica, pero nunca reducir a una etiqueta”.

 

Depresión y tristeza

 

Cuando se habla de la depresión tenemos que pasar por la aduana de las emociones, una de ellas se llama tristeza, una emoción que todo ser humano ha vivido, planteó el doctor Roberto Molina al agregar que es ahí cuando la gran mayoría de las personas suelen confundirse y llamar tristeza a la depresión.

 

-Dr. Roberto Molina- ¿Cuándo la tristeza deja de ser una reacción natural y se convierte en una tristeza patológica?

-Dr. Jesús Ramírez Bermúdez- El problema es que la tristeza es parte de nuestras vidas, no es una patología, es una manifestación de cómo se presentan cambios dinámicos en nuestro estado de ánimo, en nuestra personalidad en nuestro estado de ánimo mental en general, ya que el mundo es muy cambiante y nosotros lo somos también.

Es normal incluso yo diría que –la tristeza- nos ofrece grandes lecciones que promueve en algunos momentos la reflexión, la introspección, señales que se encuentran mal en nuestro entorno, aquello que amerita ser cambiado.

Este sentimiento, está presente en nuestra sociedad y debemos de aprender sus lecciones, verlo como parte de nuestras vidas y aprender a verbalizarlo a decirlo en voz alta y tender redes, así como voces de apoyo.

El especialista refirió que desde la antigüedad se ha planteado que la depresión, es parte de una constelación muy amplia de signos y síntomas en donde no se encuentra nada más la tristeza sino muchos otros sentimientos que conforman un centro, un núcleo de dolor emocional muy intenso.

Por ejemplo, los sentimientos de culpa, de vergüenza pueden ser tan intensos que llevan a la persona a ideas de hacerse daño así mismo y llegar incluso a la situación del suicidio, uno de los problemas más importantes de la salud pública a nivel mundial.

Lo que deriva en que esta enfermedad no se resuelva con las maniobras habituales, es decir con aquellas maniobras que hacemos en nuestra vida cotidiana para salir de las situaciones difíciles, toda vez que genera un dolor muy intenso y discapacitante y que además involucra otras áreas de nuestra vida mental como puede ser el intelecto.

Incluso genera problemas de atención de memoria, dificultades para resolver problemas a veces decisiones tan sencillas como por ejemplo decir que fecha es hoy.

 

Depresión, problema biológico y social

 

En los últimos años se ha generado un falso debate en torno a si la depresión es un problema biológico o social, porque en realidad la problemática se deriva de ambas dimensiones.

-Adrián Ortiz Romero- ¿Tenemos que entender entonces que no sólo son las causas biológicas o los problemas de la química cerebral o de las actividades de las redes neuronales, sino que también influyen los factores sociales, en la depresión?

-Dr. Jesús Ramírez Bermúdez- Es social, porque hay muchas determinantes sociales de la depresión en el libro “Depresión la noche más oscura, una mirada científica”, mencionó algunas de ellas, pero podemos hablar de condiciones que se caracterizan por amenazas a la integridad corporal y sicológica como puede ser la violencia en la comunidad.

 

La violencia que vivimos en América Latina desde hace muchas décadas, la violencia a nivel la pareja; el maltrato infantil, la violencia sexual, todos estos son triples incluso 10 veces factores de riesgo puede llevar a padecer depresión.

A ello se suma el caso de las pérdidas de la libertad, de seres queridos, de una extremidad del cuerpo entonces estas dos condiciones, las amenazas y las pérdidas, son factores de riesgo social.

Cuando estos riesgos sociales han tenido un impacto sobre el individuo se convierten en señales biológicas anormales y ahora sí, podemos decir con toda propiedad que alteran la fisiología corporal que nos permite estar en un buen estado de salud.

Por ejemplo, hay un eje hormonal que conecta a nuestro sistema nervioso a través de una estructura que se conoce como hipotálamo, parte del encéfalo o es decir del sistema nervioso protegido por la cavidad craneal, misma que está conectada con glándula hipófisis que se ubica en la base del cerebro y que a su vez se conecta con las glándulas suprarrenales que se encuentran en la parte superior de cada riñón.

Por lo que entonces cuando estamos bajo circunstancias de un estrés excesivo que nos sobrepasa en nuestras capacidades de afrontamiento hay un exceso de actividad en este sistema en este circuito, dijo el especialista quien también ha escrito 73 artículos científicos y tres literarios.

“Lo mismo sucede a nivel inmunológico o del trabajo que realizan algunas de nuestras estructuras cerebrales, entonces decimos que la depresión tiene determinantes biológicas determinantes sociales y en realidad están estrechamente relacionas unas y otras de manera que en síntesis si es así, la depresión para aliviarla tenemos que mirar a esas dimensiones biológicas de nuestro cuerpo de las señales neurológicas hormonales y también de los inmunológicos”.

 

Destaca aportaciones de grandes investigadores

 

Aunque el especialista en la materia se negó a inclinarse por alguno de los investigadores en el tema del psicoanálisis y la melancolía entre otros, como Sigmund Freud y Emil Kraepelin aseguró que ambos realizaron aportaciones muy relevantes a la medicina siquiátrica y la cultura en general.

En el caso de Freud, su texto duelo y melancolía representa una obra importante para la cultura y para la medicina, es un uno de los primeros textos en donde se discuten las semejanzas y diferencias entre el duelo como experiencia humana normal y la melancolía como un fenómeno, mucho más nocivo y peligroso.

“Nos hace reflexionar sobre la pérdida de capacidad de amar y trabajar, con lo cual se va mermando las capacidades del individuo de tener bienestar en sus relaciones interpersonales y también de contribuir al mundo de la producción económica, al mundo de la sociedad, entonces creo que ese ensayo es muy valioso”.

Mientras que las observaciones del médico alemán Emil Kraepelin son formidables, realmente siguen siendo de las mejores descripciones clínicas sobre la melancolía.

“Nos habla de los estados depresivos, nos menciona la melancolía grave, la melancolía simple, la melancolía confunsional y las descripciones que hace son realmente muy detalladas muy pormenorizadas es como si tuviéramos un telescopio o una radiografía de lo que era le medicina”.

 

Conclusiones

 

El autor de la obra literaria “Depresión la noche más oscura, una mirada científica”, el médico neurosiquiatra Jesús Ramírez Bermúdez, concluyó que la depresión es un factor de riesgo muy importante para el suicidio.

Aunque no quiere decir que todas las personas que cometen suicidio tengan depresión, primero porque hay otras condiciones físicas como mentales que pueden llevar a este problema.

“Es importante enfatizar el manejo temprano de la depresión, para poder disminuir los efectos a largo plazo y reducir el pensamiento suicida, los intentos o ejecución del suicidio”.

En su obra literaria, dijo “trate de hacer una discusión basada en evidencias científicas porque hay muchos prejuicios en este tema, no es una chamanería moderna, tan poco que los medicamentos que se utilizan, son adictivos y tóxicos”.

Por lo que aseguró que de acuerdo al grado de la depresión se podrá buscar ayuda médica para poder reducir los efectos.

Finalmente reflexionó sobre los efectos mentales de la pandemia tras exponer que se ha registrado estrés postraumático en supervivientes y familiares de los infectados.

 

Carina García