Hace 30 años, un numeroso grupo de juquileños, azuzados por las autoridades municipales, decidieron arrebatarle a la Iglesia Católica el control de “el pedimento”, sitio de culto católico registrado como bien inmueble por la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca.
Desde entonces, es ahí donde la fe de los millones de peregrinos que llegan durante todo el año, deja de serlo para convertirse en la manzana de la discordia, pues las riquezas ahí depositadas, es botín que despierta la debilidad del hombre, y por el cual, es capaz de ir en contra de los más recalcitrantes dogmas religiosos. La codicia que ciega lo mismo a hombres que a mujeres, a políticos o jerarcas religiosos, ha sido la motivación para pelear, con la vida si fuese necesario, por el control del lugar.
Tres grupos han mostrado su determinación para apoderarse de lo que ven como un negocio altamente redituable y rentable: uno que obedece a los intereses de quienes durante los últimos 30 años lo han explotado; el segundo, que asegura tener el derecho sobre este “inmueble construido por los mismos pobladores”; y el tercero, y no menos poderoso, la Iglesia Católica.
El 20 de febrero del 2013, este conflicto registró un nuevo episodio de violencia. Los lugareños, miembros de los comités de cuadrillas, barrios y colonias, protagonizaron un enfrentamiento motivado por la falta de comprobación de las limosnas, por lo cual, ocuparon El pedimento para hacerse cargo de la administración.
Unos meses antes de iniciar el 2014, un grupo de pobladores identificados como “cercanos” al Presidente Municipal electo, Manuel León Sánchez, sorpresivamente desalojaron a quienes se habían apoderado del lugar. Los expulsados se llevaron consigo al menos 5 millones de pesos, que se calcula reunieron en 8 meses.
En esa aparente calma que se respira hasta hoy día, el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Mons. José Luis Chávez Botello, anunció que el Papa Francisco decidió conceder la Coronación Pontificia a la imagen de la Santísima Virgen de Juquila. Aseguró que se trata de “una buena noticia que nos llena de alegría” (a los católicos).
El Prelado explicó que la Coronación Pontificia “es el reconocimiento pontificio de la devoción y amor a la Santísima Virgen, en la imagen Inmaculada de Juquila y de su Santuario; pero, ante todo, es también un llamado para que, desde esta devoción y su Santuario, se fortalezca la vida cristiana llevándonos a Jesucristo, y se proyecte en la sociedad”.
La Coronación Pontificia, es un signo externo que reconoce y valora las expresiones de fe auténticas. Chávez Botello calificó el reconocimiento como “un acontecimiento histórico”.
Desde el anuncio de la coronación, el Ayuntamiento de Santa Catarina Juquila, emprendió una serie de acciones para mejorar la imagen de la comunidad e incrementar la capacidad para albergar a los mas de 70 mil visitantes, que se espera lleguen para ser testigos de este acto en el santuario religioso más importante en América Latina, después del Tepeyac, en la Ciudad de México.
Lo pequeño del pueblo hace imposible que ese universo de fieles, pueda contar con una habitación de hotel, para cubrir esa necesidad. Manuel León, presidente municipal, explicó que solicitó el apoyo de la población para hospedar a los visitantes en sus propias casas: “hemos sensibilizado a los ciudadanos para que nos ayuden dando hospedaje a los visitantes. Esto no sólo nos ayuda a albergar a los feligreses, también ayudará a las familias porque es un ingreso que no tenían en mente, pero aún con la habilitación de las viviendas será insuficiente, por lo que también le estamos pidiendo a los visitantes que traigan casas de campaña para que pasen la noche”.
Pese a la relevancia del llamado “acontecimiento histórico”, hay precisiones que hacer: primero; para calmar los ánimos por la disputa de “el pedimento” la Secretaría General de Gobierno (SEGEGO) nombró un administrador, a Moisés Santiago Mendoza, quien afirmó que “la tutela de El pedimento, en manos del gobierno estatal, es lo más viable para resguardar el orden y la tranquilidad, porque sólo así se ha acabado el conflicto”.
La decisión viola a todas luces la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que no respeta la “Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público” a pesar de ser un lugar de culto católico registrado como bien inmueble por la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca.
Para evitar el mal uso del dinero captado por las limosnas, se abrió una cuenta mancomunada entre los 2 grupos en disputa, y representantes de la autoridad municipal.
En términos de fe, podría considerarse como un engaño para el peregrino o feligrés que deja dinero con el fin de apoyar la Iglesia a cambio de un milagro, pues compran supuestas imágenes y agua bendita. Los peregrinos en su camino al santuario, hacen oraciones y súplicas, compran estampillas y demás objetos, que les dicen, están benditos, lo cual queda en duda porque la Iglesia Católica no tiene ningún tipo de presencia.
El arzobispo José Luis Chávez Botello, en diferentes momentos ha calificado como un atropello, que el pedimento se encuentre en manos del gobierno. La Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, ha exigido desde 2005 a la Secretaría de Gobernación (SEGOB), la restitución de El pedimento por ser un espacio de culto público, para promover la oración, la confesión y la evangelización entre los peregrinos, y así preparar su llegada al Santuario.
Algunos de los proyectos que pretenden impulsarse con el dinero obtenido en el pedimento, y con la aportación de los 3 niveles de gobierno, es la construcción de una escalera monumental de 10 kilómetros de longitud, para mejorar el acceso de los feligreses desde la cabecera municipal hasta el santuario. Tres paradores turísticos y comerciales, habilitar la construcción de una terminal de autobuses, baños públicos y servicios diversos.
Para lograrlo, se convino un fideicomiso donde el gobierno ofreció destinar un peso por cada dos pesos aportados por los feligreses y la autoridad municipal del lugar.
En un diagnostico realizado por las autoridades municipales sobre la problemática en Juquila, se detectaron 85 puntos prioritarios para atender, entre los que destaca, la falta de un sistema de agua potable, la modernización de la carretera y del hospital, la rehabilitación del mercado y la creación de un relleno sanitario, además, de bancarizar los servicios públicos y privados.
Se calcula que los ingresos que se obtienen sólo en “el pedimento”, superan los 10 millones de pesos al año, de ahí que la batalla encarnizada por controlarlo, seguramente continúe.
Óscar Vergara
Vía: Viral Noticias