La Federación rusa ha perdido decenas de miles de millones de dólares con la caída del ex dictador libio Muamar Gadafi, antiguo aliado gracias a sus negocios de petróleo y armas.
“No tenemos contacto con el nuevo liderazgo libio”, admite Dmitriyev. Precisamente el Kremlin ha sido criticado por su ambigua posición durante la guerra libia: No apoyó a Occidente en su campaña militar contra Gadafi, pero respaldó sus sanciones y permitió el apoyo de Europa y Estados Unidos a los rebeldes, lo que provocó a su vez que el presidente, Dimitri Medvédev, y el primer ministro, Vladimir Putin, discutiesen en público.
Las inversiones rusas en Libia fueron importantes durante la dictadura de Gadafi. Además de los negocios de gas, petróleo y armas, Ferrocarriles de Rusia construyó una línea por un contrato de 2,200 millones de euros.
Por su parte, la gasista estatal Gazprom unía a Libia con la mayor refinería del Mediterráneo, de la que Lukoil es accionista, gracias a sus acuerdos con la italiana ENI. Aunque ambas compañías han retomado su alianza, el consejero delegado de Gazprom, Alexander Dyukov, ha advertido de que los proyectos en el país norteafricano podrían ser revisados en el futuro por “causas de fuerza mayor”.
EFE