La crónica del adiós

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Solo, descobijado por sus más cercanos “amigos”; con un semblante de nerviosismo, como si su sexto informe de gobierno no le satisficiera en lo más mínimo, así fue como arribó el mandatario estatal, Ulises Ruíz Ortiz, al Museo del Palacio (Mupal) para leer siete cuartillas de sus “logros” en seis años al frente del estado.

El aire que por momentos soplaba era para muy pocos de melancolía; para otros de resentimiento y para miles  de demandas pendientes, de rencor y de injusticia.

El momento recordaba a uno de los textos bíblicos en donde se relata la traición de Judas el Iscariote a su maestro de Nazaret, pero sobre todo en las horas en que el discípulo, uno de los más queridos por Jesús, se cuestionaba: ¿Qué me hizo pensar que alguien como yo podría cambiar?……….

Mientras la gente que transitaba por las calles del centro de la  ciudad se sorprendía al cuestionarse: ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto policía?…. Unos más murmuraban: ¡Todavía se atreve a dar su informe, que descarado; es un traidor como el Judas!.

El arribo de los poderosos

Entre lujosas camionetas y guardaespaldas que no dejaban de tener fama de agredir a los medios de comunicación, apareció el ex candidato a la Presidencia de la República Roberto Madrazo Pintado.

Ataviado con un traje negro con camisa blanca y corbata roja, el también ex presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (CEN) se mostró accesible con los representantes de los medios de comunicación, quienes no dejaban de cuestionar sobre los próximos procesos electorales para la Presidencia de la República.

Un poco más discreto, se dejó ver en escena a uno de los gobernadores acusados de pederastia, Mario Marín de Puebla o mejor conocido como “el gober precioso”, quien logró esquivar a la prensa.

Minutos después se notó la llegada de Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz; Humberto Moreira Valdez, gobernador de Coahuila, quienes no dejaban de alabar a su partido y al propio Ulises Ruiz Ortiz.

En medio de un cerco policiaco, URO hizo presencia en la calle de Bustamante por donde acceso al Mupal.

Nervioso, un poco más delgado y como si su sexto informe fuera el último escalón para terminar con seis años, que, para muchas organizaciones sociales no fue más que de represión y hostigamiento y no de logros y desarrollo.

La ausencia de sus “amigos” que siempre arribaban junto con él se hizo visible. Ahí no estaba el siempre serio de José Antonio Hernández Fraguas; tan poco estaba el sonriente de Eviel Pérez Magaña; mucho menos el despreocupado de Héctor Pablo Ramírez Puga y ni hablar del Gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto.

Lejos de un ambiente de algarabía, el sexto informe de gobierno del mandatario estatal se convirtió en un evento protocolario gris.

Las inconformidades

Mientras que Ruiz Ortiz leía sus últimas cuartillas de “logro y desarrollo” en la entidad, maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), se manifestaban a fuera del Museo del Palacio con consignas ¡Ulises asesino!, ¡Ojo, por ojo, diente por diente, Ulises Asesino la cuenta está pendiente!….

Adentro el ambiente era tenso y de preocupación, más que de atención a lo que decía el mandatario estatal…Las patadas a las puertas del Mupal preocupaban a más de uno quienes decían:¡No se vayan a meter… Qué miedo!….

Sin embargo las protestas fueron apagadas por un grupo de policías y un representante de gobierno, quien salió a dialogar con los profesores.

Circo maroma ¿y teatro?

Muchos de los funcionarios públicos y ex diputados locales solo acudieron al zócalo capitalino para “echarse un café, porque que gueba escuchar lo que Ulises va a leer”.

Pero “hay que hacer presencia”, decían algunos, porque si no se “van a dar cuenta que  no quisimos venir”, manifestaban otros.

Después del “mini informe”, de URO, los priistas quienes lo acompañaron hasta el último momento, se reunieron en uno de los restaurantes del centro histórico para compartir el pan y la sal.

Minutos más tarde arribó Ruiz Ortiz, demostrando, que “en Oaxaca no pasa nada, porque Oaxaca es más fuerte que todo lo malo”.

Con una sonrisa más que fingida Ruiz Ortiz asentía al son de un mariachi que interpretaba “Pero sigo siendo el Rey”, en tanto algunos curiosos se acercaban a tomarse la foto.