Hace días, Luis de Guadalupe, presidente municipal de Huajuapan, presumió frente a la cúpula panistas estatal, que él se quedaría en la presidencia municipal durante 18 años, lo que equivale a seis periodos municipales. Después de eso levantó su mano y reafirmo: “aquí está mi mano, y juro que nadie más tendrá el poder en la ciudad de Huajuapan”.
Es por eso que desde este momento, tiene a su hijo trabajando en la presidencia municipal para que aprenda toda la experiencia de su papá, y llegado el momento, lo lance, no a la presidencia, sino a la diputación plurinominal. Lo que quiere decir que el muchachito no hará campaña y se irá derechito a la curul.
Para la presidencia municipal de Huajuapan, es posible que deje a otro de sus familiares, como ya lo hizo con su hermano Procopio, hace algunos trienios atrás.
Como es sabido, a Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, le encanta la lana, y para conseguirla de la manera más fácil, ha duplicado y en algunos casos a triplicado los impuestos. Él, a su antojo, diseño la ley de ingresos del municipio. Si hiciéramos un comparativo entre la ley de ingresos del 2013 con la del 2014, encontraremos mucha diferencia.
Pero también, con el fin de hacerse llegar de más recursos, se ha permitido el edil, como todo un cacique, violar la ley de salud y el reglamento municipal para la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
La semana pasada, el director de espectáculos y regulación de bebidas alcohólicas de ese municipio, le envió un oficio a una gasolinería, para advertirle que como no cuenta con una licencia de funcionamiento municipal de ese establecimiento, y tampoco cuenta con la licencia municipal para instalar anuncios y espectaculares en espacios públicos y privados, es necesario que se apersone el responsable en esa dirección, o de lo contrario, se le sancionará de acuerdo a la ley orgánica municipal y demás reglamentos.
En ese oficio, no se le dice al gerente o al responsable de esa empresa, la cantidad económica de la multa, pero Luis de Guadalupe, le dijo en corto al presidente de los gasolineros en la entidad oaxaqueña, Juan Antonio Vera Carrizal, que quería 191 mil pesos, por cada una de las gasolinerías que operan en la ciudad. Lo curioso del asunto, es que ninguna de esas gasolinerías son de reciente apertura. Éstas se abrieron en otras administraciones municipales, como para que paguen por inicio de operación.
Por otra parte, el mismo presidente, exige 64 mil pesos por refrendo, permiso o legalización al año, también por cada gasolinería que existe en la ciudad.
Si hacemos cuentas, son 11 los establecimientos expendedores de gasolina, y si lo multiplicamos por los 191 mil pesos que pide, nos da una cantidad de 2 millones 101 mil pesos. Ahora multiplicamos 64 mil de permiso, por las 11 gasolinerías: nos da 704 mil pesos. Ahora sumamos los dos resultados anteriores y tenemos un total de 2 millones 805 mil pesos.
Si se tratara de una gasolinería que apenas abrió sus puertas, habría razón para decirle que tiene que pagar determinada cantidad para que inicie operaciones.
Aquí habría que hacerle dos preguntas al presidente municipal: cuál fue su respaldo para hacer el proyecto de ley de ingresos para Huajuapan; y, en qué se basó para poner esas cantidades arbitrarias.
Les voy a poner otro ejemplo para que vean la voracidad de este personaje que se dice servidor de los huajuapeños. Les está exigiendo a las tiendas departamentales de Huajuapan como lo es Aurrerá, Soriana, Coppel, Elektra, entre otras, la cantidad de 80 mil pesos por permiso anual. Esta cantidad es desorbitante en comparación a lo que cobra el ayuntamiento de Oaxaca a las tiendas departamentales como Fábricas de Francia, por ejemplo: ellas pagan mil 500 pesos anuales.
¿Hay equidad entre un lugar y otro? Ustedes decidan qué clase de presidente tiene Huajuapan.
La clase de presidente de Huajuapan: Horacio Corro Espinosa
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